Congreso de la Fundación "Romano Guardini" de Berlín
29 de octubre de 2010.

En su acompañamiento a la juventud, Guardini buscó también una nueva aproximación a la liturgia. Para él, el redescubrimiento de la liturgia fue un redescubrir la unidad de cuerpo y espíritu en la totalidad de un único ser humano, ya que la acción litúrgica es siempre un acto al mismo tiempo corporal y espiritual. El rezar se expande a través del actuar corporal y comunitario, y así se revela la unidad de toda la realidad. La liturgia es un acto simbólico. El símbolo por excelencia de la unidad entre lo espiritual y lo material se pierde donde ambos aspectos se separan, donde el mundo se quiebra en una dualidad de cuerpo y espíritu, objeto y sujeto. Guardini estaba profundamente convencido de que el hombre es espíritu en un cuerpo y cuerpo en un espíritu y que, por tanto, la liturgia y el símbolo lo conducen a la esencia de sí mismo. Lo llevan en definitiva, a través de la adoración, a la verdad.