REGINA CÆLI
Estadio Internacional - Ammán. V Domingo de Pascua, 10 de mayo de 2009
Queridos amigos:
Durante la misa hablé del carisma profético de las mujeres, como portadoras de amor, maestras de misericordia y constructoras de paz. El modelo supremo de las virtudes femeninas es la santísima Virgen María, Madre de misericordia y Reina de la paz. Al dirigirnos a ella ahora, invoquemos su intercesión materna sobre todas las familias de estas tierras, para que sean escuelas de oración y escuelas de amor.
Pidamos a la Madre de la Iglesia que dirija su mirada misericordiosa sobre todos los cristianos de estas tierras; que con la ayuda de su oración sean verdaderamente una sola cosa en la fe que profesan y en el testimonio que ofrecen. A ella, que respondió generosamente al anuncio del ángel y aceptó la llamada a convertirse en la Madre de Dios, pidámosle que dé valentía y fortaleza a todos los jóvenes que están discerniendo su vocación, a fin de que también ellos se entreguen generosamente a cumplir la voluntad del Señor.
En este tiempo pascual nos dirigimos a la santísima Virgen con el título de Regina caeli. Como fruto de la Redención conquistada por la muerte y resurrección de su Hijo, también ella fue elevada a la gloria eterna y coronada como Reina de los cielos. Con gran confianza en el poder de su intercesión, con alegría en nuestro corazón y con amor a nuestra gloriosa Madre, siempre Virgen, volvemos nuestra mirada a ella e invocamos sus oraciones.