ÁNGELUS
Atrio de la Basílica Vaticana, 11 de octubre de 2009
Al término de esta solemne celebración, el mediodía nos invita a la oración del Ángelus. Antes de rezarla, deseo dirigir un cordial saludo a cuantos habéis querido, con vuestra devota participación, rendir homenaje a los nuevos santos. Saludo en particular a las autoridades con las delegaciones oficiales llegadas de varios países: os agradezco vuestra presencia.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa llegados para las canonizaciones. Os animo, a ejemplo de santa Juana Jugan, a ser solícitos con los más pobres y los más pequeños, los heridos de la vida y los marginados de nuestras sociedades, especialmente con ocasión de la Jornada mundial del rechazo de la pobreza, que tendrá lugar dentro de algunos días. Me refiero al santo padre Damián para invitaros también a sostener con vuestra oración y vuestras obras a las personas comprometidas con generosidad en la lucha contra la lepra y contra las demás formas de lepra debidas a la falta de amor por ignorancia y cobardía. Que vuestra oración acompañe los trabajos del segundo Sínodo para África. ¡Que Dios os bendiga a todos!
Saludo cordialmente a todos los peregrinos en lengua inglesa presentes aquí este domingo, en particular a cuantos han venido a Roma en número tan elevado para la canonización de hoy. Que estos nuevos santos os acompañen con su intercesión y os inspiren con el ejemplo de su vida santa. Igualmente saludo al grupo de supervivientes de los ataques atómicos en Hiroshima y Nagasaki, y ruego para que el mundo jamás vuelva a ser testigo de tal destrucción masiva de vidas humanas inocentes. Dios os bendiga a todos, así como a vuestras familias y a vuestros seres queridos.
Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua alemana y hoy en especial a los nuevos sacerdotes del Colegio Germánico así como a sus invitados. Que el Señor os dé valor y perseverancia en vuestro servicio espiritual. Tomemos a los nuevos santos como modelos para nuestra vida. Entre ellos se cuenta san Damián de Veuster, muy venerado también en Alemania, quien vivió entre los leprosos en la isla de Molokai, en las islas Hawai, sufriendo al final su enfermedad mortal con ellos y por ellos. Invoquemos además la intercesión del santo obispo Segismundo Felinski, y de los santos religiosos Francisco Coll y Guitart, Rafael Arnáiz Barón y María de la Cruz Jugan, para que Dios envíe también hoy muchas vocaciones religiosas. ¡Que el Señor os acompañe con su gracia!
Dirijo un caluroso saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los que han participado en esta gozosa ceremonia de canonización, en especial a los señores cardenales, arzobispos y obispos que han venido con ellos de España, tierra tan fecunda en frutos de santidad. El dominico san Francisco Coll, con su entrega sacerdotal y misionera, y el trapense san Rafael Arnáiz Barón, con su alma enteramente contemplativa, ambos fervientes devotos de la Virgen María, hacen honor a la mejor tradición religiosa y a las profundas raíces cristianas de su pueblo. Que el ejemplo y la intercesión de estos nuevos santos avive en todos, y particularmente en las Dominicas de la Anunciata, en la Orden de Predicadores y en los monjes Trapenses, el compromiso de seguir generosa y desinteresadamente a Cristo, según la propia vocación, dando testimonio de su Evangelio en la sociedad de hoy. Saludo también a los grupos procedentes de Colombia y otros países latinoamericanos.
Saludo a los peregrinos de lengua flamenca, llegados a Roma para unirse a la acción de gracias de la Iglesia por la canonización del padre Damián. Consagrado al Corazón de Jesús y al Corazón de María, este santo sacerdote fue llevado por Dios a que floreciera su vocación en un "sí" total. Que la intercesión de Nuestra Señora y del apóstol de los leprosos libre al mundo de esta enfermedad, nos impulse a acoger el amor de Dios y nos dé entusiasmo y alegría en el servicio de nuestros hermanos y hermanas. Con mi bendición apostólica.
Saludo cordialmente a los fieles que han venido a Roma desde Polonia junto con los cardenales, los arzobispos y los obispos. Saludo a todos los polacos que, celebrando hoy la tradicional Jornada del Papa, pueden alegrarse con el don de un nuevo santo: Segismundo Félix Felinski. Encomiendo a su protección a la Iglesia en Polonia y a toda la nación. ¡Que Dios os bendiga!
Queridos hermanos y hermanas, la Virgen María es la estrella que orienta todo itinerario de santidad. Su "fiat" es modelo de perfecta adhesión a la voluntad divina y su "Magníficat" expresa el canto de júbilo de la Iglesia, que ya en esta tierra se alegra por las grandes obras de Dios y en el cielo alaba eternamente su gloria. A la Madre de Cristo nos dirigimos con confianza filial, invocando, por su intercesión y la de los nuevos santos, paz y salvación.