ÁNGELUS
Domingo 7 de octubre de 2012

Queridos hermanos y hermanas:

Nos dirigimos ahora en oración a María Santísima, a quien veneramos hoy como Reina del Santo Rosario. En este momento, en el Santuario de Pompeya, se eleva la tradicional "súplica" a la que se unen personas en todo el mundo. Mientras también nosotros nos asociamos espiritualmente a esta invocación coral, desearía proponeros a todos que valoréis la oración del Rosario en el próximo Año de la fe. Con el Rosario, de hecho, nos dejamos guiar por María, modelo de fe, en la meditación de los misterios de Cristo, y día tras día se nos ayuda a asimilar el Evangelio, de manera que dé forma a toda nuestra vida. Así pues, en la estela de mis predecesores, en particular del beato Juan Pablo II, que hace diez años nos dio la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, invito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, situándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe.