1 Adán, Set, Enós.
2 Quenán, Mahalalel, Yéred.
3 Henoc, Matusalén, Lamec.
4 Noé, Sem, Cam y Jafet.
5 Descendientes de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Yaván, Tubal, Mésec y Tirás.
6 Descendientes de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarmá.
7 Descendientes de Yaván: Elisá, Tarsis, los queteos y los rodenses.
8 Descendientes de Cam: Cus, Egipto, Put y Canaán.
9 Descendientes de Cus: Seba, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabtecá. Descendientes de Ramá: Seba y Dedán.
10 Cus engendró a Nimrod, que fue el primer guerrero del mundo.
11 Egipto engendró a los ludíes, los anamíes, los leabíes, los naftujíes,
12 los patrusíes, los caslujíes –de los que proceden los filisteos– y a los cretenses.
13 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, a Jet,
14 a los jebuseos, amorreos, guirgaseos,
15 jiveos, arqueos, sineos,
16 arvadeos, semareos y jamateos.
17 Otros descendientes de Sem: Elán, Asur, Arfaxad, Lud, Arán, Uz, Jul, Guéter y Mésec.
18 Arfaxad engendró a Sélaj y este a Éber.
19 Éber engendró a dos hijos: el primero se llamaba Péleg –ya que en su tiempo se dividió la tierra–, y su hermano se llamaba Yoctán.
20 Yoctán engendró a Almodad, Sélef, Jasarmávet, Yéraj,
21 Hadorán, Uzal, Diclá,
22 Eval, Abimael, Seba,
23 Ofir, Javilá y a Yobab. Todos ellos eran descendientes de Yoctán.
24 Descendientes de Sem: Arpaxad, Sélaj,
25 Éber, Péleg, Reú,
26 Serug, Najor, Téraj,
27 y Abrán, es decir, Abrahán.
28 Hijos de Abrahán fueron Isaac e Ismael.
29 Sus descendientes fueron Nebayot, primogénito de Ismael; después Quedar, Adbeel, Mibsán,
30 Mismá, Dumá, Masá, Jadad, Temá,
31 Yetur, Nafís y Quedmá. Estos son los hijos de Ismael.
32 Hijos de Queturá, concubina de Abrahán: Zimrán, Yoxán, Medán, Madián, Yisbac y Súaj. Hijos de Yocsán: Seba y Dedán.
33 Hijos de Madián: Efá, Éfer, Henoc, Abidá y Eldaá. Todos ellos eran descendientes de Queturá.
34 Abrahán engendró a Isaac. Hijos de Isaac: Esaú e Israel.
35 Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Yeús, Yelán y Coré.
36 Hijos de Elifaz: Temán, Omar, Sefó, Gatán, Quenaz, Timná y Amalec.
37 Hijos de Reuel: Nájat, Zéraj, Samá y Mizá.
38 Hijos de Seír: Lotán, Sobal, Sibeón, Aná, Disón, Éser y Disán.
39 Hijos de Lotán: Jorí y Homán. Hermana de Lotán: Timná.
40 Hijos de Sobal: Albán, Manájat, Ebal, Sefó, Onán. Hijos de Sibeón: Ayá y Aná.
41 Hijo de Aná: Disón. Hijos de Disón: Jamrán, Esbán, Yitrán y Querán.
42 Hijos de Éser: Bilán, Zaaván y Jacán. Hijos de Disón: Us y Arán.
43 Estos son los reyes que reinaron en la tierra de Edón antes de que los israelitas tuvieran rey: Bela, hijo de Beor; su capital era Dinhabá.
44 Murió Bela y le sucedió Yobab, hijo de Zéraj de Bosra.
45 Murió Yobab y le sucedió Jusán, temanita.
46 Murió Jusán y le sucedió Hadad, hijo de Bedad, que derrotó a los madianitas en los campos de Moab. Su capital era Avit.
47 Tras la muerte de Hadad reinó Samlá, de Masrecá.
48 Murió Samlá y le sucedió Saúl, que era de Rejobot Hannajar.
49 Murió Saúl y le sucedió Baal Janán, hijo de Acbor.
50 Murió Baal Janán y le sucedió Hadad. Su capital era Pau; su esposa, Mehetabel, era hija de Matred, hija de Mezahab.
51 Murió Hadad y surgieron jefes en Edón: Timná, Alvá, Yetet,
52 Oholibamá, Elá, Pinón;
53 los jefes Quenaz, Temán, Mibsar;
54 los jefes Magdiel e Irán. Estos fueron los jefes de Edón.
1 Los hijos de Israel fueron Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón,
2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.
3 Hijos de Judá: Er, Onán y Selá, los tres nacidos de la cananea Bat Súa. Er, el primogénito de Judá, era malo a los ojos del Señor, que le quitó la vida.
4 Tamar, la nuera de Judá, le dio a Peres y a Zéraj. En total, los hijos de Judá fueron cinco.
5 Hijos de Peres fueron Jesrón y Jamul.
6 Hijos de Zéraj: Zimrí, Etán, Hemán, Calcol y Dará. Cinco en total.
7 Hijos de Carmí: Acar, que trajo la ruina a Israel por quebrantar la ley del anatema.
8 Hijo de Etán: Azarías.
9 Hijos de Jesrón: Yerajmeel, Ram y Quelubay.
10 Ram engendró a Aminadab, y Aminadab a Najsón, príncipe de los judaítas.
11 Najsón engendró a Salmá, y este a Booz.
12 Booz engendró a Obed, y este a Jesé.
13 El primogénito de Jesé fue Eliab; el segundo, Abinadab; Simá, el tercero;
14 Natanel, el cuarto; Raday, el quinto;
15 Osen, el sexto; y David, el séptimo.
16 Sus hermanas fueron Seruyá y Abigaíl. Hijos de Seruyá fueron Abisay, Joab y Asael. Tres en total.
17 Abigaíl engendró a Amasá, cuyo padre fue Jéter, el ismaelita.
18 Caleb, hijo de Jesrón, engendró a Yeriot, de su mujer Azubá. Sus hijos fueron Yéser, Sobab y Ardón.
19 Murió Azubá y Caleb se casó con Efratá, que le dio a Jur.
20 Jur engendró a Urí, y este a Besalel.
21 Jesrón se casó después con la hija de Maquir, padre de Galaad. Tenía sesenta años cuando la tomó por mujer y le dio a luz a Segub.
22 Segub engendró a Yaír, que poseyó veintitrés ciudades en la tierra de Galaad.
23 Pero los guesureos y los sirios le arrebataron las Aldeas de Yaír: Quenat y sus asentamientos. Sesenta ciudades en total. Todos estos fueron descendientes de Maquir, padre de Galaad.
24 Muerto Jesrón, Caleb se unió a Efratá, mujer de su padre Jesrón, la cual le dio a Asjur, fundador de Técoa.
25 Los hijos de Yerajmeel, primogénito de Jesrón, fueron Ram, el primogénito, Buná, Orén, Osen y Ajías.
26 Yerajmeel tuvo otra mujer llamada Atará, la madre de Onán.
27 Los hijos de Ram, primogénito de Yerajmeel, fueron Maás, Yamín y Équer.
28 Los de Onán: Samay y Yadá; los de Samay: Nadab y Abisur.
29 La mujer de Abisur se llamaba Abijail, que le dio a luz a Ajbán y a Molid.
30 Hijos de Nadab fueron Séled y Apayin. Séled murió sin descendencia.
31 Hijo de Apayin fue Yisí; hijo de Yisí fue Sesán; hijo de Sesán fue Ajlay.
32 Hijos de Yadá, hermano de Samay fueron Yéter y Jonatán. Yéter murió sin descendencia.
33 Hijos de Jonatán fueron Pélet y Zazá. Estos fueron los descendientes de Yerajmeel.
34 Sesán no tuvo hijos, solo hijas. Tenía Sesán un esclavo egipcio llamado Yarjá.
35 Sesán le dio por esposa a una de sus hijas, que engendró a Atay.
36 Atay engendró a Natán; Natán engendró a Zabad;
37 Zabad engendró a Eflal; Eflal engendró a Obed;
38 Obed engendró a Jehú; Jehú engendró a Azarías;
39 Azarías engendró a Jales; Jales engendró a Elasá;
40 Elasá engendró a Sismay; Sismay engendró a Salún;
41 Salún engendró a Yecamías y Yecamías engendró a Elisamá.
42 Hijos de Caleb, hermano de Yerajmeel: Mesá su primogénito, padre de Zif; tuvo por hijo a Maresá, padre de Hebrón.
43 Hijos de Hebrón: Coré, Tapúaj, Requen y Sema.
44 Sema engendró a Rajan, padre de Yorcoán. Requen engendró a Samay.
45 Hijo de Samay fue Maón, fundador de Bet Sur.
46 Efá, concubina de Caleb, dio a luz a Jarán, Mosá y Gazez; Jarán engendró a Gazez.
47 Hijos de Yoday: Reguen, Jotán, Guesán, Pélet, Efá y Sáaf.
48 Maacá, concubina de Caleb, engendró a Séber y a Tirjaná;
49 también a Saaf, fundador de Madmaná, y a Sevá, fundador de Macbená y de Guibeá. Hija de Caleb fue Axá.
50 Estos fueron los descendientes de Caleb.
Descendientes de Jur, primogénito de Efratá: Sobal, fundador de Quiriat Yearín,
51 Salmá, fundador de Belén, y Jaref, fundador de Bet Gader.
52 Sobal, fundador de Quiriat Yearín, tuvo por hijos: Aroé, es decir, la mitad de los menajtíes
53 y los clanes de Quiriat Yearín: los yitríes, los putíes, los sumatíes y los misraíes. De estos proceden los soratíes y los estaulíes.
54 Descendientes de Salmá: Belén, los netofatíes, Atrot, Bet Joab, la mitad de los manajtíes y los soríes,
55 los clanes de los sofratíes –que habitaban en Yabés–, los tiratíes, los simatíes, los sucatíes. Estos son los quenitas que descienden de Jamat, antepasado de los recabitas.
1 Estos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón: el primogénito Amón, de Ajinoán, la yisraelita; el segundo, Daniel, de Abigaíl, la de Carmel;
2 el tercero, Absalón, hijo de Maacá, hija de Talmay, rey de Guesur; el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit;
3 el quinto, Sefatías, de Abital; el sexto Yitreán, de su mujer Eglá.
4 Estos seis le nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses. En Jerusalén reinó treinta y tres años.
5 Ya en Jerusalén le nacieron estos otros: Simá, Sobab, Natán y Salomón, los cuatro de Bat Súa, hija de Amiel.
6 Además, otros nueve: Yibjar, Elisamá, Elifélet,
7 Nogá, Néfeg, Yafía,
8 Elisamá, Elyadá y Elifélet.
9 Todos estos fueron hijos de David, sin contar los hijos que tuvo con las concubinas. Tamar fue hermana de ellos.
10 Descendientes de Salomón: Roboán, Abías, Asa, Josafat,
11 Jorán, Ocozías, Joás,
12 Amasías, Azarías, Jotán,
13 Acaz, Ezequías, Manasés,
14 Amón y Josías.
15 Hijos de Josías: Juan, el primogénito; el segundo fue Joaquim; el tercero, Sedecías; y el cuarto, Salún.
16 Hijos de Joaquim fueron Jeconías y Sedecías.
17 Hijos de Jeconías, el cautivo, Sealtiel,
18 Malquirán, Pedaías, Senasar, Yecamías, Hosamá y Nebadías.
19 Hijos de Pedaías fueron Zorobabel y Semeí. Hijos de Zorobabel fueron Mesulán, Jananías y su hermana Selomit.
20 Mesulán tuvo cinco hijos: Jesubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Yusab Jésed.
21 Hijos de Jananías fueron Pelatías e Isaías, padre de Refaías, padre de Arnán, padre de Abdías, padre de Secanías.
22 Secanías tuvo seis hijos: Semaías, Jatús, Yigal, Bariay, Nearías y Safat.
23 Nearías tuvo tres hijos: Eljoenay, Ezequías y Azricán.
24 Eljoenay tuvo siete hijos: Hodaías, Eliasib, Pelaías, Acub, Juan, Delaías y Ananí.
1 Hijos de Judá fueron Peres, Jesrón, Carmi, Jur y Sobal.
2 Reaías, hijo de Sobal, engendró a Yájat, que a su vez engendró a Ajumay y a Laad. Estos son los clanes soratíes.
3 Hijos de Jur fueron Yezrael, Yismá y Yibdás. Su hermana se llamaba Haslelponí.
4 Penuel fue fundador de Guedor y Éter lo fue de Jusá. Estos son los hijos de Jur, primogénito de Efratá y fundador de Belén.
5 Asjur, fundador de Técoa, tuvo dos mujeres, Jelá y Naará.
6 Naará dio a luz a Ajuzán, Jéfer, los temníes y los ajastaríes. Estos fueron los hijos de Naará.
7 Los hijos de Yelá fueron Séret, Sojar y Etán.
8 Cos engendró a Anub, a Sobebá y a los clanes de Ajarjel, hijo de Arún.
9 Yabés fue el principal entre sus hermanos. Su madre le puso por nombre Yabés, porque decía: «Lo he dado a luz con dolor».
10 Yabés invocó así al Dios de Israel: «Si de verdad me bendices, ensancharás mi territorio, me protegerás, alejarás de mí la desgracia y pondrás fin a mi aflicción». Dios le concedió lo que había pedido.
11 Quelub, hermano de Sujá, engendró a Mejir, padre de Estón.
12 Estón engendró a Bet Rafá, Paséaj y Tejiná, fundador de Ir Najas. Todos estos son recaíes.
13 Hijos de Quenaz fueron Otniel y Seraías. Hijo de Otniel fue Jatat.
14 Meonotay engendró a Ofrá; Seraías engendró a Joab, fundador de Gue Jarasín, pues eran artesanos.
15 Hijos de Caleb, hijo de Jefoné, fueron Ir, Elá y Naán. Hijo de Elá fue Quenaz.
16 Hijos de Yehalelel fueron Zif, Zifá, Tiryá y Asarel.
17 Hijos de Ezrá fueron Yéter, Méred, Éter y Yalón. Ella concibió a María, Samay y Yisbaj, fundador de Estemoa.
18 Méred se casó con Bitia, hija del faraón, que dio a luz a Yéred, fundador de Guedor, a Jéber, fundador de Socó, y a Yacutiel, fundador de Zanoaj.
19 Hijos de la mujer de Odías, hermana de Najan fueron el padre de Queilá, el garmita, y de Estemoa, el maacatita.
20 Hijos de Simón fueron Amnón, Riná, Ben Janán y Tilón. Hijos de Yisí fueron Zójet y Ben Zójet.
21 Hijos de Selá, hijo de Judá, fueron Er, fundador de Lecá; Ladá, fundador de Maresá y los clanes trabajadores del lino en Bet Asbeá;
22 Yoquín, los hombres de Cozebá, Joás y Saraf, que dominaron en Moab antes de su regreso a Belén. Estos son datos muy antiguos.
23 Eran alfareros; habitaban en Nataín y Guederá, junto al rey, trabajando a su servicio.
24 Hijos de Simeón fueron Nemuel, Yamín, Yarib, Zéraj y Saúl.
25 Descendientes de Saúl fueron Salún, el hijo de este, Mismá, y el de este, Mibsán.
26 Descendientes de Mismá fueron su hijo Jamuel; el de este, Zacur, y el de este, Semeí.
27 Semeí tuvo dieciséis hijos y seis hijas, pero sus hermanos tuvieron pocos hijos y sus clanes no se multiplicaron como los de los hijos de Judá.
28 Habitaban en Beerseba, Moladá, Jasar Sual,
29 Bilá, Esen y Tolad,
30 Batuel, Jormá, Sicelag,
31 Bet Marcabot, Jasar, Susín, Bet Birí y Saaráin. Estas fueron sus ciudades hasta el reinado de David.
32 También sus aldeas, es decir, Etán, Ayin, Rimón, Toquén y Asan; en total, cinco poblados,
33 y todas las aldeas del entorno de aquellos poblados hasta Baal. Estos fueron sus lugares de residencia, y su genealogía es la siguiente:
34 Mesobab, Yamlec, Yosá, hijo de Amasías,
35 Joel, Jehú, hijo de Josibías, hijo de Seraías, hijo de Asiel;
36 Eljoenay, Jacobá, Yesojaías, Asaías, Adiel, Yesimiel y Benaías,
37 Zizá, hijo de Sifí, hijo de Alón, hijo de Yedayas, hijo de Simrí, hijo de Semaías.
38 Estos, citados por su nombre, fueron jefes de sus clanes y sus familias se multiplicaron sobremanera.
39 Desde la entrada de Guedor se dirigieron hacia el oriente del valle en busca de pastos para sus ganados.
40 Hallaron pastos enjundiosos y buenos, y una tierra extensa, tranquila y apacible, cuyos habitantes habían sido los camitas.
41 Estos, cuyos nombres hemos consignado anteriormente, vinieron en el tiempo de Ezequías, rey de Judá, y destruyeron las tiendas y a los meunitas que allí encontraron, consagrándolos al anatema hasta el día de hoy; se establecieron en su lugar, pues allí había pastos para sus ganados.
42 Quinientos simeonitas se encaminaron al monte Seír mandados por Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Yisí;
43 derrotaron a los supervivientes de Amalec y se establecieron allí hasta el día de hoy.
1 Hijos de Rubén, primogénito de Israel. (Era ciertamente el primogénito; pero, por haber profanado el lecho de su padre, la primogenitura pasó a los hijos de José, hijo de Israel, sin ser inscrito como primogénito.
2 Ciertamente Judá fue más poderoso que sus hermanos y jefe de ellos; la primogenitura, sin embargo, fue de José).
3 Hijos de Rubén, primogénito de Israel fueron Henoc, Palú, Jesrón y Carmí.
4 Descendientes de Joel fueron Semaías, su hijo Gog y el hijo de este, Semeí;
5 Micá, su hijo Reaías, su hijo Baal
6 y el hijo de este, Beerá, al que Teglatfalasar, rey de Asiria, llevó cautivo; era jefe de los rubenitas.
7 Sus parientes, según están registrados por clanes y genealogía, fueron el jefe, Yeiel, Zacarías
8 y Belá, hijo de Azaz, hijo de Semá, hijo de Joel, que habitó en Aroer, hasta Nebo y Baal Maón.
9 Habitaban también al oriente, hasta el borde del desierto que se extiende desde el río Éufrates, pues sus ganados se habían multiplicado en la región de Galaad.
10 En tiempos de Saúl combatieron contra los agarenos, a quienes vencieron, ocupando sus tiendas en toda la zona oriental de Galaad.
11 Frente a ellos vivían los hijos de Gad, en la región de Basán, hasta Salcá.
12 Joel era el jefe; Safán, el segundo; luego Yanay y Safat, en Basán.
13 Sus parientes por clanes patriarcales fueron siete: Miguel, Mesulán, Seba, Yoray, Yacán, Zia y Éber.
14 Estos eran los hijos de Abijail, hijo de Jurí, hijo de Yaróaj, hijo de Guilad, hijo de Miguel, hijo de Yesisay, hijo de Yajdó, hijo de Buz.
15 Ají, hijo de Abdiel, hijo de Guní, era jefe del clan patriarcal.
16 Habitaban en Galaad, en Basán y sus aldeas, y en todos los ejidos de Sarón, hasta sus confines.
17 Todos ellos fueron censados en tiempos de Jotán, rey de Judá, y en tiempos de Jeroboán, rey de Israel.
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18 Los rubenitas, los gaditas y media tribu de Manasés –hombres valientes, armados de escudo y espada, adiestrados en el arco, avezados a la guerra, en número de cuarenta y cuatro mil cuatrocientos sesenta– salieron en orden de batalla
19 y declararon la guerra a los agarenos, a Yetur, Nafis y Nodab.
20 Dios les ayudó en la contienda y puso en sus manos a los agarenos y a sus aliados, porque en la batalla clamaron a Dios y les fue propicio, por haber confiado en él.
21 Capturaron su ganado, que ascendía a cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas y dos mil asnos, y además cien mil personas.
22 Fueron muchos los caídos, porque era una guerra de Dios. Se establecieron en sus territorios hasta el destierro.
23 Media tribu de Manasés habitaba en la región que se extiende desde Basán hasta Baal Hermón, Sanir y el monte Hermón. Eran muy numerosos.
24 Los jefes de los clanes patriarcales eran Afer, Yisí, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Yajdiel, hombres valerosos y renombrados, jefes de clanes patriarcales.
25 Pero fueron infieles al Dios de sus antepasados y se prostituyeron yendo tras los dioses de los pueblos del país, que Dios había destruido a su paso.
26 El Dios de Israel suscitó el espíritu de Pul, rey de Asiria, y el espíritu de Teglatfalasar, rey de Asiria, que deportó a los rubenitas, gaditas y a media tribu de Manasés, y los llevó a Jalaj, Jabor, Jará y el río Gozán, hasta el día de hoy.
27 Hijos de Leví fueron Guersón, Queat y Merarí.
28 Hijos de Queat fueron Amrán, Yisar, Hebrón y Uziel.
29 Hijos de Amrán fueron Aarón, Moisés y María. Hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
30 Eleazar engendró a Pinjás; Pinjás engendró a Abisúa;
31 Abisúa engendró a Buquí; Buquí engendró a Uzí;
32 Uzí engendró a Zerajías; Zerajías engendró a Merayot;
33 Merayot engendró a Amarías; Amarías engendró a Ajitub;
34 Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Ajimás;
35 Ajimás engendró a Azarías; Azarías engendró a Juan;
36 Juan engendró a Azarías, que fue sacerdote en el templo construido por Salomón en Jerusalén;
37 Azarías engendró a Amarías; Amarías engendró a Ajitub;
38 Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Salún;
39 Salún engendró a Jilquías; Jilquías engendró a Azarías;
40 Azarías engendró a Seraías; Seraías engendró a Josadac.
41 Josadac fue al cautiverio cuando el Señor desterró a Judá y Jerusalén por medio de Nabucodonosor.
1 Hijos de Leví fueron Guersón, Queat y Merarí.
2 Los hijos de Guersón se llamaban Libní y Semeí.
3 Hijos de Queat fueron Amrán, Yisar, Hebrón y Uziel.
4 Hijos de Merarí fueron Majlí y Musí. Estos son los clanes patriarcales de Leví.
5 Descendientes de Guersón fueron su hijo Libní, el hijo de este, Yajat, y su hijo Zimá;
6 el hijo de Zimá era Joab, y el hijo de este, Idó; Zeraj, hijo de Idó, y Yeatray, hijo de Zeraj.
7 Descendientes de Queat fueron Aminadab, su hijo Coré y Asir, hijo de este;
8 Elcaná, hijo de Asir, su hijo Abiasaf y Asir, hijo de este;
9 Tájat, hijo de Asir, y Uriel, hijo de este; su hijo Uzías y Saúl, hijo de este.
10 Hijos de Elcaná fueron Amasay y Ajimot.
11 Hijos de Elcaná fueron Elcaná, Sofay y Nájat,
12 padre de Eliab, padre de Yeroján, padre de Elcaná.
13 Hijos de Elcaná fueron Samuel, el primogénito, y Abías, el segundo.
14 Hijos de Merarí fueron Majlí, padre de Libní, padre de Semeí, padre de Uzá,
15 padre de Simá, padre de Jaguías, padre de Asaías.
16 Estos son los maestros de coro nombrados por David en el templo del Señor, cuando el Arca encontró reposo.
17 Estaban encargados del canto ante la Morada de la Tienda del Encuentro, hasta que Salomón construyó el templo del Señor en Jerusalén. Desempeñaban su ministerio conforme al reglamento.
18 Estos son los designados y sus hijos: de entre los hijos de Queat, el cantor Hemán, hijo de Joel, hijo de Samuel,
19 hijo de Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Eliel, hijo de Toj,
20 hijo de Suf, hijo de Elcaná, hijo de Májat, hijo de Amasay,
21 hijo de Elcaná, hijo de Joel, hijo de Azarías, hijo de Sofonías,
22 hijo de Tájat, hijo de Asir, hijo de Abiasaf, hijo de Coré,
23 hijo de Yisar, hijo de Queat, hijo de Leví, hijo de Israel.
24 Su hermano Asaf estaba emplazado a su derecha. Asaf era hijo de Baraquías, hijo de Simá,
25 hijo de Miguel, hijo de Baasías, hijo de Malquías,
26 hijo de Etní, hijo de Zéraj, hijo de Adaías,
27 hijo de Etán, hijo de Zimá, hijo de Semeí,
28 hijo de Yájat, hijo de Guersón, hijo de Leví.
29 A su izquierda estaban los hijos de Merarí, sus parientes: Etán, hijo de Cusí, hijo de Abdí, hijo de Maluc,
30 hijo de Jasabías, hijo de Amasías, hijo de Jilquías,
31 hijo de Amsí, hijo de Baní, hijo de Sémer,
32 hijo de Majlí, hijo de Musí, hijo de Merarí, hijo de Leví.
33 Sus hermanos levitas estaban dedicados al servicio de la Morada del templo de Dios.
34 Aarón y sus hijos ofrecían sacrificios en el altar de los holocaustos y en el altar de los perfumes –conforme al culto del lugar santísimo–, para expiar por Israel, según lo mandado por Moisés, siervo de Dios.
35 Estos son los descendientes de Aarón: Eleazar, padre de Pinjás, padre de Abisúa,
36 padre de Buquí, padre de Uzí, padre de Zerajías,
37 padre de Merayot, padre de Amarías, padre de Ahitub,
38 padre de Sadoc, padre de Ajimás.
39 Estos son los lugares de residencia y los límites del territorio de los descendientes de Aarón. Al clan de Queat –pues a él le tocó en suerte–
40 le correspondió Hebrón, en el territorio de Judá, con sus ejidos de alrededor;
41 pero la campiña de la ciudad y sus alquerías se dieron a Caleb, hijo de Jefoné.
42 A los hijos de Aarón se les asignó, como ciudades de refugio, Hebrón, Libná con sus ejidos, Yatir y Estemó con sus ejidos,
43 Jilaz con sus ejidos, Debir con sus ejidos,
44 Asán con sus ejidos y Bet Semes con sus ejidos.
45 De la tribu de Benjamín: Gueba con sus ejidos, Alémet con sus ejidos y Anatot con sus ejidos. En total trece ciudades, repartidas según sus familias.
46 A los clanes queatíes les tocaron en suerte, conforme a sus familias, diez ciudades de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
47 A los clanes guersoníes les tocaron, según sus familias, trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés, en Basán.
48 A los clanes meraríes les tocaron, según sus familias, doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón.
49 Los hijos de Israel entregaron a los levitas estas ciudades con sus ejidos.
50 Entregaron, pues, por sorteo, las ciudades anteriormente nominadas de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín.
51 A los clanes de Queat les tocaron en suerte las ciudades de la tribu de Efraín.
52 Les asignaron, como ciudades de refugio, Siquén y sus ejidos en la serranía de Benjamín, Guezen con sus ejidos,
53 Yocmeán con sus ejidos, Bet Jorón y sus ejidos,
54 Ayalón con sus ejidos, Gat Rimón con sus ejidos.
55 Los clanes restantes de Queat recibieron Aner y sus ejidos, Yeblán con sus ejidos, en el territorio de la media tribu de Manasés.
56 A los hijos de Guersón les asignaron, conforme a sus familias, Golán de Basán con sus ejidos y Astarot con sus ejidos, pertenecientes a la media tribu de Manasés.
57 También les asignaron Cades con sus ejidos, Dobrat con sus ejidos, de la tribu de Isacar;
58 Ramot con sus ejidos y Ain Ganín con sus ejidos;
59 de la tribu de Aser, Misal con sus ejidos, Abdón y sus ejidos,
60 Jucoc con sus ejidos, Rejob y sus ejidos;
61 de la tribu de Neftalí, Cades de Galilea y sus ejidos, Jamón con sus ejidos y Quiriatáin con sus ejidos.
62 A los clanes restantes de Merarí se les asignó Rimón con sus ejidos y Tabor con sus ejidos, pertenecientes a la tribu de Zabulón;
63 en Transjordania, frente a Jericó, al oriente del Jordán, se les asignaron Béser Bamidbar con sus ejidos, Yahas con sus ejidos, de la tribu de Rubén;
64 Quedemot con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos;
65 de la tribu de Gad, Ramot de Galaad con sus ejidos, Majanáin con sus ejidos,
66 Jesbón con sus ejidos y Yazer con sus ejidos.
1 Isacar tuvo cuatro hijos: Tolá, Puá, Yasub y Simrón.
2 Hijos de Tolá fueron Uzí, Refaías, Yeriel, Yajmay, Yibsán y Samuel, jefes de familia de Tolá, guerreros valientes. En tiempos del rey David, los descendientes de Tolá eran veintidós mil seiscientos.
3 Hijo de Uzí fue Yizrajías. Hijos de Yizrajías fueron Miguel, Abdías, Joel y Yisías; cinco jefes en total.
4 Según la genealogía de sus familias, contaban con un ejército de treinta y seis mil guerreros, pues tenían muchas mujeres e hijos.
5 Sus parientes de todos los clanes de Isacar eran ochenta y siete mil guerreros esforzados; todos estaban inscritos.
6 Benjamín tuvo tres hijos: Bela, Béquer y Yediael.
7 Bela tuvo cinco hijos: Esbón, Uzí, Uziel, Yerimot e Irí. Eran jefes de familia y guerreros esforzados. Estaban registrados veintidós mil treinta y cuatro.
8 Los hijos de Béquer eran Zemirá, Joás, Eliézer, Elioenay, Omrí, Yeremot, Abías, Anatot y Alémet; todos ellos
9 –jefes patriarcales y guerreros esforzados– estaban inscritos según su genealogía en número de veintidós mil doscientos.
10 El hijo de Yediael se llamaba Bilán. Hijos de Bilán fueron Yeús, Benjamín, Ehud, Quenaná, Zetán, Tarsis y Ajisajar;
11 todos ellos eran descendientes de Yediael, jefes patriarcales y guerreros esforzados; en total eran diecisiete mil doscientos, aptos para la milicia y la guerra.
12 Supín y Jupín eran hijos de Irí; Jusín era hijo de Ajer.
13 Hijos de Neftalí fueron Yajsiel, Guní, Yéser y Salún. Estos eran hijos de Bilá.
14 Con su concubina aramea, Manasés tuvo dos hijos, Asriel y Maquir, padre de Galaad.
15 Maquir tomó mujer para Jupín y Supín, cuya hermana se llamaba Maacá. El segundo hijo se llamaba Selofjad, que tuvo hijas.
16 Maacá, mujer de Maquir, dio a luz un hijo y lo llamó Peres; su hermano se llamaba Seres y sus hijos Ulán y Requen.
17 Un hijo de Ulán se llamaba Bedán. Estos son los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés.
18 Su hermana Amoléquet dio a luz a Isot, Abiezer y Majlá.
19 Los hijos de Semidá eran Ajián, Siquén, Licjí y Anián.
20 Hijos de Efraín fueron Sutélaj, su hijo Béred, padre de Tájat, padre de Eleadá, padre de Tájat,
21 padre de Zabad, padre de Sutélaj, Ézer y Elead. Pero los hijos de Gat, nativos del país, los mataron cuando bajaban a apoderarse de sus ganados.
22 Su padre Efraín los lloró durante mucho tiempo; sus parientes vinieron a consolarlo.
23 Después se unió a su mujer, que concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Beriá, porque la desgracia había afectado a su familia.
24 Será, hija de Beriá, construyó Bet Jorón de Arriba y Bet Jorón de Abajo, y Uzenserá.
25 Su hijo Réfaj fue padre de Résef, padre de Télaj, padre de Tajan,
26 padre de Ladán, padre de Amiud, padre de Elisamá,
27 padre de Nun, padre de Josué.
28 Sus propiedades y poblados fueron Betel y sus aldeas anejas; a oriente, Naará; a occidente, Guézer, Siquén y Ayá, con sus aldeas anejas.
29 En poder de los descendientes de Manasés estaban Bet Seán, Taanac, Meguido y Dor, con sus respectivas aldeas anejas. En ellas habitaron los descendientes de José, hijo de Israel.
30 Hijos de Aser fueron Yimná, Yisvá, Yisví, Beriá y su hermana Séraj.
31 Hijos de Beriá fueron Jéber y Malquiel, padre de Birzait.
32 Jéber engendró a Yaflet, Sómer, Jotán y a Suá, hermana de estos.
33 Hijos de Yaflet fueron Pasac, Binal y Asvat. Estos son los hijos de Yaflet.
34 Hijos de Sómer fueron Ají, Rohagá, Jubá y Arán.
35 Hijos de su hermano Elen fueron Sofaj, Yimná, Reloj y Amal.
36 Hijos de Sofaj fueron Súaj, Jarnéfer, Sual, Berí, Yimrá,
37 Béser, Hod, Samá, Silsá, Yitrán y Beerá.
38 Hijos de Yéter fueron Jefoné, Pispá y Ará.
39 Hijos de Ulá fueron Araj, Janiel y Risiá.
40 Todos estos descendientes de Aser eran jefes patriarcales, gente selecta, esforzados guerreros, jefes con mando. Los registrados para la milicia y la guerra sumaban un total de veintiséis mil hombres.
1 Benjamín engendró a Belá, su primogénito; Asbel fue el segundo; Ajraj, el tercero;
2 Nojá, el cuarto; y Rafá, el quinto.
3 Hijos de Belá fueron Adar, Guerá, Abiud,
4 Abisúa, Naamán, Ajoaj,
5 Guerá, Sefufán y Jurán.
6 Estos son los hijos de Ehud, los cabezas de familia de los habitantes de Gueba y emigrados a Manájat:
7 Naamán, Ajías y Guerá, que les hizo emigrar; este engendró a Uzá y Ajijud.
8 Sajaráin tuvo hijos en tierras de Moab, después de haber repudiado a sus mujeres Jusín y Bará.
9 De su mujer Hodes, engendró a Yobab, Sibiá, Mesá, Malcán,
10 Yeús, Saquías y Mirmá. Estos fueron sus hijos, cabezas de familia.
11 De Jusín engendró a Abitub y Elpáal.
12 Hijos de Elpáal fueron Éber, Miseán y Sémed, que edificó Onó, Lod y aldeas anejas.
13 Beriá y Sema, cabezas de familia de los habitantes de Ayalón, pusieron en fuga a los habitantes de Gat.
14 Ajió, Sasac, Yeremot,
15 Zebadías, Arad, Ader,
16 Miguel, Yispá y Yojá eran hijos de Beriá.
17 Zebadías, Mesulán, Jizquí, Jéber,
18 Yismaray, Yizliá y Yobab eran hijos de Elpáal.
19 Yaquín, Zicrí, Zabdí,
20 Elienay, Siltay, Eliel,
21 Adaías, Baraías y Simrat eran hijos de Semeí.
22 Yisfán, Eber, Eliel,
23 Abdón, Zicrí, Janán,
24 Jananías, Elán, Antotías,
25 Yifdías y Penuel eran hijos de Sasac.
26 Samseray, Sejarías, Atalías,
27 Yaresías, Elías y Zicrí eran hijos de Yeroján.
28 Eran cabezas de familia, según sus linajes, y habitaban en Jerusalén.
29 En Gabaón residía su fundador Yeiel; su mujer se llamaba Maacá.
30 Su primogénito era Abdón; después venían Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab,
31 Guedor, Ajió y Zéquer.
32 Miclot engendró a Simá. También estos, igual que sus hermanos, habitaban en Jerusalén, con sus parientes.
33 Ner engendró a Quis, y este engendró a Saúl; Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal.
34 Hijo de Jonatán fue Meribaal, que engendró a Micá.
35 Hijos de Micá fueron Pitón, Mélec, Tarea y Ajaz.
36 Ajaz engendró a Joadá, y este engendró a Alémet, Azmávet y Zimrí, y este engendró a Mosá,
37 y este engendró a Biná, padre de Rafá, padre de Eleasá, padre de Asel.
38 Asel tuvo seis hijos, llamados Azricán, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Janán; todos ellos hijos de Asel.
39 Su hermano Esec tuvo tres hijos: Ulán, el primogénito; Yeús, el segundo; Elifélet, el tercero.
40 Los hijos de Ulán eran valientes guerreros, adiestrados en el arco. Tuvieron muchos hijos y nietos: ciento cincuenta. Todos ellos eran descendientes de Benjamín.
1 Cuando fueron deportados a Babilonia por sus infidelidades, todos los israelitas estaban registrados e inscritos en el libro de los Reyes de Israel y Judá.
2 Los primeros ocupantes de sus poblados, posesiones y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y donados.
3 En Jerusalén se establecieron judaítas, benjaminitas, efraimitas y manasitas.
4 De los judaítas, Utay, hijo de Amihud, hijo de Omrí, hijo de Imrí, hijo de Baní, descendiente de Fares, hijo de Judá.
5 De los silonitas: Asaías, el primogénito, y sus hijos.
6 De los zerajitas, Yeuel y sus parientes, seiscientos noventa en total.
7 De los benjaminitas, Salú, hijo de Mesulán, hijo de Hodavías, hijo de Hasenuá;
8 Yibnaías, hijo de Yeroján; Elá, hijo de Micrí; Mesulán, hijo de Sefatías, hijo de Reuel, hijo de Yibnías,
9 y sus parientes registrados, que sumaban novecientos cincuenta y seis. Todos ellos eran cabezas de familia en sus respectivas casas paternas.
10 De los sacerdotes, Yedaías, Yehoyarib y Yaquín.
11 Azarías, hijo de Jilquías, hijo de Mesulán, hijo de Sadoc, hijo de Merayot, hijo de Ajitub, era prefecto del templo de Dios.
12 Adaías, hijo de Yeroján, hijo de Pasjur, hijo de Malquías; Masay, hijo de Adiel, hijo de Yajzera, hijo de Mesulán, hijo de Misilemit, hijo de Imer,
13 y sus parientes eran cabezas de familia, mil setecientos sesenta hombres aptos para el servicio del templo de Dios.
14 De los levitas, Semaías, hijo de Jasub, hijo de Azricán, hijo de Jasabías, merarita;
15 Bacbacar, Jeres, Galal y Matanías, hijo de Micá, hijo de Zicrí, hijo de Asaf;
16 Abdías, hijo de Semaías, hijo de Galal, hijo de Yedutún; Berequías, hijo de Asaf, hijo de Elcaná, que vivía en alquerías netofatíes.
17 Los porteros eran Salún, Acub, Talmón, Ajimán; su hermano Salún era el jefe.
18 Estos, del grupo de los levitas, han sido porteros de la puerta real, al oriente, hasta el momento actual.
19 Salún, hijo de Coré, hijo de Abiasaf, hijo de Coré, y sus hermanos de la familia coreíta estaban encargados del servicio cultual como guardianes de los umbrales de la Tienda; sus antepasados habían hecho guardia a la entrada del campamento del Señor.
20 Antiguamente su jefe había sido Pinjás, hijo de Eleazar; el Señor estaba con él.
21 Zacarías, hijo de Meselemías, atendía como portero a la entrada de la Tienda del Encuentro.
22 El total de los elegidos para porteros de las entradas era de doscientos doce. Estaban registrados por poblaciones. David y el vidente Samuel los habían elegido por su fidelidad.
23 Ellos y sus descendientes eran los encargados de custodiar las puertas de la Tienda, es decir, el templo del Señor.
24 Había porteros en las cuatro direcciones: Este, Oeste, Norte y Sur.
25 Sus parientes, que vivían en sus alquerías, tenían que venir periódicamente para estar con ellos durante siete días.
26 Los cuatro porteros principales tenían servicio permanente; eran levitas y estaban al cuidado de las cámaras y almacenes del templo de Dios.
27 Pernoctaban en el entorno del templo de Dios, pues debían custodiarlo y abrirlo cada mañana.
28 Algunos levitas estaban encargados de los objetos del culto; los contaban al recibirlos y al entregarlos.
29 Otros se encargaban de los utensilios, los vasos del santuario, la harina, el vino, el aceite, el incienso y los aromas.
30 Algunos sacerdotes preparaban los perfumes aromáticos.
31 Matatías, uno de los levitas, el primogénito de Salún, coreíta, estaba al cuidado constante de las cosas que se preparaban en sartén.
32 Algunos de sus parientes queatitas preparaban cada sábado el pan de la proposición.
33 Había también cantores, cabezas de familias levíticas; moraban en las habitaciones del templo, exentos de otros servicios, pues día y noche se ocupaban de su ministerio.
34 Estos eran genealógicamente los cabezas de familia de los levitas, sus jefes. Residían en Jerusalén.
35 Yeiel, fundador de Gabaón, residía allí; su mujer se llamaba Maacá.
36 Su primogénito era Abdón; después venían Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab,
37 Guedor, Ajió, Zacarías y Miclot.
38 Miclot engendró a Simá. También estos, igual que sus hermanos, habitaban en Jerusalén, con sus parientes.
39 Ner engendró a Quis, y este engendró a Saúl; Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal.
40 Hijo de Jonatán fue Meribaal, que engendró a Micá.
41 Los hijos de Micá se llamaban Pitón, Mélec, Tajrea y Ajaz.
42 Ajaz engendró a Yará, y este engendró a Alémet, Azmávet y Zimrí; Zimrí engendró a Mosá,
43 y este engendró a Biná, padre de Rafaías, padre de Eleasá, padre de Asel.
44 Asel tuvo seis hijos, llamados Azricán, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Janán; todos eran hijos de Asel.
1 Los filisteos contendieron con Israel. Los israelitas huyeron ante ellos y fueron muchos los caídos en el monte Gelboé.
2 Los filisteos cercaron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadad y Malquisúa, hijos de Saúl.
3 El peso del combate cayó sobre Saúl; los arqueros dieron con él y lo hirieron a flechazos.
4 Saúl dijo a su escudero:
«Desenvaina la espada y atraviésame, no sea que vengan esos incircuncisos y se mofen de mí».
Pero el escudero no accedió, porque le entró pánico. Entonces Saúl tomó la espada y se arrojó sobre ella.
5 Al ver el escudero que Saúl había muerto, también él se echó sobre la espada y murió.
6 Así murieron Saúl, sus tres hijos y toda su casa junto con él.
7 Cuando los israelitas del valle vieron que su ejército huía y que Saúl y sus hijos habían muerto, huyeron abandonando los poblados. Llegaron los filisteos y se establecieron en ellos.
8 Al día siguiente, cuando fueron los filisteos a despojar los cadáveres, encontraron a Saúl y a sus hijos muertos en el monte Gelboé.
9 Lo despojaron, se llevaron su cabeza y sus armas, y mandaron anunciar la buena nueva por todo el contorno filisteo, a sus ídolos y al pueblo.
10 Colocaron sus armas en el templo de su dios y clavaron su cabeza en el templo de Dagón.
11 Cuando los habitantes de Yebés de Galaad se enteraron de lo que los filisteos habían hecho con Saúl,
12 los más valientes se pusieron en marcha, tomaron el cadáver de Saúl y los de sus hijos, y los llevaron a Yabés. Enterraron sus huesos bajo la encina de Yabés y ayunaron siete días.
13 Saúl murió por haber sido infiel al Señor, por no guardar su palabra, pues llegó a interrogar y a consultar a una adivina,
14 en vez de consultar al Señor. El Señor lo entregó a la muerte y traspasó el reino a David, hijo de Jesé.
1 Los israelitas se reunieron con David en Hebrón y le dijeron:
«Mira: hueso tuyo y sangre tuya somos.
2 Desde mucho antes, incluso cuando Saúl era rey, eras tú el que dirigía las entradas y salidas de Israel. El Señor, tu Dios, te dijo: “Tú pastorearás a mi pueblo, Israel; tú serás el jefe de mi pueblo, Israel"».
3 Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón, donde se encontraba el rey. David hizo un pacto con ellos ante el Señor en Hebrón y le ungieron como rey de Israel, tal como había dicho el Señor por medio de Samuel.
4 David y todo Israel atacaron Jerusalén, es decir, Jebús; los habitantes del país eran jebuseos.
5 Los habitantes de Jebús dijeron a David: «No entrarás aquí». Pero David conquistó la fortaleza de Sión que es la Ciudad de David.
6 David había prometido: «El primero que mate a un jebuseo será general en jefe». Joab, hijo de Seruyá, subió el primero y fue nombrado general.
7 David se instaló en la fortaleza, y por eso la llamaron Ciudad de David.
8 Construyó los alrededores de la ciudad, desde el Miló hasta la muralla circundante, mientras Joab restauraba el resto de la ciudad.
9 David iba medrando y el Señor del universo estaba con él.
10 Estos son los jefes de los valientes de David, que, durante su reinado, se esforzaron con él y con todo Israel para que reinara, conforme a lo predicho por el Señor a Israel.
11 Lista de los guerreros de David: Yasobeán, hijo de Jacmoní, el primero de los tres, que blandió su lanza y mató a más de trescientos de una sola vez.
12 Después de él Eleazar, hijo de Dodó, el ajojita, que también pertenecía a los tres valientes.
13 Estuvo con David en Fesdamín, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla. Había una parcela sembrada de cebada. Cuando el ejército huía ante los filisteos,
14 él se apostó en medio de la parcela, la defendió y mató a los filisteos. Así el Señor los puso a salvo con una gran victoria.
15 Tres de los treinta príncipes bajaron a la peña donde estaba David, a la cueva de Adulán, mientras los filisteos estaban acampados en el valle de Refaín.
16 David estaba entonces en el refugio y la guarnición filistea ocupaba Belén.
17 David sintió sed y exclamó: «¡Quién me diera a beber agua del pozo que está junto a la puerta de Belén!».
18 Los tres irrumpieron en el campamento filisteo, sacaron agua del pozo que está junto a la puerta de Belén y se la llevaron a David. Pero David no quiso beberla, sino que la derramó como libación al Señor,
19 diciendo: «¡Líbreme el Señor de hacerlo! ¿Voy a beber la sangre y la vida de estos hombres que la han traído arriesgando sus vidas?». Y no quiso beberla. Esto lo hicieron los tres héroes.
20 Abisay, hermano de Joab, era jefe de los treinta. Blandiendo su lanza, mató a más de trescientos y adquirió renombre entre los treinta.
21 Fue el más famoso de los treinta y fue su jefe, pero no igualó a los tres.
22 Benaías, hijo de Yehoyadá, natural de Cabseel, hombre valiente y pródigo en hazañas, mató a los dos moabitas hijos de Ariel. Bajó a matar al león en la cisterna el día de la nevada.
23 También mató a un egipcio que medía unos dos metros y medio. El egipcio empuñaba una lanza del tamaño de un rodillo de telar. Benaías fue hacia él con un bastón, le arrebató la lanza y con ella lo mató.
24 Esto hizo Benaías, hijo de Yehoyadá. Así adquirió renombre entre los treinta guerreros.
25 Fue famoso entre los treinta, pero no igualó a los tres. David lo puso al frente de su escolta.
26 Los guerreros más famosos fueron Asael, hermano de Joab; Eljanán, hijo de Dodó, de Belén;
27 Samot, el de Jarod; Jeles, el pelonita;
28 Irá, hijo de Iqués, de Técoa; Abiezer, de Anatot;
29 Sibcay, el jusita; Ilay, el ajojita;
30 Mahray, el netofita; Jéled, hijo de Baaná, de Netof;
31 Itay, hijo de Ribay, de Guibeá de Benjamín; Benaías, de Piratón;
32 Juray, del Río Gaas; Abiel, de Arabá;
33 Azmávet, de Bajurín; Elyajbá, de Saalbín;
34 Bené Jasén, el guizonita; Jonatán, hijo de Sagué, de Arar;
35 Ajián, hijo de Sacar, el ararita; Elifal, hijo de Ur;
36 Jéfer, de Mequerá; Ajías, el pelonita;
37 Jesró, de Carmel; Naaray, hijo de Ezbay;
38 Joel, hermano de Natán; Mibjar, hijo de Agrí;
39 Sélec, el amonita; Najray, de Berot, escudero de Joab, hijo de Seruyá;
40 Irá, de Yatir; Gareb, de Yatir;
41 Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ajlay;
42 Adiná, hijo de Sizá, el rubenita, jefe de los rubenitas, y con él treinta;
43 Janán, hijo de Maacá; Josafat, el mitnita;
44 Uzías, de Astarot; Samá y Yeiel, hijos de Jotán, de Aroer;
45 Yediael, hijo de Simrí; Yojá, su hermano, el tisita;
46 Eliel, el majavita; Yeribay y Josabías, hijos de Elnaán; Yitmá, el moabita;
47 Eliel, Obed y Yassiel, de Sobá.
1 Estos son los que fueron a Sicelag, donde estaba David, cuando este evitaba a Saúl, hijo de Quis. Eran de los valientes que le ayudaban en la guerra;
2 equipados con arco, podían lanzar piedras y disparar flechas con las dos manos. Eran parientes de Saúl, el benjaminita:
3 Ajiézer, el jefe, y Joás, hijos de Semaá, de Guibeá; Yeziel y Pélet, hijos de Asmávet; Beracá y Jehú, de Anatot;
4 Yismaías, de Gabaón, valiente entre los treinta y jefe de los mismos;
5 Jeremías, Yajaziel, Juan, Jozabad, de Guederot;
6 Eluzay, Yerimot, Baalías, Semarías y Sefatías, de Jarif;
7 Elcaná, Isaías, Azarel, Yoézer, Yasobán, coreítas;
8 Yoelá y Zebadías, hijos de Yeroján, de Guedor.
9 También algunos gaditas se pasaron a David en el refugio del desierto: valientes guerreros, combativos, diestros con el escudo y la lanza, parecidos a los leones, ágiles como gacelas monteses.
10 Su jefe era Ézer; Abdías, el segundo; Eliab, tercero;
11 Mismaná, cuarto; Jeremías, quinto;
12 Atay, sexto; Eliel, séptimo;
13 Juan, octavo; Elzabad, noveno;
14 Jeremías, décimo; Macbanay, undécimo.
15 Todos estos gaditas eran jefes del ejército; el menor mandaba a cien y el mayor a mil.
16 Estos son los que el mes primero pasaron el Jordán, cuando se desborda por sus riberas, y pusieron en fuga a los habitantes de los valles, a oriente y occidente.
17 También algunos benjaminitas y judaítas fueron al refugio de David.
18 Este salió a su encuentro y les dijo:
«Si venís a mí en son de paz para ayudarme, estoy dispuesto a unirme a vosotros; pero si es para entregarme a mis enemigos, sin haber actuado con violencia, que el Dios de nuestros padres lo vea y os lo demande».
19 Entonces el espíritu cubrió a Amasay, jefe de los treinta:
«Somos tuyos, David.
Contigo estamos, hijo de Jesé.
¡Paz, paz a ti!
¡Paz a los que te ayuden,
porque tu Dios te ayuda!».
20 También algunos de Manasés se pasaron a David, cuando este iba con los filisteos a la guerra contra Saúl. Aunque en realidad no combatió con ellos, porque los príncipes de los filisteos, tras deliberar, pensaron: «Se pasará a Saúl, su señor, con nuestras cabezas».
21 Cuando volvió a Sicelag, se le pasaron algunos de Manasés: Adná, Yozabad, Yediael, Miguel, Yozabad, Elihú y Siletay, jefes de millares de Manasés.
22 Ayudaron a David en sus incursiones. Todos ellos fueron valientes guerreros y llegaron a ser jefes del ejército.
23 Día tras día le llegaban refuerzos a David, hasta que llegó a formar un gran ejército, un ejército poderosísimo.
24 Este es el número de los líderes preparados para la guerra que se presentaron a David, en Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la palabra del Señor:
25 seis mil ochocientos de Judá, portadores de escudo y lanza, preparados para la guerra;
26 siete mil cien benjaminitas valientes y esforzados para la guerra;
27 cuatro mil seiscientos de Leví;
28 Yehoyadá, jefe de los aaronitas, con otros tres mil setecientos;
29 Sadoc, joven guerrero y valeroso, con veintidós jefes de su familia;
30 tres mil de Benjamín, parientes de Saúl, que hasta entonces habían permanecido fieles en su mayor parte a la casa de Saúl;
31 veinte mil ochocientos efraimitas, guerreros valientes y famosos en sus familias;
32 dieciocho mil de media tribu de Manasés, nominalmente designados para ir a proclamar rey a David;
33 doscientos jefes de Isacar, y todos sus hermanos a sus órdenes, duchos en discernir las oportunidades y en saber lo que Israel debía hacer;
34 cincuenta mil de Zabulón, aptos para el ejército, preparados para la guerra, equipados con toda clase de armas, que intervenían sin doblez de corazón;
35 mil jefes de Neftalí, con treinta y siete mil hombres provistos de escudo y lanza;
36 veintiocho mil seiscientos danitas, preparados para la guerra;
37 cuarenta mil de Aser, aptos para el ejército y preparados para la guerra;
38 y de Transjordania, ciento veinte mil entre rubenitas, gaditas y media tribu de Manasés, provistos de toda clase de armas.
39 Todos estos hombres de guerra, agrupados en formaciones, fueron a Hebrón decididos a nombrar a David rey de todo Israel. También los demás israelitas estaban de acuerdo en nombrar rey a David.
40 Permanecieron allí tres días con David, comiendo y bebiendo a expensas de sus hermanos.
41 Tanto los de las cercanías como los de Isacar, Zabulón y Neftalí vinieron en asnos, camellos, mulos y bueyes, trayendo víveres: harina, tortas de higos, pasas, vino y aceite, ganado mayor y menor en abundancia, porque Israel estaba en fiesta.
1 David consultó a los jefes de millar, a los centuriones y a todos los caudillos.
2 Después dijo a toda la asamblea de Israel: «Si os parece bien y si el Señor, nuestro Dios, lo quiere, vamos a invitar a nuestros hermanos, que se han quedado en el territorio de Israel –y, juntamente con ellos, a los sacerdotes y levitas de las ciudades y ejidos–, a que se reúnan con nosotros.
3 Después nos traeremos el Arca de nuestro Dios, ya que desde el tiempo de Saúl no nos hemos preocupado de ella».
4 Toda la asamblea decidió obrar así, pues la propuesta agradó a toda la gente.
5 David congregó a todos los israelitas, desde Sijor de Egipto hasta la entrada de Jamat, para traer el Arca desde Quiriat Yearín.
6 Fue, pues, David, con todo Israel, a Baalá, es decir, a Quiriat Yearín de Judá, para subir el Arca de Dios, donde se invoca el nombre del Señor que se sienta sobre querubines.
7 Pusieron el Arca de Dios en un carro nuevo y la sacaron de la casa de Abinadab; Uzá y Ajió conducían el carro.
8 David y los israelitas iban danzando ante Dios con todo entusiasmo, cantando al son de cítaras, arpas, tambores, platillos y trompetas.
9 Al llegar a la era de Quidón, los bueyes tropezaron y Uzá alargó la mano para sujetar el Arca.
10 Se encendió la ira del Señor contra Uzá, le hirió por haber alargado la mano hacia el Arca y murió allí mismo, delante de Dios.
11 David se enojó porque el Señor había arremetido contra Uzá, y se llamó aquel sitio Peres de Uzá, hasta el día de hoy.
12 Aquel día David temió a Dios y dijo: «¿Cómo voy a llevar a mi casa el Arca de Dios?».
13 Así que no la trasladó a su casa, a la Ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obededón, el de Gat.
14 El Arca de Dios estuvo tres meses en la propia casa de Obededón, y el Señor bendijo a la familia de Obededón y cuanto tenía.
1 Jirán, rey de Tiro, envió a David mensajeros, maderas de cedro, albañiles y carpinteros para construirle un palacio.
2 Comprendió David que el Señor le había confirmado como rey de Israel, pues había enaltecido su realeza en atención a su pueblo Israel.
3 David tomó en Jerusalén otras esposas y engendró más hijos e hijas.
4 Estos son los nombres de los nacidos en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,
5 Yibjar, Elisúa, Elpálet,
6 Nogah, Néfeg, Yafía,
7 Elisamá, Belyadá y Elifélet.
8 Cuando oyeron los filisteos que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos en su busca. David, al enterarse, les salió al encuentro.
9 Llegaron los filisteos y se desplegaron por el valle de Refaín.
10 David consultó a Dios:
«¿Puedo atacar a los filisteos? ¿Me los entregarás?».
El Señor le respondió:
«Atácalos, que te los entrego».
11 Los atacó en Baal Perasín y allí los derrotó. David exclamó: «Dios, valiéndose de mí, ha abierto una brecha entre mis enemigos, como brecha en un torrente». Por eso aquel lugar recibió el nombre de Baal Perasín.
12 Los filisteos dejaron allí los ídolos, y David ordenó que les prendieran fuego.
13 Volvieron nuevamente los filisteos y se desplegaron por el valle.
14 David consultó de nuevo a Dios, que le respondió: «No los ataques. Rodéalos y atácalos frente a las moreras.
15 Cuando oigas un rumor de pasos en las copas de las moreras, sal a la batalla, porque Dios sale delante de ti a derrotar al ejército filisteo».
16 David hizo como Dios le mandó y derrotó al ejército filisteo desde Gabaón hasta Guézer.
17 La fama de David se extendió por todo el territorio y Dios le hizo temible ante todos los pueblos.
1 David se construyó un palacio en la Ciudad de David, preparó un lugar para el Arca de Dios y le levantó una tienda.
2 Luego ordenó: «Nadie transporte el Arca de Dios a no ser los levitas, pues el Señor los ha elegido para transportar el Arca del Señor y para servirlo perpetuamente».
3 David congregó en Jerusalén a todo Israel para subir el Arca del Señor al lugar que le había preparado.
4 Reunió también a los hijos de Aarón y a los levitas.
5 Hijos de Queat fueron Uriel, el jefe, y ciento veinte de su familia.
6 Hijos de Merarí fueron Asaías, el jefe, y doscientos veinte de su familia.
7 Hijos de Guersón fueron Joel, el jefe, y ciento treinta de su familia.
8 Hijos de Elisafán fueron Semaías, el jefe, y doscientos de su familia.
9 Hijos de Hebrón fueron Eliel, el jefe, y ochenta de su familia.
10 Hijos de Uziel fueron Aminadab, el jefe, y ciento doce de su familia.
11 También llamó David a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,
12 y les dijo: «Vosotros sois los cabeza de familia de los levitas; purificaos, junto con vuestros hermanos, para subir el Arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado.
13 Por no haber estado vosotros la primera vez, el Señor, Dios nuestro, arremetió contra nosotros, ya que no le consultamos conforme a lo mandado».
14 Los sacerdotes y los levitas se purificaron para subir el Arca del Señor, Dios de Israel.
15 Luego los levitas levantaron el Arca de Dios tal como lo había mandado Moisés por orden del Señor: apoyando los varales sobre sus hombros.
16 David mandó a los jefes de los levitas emplazar a los cantores de sus familias con instrumentos musicales –arpas, cítaras y platillos– para que los hiciesen resonar, alzando la voz con júbilo.
17 Los levitas designaron a Hemán, hijo de Joel; a su pariente Asaf, hijo de Berequías, y a Etán, hijo de Cusaías, descendiente de Merarí y pariente de los anteriores.
18 Junto con ellos, en segundo lugar, a sus parientes: Zacarías, hijo de Yaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maasías, Matitías, Eliflehú, Micnías, Obededón y Yeiel, porteros.
19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán tocaban platillos de bronce.
20 Zacarías, Yaaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Maasías y Benaías tenían arpas agudas.
21 Matitías, Eliflehú, Micnías, Obededón, Yeiel y Azarías tenían cítaras de octava para dirigir el canto.
22 Quenanías, jefe de los levitas músicos, dirigía el canto porque era un experto.
23 Berequías y Elcaná eran porteros del Arca.
24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliézer tocaban las trompetas delante del Arca de Dios. Obededón y Yejías eran porteros del Arca.
25 David, los ancianos de Israel y los jefes de millar fueron gozosamente a subir el Arca de la alianza de Dios desde la casa de Obededón.
26 Como Dios ayudó a los levitas portadores del Arca de la alianza del Señor, sacrificaron siete novillos y siete carneros.
27 David iba ataviado con un manto de lino fino, lo mismo que los levitas portadores del Arca, los cantores y Quenanías, director del coro. David llevaba sobre sí un efod de lino.
28 Todo Israel acompañaba el Arca de la alianza del Señor entre aclamaciones, al son de cuernos, trompetas y platillos, y tocando arpas y cítaras.
29 Cuando el Arca de la alianza del Señor entró en la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando por la ventana; al ver al rey David danzando y bailando, lo despreció en su interior.
1 Llevaron el Arca de Dios y la colocaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Dios.
2 Cuando David acabó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
3 Luego repartió a todos los israelitas, hombres y mujeres, una torta de pan, un trozo de carne y un pastel de pasas a cada uno.
4 Puso a algunos levitas al servicio del Arca del Señor para celebrar, dar gracias y alabar al Señor, Dios de Israel:
5 Asaf, el jefe; Zacarías, el segundo; luego Uziel, Semiramot, Yeiel, Matitías, Eliab, Benaías, Obededón y Yeiel, con arpas y cítaras. Asaf tocaba los platillos.
6 Los sacerdotes Benaías y Yajaziel tocaban sin interrupción las trompetas ante el Arca de la alianza de Dios.
7 Aquel día, David dispuso por primera vez que Asaf y sus hermanos alabaran al Señor así:
8 «Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
9 Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas,
10 gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
11 Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
12 Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
13 ¡Estirpe de Israel, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido!
14 El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
15 Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones,
16 de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac,
17 confirmado como ley para Jacob,
como alianza eterna con Israel:
18 “A ti te daré el país cananeo,
como lote de vuestra heredad".
19 Cuando erais unos pocos mortales,
contados, y forasteros en el país,
20 cuando erraban de pueblo en pueblo
y de un reino a otra nación,
21 a nadie permitió que los molestase,
y por ellos castigó a reyes:
22 “No toquéis a mis ungidos,
no hagáis mal a mis profetas".
23 Cantad al Señor toda la tierra,
pregonad día tras día su victoria.
24 Contad a los gentiles su gloria,
sus maravillas a todos los pueblos;
25 porque grande es el Señor
y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
26 Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
27 honor y majestad lo preceden,
la fuerza y el esplendor en su santuario.
28 Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor;
29 aclamad la gloria del nombre del Señor,
traed ofrendas y entrad ante él.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
30 Tiemble en su presencia la tierra toda;
él afianzó el orbe, y no se moverá.
31 Alégrese el cielo, goce la tierra;
decid a los pueblos: “¡El Señor es rey!".
32 Retumbe el mar y cuanto lo llena,
exulte la campiña y cuanto hay en ella.
33 Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega a regir la tierra.
34 Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
35 Decid: “Sálvanos, oh Dios nuestro salvador,
reúnenos y líbranos de entre los gentiles:
daremos gracias a tu santo nombre,
y nos gloriaremos cantando tu alabanza".
36 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
desde siempre y por siempre.
Y todo el pueblo diga:
“¡Amén! ¡Aleluya!"».
37 David dejó allí, ante el Arca de la alianza del Señor, a Asaf y a sus hermanos al cuidado permanente del Arca, según el rito de cada día.
38 Nombró porteros a Obededón, hijo de Yedutún, a sesenta y ocho de su familia y a Josá.
39 Así mismo, puso al sacerdote Sadoc y a sus hermanos, los sacerdotes, al frente de la Morada del Señor, en el alto de Gabaón,
40 para que ofrecieran constantemente holocaustos al Señor en el altar de los holocaustos, por la mañana y por la tarde, según está escrito en la ley que el Señor había prescrito a Israel.
41 Con ellos estaban Hemán, Yedutún y los demás elegidos y nominalmente designados para dar gracias al Señor: «porque es eterno su amor».
42 Entre ellos, Hemán y Yedutún tocaban trompetas, platillos y otros instrumentos para acompañar los cánticos de Dios. Los hijos de Yedutún eran porteros.
43 Después se marcharon todos, cada cual a su casa. David regresó para bendecir su casa.
1 Una vez instalado en su casa, David dijo al profeta Natán: «Mira yo vivo en una casa de cedro, mientras que el Arca de la alianza del Señor está en una tienda».
2 Natán le respondió: «Haz lo que te dicte el corazón, porque Dios está contigo».
3 Pero aquella noche Natán recibió esta palabra de Dios:
4 «Ve a decir a mi siervo David: “Así dice el Señor: No serás tú quien me construya la Casa para habitar.
5 Desde el día en que liberé a Israel hasta el día de hoy no he habitado en casa alguna, sino que he estado de tienda en tienda y de santuario en santuario.
6 Mientras iba de un lugar a otro con todo Israel, ¿acaso dirigí la palabra a algún juez de Israel, a los que mandé gobernar a mi pueblo, para decirle: ¿Por qué no me construís una casa de cedro?".
7 Pues bien, di a mi siervo David: “Así dice el Señor del universo: Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel.
8 He estado contigo dondequiera que hayas ido, he eliminado a todos tus enemigos ante ti y voy a hacerte tan famoso como a los más famosos de la tierra.
9 Dispondré un lugar para mi pueblo Israel, lo plantaré para que viva en él; ya no será perturbado, ni los malvados continuarán humillándolo, como antaño,
10 como en los días en que instituí jueces sobre mi pueblo, Israel, sino que humillaré a todos tus enemigos. Te anuncio además que el Señor te edificará una casa.
11 Y cuando llegue el momento de irte con tus antepasados, suscitaré a un descendiente, a uno de tus hijos, y afianzaré su reino.
12 Él me edificará un templo y yo consolidaré su trono para siempre.
13 Yo seré para él padre y él será para mí hijo; no le retiraré mi favor, como se lo retiré a tu predecesor.
14 Lo confirmaré para siempre en mi casa y en mi reino, y su trono estará firme eternamente"».
15 Natán comunicó a David toda esta visión y todas estas palabras.
16 Entonces el rey David fue a presentarse ante el Señor y dijo: «¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí?
17 Por si esto te parecía poco, oh Dios, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro y me miras como a un hombre distinguido, Señor Dios.
18 ¿Qué más podría decirte David por el honor concedido a tu siervo, si tú conoces a tu siervo?
19 Señor, por el amor a tu siervo y según tu designio, has realizado esta gran proeza, revelando toda tu grandeza.
20 Señor, no hay nadie como tú, ni dios alguno fuera de ti, como lo hemos oído.
21 ¿Y quién como tu pueblo Israel, única nación en la tierra a la que Dios fue a rescatar para hacerla suya, dándole renombre por medio de obras grandes y terribles y expulsando a las naciones ante el pueblo que rescataste de Egipto?
22 Constituiste a tu pueblo, Israel, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios.
23 Ahora, pues, Señor Dios, confirma para siempre la palabra dirigida a tu siervo y a su familia, y cumple tu palabra.
24 Que tu nombre permanezca y sea ensalzado por siempre de este modo: “El Señor del universo es el Dios de Israel; y la casa de tu siervo David permanezca estable en tu presencia".
25 Ya que tú, Dios mío, has revelado a tu siervo que le construirás una casa, tu siervo se ha atrevido a orar en tu presencia.
26 Ahora, Señor, tú eres el Dios verdadero y has prometido a tu siervo esta dicha.
27 Dígnate, pues, bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca para siempre ante ti; porque lo que tú bendices, Señor, queda bendito para siempre».
1 Después de esto, David derrotó a los filisteos y los sometió, arrebatándoles Gat y sus poblados.
2 Derrotó a Moab y los moabitas fueron siervos de David, sometidos a tributo.
3 Derrotó también a Adadézer, rey de Sobá, en Jamat, cuando iba a establecer su dominio en el río Éufrates.
4 David le capturó mil carros, siete mil jinetes y veinte mil soldados de infantería; y mutiló los caballos de tiro, de los que se reservó un centenar.
5 Los sirios de Damasco acudieron en auxilio de Adadézer, rey de Sobá, pero David mató veintidós mil hombres
6 e impuso gobernadores a los sirios de Damasco; los sirios se convirtieron en vasallos de David sometidos a tributo. El Señor dio la victoria a David en todas sus campañas.
7 David recogió los escudos de oro que llevaban los servidores de Adadézer y los llevó a Jerusalén.
8 En Tibjat y Cun, ciudades de Adadézer, se apoderó de una inmensa cantidad de bronce, con la que Salomón hizo el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.
9 Cuando Tou, rey de Jamat, se enteró de que David había derrotado al ejército de Adadézer, rey de Sobá,
10 envió a su hijo Adorán a visitar al rey David para saludarlo y felicitarlo por haber luchado contra Adadézer y haberlo vencido. (Es que Tou estaba en guerra con Adadézer). Adorán llevó objetos de oro, plata y bronce.
11 El rey David consagró al Señor esos objetos junto con la plata y el oro que había tomado de todas las naciones: Edón, Moab, los amonitas, los filisteos y Amalec.
12 Abisay, hijo de Seruyá, derrotó a dieciocho mil edomitas en Gue Hammélaj,
13 impuso gobernadores a Edón y los edomitas fueron vasallos de David. El Señor dio la victoria a David en todas sus campañas.
14 David reinó en todo Israel administrando derecho y justicia a todo el pueblo.
15 Joab, hijo de Seruyá, mandaba el ejército; Josafat, hijo de Ajilub, era el heraldo;
16 Sadoc, hijo de Ajitub, y Abimélec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; y Susá era secretario.
17 Benaías, hijo de Yehoyadá mandaba a los quereteos y pelteos. Los hijos de David eran los primeros junto al rey.
1 Después de esto, murió Najás, rey de los amonitas, y su hijo le sucedió en el trono.
2 David dijo: «Trataré con benevolencia a Janún, hijo de Najás, como su padre me trató con benevolencia».
Envió unos mensajeros para darle el pésame por su padre. Pero cuando los servidores de David entraron en territorio amonita para darle el pésame,
3 los jefes amonitas dijeron a Janún: «¿Crees que David ha enviado a los que te dan el pésame para mostrarte su estima por tu padre? ¿No habrán venido sus servidores a examinar, explorar y destruir el país?».
4 Entonces Janún prendió a los servidores de David, mandó que los raparan, que les cortaran la ropa por la mitad, hasta las nalgas, y los despidió.
5 Cuando se lo comunicaron a David, envió gente al encuentro de aquellos hombres, que venían totalmente avergonzados. El rey les dijo: «Quedaos en Jericó hasta que crezca vuestra barba y podáis volver».
6 Cuando los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David, Janún y los amonitas enviaron treinta mil kilos de plata a Arán Naharáin, a Maacá y a Sobá para contratar carros y jinetes.
7 Contrataron treinta y dos mil carros y al rey de Maacá con su ejército, que vinieron a acampar frente a Mádaba. Los amonitas se reunieron en sus ciudades y salieron a la guerra.
8 Al enterarse David, mandó a Joab con todo el ejército y sus guerreros.
9 Los amonitas salieron y formaron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, mientras los reyes que habían venido se quedaron aparte en el campo.
10 Cuando Joab advirtió que tenía un frente de batalla por delante y otro por detrás, escogió a los mejores de Israel y los formó frente a los sirios.
11 A la tropa restante la formó frente a los amonitas, al mando de su hermano Abisay,
12 con esta consigna: «Si los sirios me pueden, ven en mi ayuda, y si los amonitas te pueden, iré en tu ayuda.
13 ¡Ánimo! Esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, el Señor; y que el Señor haga lo que bien le parezca».
14 Entonces Joab y su tropa se lanzaron al combate contra los sirios, que huyeron ante él.
15 Los amonitas, al ver que los sirios huían, huyeron también ante Abisay, el hermano de Joab, y se metieron en la ciudad. Joab volvió a Jerusalén.
16 Al verse derrotados por Israel, los sirios enviaron mensajeros para movilizar a los sirios de allende el Río. Sofac, jefe del ejército de Adadézer, iba al frente de ellos.
17 Cuando informaron a David, reunió a todo Israel, atravesó el Jordán, llegó adonde estaban, tomó posiciones, se puso en orden de combate y entabló batalla contra los sirios.
18 Estos huyeron ante los israelitas. David mató siete mil aurigas y cuarenta mil soldados de infantería. Mató también a Sofac, jefe del ejército.
19 Los vasallos de Adadézer, viéndose derrotados por Israel, hicieron las paces con David y se le sometieron. Los sirios no quisieron ayudar nunca más a los amonitas.
1 Al año siguiente, en la época en que los reyes salen a la guerra, Joab llevó el grueso del ejército, arrasó el territorio amonita y se fue a sitiar Rabá, mientras David permanecía en Jerusalén. Joab conquistó Rabá y la demolió.
2 David quitó la corona de la cabeza de Milcón y descubrió que pesaba unos treinta y cuatro kilos de oro. Había en ella una piedra preciosa, que pasó a la corona de David. Se llevó de la ciudad un inmenso botín.
3 También hizo cautivos a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, rastrillos y hachas de hierro. Hizo lo mismo con todas las ciudades de los amonitas. Después regresó a Jerusalén con todo el ejército.
4 Más tarde tuvo lugar en Guézer una batalla contra los filisteos. Fue entonces cuando el jusita Sibcay mató a Sipay, de la raza de los gigantes. Los filisteos quedaron sometidos.
5 Se reanudó la guerra contra los filisteos y Eljanán, hijo de Yaír, mató a Lajmí, hermano de Goliat, el de Gat; el asta de su lanza era como el rodillo de un telar.
6 Hubo otra batalla en Gat, donde había un gigante que tenía veinticuatro dedos –seis en cada mano y seis en cada pie–. Pertenecía también a la raza de los gigantes.
7 Injurió a Israel, pero lo mató Jonatán, hijo de Simá, hermano de David.
8 Esta gente descendía de los gigantes de Gat, y cayeron en manos de David y de sus hombres.
1 Satán se alzó contra Israel e instigó a David a hacer un censo de Israel.
2 David ordenó a Joab y a los jefes del ejército:
«Id, censad a los israelitas desde Berseba hasta Dan, y traedme el resultado, para que yo sepa su número».
3 Joab le respondió:
«Multiplique el Señor a su pueblo cien veces más de lo que es. ¿Oh rey, mi señor, acaso no son todos siervos de mi señor? ¿Por qué pide esto mi señor? ¿Por qué acarrear una culpa sobre Israel?».
4 Pero la orden del rey prevaleció sobre Joab, que salió y recorrió todo Israel. Cuando regresó a Jerusalén,
5 entregó a David el resultado del censo del pueblo: había en Israel un millón ciento veinte mil diestros en el manejo de la espada, y en Judá cuatrocientos setenta mil varones diestros en el manejo de la espada.
6 No incluyó en este censo a Leví y Benjamín, porque Joab detestaba la orden del rey.
7 Dios lo desaprobó y castigó a Israel.
8 Entonces David dijo a Dios: «He pecado gravemente al hacer esto. Ahora, perdona la falta de tu siervo, que ha obrado tan neciamente».
9 El Señor dijo a Gad, vidente de David:
10 «Ve a decir a David: “Así dice el Señor: Te propongo tres cosas. Elige una de ellas y la realizaré"».
11 Gad fue a ver a David y le notificó:
«Así dice el Señor: Elige para ti
12 tres años de hambre, o bien tres meses huyendo de tus enemigos, perseguido por la espada de tus adversarios, o tres días de espada del Señor, es decir, de peste en el país, mientras el ángel del Señor hace estragos en todo el territorio de Israel. Ahora decide qué he de responder al que me ha enviado».
13 David respondió a Gat:
«¡Me encuentro en un gran apuro! Pero pongámonos en manos del Señor, cuya misericordia es inmensa, y no en manos de los hombres».
14 El Señor mandó la peste a Israel y murieron setenta mil israelitas.
15 Dios envió después un ángel a Jerusalén para asolarla; pero, cuando estaba asolándola, el Señor lo vio, se arrepintió del castigo y dijo al ángel exterminador: «¡Basta ya! ¡Retira tu mano!».
El ángel estaba junto a la era de Ornán, el jebuseo.
16 David alzó los ojos y vio al ángel del Señor erguido entre la tierra y el cielo, con la espada desenvainada en la mano, apuntando hacia Jerusalén. David y los ancianos, cubiertos de sayal, cayeron rostro en tierra.
17 Y David dijo a Dios: «¿No soy yo quien ordenó censar al pueblo? Soy yo el que ha pecado; soy yo el que ha cometido el mal. Ellos, en cambio, las ovejas, ¿qué han hecho? Por favor, Señor Dios mío, descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no envíes la peste sobre tu pueblo».
18 El ángel del Señor dio a Gad la orden de decirle a David que fuera a erigir un altar al Señor en la era de Ornán, el jebuseo.
19 Fue David, según la palabra dicha por Gad en nombre del Señor.
20 Ornán, que estaba trillando el trigo, vio al ángel; sus cuatro hijos que estaban con él se habían escondido.
21 Llegó David adonde estaba Ornán. Al ver este a David, salió de la era y se postró ante él rostro en tierra.
22 David dijo a Ornán:
«Dame la era para construir un altar al Señor, a fin de que cese la mortandad en el pueblo; te pagaré su precio exacto».
23 Ornán le respondió:
«Tómela el rey mi señor, y haga lo que bien la parezca. Le doy también los bueyes para el holocausto, los trillos para leña y el trigo como ofrenda. Le doy todo».
24 El rey David le replicó:
«No. Quiero comprártelo en su justo precio. No tomaré para el Señor lo que es tuyo, ni ofreceré holocaustos de balde».
25 David le dio a Ornán unos siete kilos de oro por el lugar.
26 Construyó allí un altar para el Señor y ofreció sobre él holocaustos y sacrificios de comunión. Invocó al Señor, que le respondió enviando fuego del cielo sobre el altar de los holocaustos.
27 El Señor ordenó al ángel que envainase la espada.
28 Al ver David que el Señor le había respondido en la era de Ornán, ofreció allí sacrificios.
29 La Morada del Señor que hizo Moisés en el desierto y el altar de los holocaustos estaban por entonces en el alto de Gabaón.
30 Pero David no se atrevió a ir ante Dios para consultarle, porque le aterraba la espada del ángel del Señor.
1 Entonces se dijo David: «Aquí estará el templo del Señor Dios y el altar de los holocaustos de Israel».
2 David mandó reunir a los extranjeros residentes en la tierra de Israel y designó canteros que tallaron piedras para construir el templo de Dios.
3 También preparó hierro en abundancia para hacer los clavos de las puertas y para las junturas. Incontable era el bronce
4 e incalculable la madera de cedro, que le traían en abundancia los sidonios y los tirios.
5 David se decía: «Mi hijo Salomón es aún joven y débil, y el templo que hay que construir al Señor debe ser sumamente grandioso, para que su fama y gloria llegue a todos los países. Así que yo le haré los preparativos». E hizo David grandes preparativos antes de su muerte.
6 Después llamó a su hijo Salomón y le mandó construir un templo al Señor, Dios de Israel.
7 David dijo a Salomón: «Hijo mío, yo pensé construir un templo en honor del Señor, mi Dios.
8 Pero recibí la palabra del Señor que me dijo: “Tú has derramado mucha sangre y has emprendido grandes guerras. No construirás un templo en mi honor, porque has derramado mucha sangre en mi presencia.
9 Mira, te nacerá un hijo que será un hombre pacífico; le concederé paz con todos los enemigos de alrededor. Su nombre, por tanto, será Salomón. En sus días concederé paz y tranquilidad a Israel.
10 Él construirá un templo en mi honor. Será para mí un hijo y yo seré para él un padre, y consolidaré por siempre su trono real en Israel".
11 Ahora, hijo mío, que el Señor esté contigo y consigas construir el templo del Señor, tu Dios, como lo ha predicho de ti.
12 Que el Señor te conceda tan solo sensatez y prudencia, para que, cuando gobiernes a Israel, observes la ley del Señor, tu Dios.
13 Prosperarás si tienes cuidado en practicar los mandatos y preceptos que el Señor mandó a Israel por medio de Moisés. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No temas ni desmayes!
14 Mira, fatigosamente he reunido para el templo de Dios unas treinta y cuatro mil toneladas de oro, unas trescientas cuarenta mil toneladas de plata, bronce y hierro incalculable por su abundancia; además, madera y piedras, que tú podrás aumentar.
15 Dispones de muchos obreros: canteros, albañiles, carpinteros, expertos en toda clase de obras.
16 Hay abundancia de oro, plata, bronce y hierro. ¡Ánimo, pues! Manos a la obra y que el Señor sea contigo».
17 David ordenó a todos los jefes de Israel que ayudasen a su hijo Salomón:
18 «Bien sabéis que el Señor, vuestro Dios, está con vosotros y que os ha dado paz por todas partes. Él me entregó a los habitantes de esta tierra, sometida al Señor y a su pueblo.
19 Ahora entregaos en cuerpo y alma a buscar al Señor, vuestro Dios. Disponeos a construir un santuario al Señor Dios, para trasladar al templo construido en honor del Señor el Arca de la alianza del Señor y los utensilios consagrados a Dios».
1 Siendo ya viejo y colmado de años, David proclamó rey de Israel a su hijo Salomón.
2 Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas,
3 y se hizo el censo de los levitas mayores de treinta años; su número, contados de uno en uno, resultó ser de treinta y ocho mil varones.
4 Veinticuatro mil de ellos dirigían los trabajos del templo del Señor; seis mil eran escribas y jueces.
5 Cuatro mil eran porteros y cuatro mil alababan al Señor con los instrumentos que David había fabricado para la alabanza.
6 Este los distribuyó por clases, según los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí.
7 Hijos de Guersón eran Ladán y Semeí.
8 Los hijos de Ladán eran tres: Yejiel, el primogénito, Zetán y Joel.
9 También eran tres los hijos de Semeí: Selomit, Jaziel y Harán, todos ellos cabezas de familia de Ladán.
10 Semeí tuvo cuatro hijos: Yájat, Zizá, Yeús y Beriá.
11 Yájat era el primogénito, Zizá, el segundo; Yeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, por lo que fueron registrados como una sola familia.
12 Queat tuvo cuatro hijos: Amrán, Yisar, Hebrón y Uziel.
13 Hijos de Amrán fueron Aarón y Moisés. A Aarón y a sus descendientes los apartaron a perpetuidad para ofrecer los dones santísimos, para quemar incienso ante el Señor, servirle y bendecir su nombre por siempre.
14 Moisés, el hombre de Dios, y sus hijos fueron contados con la tribu de Leví.
15 Hijos de Moisés fueron Guersón y Eliézer.
16 El primogénito de Guersón fue Sebuel,
17 y el primogénito de Eliézer, Rajabías. Eliézer no tuvo más hijos, pero Rajabías tuvo una descendencia numerosa.
18 Selomit fue el primogénito de Yisar.
19 Los hijos de Hebrón fueron Yerías, el primogénito; Amarías, el segundo; Uziel, el tercero, y Yecamán, el cuarto.
20 Los hijos de Uziel fueron Micá, el primogénito, y Yisías, el segundo.
21 Hijos de Merarí fueron Majlí y Musí. Hijos de Majlí fueron Eleazar y Quis.
22 Murió Eleazar sin tener hijos, solo hijas, que se casaron con sus primos, los hijos de Quis.
23 Musí tuvo tres hijos: Majlí, Éder y Yeremot.
24 Estos eran los hijos de Leví, por familias, los cabezas de familia según su censo, contados nominalmente uno a uno. Los mayores de veinte años estaban al servicio del culto en el templo del Señor.
25 En efecto, David había dicho: «El Señor, Dios de Israel, ha dado descanso a su pueblo y habita en Jerusalén para siempre.
26 Por eso, los levitas ya no tienen que transportar la Morada y los utensilios para su ministerio».
27 De acuerdo con las últimas disposiciones de David, se hizo el cómputo de los levitas mayores de veinte años.
28 Estaban a las órdenes de los aaronitas para el servicio del templo del Señor, de los atrios y de las cámaras, para purificar todo lo sagrado y demás trabajos relacionados con el templo de Dios.
29 Estaban encargados del pan de la proposición, de la harina para las ofrendas, las tortas sin levadura, lo frito en la sartén o cocido, y de todos los pesos y medidas.
30 Por la mañana y por la tarde tenían que asistir para dar gracias y alabar al Señor,
31 y para ofrecer regularmente holocaustos al Señor –en su presencia– los sábados, novilunios y solemnidades, según el número y de acuerdo con su rito correspondiente.
32 También tenían a su cargo el servicio del templo del Señor, según el ritual de la Tienda del Encuentro, del santuario y de sus hermanos aaronitas.
1 Clases de los descendientes de Aarón:
Hijos de Aarón fueron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.
2 Como Nadab y Abihú murieron antes que su padre, sin dejar hijos, ejercieron el sacerdocio Eleazar e Itamar.
3 David, con Sadoc, de los hijos de Eleazar, y con Abiatar, de los hijos de Itamar, los distribuyeron según sus funciones en el servicio.
4 Resultó que la familia de Eleazar tenía más varones que la de Itamar, por eso a los de Eleazar les correspondieron dieciséis cabezas de familia, y a los de Itamar, ocho.
5 A unos y otros los distribuyeron por sorteo, ya que, tanto en la familia de Eleazar como en la de Itamar, había jefes del santuario y jefes de la casa de Dios.
6 Un levita, el escriba Semaías, hijo de Netanel, los inscribió en presencia del rey y de los jefes, del sacerdote Sadoc y de Ajimélec, hijo de Abiatar, en presencia de las familias sacerdotales y levíticas: dos familias de Eleazar y una de Itamar.
7 El primero que salió en el sorteo fue Joarib; el segundo, Yedaías;
8 el tercero, Jarín; el cuarto, Seorín;
9 el quinto, Malquías; el sexto, Miyamín;
10 el séptimo, Hacós; el octavo, Abías;
11 el noveno, Jesús; el décimo, Secanías;
12 el undécimo, Eliasib; el duodécimo, Yaquín;
13 el decimotercero, Jupá; el decimocuarto, Yesebab;
14 el decimoquinto, Bilgá; el decimosexto, Imer;
15 el decimoséptimo, Jezir; el decimoctavo, Hapisés;
16 el decimonono, Petajías; el vigésimo, Ezequiel;
17 el vigésimo primero, Yaquín; el vigésimo segundo, Gamul;
18 el vigésimo tercero, Delaías; el vigésimo cuarto, Maazías.
19 Estos fueron registrados según sus servicios para entrar en el templo del Señor, conforme a la ordenanza establecida por su padre Aarón, de acuerdo con lo mandado por el Señor, Dios de Israel.
20 Otros de las familias de Leví:
De la familia de Amrán: Subael. De la familia de Subael, Yejdías.
21 De la familia de Rejabías, Yisías, que era el primogénito.
22 De los yisaritas, Selomot. De la familia de Selomot, Yájat.
23 De la familia de Hebrón, Yerías, el primogénito; Amarías era el segundo; Yajaziel, el tercero; Yecamán, el cuarto.
24 De la familia de Uziel, Micá. De la familia de Micá, Samur.
25 Yisías era hermano de Micá. De la familia de Yisías, Zacarías.
26 Hijos de Merari fueron Majlí y Musí; también era hijo suyo Yaazías.
27 Descendientes de Merarí, por parte de su hijo Yaazías fueron Sohán, Zacur e Ibrí.
28 Por parte de Majlí fueron Eleazar, que no tuvo hijos, y Quis.
29 Por parte de Quis, Yerajmeel.
30 Hijos de Musí fueron Majlí, Éder y Yerimot. Estos fueron los descendientes de Leví por familias.
31 Igual que sus hermanos aaronitas, también estos entraron en sorteo –tanto las familias principales como las más pequeñas– ante el rey David, y ante Sadoc, Abiatar y los cabezas de familia sacerdotales y levíticos.
1 David y los jefes del ejército separaron para el culto a los hijos de Asaf, Hemán y Yedutún, para que profetizaran al son de cítaras, arpas y platillos. Ésta es la lista de personas empleadas en esta tarea del culto:
2 De la familia de Asaf: Zacur, José, Natanías y Asarelá, hijos de Asaf, bajo la dirección de Asaf, que profetizaba a las órdenes del rey.
3 De la familia de Yedutún eran seis: Godolías, Serí, Isaías, Semeí, Jasabías y Matitías; estos actuaban bajo la dirección de su padre Yedutún, que profetizaba al son de la cítara para dar gracias y alabar al Señor.
4 De la familia de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Yerimot, Ananías, Jananí, Eliatá, Guidaltí, Romanti Ézer, Yosbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot.
5 Todos estos eran hijos de Hemán, vidente del rey, para enaltecer el poderío real, conforme a la promesa divina. Dios había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas.
6 Todos ellos, bajo la dirección de su padre, cantaban en el templo del Señor con platillos, arpas y cítaras, al servicio del templo de Dios. Asaf, Yedutún y Hemán se hallaban a las órdenes del rey.
7 Su número, incluyendo el de sus parientes, era de doscientos ochenta y ocho; estaban instruidos en el canto al Señor; todos ellos eran maestros.
8 Sortearon el turno de servicio, sin distinguir entre pequeños y grandes, maestros y discípulos.
9 El primero que salió en el sorteo fue el asafita José; el segundo, Godolías con sus hermanos e hijos, doce personas;
10 el tercero, Zacur con sus hijos y hermanos, doce personas;
11 el cuarto, Yisrí con sus hijos y hermanos, doce personas;
12 el quinto, Natanías con sus hijos y hermanos, doce personas;
13 el sexto, Buquías con sus hijos y hermanos, doce personas;
14 el séptimo, Yesarela con sus hijos y hermanos, doce personas;
15 el octavo, Isaías con sus hijos y hermanos, doce personas;
16 el noveno, Matanías con sus hijos y hermanos, doce personas;
17 el décimo, Semeí con sus hijos y hermanos, doce personas;
18 el undécimo, Azarel con sus hijos y hermanos, doce personas;
19 el duodécino, Jasabías con sus hijos y hermanos, doce personas;
20 el decimotercero, Subael con sus hijos y hermanos, doce personas;
21 el decimocuarto, Matitías con sus hijos y hermanos, doce personas;
22 el decimoquinto, Yerimot con sus hijos y hermanos, doce personas;
23 el decimosexto, Ananías con sus hijos y hermanos, doce personas;
24 el decimoséptimo, Yosbecasa con sus hijos y hermanos, doce personas;
25 el decimoctavo, Jananí con sus hijos y hermanos, doce personas;
26 el decimonono, Malotí con sus hijos y hermanos, doce personas;
27 el vigésimo, Eliatá con sus hijos y hermanos, doce personas;
28 el vigésimo primero, Hotir con sus hijos y hermanos, doce personas;
29 el vigésimo segundo, Guidaltí con sus hijos y hermanos, doce personas;
30 el vigésimo tercero, Majaziot con sus hijos y hermanos, doce personas;
31 el vigésimo cuarto, Romanti Ézer con sus hijos y hermanos, doce personas.
1 Clases de porteros:
De los coraítas: Meselemías, hijo de Coré, descendiente de Abiasaf.
2 Hijos de Meselemías: el primogénito, Zacarías; el segundo, Yediael; el tercero, Zebadías; el cuarto, Yatniel;
3 el quinto, Elán; el sexto, Juan; el séptimo, Eljoenay.
4 Hijos de Obededón: Semaías, el primogénito; Jozabad, el segundo; Joaj, el tercero; Sacar, el cuarto; Netanel, el quinto;
5 Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo; Peuletay, el octavo; pues Dios le había bendecido.
6 Su hijo Semaías tuvo varios hijos, que se impusieron en sus familias paternas por ser hombres valerosos.
7 Hijos de Semaías: Otní, Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos Elihú y Semaquías, hombres valerosos.
8 Todos estos descendían de Obededón; ellos, sus hijos y hermanos eran setenta y dos en total, hombres valerosos y robustos para el trabajo.
9 Meselemías tuvo hijos y hermanos, dieciocho hombres valerosos.
10 Hijos de Josá, descendiente de Merarí: Simrí, el jefe; aunque no era el primogénito, su padre le puso al frente.
11 Jilquías, el segundo; Tebalías, el tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y hermanos de Josá fueron trece en total.
12 Los grupos de porteros, tanto los jefes como sus hermanos, cuidaban el servicio en el templo del Señor.
13 Se sorteó cada puerta por familias entre pequeños y grandes.
14 En el sorteo, la puerta oriental le tocó a Selemías; la septentrional le tocó a su hijo Zacarías, consejero prudente;
15 la meridional le tocó a Obededón –y a sus hijos los almacenes–;
16 a Sufín y a Josá les tocó la puerta occidental, junto a la puerta de Salequet, en la ruta de la subida. Los turnos de guardia eran proporcionales:
17 seis levitas por día en la puerta oriental, cuatro por día en la septentrional, cuatro por día en la meridional, y en los almacenes de dos en dos;
18 en el atrio, cuatro por ruta y dos para el atrio.
19 Estas eran las clases de porteros, descendientes de Coré y de Merarí.
20 Levitas encargados del tesoro del templo de Dios y del erario sagrado:
21 Yejielí, hijo de Ladán, el guersonita.
22 Los hijos de Yejielí, Zetán y su hermano Joel, estaban al frente del tesoro del templo del Señor.
23 Descendientes de Amrán: Yisar, Hebrón y Uriel;
24 Sebuel, hijo de Guersón, hijo de Moisés era el tesorero mayor.
25 Sus hermanos, por parte de Eliézer, eran: Rejabías, Isaías, Jorán, Zicrí y Selomit.
26 Este y sus hermanos estaban al frente del erario sagrado: lo que había entregado el rey David, los cabezas de familia, los jefes de millar, los centuriones y los jefes del ejército.
27 Habían dedicado parte del botín de guerra para sostener el templo del Señor.
28 Estaban también al frente de lo que habían entregado el vidente Samuel, Saúl, hijo de Quis, Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Seruyá. Todo lo consagrado estaba a cargo de Selomit y sus hermanos.
29 De los yisaríes, Quenanías y sus hijos se ocupaban de los asuntos civiles de Israel como secretarios y jueces.
30 De los hebronitas, Jasabías y sus parientes –mil setecientos hombres de valía– administraban todos los asuntos del Señor y del rey en Israel allende el Jordán, hacia occidente.
31 El jefe de los hebronitas era Yerías. El año cuarenta del reinado de David se investigó la genealogía de los hebronitas y hallaron gente valiosa en Yazer de Galaad.
32 Los parientes de Yerías eran dos mil setecientos cabezas de familia, hombres valerosos. El rey David los puso al frente de los rubenitas, de los gaditas y de la media tribu de Manasés para todos los asuntos de Dios y del rey.
1 Por lo que se refiere al número de los hijos de Israel:
Los cabezas de familia, jefes de millares y de cien, con sus secretarios, estaban al servicio del rey en todos los asuntos. Se turnaban por divisiones al finalizar el mes a lo largo del año. Cada sección tenía veinticuatro mil hombres.
2 Al frente de la primera sección, la del primer mes, estaba Yasobán, hijo de Zabdiel, al frente de su sección de veinticuatro mil hombres.
3 Era descendiente de Peres, jefe de los oficiales del ejército del primer mes.
4 Al frente de la sección del segundo mes estaba Doday, el ajojita –Miclot era jefe de ella–; tenía veinticuatro mil hombres.
5 Jefe del ejército, al frente de la sección del tercer mes, era Benaías, hijo del sumo sacerdote Yehoyadá, al frente de una sección de veinticuatro mil hombres.
6 Benaías era uno de los treinta valientes y estaba al frente de ellos; su hijo Amizabad pertenecía a esta sección.
7 El cuarto, para el cuarto mes, era Asael, hermano de Joab; le sucedió su hijo Zebadías; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
8 El quinto, para el mes quinto, era el jefe Samut de Zeraj; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
9 El sexto, para el mes sexto era Irá, hijo de Iqués de Técoa; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
10 El séptimo, para el mes séptimo, era Jeles, el pelteo, de la tribu de Benjamín; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
11 El octavo, para el mes octavo, era Sibcay de Jusá; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
12 El noveno, para el mes noveno, era Abiezer de Anatot, benjaminita; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
13 El décimo, para el mes décimo, era Mahray de Netofá, zerajita; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
14 El undécimo, para el mes undécimo, era Benaías de Piratón, efraimita; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
15 El duodécimo, para el mes duodécimo, era Jelday de Netofá, descendiente de Otniel; su sección tenía veinticuatro mil hombres.
16 Al frente de las tribus de Israel estaban, de Rubén, Eliézer, hijo de Zicrí; de Simeón, Sefatías, hijo de Maacá;
17 de Leví, Jasabías, hijo de Quemuel; de Aarón, Sadoc;
18 de Judá, Elihú, uno de los hermanos de David; de Isacar, Omrí, hijo de Miguel;
19 de Zabulón, Yismaías, hijo de Abdías; de Neftalí, Yerimot, hijo de Azriel;
20 de Efraín, Oseas, hijo de Azazías; de media tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedaías;
21 de la otra media tribu de Manasés en Galaad, Yidó, hijo de Zacarías; de Benjamín, Yaasiel, hijo de Abner;
22 de Dan, Azarael, hijo de Yeroján. Estos eran los jefes de las tribus de Israel.
23 David no hizo el censo de menores de veinte años, porque el Señor había prometido multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.
24 Joab, hijo de Seruyá, comenzó a hacer el censo –lo que motivó la cólera contra Israel–, pero no lo acabó; por ello su número no fue puesto en el registro de los Anales del rey David.
25 Asmávet, hijo de Adiel, estaba al frente de la hacienda real; Jonatán, hijo de Uzías, al frente de los silos del campo, ciudades, aldeas y de las fronteras.
26 Al frente de los labradores que cultivaban la tierra estaba Ezrí, hijo de Quelub;
27 al frente de los viñedos, Semeí, de Ramá; de los productos de las viñas y bodegas se encargaba Zabdí, de Safán;
28 de los olivares y de los sicomoros de la Sefelá, se ocupaba Baal Janán, de Guéder; de los depósitos de aceite, Joás;
29 de las vacadas que pastaban en Sarón, Sitray, saronita; de las vacadas que pastaban en los valles, Safat, hijo de Adlay;
30 de los camellos, Obil, de Ismael; de las asnas, Yejdías, de Menorot;
31 del ganado menor, Yaziz, de Agar. Todos estos eran intendentes de los bienes pertenecientes al rey David.
32 Jonatán, tío de David, hombre prudente e instruido, era consejero; él y Yejiel, hijo de Yacmoní, eran preceptores de los hijos del rey.
33 También Ajitófel era consejero del rey. Jusay, el arquita, era amigo del rey.
34 A Ajitófel le sucedieron Joadá, hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era general del ejército real.
1 David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel: a los jefes de las tribus y de las secciones que estaban al servicio del rey, a los jefes de millares, a los centuriones, a los administradores de los bienes y de la ganadería del rey y de sus hijos, a los cortesanos, a los guerreros y a los hombres valerosos.
2 Puesto en pie, dijo el rey David: «Hijos míos, pueblo mío, escuchadme. Tenía el propósito de edificar un templo en el que reposara el Arca de la alianza del Señor y fuera el escabel de los pies de nuestro Dios. Hice los preparativos para la construcción,
3 pero Dios me dijo: “Tú no construirás un templo en mi honor, pues eres un hombre belicoso y has derramado mucha sangre".
4 El Señor, Dios de Israel, me eligió entre toda mi familia para que fuese rey de Israel para siempre. En efecto, escogió a Judá para ser caudillo; de entre las familias de Judá, a mi familia; y de entre mis hermanos, se fijó en mí para hacerme rey de todo Israel.
5 Entre todos mis hijos –pues el Señor me ha dado muchos hijos–, eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono real del Señor en Israel.
6 Y me dijo: “Tu hijo Salomón edificará mi templo y mis atrios, porque lo he escogido como hijo y yo seré un padre para él".
7 Consolidaré su reino para siempre, si se mantiene firme en el cumplimiento de los mandamientos y decretos como lo hace hoy.
8 Así pues, ante la mirada de todo Israel, asamblea del Señor, y a oídos de nuestro Dios, os digo: observad y estudiad los mandamientos del Señor vuestro Dios, para que poseáis esta tierra espléndida y la dejéis como heredad a vuestros descendientes para siempre.
9 Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvelo con corazón íntegro y con ánimo generoso, que el Señor sondea los corazones y penetra todas las intenciones. Si lo buscas, se dejará encontrar; pero si lo abandonas, te desechará definitivamente.
10 Mira, el Señor te ha elegido para que le construyas una casa que sea su santuario. ¡Ánimo y manos a la obra!».
11 David entregó a su hijo Salomón el plano del pórtico y del templo, de los almacenes, las salas superiores, las naves interiores y del lugar del Propiciatorio.
12 También le entregó el proyecto de lo que había pensado sobre los atrios del templo del Señor y los locales circundantes para el tesoro del templo de Dios y para el erario sagrado,
13 para las clases sacerdotales y levíticas, para los diversos servicios de culto del templo del Señor y de todos los utensilios cultuales del templo del Señor.
14 Le indicó el peso de oro para los utensilios de oro de cada servicio, y el peso de plata para los utensilios de plata de cada servicio;
15 el peso de cada candelabro de oro con sus lámparas de oro, y el peso de cada candelabro de plata con sus lámparas de plata, según el uso de los diversos candelabros;
16 el peso de oro de cada mesa de los panes presentados y de plata para las mesas de plata;
17 oro puro para los tenedores, acetres y jarros; el peso de oro para cada taza de oro, y el de plata para cada taza de plata;
18 y el peso de oro refinado para el altar del incienso. Le entregó también el proyecto del carro de querubines de oro, que con sus alas extendidas cubren el Arca de la alianza del Señor.
19 Todo esto estaba en un escrito que el Señor le había consignado para explicar todos los detalles del diseño.
20 Dijo David a su hijo Salomón: «Ánimo y sé valiente; pon manos a la obra. No temas ni desmayes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. No te dejará ni abandonará hasta que hayas terminado la obra para servicio del templo del Señor.
21 Ahí tienes las clases sacerdotales y levíticas al servicio del templo de Dios. Estarán contigo en toda la obra. Toda clase de voluntarios, expertos en cualquier servicio, los jefes y todo el pueblo están a tus órdenes».
1 El rey David dijo a toda la asamblea de Israel: «Mi hijo Salomón, el único elegido por Dios, es joven y débil, y la obra es inmensa: no es un palacio para un hombre, sino un templo para el Señor Dios.
2 Con todo mi empeño he preparado lo necesario para el templo de mi Dios: oro para los objetos de oro, plata para los de plata, bronce para los de bronce, hierro para los de hierro y madera para los de madera; piedras de ónice y de engaste, lapislázuli y piedras de varios colores, toda clase de piedras preciosas y abundantes piedras de alabastro.
3 Además, por amor al templo de mi Dios –aparte de lo que he preparado para el santuario–, doy para el templo de mi Dios el oro y la plata de mi propiedad personal:
4 unos mil quintales de oro –de oro de Ofir–, unos dos mil cuatrocientos quintales de plata finísima para recubrir las paredes de los edificios,
5 para los objetos de oro o de plata y para todos las obras de orfebrería. ¿Quién quiere hacer ahora una ofrenda generosa al Señor?».
6 Los cabezas de familia, los de las tribus de Israel, los de millar y centuria, y los administradores de la hacienda real ofrecieron generosamente
7 y donaron para el servicio del templo del Señor unos ciento setenta quintales de oro, diez mil dáricos, unos tres mil cuatrocientos treinta quintales de plata, unas seis mil ciento setenta y cuatro toneladas de bronce, y unas tres mil cuatrocientas toneladas de hierro.
8 Los que tenían piedras preciosas se las entregaron a Yejiel, el guersonita, para el tesoro del templo del Señor.
9 El pueblo se alegró por estas ofrendas espontáneas que, de todo corazón, daban al Señor; también el rey David sentía una gran alegría.
10 Entonces David bendijo al Señor ante toda la asamblea y dijo: «Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos.
11 Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra, tú eres rey y soberano de todo.
12 De ti viene la riqueza y la gloria, tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos.
13 Por eso, Dios nuestro, nosotros te damos gracias, alabando tu nombre glorioso.
14 Pues ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para poder ofrecerte estos donativos? Todo viene de ti y te damos lo que hemos recibido de tus manos.
15 Ante ti somos forasteros y huéspedes, como nuestros padres. Nuestra vida terrena es como una sombra sin esperanza.
16 Señor, Dios nuestro, todo lo que hemos preparado para construir un templo a tu santo Nombre viene de tu mano y todo es tuyo.
17 Bien sé, Dios mío, que sondeas el corazón y te agrada la rectitud. Te he ofrecido todo esto con un corazón recto y veo con alegría a tu pueblo aquí reunido ofreciéndote voluntariamente sus dones.
18 Señor, Dios de nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob, mantén siempre en el corazón de tu pueblo esta forma de pensar y dirige su corazón hacia ti.
19 Concede a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que guarde tus mandamientos, instrucciones y preceptos, para que todo lo ponga en práctica y construya el palacio que yo he preparado».
20 David dijo a toda la asamblea: «Bendecid al Señor, vuestro Dios». Y toda la asamblea bendijo al Señor, Dios de sus padres, e, inclinándose, se postraron ante el Señor y ante el rey.
21 Al día siguiente ofrecieron sacrificios y holocaustos al Señor: mil novillos, mil carneros y mil corderos, con sus libaciones, y muchos sacrificios por todo Israel.
22 Aquel día comieron y bebieron con gran gozo ante el Señor. Por segunda vez proclamaron rey a Salomón, hijo de David, y lo ungieron como caudillo ante el Señor. A Sadoc lo ungieron sacerdote.
23 Salomón se sentó en el trono del Señor como rey sucesor de su padre David. Tuvo éxito y le obedeció todo Israel.
24 Todos los jefes y guerreros, todos los hijos del rey David prestaron obediencia al rey Salomón.
25 El Señor engrandeció sobremanera a Salomón ante todo Israel y le dio una majestad regia que nunca tuvo rey alguno en Israel antes de él.
26 David, hijo de Jesé, fue rey de todo Israel.
27 Reinó en Israel durante cuarenta años: siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.
28 Murió en buena vejez, colmado de años, riquezas y gloria. Le sucedió su hijo Salomón.
29 Los hechos del rey David, los primeros y los postreros, están escritos en los libros del vidente Samuel, en la historia del profeta Natán y en la historia del vidente Gat,
30 con todo lo referente a su reinado y a sus hazañas, y lo que le sucedió a él, a Israel y a todos los reinos de la tierra.