JUDAS

SALUDO (1-2)

1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los que son llamados, amados en Dios Padre y custodiados en Jesucristo:

2 a vosotros, misericordia, paz y amor abundantes.

CUERPO DE LA CARTA (3-23)

Exhortación a la resistencia en la fe

3 Queridos míos, al poner todo mi empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación, me he visto en la necesidad de hacerlo animándoos a combatir por la fe transmitida de una vez para siempre a los santos.

4 Pues se han infiltrado ciertos individuos cuya condenación está prescrita desde antiguo, impíos que han convertido en libertinaje la gracia de nuestro Dios y rechazan al único Soberano y Señor Jesucristo.

Recuerdo de malos ejemplos del pasado

5 Aunque lo habéis conocido todo de una vez para siempre, quiero recordaros, sin embargo, que el Señor habiendo salvado al pueblo de la tierra de Egipto, después exterminó a los que no creyeron;

6 y que a los ángeles que no se mantuvieron en su rango sino que abandonaron su propia morada los tiene guardados para el juicio del gran Día, atados en las tinieblas con cadenas perpetuas.

7 También Sodoma y Gomorra, con las ciudades circunvecinas, por haberse prostituido como aquellas y por haber practicado vicios contra naturaleza, quedan ahí como muestra, padeciendo la pena de un fuego eterno.

El problema de los falsos maestros

8 A pesar de ello, con estos soñadores pasa lo mismo, manchan la carne, rechazan todo señorío y blasfeman contra seres gloriosos.

9 El arcángel Miguel, cuando disputaba con el diablo y discutía sobre el cuerpo de Moisés, ni siquiera se atrevió a proferir una sentencia blasfema sino que dijo: «El Señor te reprima».

10 Estos, en cambio, blasfeman contra todo cuanto no conocen, e incluso se corrompen en lo que se aprende por instinto como los animales.

11 ¡Ay de ellos! Porque tomaron el sendero de Caín, por dinero cayeron en la aberración de Balaán y perecieron en la rebelión de Coré.

12 Estos, que banquetean sin recato y se apacientan a sí mismos, son una mancha en vuestros ágapes, nubes sin lluvia que los vientos se llevan; árboles otoñales y sin frutos que, arrancados de cuajo, mueren por segunda vez;

13 olas encrespadas del mar que arrojan la espuma de sus propias desvergüenzas; estrellas fugaces a las que aguarda la oscuridad eterna de las tinieblas.

14 De estos profetizó también Henoc, el séptimo después de Adán, al decir: «Mirad, viene el Señor con sus miríadas de ángeles

15 para dar sentencia contra todos y dejar convictos a todos los vivientes de todas las obras impías que cometieron y de todas las insolencias que los impíos pecadores profirieron contra él».

16 Ellos son murmuradores y amigos de querellas que proceden como les da la gana y hablan pomposamente adulando a la gente en beneficio propio.

Exhortación a la consolidación de la fe

17 En cambio vosotros, queridos míos, acordaos de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

18 pues os decían que en el tiempo final habrá gente burlona que actuará conforme a los propios deseos de impiedad.

19 Son estos los que crean discordias, animales que no tienen espíritu.

20 En cambio, vosotros, queridos míos, basándoos en vuestra santísima fe y orando movidos por el Espíritu Santo,

21 manteneos en el amor de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna.

22 Tened compasión con los que titubean,

23 a unos salvadlos arrancándolos del fuego, a otros mostradles compasión, pero con cautela, aborreciendo hasta el vestido que esté manchado por el vicio.

DOXOLOGÍA CRISTIANA (24-25)

24 Al que puede preservaros de tropiezos y presentaros intachables y exultantes ante su gloria,

25 al Dios único, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro Señor, sea la gloria y majestad, el poder y la soberanía desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.