1 El Señor llamó a Moisés y le habló así desde la Tienda del Encuentro:
2 «Di esto a los hijos de Israel: “Cuando presentéis al Señor una ofrenda, vuestra ofrenda podrá ser una ofrenda de ganado mayor o menor.
3 Si la ofrenda es un holocausto de ganado mayor, el oferente ofrecerá un macho sin defecto; lo presentará a la entrada de la Tienda del Encuentro, para que sea del agrado del Señor.
4 Impondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y le será aceptada como expiación.
5 Degollará el novillo ante el Señor. Los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre y la derramarán alrededor del altar que está a la entrada de la Tienda del Encuentro.
6 El oferente desollará la víctima y la descuartizará.
7 Los sacerdotes hijos de Aarón harán fuego sobre el altar y apilarán leña sobre el fuego.
8 Luego los sacerdotes hijos de Aarón dispondrán los trozos, la cabeza y la grasa, encima de la leña que se ha echado al fuego del altar.
9 El oferente lavará las entrañas y las patas y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar. Es un holocausto, una oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
10 Si su ofrenda es un holocausto de ganado menor, ovino o cabrío, ofrecerá un macho sin defecto.
11 Lo degollará ante el Señor al lado norte del altar. Los sacerdotes hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar.
12 El oferente lo descuartizará, y el sacerdote dispondrá los trozos, con la cabeza y la grasa, encima de la leña que se ha echado al fuego del altar.
13 El oferente lavará las entrañas y las patas, y el sacerdote lo ofrecerá todo y lo quemará sobre el altar. Es un holocausto, una oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
14 Si su ofrenda al Señor es un holocausto de aves, presentará como ofrenda tórtolas o pichones.
15 El sacerdote la llevará al altar, le quitará la cabeza y la quemará sobre el altar; su sangre se exprimirá contra la pared del altar.
16 Le quitará el buche y las plumas y los arrojará al lado oriental del altar, al lugar de las cenizas.
17 Abrirá el ave por entre las alas, sin partirla; y la quemará sobre el altar, encima de la leña que se ha echado al fuego. Es un holocausto, una oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
1 Cuando alguien ofrezca al Señor una oblación vegetal, su ofrenda consistirá en flor de harina; derramará aceite sobre ella y le pondrá incienso.
2 La presentará a los sacerdotes hijos de Aarón; tomará un puñado de la harina con el aceite y todo el incienso; y el sacerdote lo quemará sobre el altar como memorial, oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
3 El resto de la oblación será para Aarón y sus hijos, como porción santísima de la oblación para el Señor.
4 Si ofreces una oblación de pasta cocida al horno, será de flor de harina, en forma de panes ácimos amasados con aceite, o de tortas ácimas untadas en aceite.
5 Si tu ofrenda es una oblación preparada en sartén, será de flor de harina, amasada con aceite, sin levadura.
6 La partirás en trozos y derramarás aceite sobre ella. Es una oblación.
7 Si tu ofrenda es una oblación preparada a la parrilla, será de flor de harina con aceite.
8 La oblación así preparada, se la llevarás al Señor. Será presentada al sacerdote, quien la acercará al altar.
9 El sacerdote tomará parte de la oblación como memorial y la quemará sobre el altar, como oblación de aroma que aplaca al Señor.
10 El resto de la oblación será para Aarón y sus hijos, como porción santísima de la oblación para el Señor.
11 Toda oblación que ofrezcáis al Señor será preparada sin levadura, porque nada que contenga fermento o miel debe ser quemado como oblación para el Señor.
12 Lo podéis ofrecer como ofrenda de primicias, pero no lo pondréis sobre el altar como sacrificio de aroma que aplaca.
13 Toda oblación la sazonarás con sal; no permitirás que falte nunca la sal de la alianza de tu Dios en ninguna de tus oblaciones; todas tus ofrendas llevarán sal.
14 Si ofreces al Señor una oblación de primicias, será, por ser oblación de primicias, de espigas tostadas al fuego o de grano tierno machacado.
15 Derramarás encima aceite y le pondrás incienso. Es una oblación.
16 El sacerdote quemará, como memorial de la misma, parte del grano majado y del aceite, con todo el incienso. Es oblación para el Señor.
1 Si su ofrenda es un sacrificio de comunión, si es de vacuno, macho o hembra, ofrecerá ante el Señor una res sin defecto.
2 Impondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada de la Tienda del Encuentro. Por su parte, los sacerdotes hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar.
3 Ofrecerá parte del sacrificio de comunión como oblación para el Señor: la grasa que cubre las entrañas y toda la que hay sobre las mismas;
4 los dos riñones con la grasa adherida a ellos y a los lomos; y el lóbulo del hígado; todo esto lo pondrá aparte con los riñones.
5 Los hijos de Aarón lo quemarán sobre el altar encima del holocausto colocado sobre la leña que está sobre el fuego. Es una oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
6 Si su ofrenda como sacrificio de comunión para el Señor es de ganado menor, macho o hembra, ofrecerá una res sin defecto.
7 Si lo que ofrece es un cordero, lo presentará ante el Señor,
8 impondrá la mano sobre la cabeza de la ofrenda y la degollará delante de la Tienda del Encuentro. Los hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar.
9 Él ofrecerá, de este sacrificio de comunión, la grasa, como oblación para el Señor: la cola entera, cortada desde la rabadilla; la grasa que cubre las entrañas y toda la que hay sobre las mismas;
10 los dos riñones con la grasa adherida a ellos y a los lomos, y el lóbulo del hígado. Todo esto lo pondrá aparte con los riñones.
11 El sacerdote lo quemará sobre el altar. Es alimento, oblación para el Señor.
12 Si su ofrenda es de ganado cabrío, la presentará ante el Señor,
13 le impondrá la mano sobre su cabeza y la degollará ante la Tienda del Encuentro. Los hijos de Aarón derramarán su sangre alrededor del altar.
14 Presentará de ella, como ofrenda, oblación para el Señor: la grasa que cubre las entrañas y toda la que hay sobre las mismas;
15 los dos riñones y la grasa adherida a ellos y a los lomos; y el lóbulo del hígado. Todo esto lo pondrá aparte con los riñones.
16 El sacerdote lo quemará sobre el altar. Es alimento, oblación de suavísimo aroma que aplaca al Señor.
Toda grasa le pertenece al Señor.
17 Es ley perpetua, para todas vuestras generaciones, dondequiera que habitéis, no comeréis nada de grasa ni de sangre"».
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di esto a los hijos de Israel: “Si alguien peca por ignorancia contra cualquiera de las prohibiciones del Señor y comete una de esas acciones prohibidas:
3 Si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo así culpable al pueblo, ofrecerá al Señor por el pecado cometido un novillo sin defecto, como sacrificio expiatorio.
4 Llevará el novillo a la entrada de la Tienda del Encuentro a la presencia del Señor, impondrá la mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará en presencia del Señor.
5 El sacerdote ungido tomará sangre del novillo y la introducirá en la Tienda del Encuentro.
6 El sacerdote mojará su dedo en la sangre y hará con ella siete aspersiones delante del Señor hacia el velo del Santuario.
7 El sacerdote untará con sangre los salientes del altar del incienso aromático que está delante del Señor en la Tienda del Encuentro, y verterá toda la sangre restante del novillo al pie del altar de los holocaustos, que está a la entrada de la Tienda del Encuentro.
8 De toda la grasa del novillo expiatorio reservará la que cubre las entrañas y toda la que hay sobre las mismas;
9 los dos riñones y la grasa adherida a ellos y a los lomos, y el lóbulo del hígado. Todo esto lo pondrá aparte con los riñones,
10 lo mismo que se hace con el novillo del sacrificio de comunión; y el sacerdote lo quemará sobre el altar de los holocaustos.
11 La piel del novillo, toda su carne, con su cabeza y sus patas, sus entrañas con los excrementos,
12 el novillo entero, lo sacará fuera del campamento, a un lugar puro, al vertedero de las cenizas. Y lo quemará poniéndolo sobre leña y dándole fuego. Será quemado en el vertedero de las cenizas.
13 Si es toda la comunidad de Israel la que peca por ignorancia y, haciendo cualquiera de las cosas prohibidas por el Señor, se hace culpable, pero el hecho no es advertido por la comunidad,
14 en cuanto llegue a darse cuenta del pecado cometido en ella, la comunidad ofrecerá un novillo como sacrificio expiatorio. Lo llevarán ante la Tienda del Encuentro;
15 los ancianos de la comunidad impondrán las manos sobre la cabeza del novillo delante del Señor y el novillo será degollado delante del Señor.
16 Luego, el sacerdote ungido introducirá sangre del novillo en la Tienda del Encuentro;
17 el sacerdote mojará su dedo en la sangre y hará siete aspersiones delante del Señor hacia el velo.
18 Untará con sangre los salientes del altar que se halla ante el Señor en la Tienda del Encuentro, y derramará el resto de la sangre al pie del altar de los holocaustos, que está a la entrada de la Tienda del Encuentro;
19 quitará toda la grasa del novillo y la quemará sobre el altar,
20 haciendo con este novillo como se hace con el novillo del sacrificio expiatorio. Lo mismo hará con él. Así el sacerdote hará expiación por ellos y se les perdonará.
21 Sacará el novillo fuera del campamento y lo quemará como el novillo anterior. Es el sacrificio expiatorio de la asamblea.
22 Si el que ha pecado es un príncipe y se ha hecho culpable, haciendo por ignorancia cualquiera de las cosas prohibidas por el Señor su Dios,
23 cuando se le indique que ha cometido pecado, presentará como ofrenda un macho cabrío sin defecto.
24 Impondrá la mano sobre la cabeza del macho cabrío y lo degollará en el lugar donde se inmola el holocausto en presencia del Señor. Es un sacrificio expiatorio.
25 El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima, untará los salientes del altar de los holocaustos y derramará la sangre restante al pie del altar de los holocaustos.
26 Quemará toda la grasa sobre el altar como se hace con la grasa del sacrificio de comunión. El sacerdote hará así la expiación por su pecado, y se le perdonará.
27 Si es uno cualquiera del pueblo de la tierra el que peca por ignorancia y se hace culpable, haciendo algo prohibido por el Señor,
28 cuando se le indique que ha cometido pecado, presentará como ofrenda por el pecado cometido una cabra sin defecto.
29 Impondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará en el mismo lugar que los holocaustos.
30 El sacerdote mojará su dedo en la sangre, untará con ella los salientes del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del altar.
31 Apartará toda la grasa de la víctima, como se aparta la grasa de un sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará sobre el altar como aroma que aplaca al Señor. El sacerdote hará así expiación por él y se le perdonará.
32 Si presenta un cordero como ofrenda expiatoria, será una hembra sin defecto.
33 Impondrá la mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará como sacrificio expiatorio en el lugar donde se inmola el holocausto.
34 El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y untará con ella los salientes del altar de los holocaustos, y derramará toda la sangre restante al pie del mismo altar.
35 Apartará toda la grasa de la víctima, como se aparta la grasa del cordero del sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará sobre el altar, con los sacrificios que se queman para el Señor. El sacerdote hará así expiación por el pecado que ha cometido, y se le perdonará.
1 Si alguien peca porque se le ha conjurado a que declare como testigo, porque lo ha visto o lo ha oído, y no lo declara, incurre en pecado;
2 o, si alguien toca, sin darse cuenta, algo impuro, sea el cadáver de una fiera impura, o el de un ganado impuro o el de un bicho impuro, se hace también él impuro y culpable;
3 o, si alguien toca, sin darse cuenta, alguna de las inmundicias humanas con que puede contaminarse, luego, cuando se da cuenta, incurre en culpa;
4 o, si alguien pronuncia a la ligera un juramento por el que se compromete a hacer algo, para bien o para mal, en esos casos en que uno suele jurar a la ligera, luego, cuando se da cuenta, incurre en culpa;
5 el que ha incurrido en culpa en cualquiera de esos casos confesará su pecado,
6 y presentará al Señor, como reparación por el pecado cometido, una hembra de ganado menor, oveja o cabra, como sacrificio expiatorio y el sacerdote hará así la expiación por su pecado.
7 Si no le alcanza para una res menor, presentará al Señor, como reparación por su pecado, dos tórtolas o dos pichones, una de las aves como sacrificio expiatorio y otra en holocausto.
8 Las presentará al sacerdote, quien ofrecerá primero la del sacrificio expiatorio. Le cortará con las uñas la cabeza por la nuca, sin arrancarla del todo.
9 Rociará con sangre de la víctima la pared del altar, y derramará al pie del altar el resto de la sangre. Es un sacrificio expiatorio.
10 Con la otra ave ofrecerá un holocausto, conforme al ritual. El sacerdote hará así expiación por el pecado que ha cometido y se le perdonará.
11 Si no le alcanza para dos tórtolas o dos pichones, presentará, como ofrenda por haber pecado, una décima de medida de flor de harina como sacrificio expiatorio. No le pondrá aceite, ni le echará incienso, porque es sacrificio expiatorio.
12 La presentará al sacerdote; y el sacerdote, tomando de ella un puñado como memorial, lo quemará sobre el altar, junto con las oblaciones quemadas para el Señor. Es un sacrificio expiatorio.
13 El sacerdote hará así expiación por el pecado que cometió esa persona en cualquiera de los casos citados, y se le perdonará. Al sacerdote le corresponde lo mismo que en la oblación"».
14 El Señor dijo a Moisés:
15 «Si alguien comete un delito, quedándose por ignorancia con algo consagrado del Señor, ofrecerá al Señor como sacrificio de reparación un carnero sin defecto, valorado en siclos de plata, siclos del Santuario, como sacrificio de reparación.
16 Restituirá lo que defraudó de los derechos sagrados añadiendo un quinto más, y se lo entregará al sacerdote. El sacerdote hará por él la expiación con el carnero del sacrificio de reparación; y se le perdonará.
17 Si alguien peca, sin darse cuenta, haciendo algo prohibido por el Señor, incurre en culpa y ha de cargar con su pecado.
18 Llevará al sacerdote, como sacrificio de reparación, un carnero sin defecto, según valoración. El sacerdote hará expiación por la falta que cometió sin darse cuenta, y se le perdonará.
19 Es un sacrificio de reparación, pues incurrió en culpa ante el Señor».
20 El Señor dijo a Moisés:
21 «Si uno peca y comete un delito contra el Señor mintiendo a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o quitado a la fuerza;
22 o si halla un objeto perdido y lo niega, o jura en falso sobre cualquiera de esas cosas en que se suele pecar;
23 si peca así e incurre en culpa, devolverá lo robado, o lo quitado a la fuerza, o el depósito que se le confió, o la cosa perdida que halló,
24 o aquello sobre lo cual juró en falso. Lo restituirá íntegramente, añadiendo un quinto más, y lo devolverá a su dueño el mismo día de su sacrificio de reparación.
25 Entregará para el Señor su sacrificio de reparación: un carnero sin defecto, según valoración, como sacrificio de reparación.
26 El sacerdote hará por él la expiación delante del Señor y le será perdonada cualquiera de las faltas de las que sea culpable».
1 El Señor dijo a Moisés:
2 «Da esta orden a Aarón y a sus hijos: “Esta es la ley del holocausto. (Se trata del holocausto que queda sobre las brasas de encima del altar, toda la noche hasta la mañana; el fuego del altar se ha de mantener encendido).
3 El sacerdote se vestirá su túnica de lino y cubrirá su cuerpo con calzones también de lino. Retirará la ceniza a la que el fuego habrá reducido las grasas del holocausto puestas sobre el altar y la depositará a un lado del altar.
4 Después se quitará las vestiduras y se pondrá otras para sacar la ceniza fuera del campamento a un lugar puro.
5 El fuego del altar ha de permanecer encendido sin apagarse; el sacerdote lo alimentará con leña todas las mañanas, colocará encima el holocausto y sobre él quemará la grasa de los sacrificios de comunión.
6 Es un fuego que ha de arder permanentemente sobre el altar sin apagarse.
7 Esta es la ley de la oblación vegetal: los hijos de Aarón la presentarán delante del Señor, ante al altar.
8 Uno de ellos tomará de la oblación un puñado de flor de harina (con su aceite y todo el incienso que se añade a la oblación), y lo quemará sobre el altar, en memorial, como aroma que aplaca al Señor.
9 Lo restante lo comerán Aarón y sus hijos. Lo comerán sin levadura, en lugar santo, en el atrio de la Tienda del Encuentro.
10 No se cocerá con levadura: es la porción que yo les asigno de las oblaciones quemadas para mí. Es cosa santísima, como el sacrificio expiatorio y el sacrificio de reparación.
11 La podrán comer todos los varones de los hijos de Aarón. Es ley perpetua para vuestros descendientes acerca de las oblaciones quemadas al fuego para el Señor: todo cuanto entra en contacto con ellos queda consagrado"».
12 El Señor dijo a Moisés:
13 «Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos ofrecerán al Señor el día de su consagración: una décima de medida de flor de harina, como oblación perpetua, la mitad por la mañana y la mitad por la tarde.
14 Será preparada con aceite en la sartén; la ofrecerás bien frita y la presentarás partida en trozos como aroma que aplaca al Señor.
15 La ofrecerá el sacerdote ungido que suceda a Aarón de entre sus hijos. Es ley perpetua: será quemada en su totalidad para el Señor.
16 Cualquier oblación de sacerdote será quemada por completo; nada se podrá comer».
17 El Señor dijo a Moisés:
18 «Di esto a Aarón y a sus hijos: “Esta es la ley del sacrificio expiatorio: La víctima expiatoria será inmolada en el lugar en que se inmola el holocausto, delante del Señor. Es cosa santísima.
19 La comerá el sacerdote que ha ofrecido la víctima expiatoria. Será comida en lugar santo, dentro del atrio de la Tienda del Encuentro.
20 Todo cuanto entra en contacto con esta carne queda consagrado. Si su sangre salpica los vestidos, lavarás en lugar santo la parte salpicada.
21 La vasija en que haya sido cocida, si es de barro, se romperá; pero si ha sido cocida en vasija de bronce, esta se fregará y enjuagará con agua.
22 Todo varón de linaje sacerdotal podrá comerla. Es cosa santísima.
23 Pero no se comerá ninguna víctima expiatoria cuya sangre haya sido introducida en la Tienda del Encuentro para hacer la expiación dentro del Santuario: será consumida por el fuego.
1 Esta es la ley del sacrificio de reparación. Es cosa santísima.
2 Degollarán la víctima de reparación en el lugar donde se degüella el holocausto, y su sangre se derramará por todos los lados del altar.
3 Se ofrecerá toda la grasa de la víctima: la cola y la grasa que recubre las entrañas;
4 los dos riñones y la grasa adherida a ellos y a los lomos, y el lóbulo del hígado; se apartará toda esa grasa junto con los riñones.
5 El sacerdote lo quemará sobre el altar como oblación para el Señor. Es un sacrificio de reparación.
6 Podrán comerlo todos los varones de linaje sacerdotal; se comerá en lugar sagrado. Es cosa santísima.
7 El sacrificio expiatorio es como el sacrificio de reparación: tienen la misma ley. La víctima pertenece al sacerdote que haya hecho la expiación con ella.
8 La piel de la víctima de un holocausto presentado por alguien, será para el sacerdote que la ha ofrecido.
9 Toda oblación cocida al horno o preparada en cazuela o en sartén pertenece también al sacerdote que la ofrece;
10 pero toda oblación amasada con aceite, o seca, es para todos los hijos de Aarón, en porciones iguales.
11 Esta es la ley de los sacrificios de comunión que se ofrecen al Señor:
12 Si se ofrece el sacrificio en alabanza, se ofrecerán, junto con él, panes ácimos amasados con aceite, tortas sin levadura untadas de aceite y tortas de flor de harina amasadas con aceite.
13 Se añadirá esta ofrenda a las tortas de pan fermentado y al sacrificio de alabanza.
14 Se reservará una pieza de cada clase como tributo al Señor y corresponderá al sacerdote que haya derramado la sangre del sacrificio de comunión.
15 La carne del sacrificio de comunión en alabanza se comerá el día mismo en que se ofrece, sin dejar nada de ella para la mañana siguiente.
16 Si se ofrece la víctima cumpliendo un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el mismo día en que ha sido ofrecida, y lo que sobre podrá comerse al día siguiente.
17 Pero lo que quede de la carne de la víctima para el tercer día será quemado.
18 Si se come la carne de un sacrificio de comunión al tercer día, no obtendrá favor el que lo ofrece; no se le tendrá en cuenta. Es una abominación. Y quien coma de ella, cargará con su culpa.
19 La carne que haya tocado alguna cosa impura, no se puede comer; será consumida por el fuego. Toda persona pura podrá comer la carne.
20 Pero quien, en estado de impureza, coma carne del sacrificio de comunión presentado al Señor, será excluido de su pueblo.
21 Si alguien toca cualquier cosa inmunda, sea inmundicia de hombre, o de animal, o cualquier otra abominación impura, y luego come carne del sacrificio de comunión ofrecido al Señor, será excluido de su pueblo"».
22 El Señor habló así a Moisés:
23 «Di esto a los hijos de Israel: “No comeréis grasa de buey, ni de cordero ni de cabra.
24 La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero en modo alguno la comeréis.
25 Porque todo aquel que coma grasa de animal que puede ofrecerse al Señor como oblación, será excluido de su pueblo.26 Tampoco comeréis sangre de ave o de otro animal, en ninguno de los lugares en que habitéis.
27 Todo el que coma cualquier clase de sangre será excluido de su pueblo"».
28 El Señor habló así a Moisés:
29 «Di esto a los hijos de Israel: “Quien ofrezca al Señor un sacrificio de comunión, presente al Señor una porción de su sacrificio.
30 Con sus propias manos presentará los alimentos que se han de quemar para el Señor: él mismo presentará la grasa y el pecho: el pecho para el balanceo ritual ante el Señor.
31 El sacerdote quemará la grasa sobre el altar. El pecho es para Aarón y sus hijos.
32 Reservaréis también al sacerdote, como tributo, la pierna derecha de vuestros sacrificios de comunión.
33 Esta pierna derecha pertenecerá a aquel de los hijos de Aarón que haya ofrecido la sangre y la grasa de los sacrificios de comunión.
34 Pues yo retengo a los hijos de Israel, de sus sacrificios de comunión, el pecho sometido al rito de balanceo y la pierna del tributo, y se lo doy, de parte de ellos, al sacerdote Aarón y a sus hijos. Es una ley perpetua.
35 Esta es la porción de Aarón y de sus hijos, en las oblaciones quemadas en honor del Señor, desde el día en que fueron presentados para ejercer el sacerdocio del Señor.
36 Esto es lo que el Señor mandó que los hijos de Israel le dieran el mismo día en que los ungió. Es ley perpetua, de generación en generación.
37 Esta es la ley del holocausto, de la oblación, del sacrificio expiatorio, del sacrificio de reparación, del sacrificio de investidura y del sacrificio de comunión.
38 El Señor se lo prescribió a Moisés en el monte Sinaí, cuando mandó a los hijos de Israel, en el desierto del Sinaí, que presentaran sus ofrendas al Señor"».
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Toma a Aarón y a sus hijos, las vestiduras, el aceite de la unción, el novillo del sacrificio expiatorio, los dos carneros y el cestillo de panes ácimos,
3 y convoca a toda la asamblea a la entrada de la Tienda del Encuentro».
4 Moisés cumplió el mandato del Señor y se congregó la asamblea a la entrada de la Tienda del Encuentro.
5 Moisés dijo a la asamblea: «Esto es lo que el Señor ha mandado hacer».
6 Después hizo que se acercaran Aarón y sus hijos, y los bañó.
7 Le impuso a Aarón la túnica y se la ciñó con la banda, le puso el manto y encima le colocó el efod, y se lo ciñó sujetándolo con la cinta del mismo efod.
8 Le impuso el pectoral y metió en él los urim y los tumim.
9 Le puso un turbante en la cabeza y le impuso, en la parte delantera del mismo, la flor de oro, la diadema santa, como el Señor le había ordenado.
10 Tomando después el óleo de la unción, ungió Moisés la Morada y todas las cosas que en ella había, y las consagró.
11 Hizo con el aceite siete aspersiones sobre el altar y ungió el altar con todos sus utensilios, la pila con su peana, y los consagró.
12 Luego derramó óleo sobre la cabeza de Aarón y lo ungió, y así lo consagró.
13 Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, les vistió la túnica, se la ciñó con la banda y les puso sobre la cabeza las birretas; como el Señor le había ordenado.
14 Hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del novillo expiatorio.
15 Moisés lo degolló y, tomando de su sangre, untó con el dedo los salientes del altar por todos los lados: así lo purificó. Derramó la sangre al pie del altar y así lo consagró para hacer en él la expiación.
16 Tomó toda la grasa que envuelve las vísceras, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa, y lo quemó sobre el altar.
17 El resto del novillo, la piel, la carne y los intestinos, lo quemó fuera del campamento; como el Señor le había ordenado.
18 Hizo traer el carnero del holocausto. Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza de la víctima.
19 Moisés lo degolló y roció con la sangre el altar por todos los lados.
20 Descuartizó el carnero y quemó la cabeza, los trozos y la grasa.
21 Lavó las entrañas y las patas, y quemó todo el carnero sobre el altar, como holocausto de calmante aroma, oblación para el Señor, tal como el Señor se lo había ordenado.
22 Hizo luego traer el segundo carnero, el del sacrificio de investidura. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero.
23 Moisés lo degolló y, tomando de su sangre, untó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho.
24 Hizo Moisés que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el dedo gordo del pie derecho; y derramó la sangre sobre el altar por todos los lados.
25 Tomó la grasa, la cola, toda la grasa que envuelve las entrañas, el lóbulo del hígado, los dos riñones con su grasa y la pierna derecha.
26 Del canastillo de los ácimos puesto ante el Señor tomó un pan ácimo, un pan amasado con aceite y una torta, y los colocó sobre la grasa y la pierna derecha.
27 Lo puso todo ello en manos de Aarón y de sus hijos. Aarón hizo con ello el rito de balanceo ante el Señor.
28 Luego Moisés lo tomó de sus manos y lo quemó en el altar, encima del holocausto. Fue el sacrificio de investidura: calmante aroma, oblación en honor del Señor.
29 Después Moisés tomó el pecho e hizo con él el rito de balanceo ante el Señor; era la ración del carnero de investidura que correspondía a Moisés, como se lo había ordenado el Señor.
30 Moisés tomó el óleo de la unción y sangre de encima del altar, y roció a Aarón y sus vestiduras, así como a los hijos de Aarón y sus vestiduras.Así consagró a Aarón y sus vestidu-ras, así como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos.
31 Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: «Coced la carne a la entrada de la Tienda del Encuentro y comedla allí mismo; comed también el pan del canastillo de la investidura. Así se me ordenó: “Lo comerán Aarón y sus hijos".
32 Las sobras de la carne y del pan las quemaréis.
33 Y no salgáis por la puerta de la Tienda del Encuentro durante siete días, hasta que se cumpla el tiempo de vuestra investidura; porque son siete los días que ha de durar vuestra investidura.
34 El Señor ha mandado que se proceda como se ha procedido hoy para obtener vuestra expiación.
35 Así permaneceréis siete días, día y noche, a la entrada de la Tienda del Encuentro. Respetaréis las prescripciones del Señor, y así no moriréis. Es lo que me ha sido ordenado».
36 Aarón y sus hijos cumplieron todo lo que el Señor había mandado por medio de Moisés.
1 El día octavo Moisés llamó a Aarón, a sus hijos y a los ancianos de Israel.
2 Y dijo a Aarón: «Trae un novillo para el sacrificio expiatorio y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, y ofrécelos delante del Señor.
3 Y dirás a los hijos de Israel: “Tomad un macho cabrío para el sacrificio expiatorio, un novillo y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto;
4 un buey y un carnero, para los sacrificios de comunión, para sacrificarlos delante del Señor; y una oblación amasada con aceite, porque hoy el Señor se os va a mostrar"».
5 Llevaron, pues, ante la Tienda del Encuentro lo que Moisés había mandado. Toda la comunidad se acercó y se colocó ante el Señor.
6 Moisés les dijo: «Esto es lo que ha mandado el Señor; cumplidlo y se os mostrará la gloria del Señor».
7 Después dijo Moisés a Aarón: «Acércate al altar, y ofrece tu sacrificio expiatorio y tu holocausto. Haz así la expiación por ti mismo y por tu casa. Presenta luego la ofrenda del pueblo y haz la expiación por el pueblo, como ha ordenado el Señor».
8 Se acercó, pues, Aarón al altar y degolló el novillo del sacrificio por su propio pecado.
9 Los hijos de Aarón le acercaron la sangre; y él, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los salientes del altar y derramó la sangre al pie del mismo altar.
10 Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo del hígado de la víctima expiatoria, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
11 Pero la carne y la piel las quemó fuera del campamento.
12 Después degolló la víctima del holocausto. Los hijos de Aarón le acercaron la sangre, y él roció con ella el altar, todo alrededor.
13 Le acercaron la víctima del holocausto ya descuartizada y la cabeza, y Aarón lo quemó todo sobre el altar.
14 Lavó las entrañas y las patas, y las quemó sobre el altar encima del holocausto.
15 Después presentó la ofrenda del pueblo: tomó el macho cabrío correspondiente al sacrificio expiatorio del pueblo, lo degolló y lo sacrificó como sacrificio expiatorio, igual que el primero.
16 Ofreció el holocausto, siguiendo el ritual establecido.
17 Presentó también la oblación: tomando un puñado de ella, la quemó en el altar (además del holocausto matutino).
18 Degolló también el buey y el carnero como sacrificio de comunión por el pueblo. Los hijos de Aarón le acercaron la sangre, y él roció con ella el altar, todo alrededor.
19 Las partes grasas del buey y del carnero, la cola, la grasa que envuelve las entrañas, los riñones y el lóbulo del hígado,
20 las pusieron sobre los pechos de las víctimas y él las quemó sobre el altar.
21 Aarón hizo el rito de balanceo con los pechos y la pierna derecha ante el Señor, como le había ordenado Moisés.
22 Aarón, alzando las manos sobre el pueblo, lo bendijo; y, después de haber ofrecido el sacrificio expiatorio, el holocausto y el sacrificio de comunión, bajó.
23 Aarón y Moisés entraron en la Tienda del Encuentro. Cuando salieron, bendijeron al pueblo. Y la gloria del Señor se mostró a todo el pueblo.
24 De la presencia del Señor salió fuego, que devoró el holocausto y la grasa que estaban sobre el altar. Al verlo, el pueblo prorrumpió en aclamaciones y cayó rostro en tierra.
1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, les pusieron fuego, les echaron incienso y ofrecieron ante el Señor un fuego profano, que él no les había mandado.
2 Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los devoró y murieron en presencia del Señor.
3 Moisés dijo entonces a Aarón: «Esto es lo que el Señor quería declarar cuando dijo: “Mostraré mi santidad en los que se me acercan, manifestaré mi gloria ante la faz de todo el pueblo"». Aarón se calló.
4 Moisés llamó a Misael y a Elsafán, hijos de Uziel, tío paterno de Aarón, y les dijo: «Acercaos, retirad a vuestros hermanos de delante del Santuario y sacadlos fuera del campamento».
5 Se acercaron y los sacaron envueltos en sus túnicas fuera del campamento, como Moisés había ordenado.
6 Moisés dijo a Aarón y a sus hijos, Eleazar e Itamar: «No llevéis la cabeza desgreñada, ni rasguéis vuestras vestiduras; así no moriréis, ni la ira del Señor se encenderá contra toda la comunidad. Vuestros hermanos, toda la casa de Israel, llorarán a los abrasados por el fuego del Señor.
7 No os apartéis de la entrada de la Tienda del Encuentro, no sea que muráis, pues lleváis sobre vosotros la unción del Señor». Ellos obedecieron la palabra de Moisés.
8 El Señor dijo a Aarón:
9 «Cuando hayáis de entrar en la Tienda del Encuentro, no bebáis vino ni bebida que pueda embriagar, ni tú ni tus hijos, no sea que muráis. Es ley perpetua para todas vuestras generaciones.
10 Así podréis distinguir entre lo sagrado y lo profano, entre lo impuro y lo puro,
11 y enseñar a los hijos de Israel todos los preceptos que el Señor les ha dado por medio de Moisés».
12 Moisés dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, Eleazar e Itamar: «Tomad la oblación, lo sobrante de las oblaciones quemadas en honor del Señor, y comedla sin levadura junto al altar, porque es cosa santísima.
13 La comeréis en lugar sagrado, porque es tu porción y la de tus hijos de entre las oblaciones quemadas en honor del Señor. Es la orden que he recibido.
14 El pecho de la ofrenda sometido al rito de balanceo y la pierna del tributo las comeréis en lugar puro, tú, tus hijos y tus hijas, porque han sido apartados, para ti y para tus hijos, de entre los sacrificios de comunión de los hijos de Israel.
15 Ellos entregarán la pierna del tributo y el pecho de balanceo, además de las grasas que han de ser quemadas con el rito de balanceo delante del Señor. Son porción que os pertenece perpetuamente a ti y a tus hijos. Así lo ha ordenado el Señor».
16 Moisés preguntó por el macho cabrío del sacrificio expiatorio; y resultó que había sido ya quemado. Enfadado contra Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado a Aarón, dijo:
17 «¿Por qué no habéis comido en lugar sagrado la víctima del sacrificio expiatorio? Era cosa santísima, que se os daba a vosotros para borrar la falta de la comunidad, haciendo expiación por ellos ante el Señor.
18 Teníais que haberla comido en lugar sagrado, según os había ordenado, porque su sangre no había sido introducida en el Santuario».
19 Respondió Aarón a Moisés: «Mira, si su sacrificio expiatorio y su holocausto han sido presentados delante del Señor y me ha sucedido esto; ¿acaso le iba a agradar al Señor que yo comiera hoy la víctima expiatoria?».
20 Cuando Moisés oyó esto, le pareció bien.
1 El Señor habló así a Moisés y a Aarón:
2 «Decid esto a los hijos de Israel: “De los animales terrestres podéis comer los siguientes:
3 cualquier animal de pezuña partida, hendida en dos mitades, y que rumia, lo podéis comer.
4 Pero de los que rumian o tienen la pezuña partida, no comeréis: el camello, que rumia, pero no tiene partida la pezuña: consideradlo impuro;
5 el conejo, que rumia, pero no tiene la pezuña partida: consideradlo impuro;
6 la liebre, que rumia, pero no tiene la pezuña partida: consideradla impura;
7 el cerdo, que tiene la pezuña partida, hendida en dos mitades, pero no rumia: consideradlo impuro.
8 No comeréis su carne ni tocaréis sus cadáveres; los consideraréis impuros.
9 De los animales que viven en el agua, sean de mar o río, podéis comer todos los que tienen aletas y escamas.
10 Pero los bichos acuáticos, u otros animales que viven en el agua, de cualquier clase que sean, en mar o río, que carecen de aletas y escamas, los consideraréis abominables.
11 Los tendréis por abominables: no comeréis su carne y tendréis sus cadáveres como abominables.
12 Todo cuanto vive en las aguas y carece de aletas y escamas, lo consideraréis abominable.
13 De las aves, consideraréis abominables, y no las comeréis, porque son abominables, las siguientes: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina,
14 el buitre, el halcón en todas sus variedades,
15 el cuervo en todas sus variedades,
16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus variedades,
17 el búho, el somormujo, el ibis,
18 el cisne, el pelícano, el calamón,
19 la cigüeña, la garza en todas sus variedades, la abubilla y el murciélago.
20 Todo bicho alado que anda sobre cuatro patas lo consideraréis abominable.
21 Pero de todos los bichos alados que andan sobre cuatro patas, podéis comer aquellos que, además de sus cuatro patas, tienen zancas para saltar con ellas sobre el suelo.
22 De estos podéis comer los siguientes: la langosta en todas sus variedades y todas las variedades de saltamontes, caballetas y grillos.
23 Cualquier otro bicho alado de cuatro patas lo tendréis por abominable.
24 Con estos animales contraeréis impureza. El que toca su cadáver queda impuro hasta la tarde.
25 El que transporta alguno de sus cadáveres lavará sus ropas y quedará impuro hasta la tarde.
26 Todo animal que no tiene la pezuña partida en dos y que no rumia, consideradlo impuro. Todo aquel que lo toque quedará impuro.
27 De los cuadrúpedos, considerad impuros todos los que andan sobre las plantas de sus pies. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde.
28 El que transporte el cadáver de uno de ellos tendrá que lavar sus ropas y quedará impuro hasta la tarde. Consideradlos impuros.
29 De los bichos que pululan por la tierra, tendréis por impuros los siguientes: la comadreja, el ratón, el lagarto en cualquiera de sus variedades,
30 el erizo, el cocodrilo, el camaleón, la salamandra y el topo.
31 Todos estos bichos, los consideraréis impuros: todo el que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde.
32 Cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un instrumento de madera, o un vestido, o una piel, o un saco, o cualquier utensilio quedará impuro. Lo meteréis en agua y quedará impuro hasta la tarde; después será puro.
33 Si cae uno de esos cadáveres en una vasija de barro, quedará impuro cuanto haya dentro de ella; y romperéis la vasija.
34 Todo comestible preparado con agua en esa vasija será impuro y toda bebida que se beba en una de esas vasijas será impura.
35 Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el hornillo y el fogón serán destruidos; son impuros y como tales los consideraréis.
36 Solo las fuentes y las cisternas en las que se recogen las aguas seguirán siendo puras. Pero el que toque sus cadáveres quedará impuro.
37 Si cae alguno de esos cadáveres sobre grano destinado a la siembra, este seguirá siendo puro;
38 mas si cae alguno de esos cadáveres sobre semilla ya remojada, la tendréis por impura.
39 Cuando muera uno de los animales que podéis comer, el que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde.
40 El que coma carne de ese cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. Y el que transporte ese cadáver habrá de lavar sus ropas y quedará impuro hasta la tarde.
41 Todo bicho que se arrastra por la tierra es abominable; no se puede comer.
42 No comeréis ningún animal de los que caminan sobre su vientre o sobre cuatro o más patas, es decir, ningún bicho que se arrastra por la tierra, porque son abominables.
43 No os hagáis abominables por ninguna clase de bicho que se arrastra, ni os hagáis impuros con ellos, ni os contaminéis por ellos.
44 Porque yo soy el Señor, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. No os volváis impuros con ninguno de esos bichos que se arrastran por el suelo.
45 Pues yo soy el Señor, el que os subí de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Sed santos porque yo soy santo"».
46 Esta es la ley sobre los animales, las aves y todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y todos los que andan arrastrándose por la tierra;
47 así sabréis distinguir entre lo impuro y lo puro, entre el animal que puede comerse y el que no puede comerse.
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di esto a los hijos de Israel: “Cuando una mujer quede embarazada y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días; será impura como durante sus reglas.
3 El octavo día será circuncidado el niño;
4 y ella permanecerá treinta y tres días más purificando su sangre. No tocará ninguna cosa santa ni entrará en el Santuario hasta terminar los días de su purificación.
5 Si da a luz una niña, quedará impura durante dos semanas, como durante sus reglas, y se quedará en casa sesenta y seis días más purificando su sangre.
6 Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o por niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio expiatorio.
7 El sacerdote lo ofrecerá ante el Señor, haciendo por ella el rito de expiación, y quedará purificada del flujo de su sangre.
Esta es la ley referente a la mujer que da a luz un niño o una niña.
8 Si no le alcanza para ofrecer una res menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno para el holocausto y otro para el sacrificio expiatorio; el sacerdote hará por ella el rito de expiación y quedará pura"».
1 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 «Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca una llaga como de lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón, o ante uno de sus hijos sacerdotes.
3 El sacerdote examinará la llaga de la piel; si el pelo en ella se ha vuelto blanco, y la llaga aparece más hundida que la piel, es llaga de lepra. Una vez que el sacerdote lo haya comprobado, lo declarará impuro.
4 Si es una mancha blanquecina en la piel, pero no aparece más hundida que la piel, y el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote aislará al enfermo durante siete días.
5 El séptimo día lo examinará; si comprueba que la llaga se ha estabilizado, sin extenderse por la piel, el sacerdote lo mantendrá aislado otros siete días.
6 Pasados esos siete días, el sacerdote lo volverá a examinar: si ve que la llaga se ha descolorido y no se ha extendido por la piel, lo declarará puro; no es más que una erupción. El enfermo lavará sus vestidos y quedará puro.
7 Pero si, después que el sacerdote lo ha examinado y declarado puro, la erupción sigue extendiéndose por la piel, se presentará de nuevo al sacerdote.
8 El sacerdote lo examinará y, si la erupción se ha extendido por la piel, lo declarará impuro: es un caso de lepra.
9 Cuando en alguien se manifieste una llaga como de lepra, será llevado al sacerdote.
10 El sacerdote lo examinará y, si observa una inflamación blanquecina en la piel, y el color del pelo se ha vuelto blanco y se ha producido una úlcera en la inflamación,
11 es un caso de lepra crónica; el sacerdote lo declarará impuro, sin necesidad de aislarlo, porque es impuro.
12 Pero si la lepra se ha extendido por la piel hasta cubrir toda la piel del enfermo, de la cabeza a los pies, en cuanto puede apreciar el sacerdote,
13 este lo examinará; y si la lepra ha cubierto todo su cuerpo, declarará puro al afectado por la llaga: como toda su piel se ha vuelto blanca, es puro.
14 Pero si se aprecia en él una úlcera, es impuro;
15 en cuanto el sacerdote vea la úlcera, lo declarará impuro. La úlcera es impura; es lepra.
16 Pero si la úlcera cambia otra vez y se vuelve blanca, el enfermo se presentará al sacerdote.
17 El sacerdote lo examinará; si observa que la llaga se ha vuelto blanca, declarará puro al enfermo: es puro.
18 Si uno ha tenido en la piel una úlcera, y se le ha curado,
19 pero en el lugar de la úlcera aparece una inflamación blanquecina, o una mancha rojiza pálida, habrá de presentarse al sacerdote.
20 El sacerdote lo examinará, y si la mancha aparece más hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro. Es lepra que ha brotado en la úlcera.
21 Pero si el sacerdote observa que no hay en ella pelo blanco, ni está más hundida que la piel, y que está descolorida, lo aislará durante siete días.
22 Si el mal se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra.
23 Pero si la mancha sigue estacionaria, sin extenderse, es la cicatriz de la úlcera; el sacerdote lo declarará puro.
24 Si uno tiene una quemadura en la piel, y sobre la quemadura se forma una mancha entre blanca y rojiza o simplemente blanca,
25 el sacerdote la examinará; y si el pelo se ha vuelto blanco en la mancha blanca y esta aparece más hundida que la piel, es que ha brotado lepra en la quemadura. El sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra.
26 Pero si el sacerdote observa que en la mancha no aparece pelo blanco, que no está más hundida que la piel y que está descolorida, lo aislará durante siete días.
27 El séptimo día lo examinará: si la mancha se ha extendido por la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra.
28 Pero si la mancha sigue estacionaria, sin extenderse por la piel, y está descolorida, se trata de la inflamación de la quemadura. El sacerdote lo declarará puro: es la cicatriz de la quemadura.
29 Cuando a un hombre o a una mujer se le produzca una llaga en la cabeza o en la barbilla,
30 el sacerdote examinará la llaga, y si esta aparece más hundida que la piel, y el pelo es amarillento y escaso, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de tiña, lepra de la cabeza o de la barbilla.
31 Pero si el sacerdote observa que la llaga de tiña no aparece más hundida que la piel y que el pelo no es amarillento, aislará al afectado por la tiña durante siete días.
32 El séptimo día el sacerdote examinará el mal; si no se ha extendido la tiña, ni hay en ella pelo amarillento, ni la llaga aparece más hundida que la piel,
33 el enfermo se afeitará, menos en la parte tiñosa; y el sacerdote aislará al afectado por otros siete días.
34 El séptimo día el sacerdote lo examinará y, si no se ha extendido la llaga por la piel, ni aparece más hundida que la piel, lo declarará puro. El enfermo lavará sus vestidos y quedará puro.
35 Pero si la tiña, después de la purificación, se extiende mucho por la piel,
36 el sacerdote lo examinará de nuevo. Si comprueba que la tiña se ha extendido por la piel, no hace falta que mire si el pelo es amarillento; la persona es impura.
37 Mas si, según su apreciación, la tiña no se ha extendido y ha crecido en ella pelo negro, esa persona se ha curado de la tiña: es pura y el sacerdote la declarará pura.
38 Cuando a un hombre o a una mujer le salgan manchas en la piel, manchas blancas,
39 el sacerdote las examinará; si observa que las manchas de la piel son blanquecinas, se trata de un eczema que le ha brotado en la piel; esa persona es pura.
40 Si a un hombre se le cae el pelo de la cabeza, no es más que calvicie: es puro.
41 Si se le cae el pelo de la cabeza por delante, es calvo por delante: es puro.
42 Pero si en la calva de detrás o de delante se le forma una llaga entre blanca y rojiza, es que le ha brotado lepra en la calva de detrás o de delante.
43 El sacerdote la examinará; si la hinchazón de la llaga en la parte calva es rojiza pálida, del mismo aspecto que la lepra de la piel,
44 se trata de un leproso: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza.
45 El enfermo de lepra andará con la ropa rasgada y la cabellera desgreñada, con la barba tapada y gritando: “¡Impuro, impuro!".
46 Mientras le dure la afección, seguirá siendo impuro. Es impuro y vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.
47 Cuando aparezca una mancha como de lepra en un vestido de lana o de lino,
48 en el hilo o en la trama, o en una piel, o en cualquier objeto de cuero,
49 si la mancha en el vestido o en la piel, o en el hilo o en la trama, o en cualquier objeto de cuero, es de color verduzco o rojizo, es un caso de lepra y debe ser mostrado al sacerdote.
50 El sacerdote examinará la mancha y aislará el objeto manchado durante siete días.
51 El séptimo día examinará la mancha; si se ha extendido por el vestido, hilo o trama, piel u objeto de cuero, es un caso de lepra maligna: el objeto es impuro.
52 Quemará el vestido, hilo o trama, de lana o de lino, o el objeto de cuero en que se encuentre la mancha, pues es lepra maligna; será quemado.
53 Pero si el sacerdote observa que no se ha extendido la mancha por el vestido, hilo o trama, u objeto de cuero,
54 mandará lavar lo manchado y lo aislará otros siete días.
55 Si el sacerdote ve que la mancha, después de lavada, no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido, el objeto es impuro; lo echarás al fuego: es una infección por el derecho o por el revés.
56 Pero, si el sacerdote ve que la parte manchada, después de lavada, se ha descolorido, la arrancará del vestido, del cuero, del hilo o de la trama.
57 Pero si vuelve a aparecer en el vestido, hilo o trama, u objeto de cuero, es un brote de lepra; quemarás lo afectado por la lepra.
58 Pero si en el vestido, hilo o trama, u objeto de cuero, una vez lavado, desaparece la mancha, serán lavados de nuevo y quedarán puros.
59 Esta es la ley para la mancha de lepra en los vestidos, de lana o de lino, en el hilo o en la trama, o en cualquier objeto de cuero, para declararlos puros o impuros».
1 El Señor dijo a Moisés:
2 «Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el día de su purificación. Será llevado al sacerdote
3 y este saldrá fuera del campamento; si, tras haberlo examinado, comprueba que el leproso está ya curado de su lepra,
4 el sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado dos pájaros puros vivos, madera de cedro, púrpura escarlata e hisopo.
5 Mandará degollar uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua corriente.
6 Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la púrpura escarlata y el hisopo, los mojará, junto con el pájaro vivo, en la sangre del pájaro degollado sobre agua corriente,
7 y hará siete aspersiones sobre el que ha de ser purificado de la lepra y lo declarará puro. Y soltará el pájaro vivo en el campo.
8 El que se purifica lavará sus vestidos, se afeitará totalmente, se bañará y quedará limpio. Entonces podrá entrar en el campamento; pero durante siete días se quedará fuera de su tienda.
9 El día séptimo se afeitará todo el pelo, la cabeza, la barba, las cejas; en una palabra, todo el pelo, lavará también sus vestidos, bañará su cuerpo y quedará limpio.
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto y una cordera de un año sin defecto; y como oblación, tres décimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite.
11 El sacerdote que hace la purificación presentará ante el Señor, junto con todo eso, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la Tienda del Encuentro.
12 El sacerdote tomará uno de los corderos y lo ofrecerá como sacrificio de reparación, además del cuartillo de aceite, y ejecutará con él el rito de balanceo ante el Señor.
13 Luego degollará el cordero en el lugar donde se degüellan el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado; porque, tanto en el sacrificio expiatorio como en el sacrificio de reparación, la víctima pertenece al sacerdote; es cosa santísima.
14 Después el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y untará el lóbulo de la oreja derecha del que se está purificando, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho.
15 El sacerdote tomará parte del cuartillo de aceite y lo pondrá en la palma de su mano izquierda.
16 Después untará un dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y hará con su dedo siete aspersiones de aceite delante del Señor.
17 Con el aceite que le queda en la mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho, así como la sangre de la víctima de reparación.
18 El resto del aceite que quede en la mano del sacerdote, se derramará sobre la cabeza del que se purifica. El sacerdote expiará así por él ante el Señor.
19 El sacerdote ofrecerá entonces el sacrificio expiatorio y hará así expiación por el que se purifica de su impureza. Después degollará el holocausto,
20 y ofrecerá sobre el altar el holocausto y la oblación. De esta manera el sacerdote hará expiación por él y quedará limpio.
21 Si es pobre y no tiene suficientes recursos, tomará un cordero como sacrificio de reparación, como ofrenda para el balanceo ritual, para hacer expiación por él, y además, como oblación, una décima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite,
22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus posibilidades, uno como sacrificio por el pecado, y otro como holocausto.
23 El octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, delante del Señor, para su purificación.
24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio de reparación y el cuartillo de aceite, y ejecutará con ellos el rito de balanceo ante el Señor.
25 Degollará el cordero del sacrificio de reparación y el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho.
26 Luego derramará parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda;
27 con un dedo de su mano derecha hará ante el Señor siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda,
28 untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho, así como la sangre de la víctima de reparación.
29 Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo expiación por él ante el Señor.
30 Luego ofrecerá una de las tórtolas o de los pichones, según las posibilidades,
31 uno como sacrificio expiatorio y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el sacerdote hará expiación ante el Señor por aquel que se purifica.
32 Esta es la ley de la purificación para aquel que tiene lepra y cuyos recursos son limitados».
33 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
34 «Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán que os voy a dar en posesión, si yo hago aparecer manchas de lepra en alguna de las casas de la tierra que vais a poseer,
35 el propietario de la casa irá a avisar al sacerdote y le dirá: “Ha aparecido algo así como lepra en mi casa".
36 El sacerdote, sin esperar a entrar en la casa para examinar la mancha, ordenará que desalojen la casa, para que no se contamine de impureza lo que hay en ella. Después entrará el sacerdote a examinar la casa.
37 Si al examinarla observa el sacerdote que la mancha forma en las paredes de la casa cavidades verduzcas y rojizas que parecen hundidas en la pared,
38 saldrá a la puerta de la casa y la clausurará durante siete días.
39 Volverá a los siete días, y si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes de la casa,
40 mandará arrancar las piedras manchadas y arrojarlas a un lugar inmundo fuera de la ciudad.
41 Hará raspar todo el interior de la casa; y el polvo de las raspaduras lo echarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo.
42 Luego tomarán otras piedras y las pondrán en el lugar de las primeras. Y revocarán la casa con argamasa nueva.
43 Si, después de haber arrancado las piedras, y de haber raspado y revocado la mancha, esta vuelve a extenderse por la casa,
44 el sacerdote entrará de nuevo; y si comprueba que la mancha se ha extendido por la casa, es un caso de lepra maligna en la casa, y esta es impura.
45 Se derribará la casa. Sus piedras, sus maderas y todos los escombros serán sacados fuera de la ciudad a un lugar inmundo.
46 Quien entre en esa casa mientras está clausurada quedará impuro hasta la tarde.
47 El que duerma en ella habrá de lavar sus vestidos; y también el que coma en ella habrá de lavarlos.
48 Pero si el sacerdote al entrar comprueba que, después de revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura: se ha curado del mal.
49 Entonces, para ofrecer por la casa un sacrificio expiatorio, tomará dos pájaros, madera de cedro, púrpura escarlata e hisopo;
50 degollará uno de los pájaros en una vasija de barro sobre agua corriente
51 y, tomando la madera de cedro, el hisopo y la púrpura escarlata, con el pájaro vivo, los mojará en la sangre del pájaro degollado sobre agua corriente; y hará siete aspersiones sobre la casa.
52 Hará la expiación en favor de la casa con la sangre del pájaro, con el agua viva, el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la lana escarlata,
53 y soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. De este modo hará expiación por la casa, la cual quedará pura.
54 Esta es la ley para toda clase de lepra o de tiña,
55 para la lepra de vestidos y de casas,
56 para tumores, erupciones y manchas blanquecinas,
57 y para instruir sobre los casos de impureza y los casos de pureza. Esta es la ley de la lepra».
1 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 «Decid a los hijos de Israel: “Si un hombre padece flujo seminal, ese flujo le hace impuro.
3 La impureza causada por el flujo se da tanto si su cuerpo deja destilar el flujo, como si lo obstruye: es impuro.
4 Toda cama en que se acueste el que padece flujo quedará impura y todo asiento en que se siente quedará impuro.
5 El que toque su cama, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
6 El que se siente sobre un mueble en el que se haya sentado cualquiera que padece flujo, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
7 Quien toque el cuerpo del que padece flujo lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
8 Si el que tiene flujo escupe sobre un hombre puro, este lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
9 Toda montura sobre la que monte el que padece flujo será inmunda.
10 Quien toque un objeto que haya estado debajo del enfermo quedará impuro hasta la tarde, y quien lo transporte lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
11 Todo aquel a quien toque alguien que padece flujo y no se haya lavado antes las manos, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
12 Toda vasija de barro tocada por el que padece flujo será rota, y todo utensilio de madera será lavado con agua.
13 Si el que padece flujo se cura, se contarán siete días hasta su purificación; después lavará sus vestidos, se bañará en agua corriente y quedará puro.
14 El día octavo tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará ante el Señor a la entrada de la Tienda del Encuentro, y los entregará al sacerdote.
15 El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio expiatorio, el otro como holocausto, y así el sacerdote hará ante el Señor expiación por él, por su flujo.
16 Quien haya tenido derrame seminal se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
17 Toda ropa y todo cuero sobre los cuales haya caído semen será lavado con agua y quedará impuro hasta la tarde.
18 Cuando una mujer se acueste con un hombre, y se haya producido derrame, se bañarán ambos y quedarán impuros hasta la tarde.
19 La mujer que tenga la menstruación, quedará impura siete días. Y quien la toque quedará impuro hasta la tarde.
20 Todo aquello sobre lo que ella se acueste durante su impureza quedará impuro; y todo aquello sobre lo que se siente quedará impuro.
21 Quien toque su cama lavará los vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
22 Quien toque un mueble sobre el que ella se haya sentado lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
23 Quien toque algo que está sobre la cama o sobre el mueble donde ella se sienta quedará impuro hasta la tarde.
24 Si uno se acuesta con ella, se contamina de la impureza de sus reglas y queda impuro siete días; toda cama en la que él se acueste quedará impura.
25 Cuando una mujer tenga flujo de sangre durante muchos días, fuera del tiempo de sus reglas, o cuando sus reglas se prolonguen, quedará impura mientras dure su flujo, como en la menstruación.
26 Toda cama en que se acueste mientras dura su flujo quedará impura como la cama de la menstruación, y cualquier mueble sobre el que se siente quedará impuro como durante la menstruación.
27 Quien los toque quedará impuro y lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
28 Una vez que ella sane de su flujo, contará siete días y después quedará pura.
29 El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones y los presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda del Encuentro.
30 El sacerdote los ofrecerá uno como sacrificio expiatorio, el otro como holocausto; y hará expiación ante el Señor por ella, por la impureza de su flujo.
31 Mantened así a los hijos de Israel alejados de las impurezas, para que no mueran por contaminar con ellas mi Morada, que he puesto en medio de ellos"».
32 Esta es la ley sobre el hombre que padece flujo o que queda impuro por derrame de semen,
33 sobre la mujer durante la menstruación, sobre aquel que padece flujo, sea varón o mujer, y sobre aquel que se acuesta con una mujer en período de impureza.
1 El Señor habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón que murieron al acercarse al Señor.
2 El Señor mandó a Moisés: «Di a tu hermano Aarón que no entre en cualquier fecha en el Santuario, detrás del velo, ante el propiciatorio que cubre el Arca. Así no morirá. Porque yo me muestro en una nube sobre el propiciatorio.
3 Estas son las condiciones para que pueda entrar Aarón en el Santuario: con un novillo para el sacrificio expiatorio y un carnero para el holocausto.
4 Se vestirá la túnica sagrada de lino, se cubrirá con calzones de lino, se ceñirá una banda de lino y se pondrá un turbante de lino. Son vestiduras sagradas: las vestirá después de haberse bañado.
5 Además, recibirá de la asamblea de los hijos de Israel dos machos cabríos para el sacrificio expiatorio y un carnero para el holocausto.
6 Aarón ofrecerá su novillo expiatorio, y hará la expiación por sí mismo y por su casa.
7 Después tomará los dos machos cabríos y los presentará ante el Señor a la entrada de la Tienda del Encuentro.
8 Sorteará los dos machos cabríos: uno para el Señor y otro para Azazel.
9 Tomará el que haya tocado en suerte al Señor y lo ofrecerá en sacrificio expiatorio.
10 El que haya tocado en suerte a Azazel lo presentará vivo ante el Señor, hará la expiación por él y después lo mandará al desierto, a Azazel.
11 Aarón ofrecerá su novillo expiatorio y hará la expiación por sí mismo y por su familia; y lo degollará.
12 Tomará del altar que está ante el Señor un incensario lleno de brasas y dos puñados de incienso aromático en polvo, y lo introducirá detrás del velo.
13 Pondrá incienso sobre las brasas, ante el Señor, para que el humo del incienso oculte el propiciatorio que está sobre el Testimonio; y así no morirá.
14 Después tomará sangre del novillo y salpicará con el dedo el propiciatorio, hacia oriente; después, ante el propiciatorio, hará siete aspersiones de sangre con el dedo.
15 Degollará el macho cabrío, víctima expiatoria, presentado por el pueblo; llevará su sangre detrás del velo, igual que ha hecho con la sangre del novillo: la salpicará sobre el propiciatorio y delante de él.
16 Así hará la expiación por el Santuario, por todas las impurezas y delitos de los hijos de Israel, por todos sus pecados.
Lo mismo hará con la Tienda del Encuentro, que habita entre ellos, en medio de sus impurezas.
17 Desde que Aarón entre a hacer la expiación hasta que salga no habrá nadie en la Tienda del Encuentro. Hará la expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel.
18 Después saldrá, irá al altar que está ante el Señor y hará la expiación por él: tomará sangre del novillo y del macho cabrío, y untará con ella los salientes del altar.
19 Salpicará la sangre con el dedo siete veces sobre el altar. Así lo consagrará y lo purificará de las impurezas de los hijos de Israel.
20 Acabada la expiación tanto del Santuario como de la Tienda del Encuentro y del altar, Aarón presentará el macho cabrío vivo.
21 Con las dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, confesará sobre él las iniquidades y delitos de los hijos de Israel, todos sus pecados; se los echará encima de la cabeza al macho cabrío, y después, con el hombre designado para ello, lo mandará al desierto.
22 Así el macho cabrío se lleva consigo, a región desierta, todas sus iniquidades. El encargado soltará el macho cabrío en el desierto.
23 Después Aarón entrará en la Tienda del Encuentro, se quitará las vestiduras de lino que se había puesto para entrar en el Santuario y las dejará allí.
24 Se bañará en lugar sagrado y se pondrá sus propios vestidos. Volverá a salir, ofrecerá su holocausto y el holocausto del pueblo. Hará la expiación por sí mismo y por el pueblo,
25 y quemará sobre el altar la grasa de la víctima expiatoria.
26 El que ha llevado el macho cabrío a Azazel lavará sus vestidos, se bañará y después podrá entrar en el campamento.
27 El novillo expiatorio y el macho cabrío expiatorio, cuya sangre se introdujo en el Santuario para hacer la expiación, se sacarán fuera del campamento; y se quemará piel, carne e intestinos.
28 El encargado de quemarlos lavará sus vestidos, se bañará, y después podrá entrar en el campamento.
29 Esta será para vosotros ley perpetua: el mes séptimo, el día décimo del mes, ayunaréis y no haréis trabajo alguno, ni el nativo ni el emigrante que reside entre vosotros.
30 Porque ese día se hará la expiación por vosotros, para purificaros. Y quedaréis limpios delante del Señor de todos vuestros pecados.
31 Será para vosotros día de descanso completo, en el que habéis de ayunar: es ley perpetua.
32 Hará la expiación el sacerdote ungido, cuyas manos han sido consagradas para ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre: él se revestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas,
33 y hará la expiación del Santuario, de la Tienda del Encuentro y del altar. Hará también la expiación por los sacerdotes y por toda la asamblea del pueblo.
34 Esta será para vosotros ley perpetua: hacer la expiación por todos los pecados de los hijos de Israel una vez al año».
Y se hizo como el Señor había mandado a Moisés.
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel: “Esta es la orden del Señor:
3 cualquier hombre de la casa de Israel que mate buey, oveja o cabra dentro del campamento o fuera del mismo,
4 y no los lleve a la entrada de la Tienda del Encuentro, para presentarlos como ofrenda al Señor ante su Morada, será reo de sangre. Ese hombre ha derramado sangre y será excluido de su pueblo.
5 Así pues, los hijos de Israel han de presentar en honor del Señor al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, aquellas víctimas que matan en el campo, para que se ofrezcan como sacrificios de comunión.
6 El sacerdote derramará la sangre sobre el altar del Señor, a la entrada de la Tienda del Encuentro, y quemará las grasas como aroma que aplaca al Señor.
7 En adelante no seguirán inmolando sus sacrificios a los sátiros con los que se prostituían. Es ley perpetua para ellos, generación tras generación".
8 Diles también: “Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los emigrantes que residen entre ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio de comunión,
9 y no lo lleve a la entrada de la Tienda del Encuentro para sacrificarlo en honor del Señor, será excluido de su pueblo.
10 Si un hombre cualquiera de la casa de Israel, o de los emigrantes que residen entre ellos, come cualquier clase de sangre, yo me volveré contra el que coma sangre y lo excluiré de su pueblo.
11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os he dado la sangre para hacer expiación sobre el altar por vuestras vidas, pues la expiación por la vida se hace con la sangre.
12 Por eso tengo dicho a los hijos de Israel: ‘No comeréis sangre ninguno de vosotros, ni el emigrante que reside entre vosotros’.
13 Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los emigrantes que residen entre ellos, que cace un animal o un ave comestible, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la vida de toda carne está en su sangre. Por eso mandé a los hijos de Israel: ‘No comeréis la sangre de carne alguna, pues la vida de toda carne está en su sangre. Quien la coma, será excluido’.
15 Todo nativo o emigrante que coma carne de bestia muerta o destrozada lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde; después será puro.
16 Si no los lava ni se baña, cargará con su falta"».
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di a los hijos de Israel: “Yo soy el Señor, vuestro Dios.
3 No hagáis lo que se hace en la tierra de Egipto, donde habéis habitado, ni lo que se hace en la tierra de Canaán, a donde os llevo; no sigáis sus costumbres.
4 Cumplid mis normas y guardad mis preceptos, comportándoos de acuerdo con ellos. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
5 Guardad mis preceptos y mis normas. Quien los cumpla, vivirá gracias a ellos. Yo soy el Señor.
6 Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir su desnudez. Yo soy el Señor.
7 No descubrirás la desnudez de tu padre y de tu madre. Es tu madre; no descubrirás su desnudez.
8 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre: es la desnudez de tu padre.
9 No descubrirás la desnudez de tu hermana por parte de padre o por parte de madre, nacida en casa o fuera de ella.
10 No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija: es tu propia desnudez.
11 No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada por tu padre: es tu hermana.
12 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre: es carne de tu padre.
13 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre: es carne de tu madre.
14 No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre; no te acercarás a su mujer: es tu tía.
15 No descubrirás la desnudez de tu nuera: es la mujer de tu hijo; no descubrirás su desnudez.
16 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano: es la desnudez de tu hermano.
17 No descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija, ni te unirás a la hija de su hijo o a la hija de su hija para descubrir su desnudez: son su propia carne; es una indecencia.
18 No tomarás por esposa a una mujer y a su hermana cuando todavía vive la primera: harías a la segunda rival de la primera al descubrir también su desnudez.
19 No te acercarás a una mujer durante su impureza menstrual descubriendo su desnudez.
20 No te acostarás con la mujer de tu prójimo, haciéndote impuro con ella.
21 No darás ningún hijo tuyo para hacerlo pasar por el fuego ante Mólec, profanando así el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
22 No te acostarás con varón como con mujer: es una abominación.
23 No te unirás con bestia haciéndote impuro con ella. Y la mujer no se ofrecerá a una bestia para unirse con ella: es una infamia.
24 No os hagáis impuros con ninguna de estas prácticas, pues con ellas se han hecho impuras las naciones que yo voy a expulsar cuando lleguéis vosotros.
25 Se ha manchado la tierra; por eso he castigado su iniquidad, y el país ha vomitado a sus habitantes.
26 Vosotros, pues, guardad mis preceptos y mis normas, y no cometáis ninguna de esas abominaciones, ni los de vuestro pueblo ni los emigrantes que residen entre vosotros.
27 Porque todas esas abominaciones las han cometido los hombres que habitaron el país antes que vosotros y por eso la tierra se ha contaminado.
28 Que no os vaya a vomitar la tierra por vuestras impurezas, del mismo modo que vomitó a las naciones anteriores a vosotros;
29 sino que quien cometa una de esas abominaciones sea excluido de su pueblo.
30 Guardad, pues, mis prescripciones y no practiquéis ninguna de las costumbres abominables que se practicaban antes de llegar vosotros, para que no os hagáis impuros con ellas. Yo soy el Señor, vuestro Dios"».
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di a la comunidad de los hijos de Israel: “Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo.
3 Respete cada uno a su madre y a su padre. Guardad mis sábados. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
4 No acudáis a ídolos ni os hagáis dioses de fundición. Yo soy el Señor vuestro Dios.
5 Cuando ofrezcáis al Señor sacrificios de comunión, hacedlo de forma que os sean aceptados.
6 La víctima será comida el mismo día de su inmolación o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día se quemará.
7 Lo que se come al tercer día es alimento podrido: no será grato al Señor.
8 El que lo coma, cargará con su culpa, por haber profanado lo santo del Señor, y será excluido de su pueblo.
9 Cuando seguéis la mies de vuestras tierras, no desorillarás el campo, ni espigarás los restos de tu mies.
10 Tampoco harás rebusco de tu viña ni recogerás las uvas caídas. Se lo dejarás al pobre y al emigrante. Yo soy el Señor vuestro Dios.
11 No robaréis ni defraudaréis ni os engañaréis unos a otros.
12 No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
13 No explotarás a tu prójimo ni le robarás. No dormirá contigo hasta la mañana siguiente el jornal del obrero.
14 No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezo al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No daréis sentencias injustas.
15 No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu prójimo.
16 No andarás difamando a tu gente, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
17 No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado.
18 No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
19 Guardad mis leyes.
No cruzarás ganado de diversas especies. No sembrarás tu campo con dos especies diferentes de grano. No usarás ropa de tela de dos clases.
20 Si un hombre se acuesta con una sierva desposada con otro, pero que no ha sido rescatada ni manumitida, se hará una investigación, pero no son reos de muerte, pues ella no era libre;
21 él ofrecerá al Señor, como sacrificio de reparación, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un carnero de reparación.
22 Con el carnero de reparación, el sacerdote hará expiación ante el Señor por el pecado que cometió, y se le perdonará su pecado.
23 Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, no recogeréis sus frutos inmediatamente; durante tres años los consideraréis como incircuncisos: no se podrán comer.
24 El cuarto año todos sus frutos serán consagrados festivamente al Señor.
25 El quinto año podréis ya comer de su fruto y almacenar su producto. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
26 No comáis carne con su sangre. No practiquéis la adivinación ni la magia.
27 No os rapéis en redondo la cabellera, ni os recortéis los bordes de la barba.
28 No os hagáis incisiones en vuestra carne por un difunto; ni os hagáis tatuajes. Yo soy el Señor.
29 No profanarás a tu hija prostituyéndola: se prostituiría la tierra y se llenaría de indecencias.
30 Guardad mis sábados y honrad mi Santuario. Yo soy el Señor.
31 No acudáis a nigromantes ni consultéis a adivinos. Quedaríais impuros por su causa. Yo soy el Señor vuestro Dios.
32 Álzate ante las canas y honra al anciano. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
33 Si un emigrante reside con vosotros en vuestro país, no lo oprimiréis.
34 El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios.
35 No cometáis injusticias ni en los juicios, ni en medidas de longitud, de peso o de capacidad.
36 Tened balanzas exactas, pesas exactas, fanegas exactas y cántaros exactos. Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os sacó de Egipto.
37 Cumplid todas mis leyes y mandatos poniéndolos por obra. Yo soy el Señor"».
1 El Señor habló a Moisés:
2 «Esto dirás a los hijos de Israel: “Si un hombre cualquiera, israelita o emigrante que reside en Israel, entrega uno de sus hijos a Mólec, morirá sin remedio; el pueblo de la tierra lo apedreará.
3 Yo mismo me volveré contra ese hombre y lo extirparé de su pueblo, por haber entregado un hijo suyo a Mólec, manchando mi Santuario y profanando mi nombre santo.
4 Pero, si el pueblo de la tierra cierra los ojos ante ese hombre que entregó uno de sus hijos a Mólec, y no le da muerte,
5 yo mismo me volveré contra ese hombre y contra su familia, y lo extirparé de su pueblo, a él y a todos los que como él se prostituyan con Mólec.
6 Si alguien consulta a los nigromantes, o a los adivinos, prostituyéndose con ellos, yo me volveré contra él y lo extirparé de su pueblo.
7 Santificaos y sed santos; porque yo soy el Señor, vuestro Dios.
8 Guardad mis leyes y cumplidlas. Yo soy el Señor, el que os santifica
9 El que maldiga a su padre o a su madre, morirá irremisiblemente: ha maldecido a su padre o a su madre; caiga su sangre sobre él.
10 Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, serán castigados con la muerte: el adúltero y la adúltera.
11 Si uno se acuesta con la mujer de su padre, descubre la desnudez de su padre: ambos morirán; caiga su sangre sobre ellos.
12 Si un hombre se acuesta con su nuera, ambos morirán; han cometido una infamia: caiga su sangre sobre ellos.
13 Si un varón se acuesta con otro varón como con una mujer, ambos han cometido una abominación: han de morir; caiga su sangre sobre ellos.
14 Si uno toma por esposas a una mujer y a su madre, es algo horrible. Serán quemados tanto él como ellas para que no quede nada tan horrible entre vosotros.
15 Al que se una con una bestia, se le dará muerte. Mataréis también la bestia.
16 Si una mujer se acerca a una bestia y se une a ella, matarás a la mujer y a la bestia. Han de morir; caiga su sangre sobre ellas.
17 Si alguien toma por esposa a su hermana por parte de padre o por parte de madre, y ve la desnudez de ella y ella ve la desnudez de él, es algo vergonzoso. Serán exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. Ha descubierto la desnudez de una hermana suya: cargará con su iniquidad.
18 Si uno se acuesta con una mujer durante sus reglas, descubriendo la desnudez de ella, él ha descubierto la fuente de su flujo y ella ha descubierto su propia fuente. Ambos serán excluidos de su pueblo.
19 No descubras la desnudez de la hermana de tu madre ni de la hermana de tu padre, porque desnudas su propia carne: cargarán con su pecado.
20 El que se acueste con la mujer de su tío paterno, descubre la desnudez de este. Cargarán con su pecado; no tendrán hijos.
21 Si uno toma por esposa a la mujer de su hermano, es algo horrible, pues descubre la desnudez de su hermano; no tendrán hijos.
22 Guardad todas mis leyes y todas mis normas, y cumplidlas; así no os vomitará la tierra a la que os llevo para que habitéis en ella.
23 No imitéis las costumbres de los pueblos que voy a expulsar a vuestra llegada; pues me dan asco por obrar así.
24 A vosotros os he dicho: ‘Tomaréis posesión de su tierra, que os daré en herencia, tierra que mana leche y miel’. Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os he separado de esos pueblos.
25 Habéis de distinguir entre animales puros e impuros, y entre aves impuras y puras; para que no os contaminéis, ni con animales, ni con aves, ni con reptiles, de los que yo he puesto aparte como impuros.
26 Sed para mí santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he separado de los demás pueblos para que seáis míos.
27 El hombre o la mujer que practique el espiritismo o la adivinación, será castigado con la muerte: serán apedreados. Caiga su sangre sobre ellos"».
1 El Señor habló así a Moisés: «Di a los sacerdotes, hijos de Aarón: “Que ninguno contraiga impureza con el cadáver de alguno de los suyos,
2 a no ser con el de un pariente cercano: la madre, el padre, un hijo, una hija, un hermano,
3 una hermana virgen que viva con él y no haya sido desposada aún; por ella sí puede contraer impureza.
4 Pero por una hermana casada, no debe contraer impureza; quedaría profanado.
5 Los sacerdotes no se raparán la cabeza, ni se recortarán los bordes de la barba, ni se harán incisiones en su cuerpo.
6 Han de ser santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios, pues son ellos los que ofrecen los alimentos que se han de quemar para el Señor, el alimento de su Dios. Deben ser santos.
7 No tomarán por esposa a una prostituta, ni a una violada, ni a una repudiada por su marido; pues el sacerdote está consagrado a su Dios.
8 Considerarás al sacerdote como cosa santa, porque él es quien ofrece el alimento de tu Dios. Lo tendrás por santo, pues santo soy yo, el Señor, el que los santifico.
9 Si la hija de un sacerdote se prostituye y se profana, a su padre profana; será quemada.
10 El sumo sacerdote, el mayor entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el óleo de la unción y que recibió la investidura revistiéndose los ornamentos, no llevará desgreñada la cabellera ni se rasgará las vestiduras,
11 ni se acercará a cadáver alguno; ni siquiera por su padre o por su madre se le permite contraer impureza.
12 No saldrá del Santuario, y así no profanará el Santuario de su Dios; pues está consagrado con el óleo de la unción de su Dios. Yo soy el Señor.
13 Tomará por esposa una virgen.
14 No se casará con viuda, ni con repudiada, ni con profanada por prostitución, sino que tomará por esposa una virgen de su parentela.
15 Así no profanará a su descendencia entre su pueblo, pues soy el Señor, el que lo santifico"».
16 El Señor habló a Moisés:
17 «Dile a Aarón: “Ninguno de tus descendientes, de cualquier generación, que tenga un defecto corporal, podrá acercarse a ofrecer el alimento de su Dios.
18 Ningún hombre que tenga defecto corporal se acercará: ni ciego, ni cojo, ni deforme, ni monstruoso,
19 ni lisiado, ni manco;
20 ni jorobado, ni raquítico, ni con defecto en un ojo, ni sarnoso o tiñoso, ni eunuco.
21 Ningún descendiente de Aarón que tenga defecto corporal puede acercarse a ofrecer las oblaciones quemadas en honor del Señor. Al tener un defecto, no puede acercarse a ofrecer el alimento de su Dios.
22 Podrá comer del alimento de su Dios, de las cosas santísimas y de las santas;
23 mas no podrá traspasar el velo ni acercarse al altar, porque tiene un defecto y profanaría mi Santuario, pues yo soy el Señor, el que los santifico"».
24 Moisés comunicó esto a Aarón y a sus hijos y a todo Israel.
1 El Señor habló a Moisés:
2 «Di a Aarón y a sus hijos que traten con respeto las ofrendas sagradas que los hijos de Israel me consagran, para no profanar mi santo nombre. Yo soy el Señor.
3 Diles: “Cualquiera de vuestros descendientes, de cualquier generación, que se acerque en estado de impureza a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran al Señor, será excluido de mi presencia. Yo soy el Señor.
4 Ningún descendiente de Aarón que sea leproso, o padezca flujo, comerá de las cosas santas hasta que se haya purificado. El que toque lo que está contaminado de impureza por contacto de cadáver, o el que haya tenido un derrame seminal,
5 o el que haya tocado un bicho o a un hombre y haya contraído así alguna impureza;
6 quien haya tocado esas cosas, quedará impuro hasta la tarde. No comerá de las cosas santas, sino que se bañará
7 y, una vez que se ponga el sol, quedará limpio y podrá comer de las cosas santas, pues son su alimento.
8 No comerá animal muerto o destrozado: quedaría impuro. Yo soy el Señor.
9 Que guarden mis prescripciones; así no incurrirán en culpa ni tendrán que morir por haber cometido una profanación. Yo soy el Señor, el que los santifico.
10 Ningún extraño comerá de las cosas santas; ni el huésped del sacerdote ni su jornalero comerán de las cosas santas.
11 Pero si un sacerdote compra con su dinero una persona, esta podrá comer de las cosas santas; y también el siervo nacido en la casa: ambos pueden comer del alimento del sacerdote.
12 La hija de un sacerdote, casada con un extraño, no podrá comer del tributo reservado de las cosas santas.
13 Pero si la hija de un sacerdote queda viuda o es repudiada, y sin tener prole vuelve a la casa de su padre, podrá comer del alimento de su padre, como en su juventud. Pero ningún extraño podrá comerlo.
14 Quien, por ignorancia, coma cosa santa, la restituirá al sacerdote, añadiendo un quinto.
15 Los sacerdotes no profanarán las cosas santas traídas por los hijos de Israel, reservadas para el Señor,
16 porque al comerlas incurrirían en una falta que exigiría reparación. Porque yo soy el Señor, el que los santifico"».
17 El Señor habló a Moisés:
18 «Di a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel: “Si un hombre de la casa de Israel, o de los emigrantes residentes en Israel, presenta una ofrenda de lo que se ofrece al Señor como holocausto, cumpliendo un voto o voluntariamente,
19 para que la víctima sea aceptada favorablemente, habrá de ser macho, sin defecto, vacuno, ovino o cabrío.
20 No ofrezcáis nada defectuoso, pues no os sería bien aceptado.
21 Si uno ofrece al Señor ganado mayor o menor como sacrificio de comunión, cumpliendo un voto o voluntariamente, para que sea aceptado favorablemente habrá de ser una res sin defecto; no debe tener defecto alguno.
22 No presentaréis ante el Señor animal ciego, cojo, mutilado, ulcerado, sarnoso o ruin; nada de eso pondréis sobre el altar como alimento que se quema para el Señor.
23 Si el vacuno u ovino es desproporcionado o enano, lo podréis presentar como ofrenda voluntaria, pero no os sería aceptado cumpliendo voto.
24 No ofreceréis al Señor animal que tenga los testículos aplastados, machacados, arrancados o cortados. No hagáis tales cosas en vuestra tierra.
25 Tampoco recibiréis de la mano del extranjero nada de eso como alimento de vuestro Dios: tienen el defecto de la mutilación; no serían bien aceptados"».
26 El Señor dijo a Moisés:
27 «Cuando nazca un ternero, un cordero, o un cabrito, quedarán siete días con la madre. A partir del día octavo serán gratos como ofrenda de oblación para el Señor.
28 No inmoléis en el mismo día vaca u oveja juntamente con su cría.
29 Cuando ofrezcáis al Señor un sacrificio de acción de gracias, hacedlo de tal modo que os sea favorablemente aceptado:
30 será comido el mismo día, sin dejar nada de él hasta la mañana siguiente. Yo soy el Señor.
31 Guardad mis mandamientos poniéndolos por obra. Yo soy el Señor.
32 No profanéis mi santo nombre, para que yo sea santificado entre los hijos de Israel. Yo soy el Señor, el que os santifica,
33 el que os sacó de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo soy el Señor».
1 El Señor habló a Moisés:
2 «Di a los hijos de Israel: “Estas son las festividades del Señor, en las que convocaréis asamblea litúrgica:
3 Seis días se trabajará, pero el séptimo día será de total descanso y asamblea litúrgica. No haréis en él trabajo alguno. Es día de descanso dedicado al Señor dondequiera que habitéis.
4 Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis en las fechas señaladas.
5 El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor.
6 El día quince del mismo mes, es la fiesta de los Panes Ácimos dedicada al Señor. Comeréis panes ácimos durante siete días.
7 El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil.
8 Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. El séptimo os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil"».
9 El Señor habló a Moisés:
10 «Di a los hijos de Israel: “Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar y seguéis la mies, llevaréis al sacerdote una gavilla como primicia de vuestra cosecha.
11 Este la balanceará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la balanceará el sacerdote el día siguiente al sábado.
12 El mismo día en que hagáis el balanceo con la gavilla, sacrificaréis un cordero de un año, sin defecto, como holocausto al Señor.
13 La correspondiente oblación será de dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como oblación cuyo aroma aplaca al Señor, y la libación de vino será un cuarto de sextario.
14 No comeréis ni pan ni grano tostado o crudo hasta el día mismo en que llevéis la ofrenda de vuestro Dios. Es una ley perpetua para todas vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.
15 A partir del día siguiente al sábado en que llevéis la gavilla para el balanceo ritual, contaréis siete semanas completas:
16 contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y ofreceréis una oblación nueva al Señor.
17 Llevaréis de vuestras casas como ofrenda para el balanceo ritual dos panes, amasados con dos décimas de flor de harina y cocidos con levadura: son las primicias para el Señor.
18 Juntamente con el pan ofreceréis al Señor siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros: serán el holocausto para el Señor, con su oblación y sus libaciones, como oblación de aroma que aplaca al Señor.
19 Ofreceréis también un macho cabrío como sacri-ficio expiatorio y dos corderos de un año como sacrificio de comunión.
20 El sacerdote ejecutará con ellos el balanceo ritual ante el Señor, junto con el pan de las primicias y con los dos corderos; son cosas consagradas al Señor y le pertenecen al sacerdote.
21 Ese mismo día convocaréis asamblea litúrgica y no haréis ningún trabajo servil. Es ley perpetua para todas vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.
22 Cuando cosechéis las mieses de vuestra tierra, no siegues hasta el borde extremo de tu campo, ni espigues los restos de tu mies; los dejarás para el pobre y para el emigrante. Yo soy el Señor, vuestro Dios"».
23 El Señor habló a Moisés:
24 «Di a los hijos de Israel: “El mes séptimo, el primer día del mes, será para vosotros de descanso solemne, conmemoración a toque de trompetas, asamblea litúrgica.
25 No haréis ningún trabajo servil, y ofreceréis al Señor oblaciones"».
26 El Señor dijo a Moisés:
27 «El día diez del séptimo mes es el día de la Expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, ayunaréis y ofreceréis al Señor una oblación.
28 No haréis en ese día trabajo alguno, porque es el día de la Expiación, en el que se hace la expiación por vosotros en presencia del Señor, vuestro Dios.
29 El que no ayune ese día será excluido de su pueblo.
30 Yo excluiré de su pueblo al que haga en tal día un trabajo cualquiera.
31 No haréis trabajo alguno. Es ley perpetua, para todas vuestras generaciones, dondequiera que habitéis.
32 Será para vosotros día de descanso solemne y ayunaréis; guardaréis descanso del día nueve del mes al día diez, de tarde a tarde».
33 El Señor habló a Moisés:
34 «Di a los hijos de Israel: “El día quince de ese séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas dedicada al Señor; y dura siete días.
35 El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo servil alguno.
36 Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. Al octavo volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y ofreceréis al Señor oblaciones. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo servil alguno.
37 Estas son las festividades del Señor, en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponda a cada día,
38 sin contar los sábados del Señor, ni vuestros donativos, ni todos vuestros votos, ni todas las ofrendas que ofrezcáis voluntariamente al Señor.
39 Desde el día quince del séptimo mes, después de haber recogido la cosecha, celebraréis la fiesta en honor del Señor durante siete días. El primer día será de descanso solemne e igualmente el octavo.
40 El primer día tomaréis los frutos más hermosos de los árboles, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos y de sauces de las riberas; y os regocijaréis en la presencia del Señor, vuestro Dios, por espacio de siete días.
41 Todos los años celebraréis fiesta en honor del Señor durante siete días. Es ley perpetua para todas vuestras generaciones. La celebraréis en el séptimo mes.
42 Durante los siete días habitaréis en cabañas. Todos los naturales de Israel morarán en cabañas,
43 para que sepan vuestros descendientes que yo hice habitar en cabañas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor, vuestro Dios"».
44 Así promulgó Moisés a los hijos de Israel las festividades del Señor.
1 El Señor dijo a Moisés:
2 «Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de aceitunas molidas para el alumbrado, para alimentar continuamente la lámpara.
3 Aarón la preparará fuera del velo del Testimonio, en la Tienda del Encuentro, para que arda ante el Señor de continuo, de la tarde a la mañana. Es ley perpetua, para todas vuestras generaciones.
4 Él colocará las lámparas en el candelabro de oro puro para que ardan ante el Señor continuamente.
5 Tomarás flor de harina, y cocerás con ella doce tortas, de dos décimas cada una.
6 Las colocarás en dos pilas, seis en cada pila, sobre la mesa de oro puro, en la presencia del Señor.
7 Pondrás sobre cada pila incienso puro que será para el pan como un memorial, oblación para el Señor.
8 Todos los sábados, sin excepción, lo dispondrás en presencia del Señor de parte de los hijos de Israel, en señal de alianza perpetua.
9 Será para Aarón y sus hijos, y lo comerán en lugar sagrado; porque es cosa santísima, tomada de las oblaciones quemadas para el Señor. Es ley perpetua».
10 Había entre los hijos de Israel uno que era hijo de una mujer israelita, pero su padre era egipcio. Un día riñeron en el campo el hijo de la israelita y un hombre de Israel,
11 y el hijo de la israelita blasfemó y maldijo el Nombre. Y lo llevaron ante Moisés. (Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de la tribu de Dan).
12 Lo tuvieron arrestado hasta que se decidiera el caso por sentencia del Señor.
13 Entonces el Señor le dijo a Moisés:
14 «Saca al blasfemo fuera del campamento. Que todos los que lo oyeron pongan las manos sobre su cabeza, y toda la asamblea lo apedree.
15 Y dirás a los hijos de Israel: “Cualquiera que maldiga a su Dios, cargará con su pecado.
16 Quien blasfeme el Nombre del Señor, será muerto; toda la comunidad lo apedreará. Sea emigrante o nativo, quien blasfeme el Nombre, morirá irremisiblemente.
17 El que hiera mortalmente a cualquier otro hombre, morirá.
18 El que hiera de muerte a un animal, lo indemnizará: animal por animal.
19 Si alguien causa una lesión a su prójimo, se le hará lo mismo que hizo él:
20 fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le causará a él la misma lesión que él haya causado al otro.
21 El que mate un animal, indemnizará por él; mas el que mate a un hombre, morirá.
22 Del mismo modo juzgarás al emigrante que al nativo; porque yo soy el Señor, vuestro Dios"».
23 Moisés se lo comunicó a los hijos de Israel y sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon. Los hijos de Israel hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés.
1 El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:
2 «Di a los hijos de Israel: “Cuando entréis en la tierra que yo voy a daros, la tierra gozará también de su descanso en honor del Señor.
3 Seis años sembrarás tu campo, seis años podarás tu viña y la vendimiarás;
4 pero el séptimo año será de completo descanso para la tierra, un sábado en honor del Señor: no sembrarás tu campo, ni podarás tu viña.
5 No segarás los rebrotes de la última siega, ni vendimiarás los racimos de tu viña inculta. Será año de descanso completo para la tierra.
6 La tierra, incluso en su descanso, os alimentará a ti, y a tu siervo, y a tu sierva, y a tu jornalero, y al emigrante que vive contigo.
7 Todo lo que produzca servirá de pasto también a tus ganados y a los animales salvajes.
8 Haz el cómputo de siete semanas de años, siete veces siete, de modo que las sietes semanas de años sumarán cuarenta y nueve años.
9 El día diez del séptimo mes harás oír el son de la trompeta: el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra.
10 Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia.
11 El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las cepas no cultivadas.
12 Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos.
13 En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad.
14 Si vendes o compras algo a tu prójimo, que nadie perjudique a su hermano.
15 Lo que compres a tu prójimo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo. Él te lo cobrará según el número de cosechas restantes:
16 cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, tanto menor será el precio. Porque lo que él te vende es el número de cosechas.
17 Que nadie perjudique a su prójimo. Y teme a tu Dios, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.
18 Cumplid mis leyes y guardad mis normas, poniéndolas por obra; así viviréis seguros en esta tierra.
19 Y la tierra dará sus frutos, y comeréis hasta saciaros; y habitaréis seguros en ella.
20 Si os preguntáis: ¿Qué vamos a comer el año séptimo, si no podremos sembrar ni recoger la cosecha?,
21 yo os mandaré mi bendición para el año sexto, de modo que produzca para tres años.
22 Cuando sembréis el año octavo, seguiréis todavía comiendo de la cosecha anterior. Hasta que recojáis la nueva cosecha del año noveno, seguiréis comiendo de la anterior.
23 La tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra es mía, y vosotros sois emigrantes y huéspedes en mi tierra.
24 En todo terreno de vuestra propiedad concederéis derecho de rescate de la tierra.
25 Si un hermano tuyo se empobrece y vende parte de su propiedad, su pariente más cercano vendrá y rescatará lo vendido por su hermano.
26 Y si alguien no tiene quien lo rescate, pero él mismo adquiere recursos suficientes para el rescate,
27 descontará los años pasados desde la venta y abonará al comprador lo que falta; así recobrará su propiedad.
28 Pero si no obtiene lo suficiente para recobrarla, la propiedad vendida quedará en poder del comprador hasta el año jubilar, y en el año jubilar quedará libre; y volverá a ser propiedad del vendedor.
29 Si uno vende una vivienda en ciudad amurallada, tiene derecho a rescatarla hasta que se cumpla el año de su venta; su derecho de rescate dura un año.
30 Si no ha sido rescatada en el plazo de un año, la casa situada en ciudad amurallada será a perpetuidad del comprador y de sus descendientes, y no quedará libre en el año jubilar.
31 En cambio, las casas de las aldeas no amuralladas serán consideradas como fincas rústicas: gozarán de derecho de rescate y en el año jubilar quedarán libres.
32 Los levitas tendrán derecho perpetuo de rescate sobre las casas que tienen en las ciudades de su propiedad.
33 Si no se rescata algo perteneciente a un levita, lo que ha vendido, cuando es casa en una ciudad de su propiedad, quedará libre en el año jubilar; porque las casas de las ciudades de los levitas son su propiedad entre los hijos de Israel.
34 Los campos que rodean sus ciudades no pueden ser vendidos, pues son propiedad suya a perpetuidad.
35 Si un hermano tuyo se empobrece y no se puede mantener, lo sustentarás como al emigrante o al huésped, para que pueda vivir contigo.
36 No le exigirás interés ni recargo, sino que temerás a tu Dios y dejarás vivir a tu hermano contigo.
37 No le prestarás dinero con interés ni le darás víveres con recargo.
38 Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para daros la tierra de Canaán y ser vuestro Dios.
39 Si un hermano tuyo se empobrece en sus negocios contigo y se te vende, no le impondrás trabajos de esclavo;
40 estará contigo como jornalero o como huésped, y trabajará junto a ti hasta el año del jubileo.
41 Entonces saldrá libre de tu casa, él y sus hijos con él, y volverá a su familia y a la propiedad de sus padres.
42 Al ser siervos míos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto, no pueden ser vendidos como esclavos.
43 No lo tratarás con dureza, sino que temerás a tu Dios.
44 Los siervos y las siervas que poseas, serán de los pueblos que os rodean; de ellos podréis adquirir siervos y siervas.
45 También podréis comprarlos de entre los hijos de los huéspedes que residen entre vosotros, y de la familia que vive entre vosotros y les ha nacido en vuestra tierra. Esos pueden ser propiedad vuestra
46 y los podréis dejar en herencia como propiedad perpetua a los hijos que os sucedan. A esos los podréis tener como siervos; pero en cuanto a vuestros hermanos, los hijos de Israel, nadie tratará a su hermano con dureza.
47 Si el emigrante o huésped que mora contigo adquiere bienes, y un hermano tuyo se empobrece en negocios que tiene con él, y se vende al emigrante que mora contigo, o a algún descendiente de la familia del emigrante,
48 después de haberse vendido le quedará el derecho de rescate: lo rescatará uno de sus hermanos,
49 su tío paterno, o su primo, o algún otro pariente cercano dentro de su familia; él mismo podrá también rescatarse si le alcanzan los recursos.
50 Calculará con su comprador los años desde el año de la venta hasta el año jubilar; y el precio se calculará en proporción a los años, valorando sus días de trabajo como los de un jornalero.
51 Si faltan todavía muchos años, en proporción a ellos devolverá, como precio de su rescate, una parte del precio de venta.
52 Si faltan pocos años para el jubileo, se hará el cálculo en proporción a ellos, y lo pagará como rescate:
53 como un jornalero que se ajusta año por año. No permitas que se le trate con dureza ante tus propios ojos.
54 Pero, si no es rescatado de alguna de esas maneras, quedará libre el año del jubileo, él y sus hijos con él.
55 Porque los hijos de Israel me pertenecen a mí como siervos; siervos míos son, que yo los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
1 No os hagáis ídolos, ni erijáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras talladas para postraros ante ellas, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.
2 Guardad mis sábados, y respetad mi Santuario. Yo soy el Señor.
3 Si camináis según mis preceptos y guardáis mis mandamientos, poniéndolos en práctica,
4 yo os mandaré las lluvias a su tiempo, para que la tierra dé sus cosechas y el árbol del campo dé su fruto.
5 El tiempo de trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la sementera; comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis tranquilos en vuestra tierra.
6 Yo traeré la paz al país y dormiréis sin que nadie perturbe vuestro sueño; haré desaparecer del país las fieras, y la espada no traspasará vuestras fronteras.
7 Perseguiréis a vuestros enemigos; que caerán ante vosotros a filo de espada.
8 Cinco de vosotros pondréis en fuga a cien, y cien de vosotros a diez mil; vuestros enemigos caerán ante vosotros a filo de espada.
9 Me volveré hacia vosotros, os haré fecundos, os multiplicaré y mantendré mi alianza con vosotros.
10 Comeréis de la cosecha añeja y tendréis que tirar la añeja para hacer sitio a la nueva.
11 Pondré mi morada en medio de vosotros y no os rechazaré.
12 Me pasearé en medio de vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
13 Yo soy el Señor, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza bien alta.
14 Pero, si no me escucháis ni cumplís todos estos mandamientos;
15 si despreciáis mis preceptos y rechazáis mis normas, no haciendo caso de todos mis mandamientos y rompiendo mi alianza,
16 yo también haré lo mismo con vosotros. Daré suelta sobre vosotros al terror, a la tisis y a la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman la vida. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues la cosecha se la comerán vuestros enemigos.
17 Me volveré contra vosotros y sucumbiréis ante vuestros enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que nadie os persiga.
18 Si ni aun así me obedecéis, os castigaré siete veces más por vuestros pecados.
19 Quebrantaré vuestro orgullo y vuestra fuerza. Convertiré vuestro cielo en hierro y en bronce vuestra tierra.
20 Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará sus cosechas y el árbol del campo os negará sus frutos.
21 Y si seguís enfrentándoos a mí y no queréis oírme, os castigaré siete veces más por vuestros pecados.
22 Daré suelta contra vosotros a fieras salvajes, que os privarán de vuestros hijos, acabarán con vuestro ganado y os reducirán a unos pocos, hasta que vuestros caminos queden desiertos.
23 Si ni aun así escarmentáis, sino que seguís enfrentándoos a mí,
24 también yo me enfrentaré a vosotros, y os azotaré yo mismo siete veces más por vuestros pecados.
25 Traeré sobre vosotros la espada vengadora de la alianza. Os refugiaréis entonces en vuestras ciudades, pero yo enviaré contra vosotros la peste y seréis entregados en manos del enemigo.
26 Cuando yo os retire el sustento del pan, diez mujeres cocerán todo vuestro pan en un solo horno, y os lo darán tan racionado que comeréis y no os saciaréis.
27 Si ni con eso me obedecéis y seguís enfrentándoos a mí,
28 yo me enfrentaré a vosotros con furia y os castigaré yo mismo siete veces más por vuestros pecados.
29 Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.
30 Destruiré vuestros altos, demoleré vuestros altares de incienso, amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos y os aborreceré.
31 Reduciré vuestras ciudades a ruina y asolaré vuestros santuarios, no aspiraré ya más los aromas que me aplacan.
32 Asolaré el país y quedarán horrorizados de ello vuestros mismos enemigos cuando vengan a ocuparlo.
33 A vosotros os aventaré entre las naciones y os perseguiré con la espada desenvainada. Vuestra tierra será un yermo y vuestras ciudades una ruina.
34 Entonces gozará la tierra de sus sábados, durante todo el tiempo en que esté desolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; entonces sí que descansará la tierra y gozará de sus sábados.
35 Durante todo el tiempo de la desolación descansará, por lo que no pudo descansar en vuestros sábados cuando habitabais en ella.
36 A los que queden de vosotros, les infundiré pánico en sus corazones, en la tierra de sus enemigos; el susurro de una hoja que vuela los pondrá en fuga: huirán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
37 Se atropellarán unos a otros, como quien huye de la espada, sin que nadie los persiga. No podréis manteneros delante de vuestros enemigos.
38 Pereceréis entre las naciones y os tragará la tierra de vuestros enemigos.
39 Y quienes sobrevivan, se pudrirán a causa de su iniquidad en las tierras de vuestros enemigos; por las iniquidades de sus padres unidas a las suyas se pudrirán.
40 Entonces confesarán su iniquidad y la iniquidad de sus padres, cómo se rebelaron contra mí y se enfrentaron conmigo.
41 También yo me he enfrentado con ellos y los he llevado a la tierra de sus enemigos.
Entonces se humillará su corazón incircunciso y expiarán su iniquidad.
42 Y yo me acordaré de mi alianza con Jacob y de mi alianza con Isaac; y de mi alianza con Abrahán; y me acordaré de la tierra.
43 Pero la tierra será antes abandonada por ellos y gozará de sus sábados, mientras quede desolada durante su ausencia; y ellos pagarán el castigo de su iniquidad, por haber desechado mis normas y haber desdeñado su alma mis preceptos.
44 Pero incluso cuando estén ellos en tierra enemiga, no los desecharé ni los aborreceré hasta exterminarlos y romper mi alianza con ellos, porque yo soy el Señor, su Dios.
45 Me acordaré en favor de ellos de la alianza que hice con sus padres, a quienes saqué de la tierra de Egipto, ante los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo soy el Señor"».
46 Estos son los preceptos, las normas y las leyes que el Señor estableció entre él y los hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio de Moisés.
1 El Señor habló así a Moisés:
2 «Di a los hijos de Israel: “Si alguien quiere cumplir ante el Señor un voto relativo a una persona, la estimación de su valor será la siguiente:
3 si es un varón entre veinte y sesenta años, se estimará su valor en unos seiscientos gramos de plata, según los pesos del Santuario.
4 Si es una mujer, el valor será de unos trescientos sesenta gramos.
5 Entre los cinco y los veinte años el valor será: si es chico, de unos doscientos cuarenta gramos; si es chica, de unos ciento veinte gramos.
6 Entre un mes y cinco años, el valor será: si es niño, de unos sesenta gramos de plata; si es niña, de unos treinta y seis gramos de plata.
7 De sesenta años para arriba el valor será: para un varón, de unos ciento ochenta gramos; para una mujer, de unos ciento veinte gramos.
8 Si uno es tan pobre que no puede pagar esta valoración, presentará la persona al sacerdote, el cual estimará su valor; la valorará en proporción a los recursos del oferente.
9 Si es un animal de los que se pueden ofrecer al Señor, todo el que se entregue así al Señor es cosa sagrada.
10 No se puede cambiar ni sustituir, ni bueno por malo, ni malo por bueno; y si se sustituye un animal por otro, tanto el uno como el otro son cosa sagrada.
11 Mas si se trata de un animal impuro, de los que no pueden ser ofrecidos al Señor, el animal será presentado al sacerdote,
12 que lo tasará según sea bueno o malo; y se estará a su tasación.
13 Si uno quiere rescatarlo, añadirá un quinto más al valor de la tasación.
14 Si alguno consagra su casa como cosa sagrada del Señor, el sacerdote la tasará, según que sea buena o mala. Habrá que estar a la tasación del sacerdote.
15 Si el que consagró la casa desea rescatarla, añadirá la quinta parte al precio de su tasación y será suya.
16 Si uno consagra parte de un campo de su patrimonio al Señor, será tasado según su sembradura: a razón de unos seiscientos gramos de plata por cada carga de cebada de sembradura.
17 Si consagra su campo durante el año del jubileo, esa será la tasación.
18 Pero si consagra su campo después del año jubilar, el sacerdote calculará su precio según los años que quedan hasta el año del jubileo; con el consiguiente descuento en la tasación.
19 Si el que consagró el campo desea rescatarlo, añadirá la quinta parte al precio de la tasación y será suyo.
20 Pero si no rescata el campo, o si lo vende a un tercero, el campo no podrá ser ya rescatado.
21 Ese campo, cuando quede libre en el año jubilar, quedará consagrado al Señor, como si fuera campo de exterminio, y será propiedad del sacerdote.
22 Si uno consagra al Señor un campo que compró y que no formaba parte de su patrimonio,
23 el sacerdote calculará su valor según los años que faltan hasta el año del jubileo; y él pagará ese mismo día la suma de la tasación como cosa sagrada del Señor.
24 El año del jubileo volverá el campo a aquel que lo había vendido, a aquel a quien pertenecía como patrimonio.
25 Toda tasación se hará en siclos del Santuario; un siclo equivale a veinte óbolos.
26 Nadie podrá consagrar los primogénitos de su ganado, que ya, por ser tales, pertenecen al Señor. Sean de ganado mayor o de ganado menor, pertenecen al Señor.
27 Si se trata de un animal impuro y lo quiere rescatar según la tasación, añadirá un quinto a su precio. Si no es rescatado, será vendido, conforme a la tasación.
28 Nada de lo que le pertenece a uno, sea hombre, o animal o campo de su propiedad, que haya sido consagrado al exterminio en honor del Señor podrá ser vendido ni rescatado. Todo lo consagrado al exterminio es cosa santísima y pertenece al Señor.
29 Ningún ser humano consagrado al exterminio podrá ser rescatado; debe morir.
30 El diezmo entero del campo, tanto de la siembra como de los frutos de los árboles, es del Señor; es cosa sagrada que pertenece al Señor.
31 Si alguien quiere rescatar parte de su diezmo, añadirá un quinto de su valor.
32 El diezmo del ganado mayor o menor, es decir, una de cada diez cabezas que pasen bajo el cayado, será cosa sagrada del Señor.
33 No se escogerá entre animal bueno o malo, ni se le podrá sustituir; y si se hace cambio, tanto el uno como el otro serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados"».
34 Estos son los mandamientos que el Señor encomendó a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.