OSEAS

BIOGRAFÍA TEOLÓGICA (1-3)

Epígrafe

Capítulo 1

1 Palabra del Señor a Oseas, hijo de Beerí, en los tiempos de Ozías, Jotán, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, y de Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel.

Oseas, Gómer y sus hijos

2 Comienzo de lo que dijo el Señor por medio de Oseas. Dijo el Señor a Oseas:
«Ve, despósate con una mujer
ligada a la prostitución
y acepta los hijos de su prostitución,
porque el país no hace sino prostituirse,
apartándose del Señor».

3 Él fue y se desposó con Gómer, hija de Diblaín, que concibió y dio a luz un hijo.

4 El Señor le dijo:
«Ponle de nombre Yezrael,
pues dentro de poco pediré cuentas
a la descendencia de Jehú
por los crímenes de Yezrael,
y pondré fin a la monarquía
de la casa de Israel.

5 Aquel día quebraré el arco de Israel
en el valle de Yezrael».

6 Ella volvió a concebir y dio a luz una hija. Y el Señor le dijo:
«Ponle de nombre “No compadecida",
porque ya no tendré más compasión
de la casa de Israel
ni los soportaré más.

7 Pero tendré compasión de la casa de Judá
y los salvaré por obra del Señor su Dios.
No los salvaré por medio del arco,
de la espada y la guerra,
con caballos y caballeros».

8 Apenas había destetado a «No compadecida» cuando ella concibió y dio a luz un hijo.

9 Y el Señor le dijo:
«Ponle de nombre “No mi pueblo",
porque ni vosotros sois mi pueblo,
ni yo existo para vosotros».

Nombres nuevos

Capítulo 2

1 «El número de los hijos de Israel
será como la arena del mar
que no se puede medir ni contar;
y en el lugar donde se decía de ellos
“vosotros no sois mi pueblo",
se dirá de ellos:
“¡Hijos del Dios viviente!".

2 Los hijos de Judá y los hijos de Israel se reunirán,
y se elegirán un único jefe.
Crecerán desde la tierra.
Sí, magnífico será el día de “Dios siembra".

3 Decid a vuestros hermanos: “Pueblo mío",
y a vuestras hermanas: “Compadecida"».
Oseas y Gómer, el Señor e Israel

4 «Acusad, a vuestra madre, acusadla,
porque ella ya no es mi mujer
ni yo soy su marido;
para que aparte de su rostro la prostitución
y sus adulterios de entre sus pechos.

5 Si no, la despojaré dejándola desnuda,
la dejaré como el día de su nacimiento,
la convertiré en un desierto,
la dejaré como una tierra árida,
la mataré de sed.

6 No tendré compasión de sus hijos,
porque son hijos de prostitución.

7 Sí, su madre se ha prostituido.
Se cubrió de vergüenza la que los concibió,
cuando decía: “Me iré detrás de mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino,
mi aceite y mis bebidas".

8 Por eso yo cierro
tu camino con espinos,
lo rodeo de una cerca,
no encontrará sus senderos.

9 Perseguirá a sus amantes
pero no los alcanzará,
los buscará sin encontrarlos.
Entonces se dirá:
“Voy a volver a mi primer marido,
porque estaba entonces mejor que ahora".

10 Y es que ella no comprendía
que era yo quien le había dado
trigo, mosto y aceite virgen,
quien le había prodigado plata y oro:
los convirtieron en ídolos.

11 Por eso volveré a recuperar
mi trigo en su sazón,
el mosto en su estación;
le arrancaré mi lana y mi lino,
que cubrían su desnudez.

12 Entonces descubriré su infamia
a la vista de sus amantes,
y nadie la salvará de mi mano.

13 Pondré fin a toda su alegría:
su fiesta, su novilunio y su sábado,
a todas sus celebraciones.

14 Devastaré su viña y su higuera,
de las que decía:
“Son mi salario,
me lo dieron mis amantes".
Las convertiré en selva,
las devorará el animal salvaje.

15 Le pediré cuentas de los días
en que quemaba incienso a los ídolos.
Ataviada con su anillo y su collar,
corría detrás de sus amantes,
y a mí, me olvidaba»
–oráculo del Señor–.

Fertilidad y nupcias

16 «Por eso, yo la persuado,
la llevo al desierto, le hablo al corazón,

17 le entrego allí mismo sus viñedos,
y hago del valle de Acor
una puerta de esperanza.
Allí responderá como en los días de su juventud,
como el día de su salida de Egipto.

18 Aquel día –oráculo del Señor–
me llamarás “esposo mío",
y ya no me llamarás “mi amo".

19 Apartaré de su boca los nombres de los baales,
y no serán ya recordados por su nombre.

20 Aquel día haré una alianza en su favor,
con las bestias del campo,
con las aves del cielo,
y los reptiles del suelo.
Quebraré arco y espada
y eliminaré la guerra del país,
y haré que duerman seguros.

21 Me desposaré contigo para siempre,
me desposaré contigo
en justicia y en derecho,
en misericordia y en ternura,

22 me desposaré contigo en fidelidad
y conocerás al Señor.

23 Aquel día yo responderé
–oráculo del Señor–,
yo responderé con los cielos,
y ellos responderán a la tierra.

24 La tierra responderá con el trigo,
el mosto y el aceite nuevo,
y ellos responderán a “Dios-siembra".

25 Yo la sembraré para mí en el país,
tendré compasión de “No compadecida",
y diré a “No mi pueblo":
“Tú eres mi pueblo";
y él dirá: “Mi Dios"».

Retorno y nuevo comienzo

Capítulo 3

1 El Señor me dijo:
–Ve otra vez y ama a una mujer, amada por su amigo y adúltera, como ama el Señor a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven hacia otros dioses, que se complacen con las tortas de uvas.

2 Así pues yo me la compré por quince piezas de plata y más de un quintal de cebada.

3 Y le dije:
–Durante mucho tiempo te quedarás reservada para mí. No te prostituirás, no serás de ningún hombre, ni yo me acercaré a ti.

4 Porque largo tiempo quedarán los hijos de Israel sin rey ni autoridad, sin sacrificio ni estela, sin amuletos ni dioses domésticos.

5 Después retornarán los hijos de Israel y buscarán al Señor, su Dios, y a David su rey. Acudirán con temor al Señor y a sus bienes en la sucesión de los días.

ORÁCULOS PROFÉTICOS (4,1-13,1)

Situación del pueblo

Capítulo 4

1 ¡Escuchad la palabra del Señor, hijos de Israel!
El Señor tiene un proceso
contra los habitantes del país,
porque falta fidelidad y falta amor,
falta el conocimiento de Dios en el país.

2 Se multiplican juramento y mentira,
asesinato, robo y adulterio,
y el crimen limita con el crimen.

3 Por eso está de luto el país,
y languidecen sus habitantes,
junto con los animales del campo
y las aves del cielo.
¡Si hasta los peces desaparecen del mar!

Responsabilidad de los sacerdotes

4 Pero que nadie acuse, nadie critique.
¡Contra ti va mi pleito, sacerdote!

5 Tropiezas de día, y también tropieza
el profeta contigo de noche.
Reduzco a tu madre al silencio.

6 Perece mi pueblo
por falta de conocimiento.
Ya que tú rechazaste el conocimiento,
yo te rechazo de mi sacerdocio;
ya que olvidaste la enseñanza de tu Dios,
también yo me olvido de tus hijos.

7 Cuantos más eran, más pecaban contra mí,
cambiaré su gloria en ignominia.

8 Se alimentan del pecado de mi pueblo,
ansían el fruto de su pecado.

9 ¡Como el pueblo, así el sacerdote!
Le pediré cuentas de sus andanzas,
le retribuiré según sus obras:

10 comerán, pero no se saciarán,
se prostituyeron pero no se multiplicarán,
porque abandonaron al Señor.

11 Prostitución, vino y mosto
poseen el corazón.

12 Mi pueblo consulta a su madero,
su cayado lo instruye.
La pasión de la prostitución
los ha extraviado,
se prostituyen alejándose
del abrigo de su Dios.

13 Sacrifican sobre la cumbre de los montes,
queman incienso sobre las colinas,
al abrigo de la encina,
del álamo y del terebinto,
porque su sombra es buena.
¡Por eso se prostituyen vuestras hijas
y vuestras nueras cometen adulterio!

14 No pediré cuentas a vuestras hijas
si se prostituyen,
ni a vuestras nueras
si cometen adulterio:
porque son ellos, los sacerdotes,
los que se van con prostitutas
y sacrifican con las consagradas.
¡Y un pueblo que no comprende, se pierde!

Advertencia

15 Si tú te prostituyes, Israel,
que Judá no incurra en culpa.
No vayáis a Guilgal,
no subáis a Betavén,
no juréis «por vida del Señor».

16 Puesto que Israel se empecinó
como una vaca obstinada,
¿puede apacentarlos el Señor
como a cordero en la pradera?

17 Efraín está ligado a los ídolos.
¡Olvídalo!

18 Se ha vuelto a su embriaguez,
se entregó a la prostitución,
sus jefes se apasionan por la infamia.

19 La pasión los estrecha entre sus alas,
y se cubren de vergüenza sus altares.

Los sacerdotes en la vida del país

Capítulo 5

1 ¡Escuchad, sacerdotes!
Atención, casa de Israel!
Corte del rey, prestad oídos:
¡Contra vosotros es el proceso!
Porque fuisteis una trampa en Mispá
y un lazo tendido en el Tabor.

2 Llevaron al colmo las inmolaciones en Sitín.
Yo soy una advertencia para todos.

3 Yo conozco a Efraín,
Israel no se me oculta.
Ahora has inducido a Efraín a prostituirse,
se ha manchado Israel.

4 Sus acciones no les permiten
volver a su Dios,
porque la pasión de la prostitución está en ellos
y desconocen al Señor.

5 La soberbia de Israel ha testimoniado contra ellos,
Israel y Efraín tropiezan por sus faltas,
hasta Judá tropieza con ellos.

6 Con su rebaño y su ganado
irán a buscar al Señor,
pero no lo encontrarán:
se despojó de ellos.

7 Traicionaron al Señor
engendrando bastardos.
Ahora los devorará la luna nueva,
a ellos con su herencia.

Influjo sobre las decisiones

8 ¡Tocad el cuerno en Guibeá,
la trompeta en Ramá!
¡Suene la alarma en Betavén,
al estilo de Benjamín!

9 Efraín quedará en ruinas
el día del castigo.
Lo anuncio como cosa segura
entre las tribus de Israel.

10 Las autoridades de Judá han sido
como los que desplazan los linderos.
Sobre ellos derramaré
mi furor como agua.

11 Efraín está oprimido,
quebrantado su derecho
porque prefirió conducirse
según sus propias normas.

12 Yo soy como tiña para Efraín,
como podredumbre para la casa de Judá.

13 Efraín ha visto su enfermedad
y Judá su úlcera.
Y así Efraín se dirigió a Asiria
y envió un mensaje al Gran Rey.
Pero este no puede sanaros,
ni curar vuestra llaga.

14 Pero yo soy como un león para Efraín,
y como un cachorro de león para la casa de Judá.
Yo, yo desgarro la presa y me marcho,
la llevo conmigo, nadie podrá salvarla.

15 Me voy, me vuelvo a mi guarida
hasta que expíen su falta y me busquen.

Conversión superficial

En su angustia me buscarán, diciendo:
Capítulo 6

1 «Vamos, volvamos al Señor.
Porque él ha desgarrado,
y él nos curará;
él nos ha golpeado,
y él nos vendará.

2 En dos días nos volverá a la vida
y al tercero nos hará resurgir;
viviremos en su presencia

3 y comprenderemos.
Procuremos conocer al Señor.
Su manifestación es segura como la aurora.
Vendrá como la lluvia,
como la lluvia de primavera
que empapa la tierra».

4 ¿Qué haré de ti, Efraín,
qué haré de ti, Judá?
Vuestro amor es como nube mañanera,
como el rocío que al alba desaparece.

5 Sobre una roca tallé mis mandamientos;
los castigué por medio de los profetas
con las palabras de mi boca.
Mi juicio se manifestará como la luz.

6 Quiero misericordia y no sacrificio,
conocimiento de Dios, más que holocaustos.

7 Mas ellos, cual Adán,
transgredieron la alianza,
así me fueron infieles.

La corrupción de los sacerdotes

8 Galaad es villa de malhechores
con rastros de sangre.

9 Como bandoleros al acecho,
la banda de los sacerdotes
asesina en el camino de Siquén,
como habían previsto en sus planes.

10 En la casa de Israel he visto
una cosa horrible:
allí se prostituye Efraín,
se contamina Israel.

11 ¡Tú también Judá,
te estás preparando una cosecha!
Cuando quería cambiar el destino de mi pueblo,

Capítulo 7

1 cuando quería curar a Israel,
se reveló la falta de Efraín
y los crímenes de Samaría.
Sí, ellos practican la mentira:
un ladrón entra en la casa,
la banda se despliega fuera.

2 Y no piensan
que yo recuerdo todas sus maldades.
Sus acciones han terminado por encadenarlos,
están en mi presencia.

La manipulación del rey

3 Con su maldad regocijan al rey,
con sus engaños, a los funcionarios.

4 Todos ellos son adúlteros,
un horno ardiente
que el panadero descuida,
desde que prepara la masa
hasta que esta fermenta.

5 En el día de nuestro rey
las autoridades se enferman
por los vapores del vino.
¡Él tiende su mano a los socarrones!

6 Se acercan, al acecho,
su corazón como un horno.
¡Toda la noche ha dormido el panadero!
Por la mañana arde como fuego llameante.

7 Todos están ardientes, como el horno.
Devoran a sus jueces,
todos sus reyes han sucumbido.
¡No hay entre ellos quien me invoque!

Lamentación por Efraín

8 Efraín se mezcla con los pueblos,
Efraín es una torta mal volteada.

9 Extranjeros devoran su energía
y él no lo reconoce.
La vejez se extiende sobre él,
y él no lo reconoce.

10 La soberbia de Israel testimonia contra él.
Pero no han vuelto al Señor su Dios,
y a pesar de todo no lo buscan.

11 Efraín es como una paloma,
ingenua y sin cordura.
Invocan a Egipto,
marchan hacia Asiria.

12 Mientras van de camino
arrojaré mi red sobre ellos,
los haré descender como al ave del cielo,
los atraparé cuando oiga que están reunidos.

13 ¡Ay de ellos, que huyeron lejos de mí!
Serán eliminados por rebelarse contra mí.
Yo quería liberarlos,
pero ellos decían mentiras contra mí.

14 No clamaron a mí de corazón.
Mientras se lamentaban en sus lechos,
se agitaban por el pan y por el mosto,
se rebelaban contra mí.

15 Yo había dirigido y fortificado sus brazos,
pero ellos maquinaban el mal contra mí.

16 No se vuelven hacia lo alto,
son como un arco sin tensar.
Caerán por la espada sus autoridades,
por su lenguaje insolente.
Serán el hazmerreír de Egipto.

Culto y política

* Capítulo 8

1 A tus labios la trompeta,
como un heraldo contra el templo del Señor,
porque han transgredido mi alianza
y se rebelaron contra mi ley.

2 Me invocan gritando:
«¡Dios de Israel, te conocemos!».

3 Israel ha rechazado el pacto;
el enemigo lo perseguirá.

4 Han constituido reyes, sin contar conmigo,
autoridades, y yo no sabía nada.
Con su plata y con su oro
se hicieron ídolos para establecer pactos.

5 ¡Tu becerro te ha rechazado, Samaría!
Mi ira se inflamó contra ellos.
¿Hasta cuándo serán culpables

6 de la suerte de Israel?
¡Un artesano lo ha hecho,
pero eso no es un Dios!
Sí, terminará hecho pedazos
el becerro de Samaría.

7 Puesto que siembran viento,
cosecharán tempestades;
«espiga sin brote no produce harina».
Tal vez la produzca,
pero la devorarán extranjeros.

8 Israel ha sido devorado.
Ahora están entre las naciones
como un objeto indeseable.

9 Cuando marcharon a Asiria,
Efraín, un asno desbandado,
se procuró amores.

10 Aunque los consiga entre las naciones,
ahora lo domestico.
Sufrirán dentro de poco los dolores de parto
por el tributo al rey de los señores.

11 Efraín multiplicó los altares de pecado,
y fueron para él altares de pecado.

12 Para él escribo todos mis preceptos,
son considerados cosa de otros.

13 ¡Sacrificios de carne asada!
Sacrificaron la carne y se la comieron.
El Señor no los acepta.
Tiene presente su perversión
y castiga sus pecados:
deberán retornar a Egipto.

14 Ha olvidado Israel a su Hacedor
y ha edificado palacios.
Judá multiplicó las ciudades fortificadas.
Pero yo pegaré fuego a sus ciudades,
y devorará sus fortalezas.

Inutilidad del culto y los profetas

Capítulo 9

1 No te alegres, Israel,
no te goces como los otros pueblos,
porque así te prostituyes apartándote de tu Dios.
Haces el amor por un salario
sobre todas las eras del trigo.

2 La era y el lagar no se ocuparán de ellos.
El mosto los engañará.

3 No habitarán en la tierra del Señor.
Efraín regresará a Egipto,
y en Asiria comerán alimentos impuros.

4 No harán más libaciones de vino al Señor,
y no le agradarán sus sacrificios.
Serán para ellos como pan de duelo,
quienes lo comen quedan impuros.
Su pan es solo para sus gargantas,
no debe entrar en la casa del Señor.

5 ¿Qué podréis ofrecer en el día de la solemnidad,
en el día de la fiesta del Señor?

6 Mirad, partieron por causa de la devastación.
Egipto los acoge, Menfis les da sepultura.
Su tesoro de plata lo hereda la ortiga,
el espino que crece en sus tiendas.

7 Han llegado los días de rendir cuentas,
han llegado los días de la represalia:
que lo sepa Israel.
El profeta es un insensato;
el hombre de espíritu, un exaltado,
por la magnitud de tu falta
y la dimensión de tu hostilidad.

8 El centinela de Efraín es un profeta
que está con mi Dios:
¡arman una trampa de cazador en sus caminos,
lo hostigan en la casa de su Dios!

9 Han llegado al fondo de la corrupción,
como en los días de Guibeá.
El Señor tiene presente su perversión,
pedirá cuentas de sus pecados.

Historia de infidelidades

10 Como uvas en el desierto,
encontré a Israel,
como breva en la higuera,
como su fruto primerizo,
descubrí a vuestros padres.
Nada más llegar a Baal Peor
se consagraron a la ignominia.
Se volvieron abominación, como su amado.

11 ¡Efraín! Como un ave
volará lejos su Gloria, sin nacimientos,
sin embarazos, sin concepciones.

12 Si acaso pueden criar a sus hijos,
los privaré de ellos antes de hacerse hombres.
¡Ay de ellos, cuando de ellos me aparte!

13 Efraín, cuando lo vi,
era como roca plantada en la pradera.
Ahora, en cambio, Efraín
debe entregar sus hijos al verdugo.

14 Dales, Señor... ¿Qué les darás?
Dales un seno que aborte y pechos resecos.

15 Toda su perversidad se concentró en Guilgal.
Fue allí donde les cobré odio.
Por sus malas acciones
los expulsaré de mi casa.
No los amaré más;
todas sus autoridades son rebeldes.

16 Efraín ha sido golpeado,
en su raíz se va secando,
no producirán fruto.
Aunque den a luz,
haré morir los tesoros de sus entrañas.

17 Mi Dios los rechazará,
porque no lo escucharon.
Andarán errantes entre las naciones.

Desilusión por la monarquía

Capítulo 10

1 Una viña arrasada es Israel,
el fruto es como ella.
Por la abundancia de sus frutos,
multiplicó sus altares.
Cuanto más rica era su tierra,
más adornaban sus estelas.

2 Su corazón es inconstante,
así pues pagarán.
Él mismo hará pedazos sus altares,
demolerá sus estelas.

3 Entonces dirán: no tenemos rey
porque no tuvimos temor del Señor...,
y el rey ¿que haría por nosotros?

4 Pronunciar discursos,
jurar en vano,
establecer pactos...,
y entre tanto, florecen los procesos
como hierba venenosa
en los surcos de los campos.

5 Por las terneras de Betavén
se estremecen los habitantes de Samaría.
Su pueblo está de duelo por él,
sus sacerdotes se agitan por él,
por su gloria,
porque ha sido deportado.

6 También a él lo llevarán a Asiria,
como oblación para el Gran Rey.
Efraín cargará con la vergüenza,
se avergonzará Israel de su decisión.

7 Ha desaparecido el rey de Samaría,
como una rama de la superficie del agua.

8 Serán destruidos los altozanos de la Iniquidad,
¡pecado de Israel!
Espino y maleza crecerán sobre sus altares.
Dirán a las montañas: «Cubridnos»,
y a las colinas: «Caed sobre nosotros».

Con la misma medida

9 Desde los días de Guibeá pecaste, Israel,
y en el pecado permanecieron,
pensando que no los alcanzaría en Guibeá
la guerra contra los perversos.

10 Quiero corregirlos:
se unirán contra ellos los pueblos
por haberse apegado a sus dos crímenes.

11 Efraín había sido una ternera domesticada,
le gustaba trillar.
Yo pasé mi mano por su fuerte cerviz:
«Unciré a Efraín, Judá abrirá el surco,
Jacob rastrillará con él».

12 Sembrad con justicia,
recoged con amor.
Poned al trabajo un terreno virgen.
Es tiempo de consultar al Señor,
hasta que venga y haga llover
sobre vosotros la justicia.

13 Habéis cultivado la maldad,
cosechado la perversión,
comido el fruto del engaño.
Porque confiaste en tus decisiones,
y en tus numerosos guerreros,

14 por eso se alza un tumulto
de guerra contra tu pueblo
y todas tus fortalezas son devastadas,
como Salmán devastó Betarbel
en el día del combate,
cuando una madre
era despedazada sobre sus hijos.

15 Esto es lo que ha hecho
Betel por vosotros,
a causa de vuestra extrema maldad.
Al alba, habrá desaparecido
para siempre el rey de Israel.

Reproches y angustias

Capítulo 11

1 Cuando Israel era joven lo amé
y de Egipto llamé a mi hijo.

2 Cuanto más los llamaba,
más se alejaban de mí:
sacrificaban a los baales,
ofrecían incienso a los ídolos.

3 Pero era yo quien había criado a Efraín,
tomándolo en mis brazos;
y no reconocieron que yo los cuidaba.

4 Con lazos humanos los atraje,
con vínculos de amor.
Fui para ellos como quien alza
un niño hasta sus mejillas.
Me incliné hacia él
para darle de comer.

5 Volverán a la tierra de Egipto,
Asiria será su rey,
ya que rehusaron convertirse.

6 Se abatirá la espada sobre sus ciudades,
aniquilará sus defensas,
los devorará por culpa de sus decisiones.

7 Mi pueblo está sujeto a su apostasía.
También claman hacia lo alto
pero el ídolo no puede salvarlos.

8 ¿Cómo podría abandonarte, Efraín,
entregarte, Israel?
¿Podría entregarte, como a Admá,
tratarte como a Seboyín?
Mi corazón está perturbado,
se conmueven mis entrañas.

9 No actuaré en el ardor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraín,
porque yo soy Dios,
y no hombre;
santo en medio de vosotros,
y no me dejo llevar por la ira.

10 Marcharán detrás del Señor:
como un león rugirá.
(Rugirá y temblará
la gente de Occidente).

11 Temblarán como un pájaro al regreso de Egipto,
como una paloma, desde la tierra de Asiria.
Yo los haré habitar en sus casas
–oráculo del Señor–.

La parábola de Jacob

* Capítulo 12

1 Israel me ha rodeado de calumnias,
de engaño, la casa de Israel.
Pero Judá todavía está con Dios
y es fiel al Santo.

2 Efraín pastorea el viento,
persigue el viento del este todo el día,
falsedad y pillaje multiplica.
Hasta han hecho una alianza con Asiria,
y ofrecen aceite a Egipto.

3 El Señor tiene un pleito contra Israel,
pide cuentas a Jacob de su conducta,
le retribuirá como merecen sus acciones.

4 En el seno materno suplantó a su hermano,
y en la edad adulta luchó con Dios.

5 Luchó con el ángel y lo pudo,
él lloró y le suplicó.
En Betel lo encuentra,
allí habla con nosotros:

6 Señor, Dios del universo,
«Señor» es su nombre.

7 Tú regresarás por obra de tu Dios.
Procede con amor y con justicia
y confía siempre en tu Dios.

8 Canaán utiliza una balanza trucada,
le gusta sacar ventajas.

9 Y Efraín dice:
«Ciertamente me he enriquecido,
he adquirido una fortuna;
en todo lo que he hecho
no me encontrarán culpa ni pecado».

10 Pero yo soy el Señor tu Dios,
desde la tierra de Egipto.
Te haré habitar de nuevo en tiendas,
como en los días del encuentro.

11 Hablaré contra los profetas;
yo multiplicaré las visiones,
y por medio de los profetas te destruiré.

12 Si Galaad es una ignominia,
tanto más es corrupción
el sacrificio de toros en Guilgal;
sus altares son como escombros
en los surcos del campo.

13 Huyó Jacob a los campos de Arán,
por una mujer sirvió Israel,
y por una mujer vigiló los rebaños.

14 Pero por un profeta hizo salir el Señor
a Israel de Egipto,
y por un profeta fue vigilado.

15 Efraín irritó amargamente a su Señor;
él lo abandonará a sus crímenes,
y le devolverá sus ultrajes.

Nostalgia y ruptura

* Capítulo 13

1 Cuando hablaba Efraín
inspiraba terror en Israel,
pero se hizo culpable por Baal
y pereció.

2 Y sin embargo continúan pecando
y se fabrican estatuas fundidas,
con su plata hacen ídolos,
según su destreza:
todo obra de artesanos.
Se les dice: «Sacrificadle;
hombres besan a becerros».

3 Por eso serán como nube mañanera,
como el rocío que temprano se disipa,
como paja que se arremolina lejos de la era,
como humo que escapa por una abertura.

4 Pero yo soy el Señor, tu Dios,
desde la tierra de Egipto,
y no conoces a otro dios fuera de mí,
ni a otro salvador, sino a mí.

5 Yo te conocí en el desierto,
en una tierra ardiente.

6 Cuando tenían grano se saciaban,
se saciaban y se ensoberbecía su corazón;
por eso me olvidaron.

7 Yo me volví para ellos como un leopardo,
como una pantera espiaba su camino.

8 Los atacaré como una osa privada de sus crías,
desgarraré las membranas de su corazón,
los devoraré allí mismo como una leona,
una bestia salvaje que los despedaza.

9 Voy a aniquilarte, Israel,
¿quién será tu ayuda?

10 ¿Dónde, dónde está tu rey,
que debía salvarte en todas tus ciudades,
dónde tus jueces, a los que decías:
«Dame un rey y autoridades»?

11 Te doy un rey en mi cólera,
y te lo quito en mi furor.

12 La culpa de Efraín está asegurada,
a buen recaudo su pecado.

13 Le llegarán los dolores de la parturienta,
pero su hijo será torpe:
cuando llegue el momento,
no acudirá a la salida del seno.

14 ¿Los rescataré del poder del Abismo?
¿Los libraré de la muerte?
¿Dónde está tu fetidez, muerte?
¿Dónde está tu contagio, Abismo?
La compasión se oculta a mis ojos.

15 Aunque florezca entre carrizos,
llegará el viento del este,
el viento del Señor
se levantará desde el desierto,
y secará su manantial,
agotará su fuente;
saqueará su tesoro,
todos los objetos preciosos.

Capítulo 14

1 Culpable es Samaría,
porque se ha rebelado contra su Dios.
Por la espada caerán,
sus vástagos serán estrellados
y sus mujeres encintas
abiertas en canal.

EXHORTACIÓN Y PROMESAS (14,2-9)

2 Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.

3 Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: «Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:

4 Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya “nuestro Dios"
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión».

5 «Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.

6 Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.

7 Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.

8 Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.

9 Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto».

EPÍLOGO (14,10)

10 ¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos.