Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Con estas líneas, os envío mi felicitación por la Santa Navidad. En la del año pasado, hacía pocos días que don Javier se había marchado al Cielo; seguimos recordándole con cariño y agradecimiento, teniendo muy presente aquella última oración suya por la fidelidad de todas y de todos.
Os invito a que consideremos de nuevo estas palabras de nuestro Padre: "Es preciso mirar al Niño, Amor nuestro, en la cuna. Hemos de mirarlo sabiendo que estamos delante de un misterio. Necesitamos aceptar el misterio por la fe y, también por la fe, ahondar en su contenido" (Es Cristo que pasa, 13).
¡El misterio de un Niño que es Dios! Que Jesús nos aumente la fe, para poder ver a Dios en Él; para, desde esta fe, ir ahondando en la contemplación de que "Dios es amor" (1Jn 4, 8) y se hace Niño por nosotros y para nosotros.
Con la gran alegría anunciada por los Ángeles, como los pastores, encontraremos a Jesús con María y con José (cfr. Lc 2, 16).
Con todo cariño, os bendice vuestro Padre
Fernando
Roma, 18 de diciembre de 2017