Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Comienza el mes de mayo y es costumbre en muchos lugares intensificar el trato filial con la Santísima Virgen. Procuremos hacerlo personalmente, en particular mediante la romería a un santuario mariano o a una imagen de Santa María, con el tono sencillo y de amistad que nos propuso y enseñó san Josemaría.
En estas romerías, no dejemos de rezar por los que han fallecido en este período de pandemia y por los que están sufriendo más de cerca sus consecuencias.
Con la imaginación de la caridad, podemos hacer que estas romerías estén de algún modo también al alcance de personas enfermas o ancianas más vulnerables, aprovechando las tecnologías. Así, de la mano de la Virgen, sembraremos consuelo y alegría a nuestro alrededor, acompañando de cerca a familiares, amigos y conocidos.
La situación de incertidumbre que se prolonga en muchos países puede producir cansancio y desánimo. Recurramos juntos a nuestra Madre: ella nos llenará de esperanza.
También os pido que sigáis rezando por el proyecto del que os escribí el pasado mes de enero. Ahora, concretamente, por una nueva circunscripción de la Prelatura erigida recientemente, que comprende las anteriores regiones de África Meridional y Oriental.
Con mi bendición más cariñosa, vuestro Padre
Fernando
Roma, 1 de mayo de 2021