Al término de esta celebración, deseo saludaros a todos vosotros que habéis venido a rendir homenaje a las nuevas santas, de manera especial a las delegaciones oficiales de Palestina, Francia, Italia, Israel y Jordania. Saludo con afecto a los cardenales, obispos y sacerdotes, así como a las hijas espirituales de las cuatro santas. Que el Señor conceda por su intercesión un nuevo impulso misionero a los respectivos países de origen. Que al inspirarse en su ejemplo de misericordia, caridad y reconciliación, los cristianos de estas tierras miren al futuro con esperanza, continuando por el camino de la solidaridad y la convivencia fraterna.
Hago extensivo mi saludo a las familias, grupos parroquiales, asociaciones y escuelas presentes, en especial a los confirmandos de la archidiócesis de Génova. Dirijo un recuerdo especial a los fieles de la República Checa, reunidos en el santuario de Svaty Kopecek, en las inmediaciones de Olomouc, que hoy conmemoran los veinte años de la visita de san Juan Pablo II.
Ayer, en Venecia fue proclamado beato el sacerdote Luis Caburlotto, párroco, educador y fundador de las Hijas de San José. Damos gracias a Dios por este Pastor ejemplar, que condujo una intensa vida espiritual y apostólica, dedicada por completo al bien de las almas.
Quisiera también invitar a rezar por el querido pueblo de Burundi, que está viviendo un momento delicado: que el Señor ayude a todos a huir de la violencia y obrar responsablemente por el bien del país.
Nos dirigimos ahora con amor filial a la Virgen María, Madre de la Iglesia, Reina de los santos y modelo de todos los cristianos.