Ayer, en Cracovia, se celebró la acción de gracias por la confirmación del culto del beato Miguel Giedroyc, a la que asistieron los obispos de Polonia y Lituania. Este evento anima a los polacos y a los lituanos a consolidar sus vínculos en el signo de la fe y la veneración al beato Miguel, que vivió en Cracovia en el siglo XV, un modelo de humildad y caridad evangélica.
Suscitan dolor y preocupación las noticias que llegan de Sudán. Oremos por este pueblo, para que cese la violencia y se busque el bien común mediante el diálogo.
Os saludo a todos, peregrinos procedentes de Italia y de muchos lugares del mundo, que habéis participado en esta celebración: grupos, asociaciones y fieles. Animo a todos a abrirse con docilidad a la acción del Espíritu Santo, ofreciendo al mundo, en la variedad de carismas, la imagen de una fraternidad en comunión.
¡Qué la Santísima Madre de Dios nos obtenga esta gracia! Nos encomendamos a su intercesión materna con una confianza filial.