Queridos padres, gracias por haber traído aquí a vuestros hijos, por haberles hecho entrar en la Iglesia. Y este es un día bueno, porque no olvidamos cuando fuimos bautizados. Es como un cumpleaños, porque el bautizo nos hace renacer a la vida cristiana. Por esto os aconsejo que recordéis a vuestros hijos la fecha del bautismo, como un nuevo cumpleaños: que todos los años recuerden y den gracias a Dios por esta gracia de haberse hecho cristianos. Esta es una tarea que os aconsejo hacer.
Reflexionemos un poco sobre el hecho de que estos niños que traéis hoy empiezan un camino, pero es a vosotros y a los padrinos que os corresponde ayudarles a ir adelante por este camino. Se nos enseña a rezar de niños: que aprendan a rezar, como niños, al menos a hacer así con las manos, con los gestos… Que aprendan la oración ahora que son niños, porque la oración será lo que les dará la fuerza durante toda la vida: en los momentos buenos, para dar gracias a Dios, y en los momentos malos, para encontrar la fuerza. Es lo primero que debéis enseñar: rezar.
Y rezar también a la Virgen, que es la Madre, es nuestra Madre. Se dice que cuando alguien está enfadado con el Señor, o se ha alejado, la Virgen siempre está cerca para abrirle el camino de vuelta. Es un dicho. El Señor siempre está cerca de nosotros, pero la Virgen es la madre, y la madre está siempre más cerca que el padre. Siempre. ¿Por qué? Porque es así. Las madres son así, y esto es grande. Que aprendan a ser cristianos.
Ahora están todos callados, y está bien. Pero quizá cuando alguno dé un la, empezará. Y como los niños son sinfónicos, todos irán detrás de este. Dejadles gritar, dejadles llorar. Quizá alguno llore de hambre: amamantadles. Con toda libertad. Lo importante es que hoy esta celebración sea la fiesta, la fiesta del inicio de un bonito camino cristiano, en el cual vosotros ayudaréis a vuestros hijos a ir adelante. Quizá alguno está demasiado tapado y tiene calor: que estén cómodos, que todos estén cómodos.
Nosotros celebramos con ellos este inicio de camino. Y a vosotros toca ayudarles a ir adelante. Porque yo termino aquí, ¡pero vosotros toda la vida!
Gracias por esta decisión de traerlos al Bautismo. Y ahora seguimos la celebración.or haberles hecho entrar en la Iglesia. Y este es un día bueno, porque no olvidamos cuando fuimos bautizados. Es como un cumpleaños, porque el bautizo nos hace renacer a la vida cristiana. Por esto os aconsejo que recordéis a vuestros hijos la fecha del bautismo, como un nuevo cumpleaños: que todos los años recuerden y den gracias a Dios por esta gracia de haberse hecho cristianos. Esta es una tarea que os aconsejo hacer.
Reflexionemos un poco sobre el hecho de que estos niños que traéis hoy empiezan un camino, pero es a vosotros y a los padrinos que os corresponde ayudarles a ir adelante por este camino. Se nos enseña a rezar de niños: que aprendan a rezar, como niños, al menos a hacer así con las manos, con los gestos… Que aprendan la oración ahora que son niños, porque la oración será lo que les dará la fuerza durante toda la vida: en los momentos buenos, para dar gracias a Dios, y en los momentos malos, para encontrar la fuerza. Es lo primero que debéis enseñar: rezar.
Y rezar también a la Virgen, que es la Madre, es nuestra Madre. Se dice que cuando alguien está enfadado con el Señor, o se ha alejado, la Virgen siempre está cerca para abrirle el camino de vuelta. Es un dicho. El Señor siempre está cerca de nosotros, pero la Virgen es la madre, y la madre está siempre más cerca que el padre. Siempre. ¿Por qué? Porque es así. Las madres son así, y esto es grande. Que aprendan a ser cristianos.
Ahora están todos callados, y está bien. Pero quizá cuando alguno dé un la, empezará. Y como los niños son sinfónicos, todos irán detrás de este. Dejadles gritar, dejadles llorar. Quizá alguno llore de hambre: amamantadles. Con toda libertad. Lo importante es que hoy esta celebración sea la fiesta, la fiesta del inicio de un bonito camino cristiano, en el cual vosotros ayudaréis a vuestros hijos a ir adelante. Quizá alguno está demasiado tapado y tiene calor: que estén cómodos, que todos estén cómodos.
Nosotros celebramos con ellos este inicio de camino. Y a vosotros toca ayudarles a ir adelante. Porque yo termino aquí, ¡pero vosotros toda la vida!
Gracias por esta decisión de traerlos al Bautismo. Y ahora seguimos la celebración.