San Josemaría Escrivá de Balaguer

Josemaría Escrivá nace en España el 9 de enero de 1902 y fallece en Roma, el 26 de junio de 1975. El 2 de octubre de 1928 Dios le hace ver el Opus Dei.

Una familia cristiana. 1902 – 1914

San Josemaría nació en Barbastro el 9 de enero de 1902. Recordaba con agradecimiento, cómo sus padres le fueron iniciando, paso a paso, en la vida cristiana.

Huellas en la nieve. 1914 – 1918

Puede sorprender que un motivo tan pequeño –unas pisadas en la nieve– baste a un adolescente para tomar una decisión tan grande: entregar a Dios su vida entera; pero ése es el lenguaje con el que Dios suele llamar a los hombres y así son las respuestas, los signos de fe, de las almas generosas que buscan sinceramente a Dios

Los años del Seminario. 1918 – 1925

¿Por qué me hago sacerdote? El Señor quiere algo; ¿qué es? Y con un latín de baja latinidad, repetía: Domine, ut videam! Ut sit! Ut sit! Que sea eso que Tú quieres y que yo ignoro.

Josemaría presentía que Dios le estaba preparando para algo. ¿Qué era? No lo sabía.

Entre pobres y enfermos. 1925 – 1928

Entre los pobres, los enfermos, los desheredados y los niños, el fundador del Opus Dei encontraba la fuerza para cumplir el plan que el Señor había puesto el 2 de octubre de 1928 sobre sus espaldas. Fue la escuela del dolor en la que san Josemaría Escrivá templó su alma.

Fundación del Opus Dei. 1928

"Tenía yo veintiséis años, la gracia de Dios y buen humor, y nada más. Y tenía que hacer el Opus Dei". Recogemos el relato de aquel 2 de octubre de 1928 y el camino de santificación que Dios le hizo ver a san Josemaría: "Vio, de modo inefable, a personas de toda raza y nación, de todas las culturas y mentalidades, buscando y encontrando a Dios en su vida ordinaria, en su familia, en su trabajo, en su descanso, en el círculo de sus amistades y conocidos".

Los primeros años. 1928 – 1936

Durante los años 1928, 1929 y 1930, San Josemaría tenía que llevar a cabo aquel querer divino, pero no contaba ni con personas preparadas ni con medios económicos para realizarlo. Se apoyaba en la oración y en la mortificación, y pedía sin cesar a los pobres y enfermos que atendía que ofrecieran sus dolores por aquella intención.

Años de guerra. 1936 – 1939

En España, se había desatado, además de la guerra fratricida, una fuerte persecución religiosa, una de las más sangrientas de la historia de la Iglesia. Como tantos otros sacerdotes, don Josemaría corría peligro de muerte por su misma condición sacerdotal; y sufrió grandes riesgos e incertidumbres.

Recomenzar. 1938

Al terminar el paso de los Pirineos, tras una breve estancia en Pamplona, se estableció en Burgos. Desde allí, en un país devastado y en medio de muchas estrecheces, desarrolló un intenso apostolado.

Al servicio de los sacerdotes. 1939 – 1946

“Yo comencé a dar muchos, muchos cursos de retiro espiritual –se hacían de siete días en aquella época–, por diversas diócesis de España. Era muy joven, y me daba una vergüenza tremenda."

El fundador del Opus Dei viaja a Roma. 1946

Cristo, María y el Papa eran los grandes amores de su vida. Ahora, por fin, estaba allí, muy cerca del Vice-Cristo, aquella noche del 23 al 24 de junio de 1946.

Alegrías, dolores, esperanzas. 1946 – 1951

San Josemaría, siempre que se encontraba con graves dificultades, acudía a la intercesión de la Madre de Dios. Una fecha importante para la historia del Opus Dei fue el 15 de agosto de 1951, fiesta de la Asunción. Ese día, el Fundador consagró en Loreto el Opus Dei al Dulcísimo Corazón de María, suplicando a la Madre de Dios que conservase firme y seguro el camino del Opus Dei.

La expansión apostólica. 1946 – 1951

De 1946 a 1960 el Opus Dei comenzó la labor apostólica en diversos países: Portugal, Italia, Gran Bretaña, Francia, Irlanda, Estados Unidos, Kenia, Japón, son sólo algunos. Fueron años de dolor físico: la diabetes era para el Padre causa de fortísimos sufrimientos. Vivía con un constante dolor de cabeza, tenía mucha sed, sobrepeso y otras disfunciones caprichosas propias de esa enfermedad.

De cien almas nos interesan las cien. 1952 – 1970

San Josemaría había visto, en la luz fundacional del 2 de octubre, que el Opus Dei se dirigía a todo tipo de personas.

El Concilio Vaticano II. 1962 – 1965

El 25 de enero de 1959, al conocer la noticia de la convocatoria del Concilio, el fundador del Opus Dei manifestó su alegría y esperanza, y comenzó a rezar y a pedir oraciones “por el feliz éxito de esa gran iniciativa que es el Concilio Ecuménico”.

Años difíciles. 1970 – 1971

”Si rezamos todos juntos, si ponemos un poquito de nuestra buena voluntad, el Señor nos dará su gracia y pasará esta noche oscura, esta noche tremenda. Vendrá el alba, la mañana llena de sol.”

Viajes de catequesis. 1970 – 1975

San Josemaría decidió lanzarse al ruedo para confirmar a las gentes en la fe y darles razón de su esperanza, y a partir de 1970 realizó largos viajes de catequesis por diversos países del mundo.

Busco tu rostro, Señor. 1975

Su alma se consumía en el afán de contemplar, cara a cara, el rostro del Señor: “¡Señor, tengo unas ganas de ver tu cara, de admirar tu rostro, de contemplarte...!" Así fueron los últimos meses de san Josemaría en la tierra.

Os ayudaré más. 1975

El 26 de junio a las 12 de la mañana falleció en su lugar de trabajo. La noticia de su fallecimiento se difundió rápidamente por todo el mundo.

En 1992 fue beatificado y en 2002 fue canonizado. Ambas ceremonias fueron celebradas por san Juan Pablo II en la Plaza de san Pedro ante millares de personas de todo el mundo.

Fuente: http://www.es.josemariaescriva.info/seccion/biografia_san_josemaria

San Juan Pablo II, Papa

Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.

Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.

Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.

A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del "Teatro Rapsódico", también clandestino.

Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.

Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.

En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.

El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.

El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral.

Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyla tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.

Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años.

Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la "sollicitudo omnium Ecclesiarum" y por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.

Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.

Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.

Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.

Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.

Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.

Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.

Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio.

Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999).

Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.

Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.

Publicó también cinco libros como doctor privado: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994);"Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005).

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina.

Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.

El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.

Fuente: http://www.vatican.va/news_services/press/documentazione/documents/santopadre_biografie/giovanni_paolo_ii_biografia_breve_sp.phpl

Beato Álvaro del Portillo y Diez de Sollano

Álvaro del Portillo nació en Madrid (España) el 11 de marzo de 1914, tercero de ocho hermanos, en una familia cristiana. Era Doctor Ingeniero de Caminos y Doctor en Filosofía y en Derecho Canónico. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.

En 1935 se incorporó al Opus Dei, fundado por san Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928. Vivió con fidelidad plena la vocación al Opus Dei, mediante la santificación del trabajo profesional y el cumplimiento de los deberes ordinarios, y desarrolló una amplísima actividad apostólica entre sus compañeros de estudio y con los colegas de trabajo.

Muy pronto se convirtió en la ayuda más firme de San Josemaría, y permaneció a su lado durante casi cuarenta años, como su colaborador más próximo.

El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote. Desde entonces se dedicó enteramente al ministerio pastoral, en servicio de los miembros del Opus Dei y de todas las almas.

En 1946 fijó su residencia en Roma, junto a San Josemaría. Su servicio infatigable a la Iglesia se manifestó, además, en la dedicación a los encargos que le confirió la Santa Sede como consultor de varios Dicasterios de la Curia Romana y, especialmente, mediante su activa participación en los trabajos del Concilio Vaticano II.

Primer sucesor de san Josemaría

El 15 de septiembre de 1975 fue elegido primer sucesor de San Josemaría. El 28 de noviembre de 1982, al erigir la Obra en Prelatura Personal, el Santo Padre Juan Pablo II le nombró Prelado del Opus Dei, y el 6 de enero de 1991 le confirió la ordenación episcopal.

Toda la labor de gobierno del Siervo de Dios se caracterizó por la fidelidad al Fundador y su mensaje, en un trabajo pastoral incansable para extender los apostolados de la Prelatura, en servicio de la Iglesia.

Su entrega al cumplimiento de la misión recibida, siguiendo las enseñanzas de San Josemaría, hundía sus raíces en un hondo sentido de la filiación divina, fruto de la acción del Espíritu Santo, que le llevaba a buscar la identificación con Cristo en un abandono confiado a la voluntad de Dios Padre, constantemente alimentado por la oración, la Eucaristía y una tierna devoción a la Santísima Virgen.

Su amor a la Iglesia se manifestaba por su profunda comunión con el Papa y los Obispos. Su caridad con todos, la solicitud infatigable por sus hijas e hijos en el Opus Dei, la humildad, la prudencia y la fortaleza, la alegría y la sencillez, el olvido de sí y el ardiente afán de ganar almas para Cristo, reflejado también en el lema episcopal –Regnare Christum volumus!–, junto con la bondad, la serenidad y el buen humor que irradiaba su persona, son rasgos que componen el retrato de su alma.

En la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, donde había seguido con intensa piedad los pasos terrenos de Jesús, desde Nazaret al Santo Sepulcro, el Señor llamó a Sí a este siervo suyo bueno y fiel. La mañana precedente había celebrado su última Misa en el Cenáculo de Jerusalén.

El mismo día 23 de marzo, el Santo Padre Juan Pablo II acudió a rezar ante sus restos mortales, que ahora reposan en la Cripta de la Iglesia Prelaticia de Santa María de la Paz –viale Bruno Buozzi, 75, Roma–, continuamente acompañados por la oración y el cariño de los fieles del Opus Dei y de millares de personas.

Fue beatificado en Madrid el 27 de septiembre de 2014. Su fiesta se celebra el 12 de mayo.

Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-de-don-alvaro-del-portillo/

José María Hernández Garnica

Don José María: apóstol por el mundo

José María Hernández Garnica nació en Madrid el 17 de noviembre de 1913. Doctor ingeniero de Minas, en Ciencias Naturales y en Teología.

Desarrolló su ministerio sacerdotal en varios países de Europa: Inglaterra, Irlanda, Francia, Austria, Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda.

Pidió la admisión en el Opus Dei el 28 de julio de 1935. Falleció en Barcelona el 7 de diciembre de 1972.

Supo responder con generosidad a la llamada específica de Dios, y su vida, centrada en la Santa Misa, fue apostólicamente fecunda. Estuvo siempre muy unido a san Josemaría, Fundador del Opus Dei, que depositó en él una gran confianza.

Tenía grandes talentos humanos que puso, movido por Dios, al servicio de la Iglesia y de todas las personas que le trataron. Su sencilla humildad, y su extraordinaria sinceridad y franqueza hicieron que su personalidad fuera atractiva, aunque él se sintió siempre servidor de todos.

El 25 de junio de 1944 recibió la ordenación sacerdotal. Después, san Josemaría le encargó especialmente el impulso de la labor apostólica del Opus Dei entre las mujeres de España, lo que compaginó con otras muchas tareas sacerdotales por todo el país.

Más tarde, marchó a desarrollar su ministerio sacerdotal en varios países de Europa.

Trabajó en Inglaterra, Irlanda, Francia, Austria, Alemania, Suiza, Bélgica y Holanda.

Se santificó en sus tareas profesionales y luego en las propias del sacerdote, con gran generosidad: aprendió varios idiomas, se adaptó a diferentes ambientes e hizo frente a incomodidades de todo orden en países en los que comenzaba la labor apostólica del Opus Dei.

Sufrió con gran paciencia y espíritu de sacrificio diversas enfermedades y de modo especial el largo proceso de su última dolencia, que duró más de un año. Dios quiso llevárselo en la víspera de la solemnidad de la Inmaculada del año 1972, mientras hacía oración.

Fuente: http://opusdei.org.ve/es-ve/article/biografia-de-don-jose-maria/

Eduardo Ortiz de Landázuri y Laura Busca Otaegui

Los dos fueron Supernumerarios del Opus Dei. Eduardo, médico, destacó por su amor a los enfermos, y Laura, junto con su marido, construyó una familia cristiana alegre y numerosa, además de entregarse generosamente a muchas personas.

Eduardo Ortiz de Landázuri

Nació en Segovia el 31 de octubre de 1910. Estudió la carrera de Medicina en Madrid. El 17 de junio de 1941 contrajo matrimonio con Laurita Busca Otaegui.

En 1946 obtuvo la Cátedra de Patología General. En septiembre de 1958 se incorporó a la naciente Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, en cuya Facultad y Clínica Universitaria gastó sus años de trabajo hasta el día de su jubilación.

El 1 de junio de 1952 pidió la admisión en el Opus Dei. Se esforzó por cuidar sus deberes familiares y buscar también a Dios a través de su trabajo como médico y profesor universitario. Especialmente destacó en su amor por los enfermos, en quienes veía a Jesucristo. Irradiaba paz y alegría a su alrededor.

Falleció con fama de santidad en 1985. El Proceso diocesano de su Causa de canonización se clausuró en Pamplona en el 2002.

Laurita Busca Otaegui

Nació el 3 de noviembre de 1912 en Zumárraga (Guipúzcoa). Se licenció en Farmacia en la Universidad Central de Madrid en 1935.

Ese año conoció a Eduardo Ortiz de Landázuri, con quien contrajo matrimonio el 17 de junio de 1941 en el Santuario viejo de la Virgen de Arantzazu (Oñate).

Tuvieron siete hijos. Pidió la admisión en el Opus Dei el 8 de enero de 1953. Junto con su marido, construyó una familia cristiana alegre y numerosa.

Su vida estuvo marcada por una extraordinaria generosidad en la entrega a su marido y a sus hijos, así como a otras muchas personas.

Sustentó sus acciones en el amor a Dios y a los demás, que brotaba de una recia y honda piedad.

Falleció en Pamplona, con fama de santidad, el 11 de octubre de 2000.

El Proceso diocesano de su Causa de canonización comenzó en Pamplona en el 2013.

Fuente: http://opusdei.org.ve/es-ve/article/biografia-matrimonio-ortiz-de-landazuri/

Ernesto Cofiño Ubico

Don Ernesto: una vida por los demás.

Ernesto Cofiño Ubico nació en la ciudad de Guatemala el 5 de junio de 1899, donde también cursó sus primeros estudios.

En la Facultad de Medicina de la Universidad de París obtuvo con honores el título de Médico Cirujano en 1929. Contrajo matrimonio en 1933 y tuvo cinco hijos.

Se dedicó plenamente al ejercicio de su profesión con un admirable espíritu de servicio que le llevaba, no solamente a ocuparse de la salud física de sus pacientes, sino a hacer suyos sus problemas personales.

Su gran sentido sobrenatural y su hondo sentido humano le llevaron a fomentar y defender el derecho y el amor a la vida, propiciando iniciativas y realizando él mismo muchas de ellas, con gran caridad, en beneficio de futuras madres, de niños y niñas de la calle, de huérfanos, y ofreciendo soluciones a los problemas públicos. Fundó asilos y centros asistenciales. Dirigió durante 4 años el Hospicio Nacional

Pionero de la investigación pediátrica en Guatemala, ocupó la Cátedra de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos (USAC), máxima distinción de ese centro universitario.

En 1956 pidió su admisión en el Opus Dei como miembro Supernumerario. A partir de esa fecha, intensificó su trato con Dios en la oración, en la mortificación, en la Santa Misa y Comunión diarias, en la Confesión semanal; creció su devoción a la Madre de Dios, convirtiéndose en gran propagador del rezo diario del Santo Rosario; se aplicó al estudio y la formación doctrinal-religiosa.

E intensificó su apostolado buscando comunicar su alegría y su generosidad a muchísimas personas, a las que animaba a colaborar económicamente y con sus oraciones en el impulso de labores de promoción humana y cristiana, en las cuales trabajaba con gran espíritu de sacrificio, dispuesto a poner en práctica la doctrina social de la Iglesia.

Colaboró heroicamente con organizaciones dedicadas a la educación y capacitación de campesinos, de obreros, de mujeres de muy escasos recursos y en la formación de la juventud universitaria. Este servicio en favor del prójimo lo siguió realizando con abnegación hasta los 92 años.

Murió de cáncer, después de una enfermedad larga y dolorosa, llevada con fortaleza y conformidad heroicas, el día 17 de octubre de 1991 en la ciudad de Guatemala.

Fuente: http://opusdei.org.ve/es-ve/article/biografia-de-don-ernesto/

Guadalupe Ortiz de Landázuri y Fernández de Heredia

Guadalupe: en todo, el amor de Dios

Guadalupe Ortiz de Landázuri y Fernández de Heredia nace en Madrid el 12 de diciembre de 1916, en la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe.

En 1932, termina el bachillerato e inicia la carrera de Ciencias Químicas. Cursa sus estudios con brillantez aunque los interrumpe en julio de 1936, al estallar la guerra civil española.

En 1941, terminados sus estudios, comienza a dar clases para sostener las necesidades económicas de su familia. En 1944 conoce a san Josemaría Escrivá, el Fundador del Opus Dei, quien le ayuda a descubrir que el trabajo profesional y la vida ordinaria son el lugar de encuentro con Cristo. Poco tiempo después, pide la admisión en el Opus Dei.

A partir de entonces, Guadalupe se entrega sin condiciones a buscar la intimidad con Dios y participar en diversas actividades apostólicas, como la administración doméstica de dos colegios mayores en Madrid y en Bilbao, donde organiza clases para mejorar la preparación de las jóvenes empleadas. Se encarga de la dirección de una Residencia de estudiantes universitarias en Madrid.

Por su generosidad, su fortaleza y su alegría, en 1951 el Fundador la invita a comenzar el trabajo apostólico de las mujeres del Opus Dei en México. El 5 de marzo parte hacia su nuevo país. Allí dirige otra residencia para universitarias, a las que anima a ampliar su formación humana y cristiana, y a poner sus conocimientos al servicio de los demás. Al mismo tiempo, busca la colaboración de mujeres profesionales y madres de familia, a las que trata de contagiar su fe cristiana.

En 1956, Guadalupe se traslada a Roma; un año después vuelve a España: se le ha manifestado una seria dolencia de corazón y es operada de una estenosis mitral. Se recupera, obtiene el doctorado en Ciencias Químicas con la máxima calificación, el Premio de Investigación Juan de la Cierva y la plaza de profesora de Ciencias en una Escuela profesional pública. A la vez, atiende tareas formativas y de dirección en el Opus Dei.

Hasta el final, refleja el anhelo que inundó su vida: acercar a Dios a quienes le rodean, con su ejemplo de alegría y su amistad. El 16 de julio de 1975 fallece en Pamplona, con fama de santidad.

Itinerario de la causa de canonización

El proceso sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad de Guadalupe se instruyó en Madrid. Comenzó el 18 de noviembre de 2001 y finalizó el 18 de marzo de 2005. El tribunal interrogó a 32 testigos en Madrid y a 22 testigos en la Ciudad de México.

El 17 de febrero de 2006 la Congregación de las Causas de los Santos otorgó el decreto de validez del proceso y el 4 de agosto de 2009 fue presentada en ese dicasterio la Positio sobre la vida y las virtudes de Guadalupe.

El 7 de junio de 2016, el congreso peculiar de los consultores teólogos dio respuesta positiva a la pregunta sobre el ejercicio heroico de las virtudes por parte de Guadalupe Ortiz de Landázuri. El 2 de mayo de 2017, la sesión ordinaria de los cardenales y de los obispos se pronunció en el mismo sentido.

El 4 de mayo de 2017, el Papa Francisco recibió del cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, una relación detallada de las fases de la causa, ratificó el voto de la Congregación de las Causas de los Santos y autorizó que se publique el decreto por el que se declara venerable a la sierva de Dios Guadalupe Ortiz de Landázuri.

El 5 de octubre de 2018 sus restos fueron trasladados desde Pamplona al Oratorio del Caballero de Gracia de Madrid.

Fue beatificada el 18 de mayo de 2019 en Madrid

Fuente: https://opusdei.org/es-es/article/biografia-de-guadalupe/

Toni Zweifel

Toni: seguir la voluntad de Dios

Toni Zweifel nació el 15 de febrero de 1938 en Verona. Su madre, Antonia di Benedetto, era italiana, y su padre Giusto Zweifel era suizo y empresario textil. Recibió el Bautismo el 26 de febrero.

Los años de guerra los pasó en parte en Suiza, principalmente en el cantón de Glarus, en compañía de su madre y de su hermana, más joven, Anna Rosa. En 1944 comenzó la escuela en San Giovanni Lupatoto cerca de Verona. Entre 1949 y 1957 hizo la escuela media y el bachillerato en Verona. A continuación se trasladó a Zurich para estudiar la carrera de ingeniero industrial en el Politécnico (ETH).

A través de colegas de estudio entró en contacto con la residencia de estudiantes Fluntern, abierta en 1961, de cuya orientación cristiana era responsable el Opus Dei. Allí fue a vivir a comienzos de 1962. El 19 de marzo de ese mismo año pidió la admisión en el Opus Dei. En junio acabó los estudios y obtuvo su primer puesto de trabajo en la industria privada, también en Zurich.

En 1964 Toni entró como colaborador científico en el Instituto de Termodinámica del ETH. Dos años más tarde se le confió también la dirección de la residencia de estudiantes. En esta función organizó anualmente cursos de introducción al Politécnico y a la Universidad de Zurich, destinados a alumnos del último año de bachillerato. Con ocasión de una sesión de trabajo en Roma en 1969 conoció personalmente a San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador del Opus Dei.

El año 1972 trajo un viraje profesional en su vida: Toni se convirtió en Secretario General de la Fundación Limmat, creada en Zurich ese año. Bajo su dirección, esta institución promovió en los 17 años siguientes cientos de iniciativas educativas y sociales en más de treinta países de cuatro continentes, centrados sobre todo en la promoción de la familia y de la mujer, en la atención médica y en la formación profesional de la juventud.

En 1985 murieron sus padres, el padre en mayo y la madre en agosto. Al año siguiente, el 19 de febrero, enfermó Toni de leucemia. Inmediatamente comenzó el tratamiento de quimioterapia durante varias semanas en el hospital universitario de Zurich. Después de una mejoría pasajera, sufrió una primera recaída en febrero de 1988, y una segunda en noviembre. En junio de 1989 tuvo que ser ingresado de nuevo en el hospital, y fue sometido a una nueva quimioterapia de mes y medio de duración. Su efecto cesó a los tres meses. Murió en el hospital universitario, el 24 de noviembre de 1989. Su cuerpo reposa en el cementerio de Fluntern en Zurich.

Fuente: http://opusdei.org.bo/es-bo/article/biografia-de-toni/

Isidoro Zorzano

El Siervo de Dios Isidoro Zorzano Ledesma nació en Buenos Aires (Argentina) el 13 de septiembre de 1902 de padres españoles, que poco después regresaron a España y se establecieron en Logroño.

Desde la juventud se distinguió por su laboriosidad y por su seriedad ante cualquier compromiso. En el Instituto de Logroño tuvo como compañero de estudios al que sería fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer, hecho que se revelará decisivo en la vida de Isidoro.

En 1927 terminó la carrera de ingeniería en Madrid, en la que fue ejemplo de aplicación y de espíritu de servicio con todos sus colegas. Estas cualidades resaltaron de modo aún más evidente durante sus años de ejercicio profesional (primero en Cádiz, luego en Málaga -de 1928 a 1936- y por último en Madrid). En una época de encendidos conflictos ideológicos y sociales en España, Isidoro conquistó, gracias a su probada competencia profesional y a su abnegado espíritu de sacrificio, un gran prestigio entre sus colegas y entre los obreros de la compañía de ferrocarriles en la que trabajaba. Movido por el deseo de realizar un trabajo bien hecho, cara a Dios, junto con un constante afán de acercar muchas almas al Señor, extendió su actividad a la enseñanza, y dedicó también tiempo y esfuerzos a varias asociaciones profesionales y a iniciativas de carácter social y asistencial en barriadas pobres.

El 24 de agosto de 1930, pidió la admisión al Opus Dei. Fue uno de sus primeros miembros, y dio siempre ejemplo de fidelidad indiscutida a esa llamada de Dios en medio del mundo. En 1936 se trasladó a Madrid, donde desarrolló un abundante apostolado en el ambiente universitario y con sus colegas de trabajo.

De 1936 a 1939, durante la persecución religiosa desencadenada en España y la sucesiva guerra civil, dio prueba de una valentía heroica: como ciudadano argentino, gozaba de cierta libertad de movimiento -aunque corría peligro, pues era conocido como católico-, y pudo ayudar material y espiritualmente a muchas personas, entre ellas a los miembros del Opus Dei que se encontraban aislados en la capital o encerrados en las cárceles.

A principios de los años cuarenta, aparecieron los primeros síntomas de la terrible enfermedad que en poco tiempo, le llevaría a la muerte: linfogranulomatosis maligna. Su unión con el Señor creció, de día en día, durante su prolongada agonía. Médicos, enfermeras, religiosas que le curaban quedaron asombrados al ver con qué alegría espiritual recibía los agudísimos dolores. Murió el 15 de julio de 1943, después de haber recibido la unción de enfermos de manos del fundador del Opus Dei.

Su vida manifiesta de modo cabal lo que es en la práctica el espíritu del Opus Dei: la búsqueda de la santidad en la vida cristiana ordinaria, en las entrañas del mundo a través del trabajo profesional ejercido con competencia, para iluminar todas las realidades humanas con la luz de la fe y del amor. Su fama de santidad se extendió pronto en todos los sectores de la sociedad. Entre 1948 y 1954 se instruyó en Madrid el proceso informativo sobre la fama de santidad, la vida y las virtudes del siervo de Dios; en 1964 se desarrolló en Montreal (Canadá) un proceso sobre una curación milagrosa atribuida a su intercesión.

El decreto sobre la heroicidad de sus virtudes y fama de santidad del siervo de Dios María Isidoro Zorzano Ledesma está fechado el 21 de diciembre de 2016.

Fuente: http://opusdei.es/es-es/article/isidoro-zorzano/

María Montserrat Grases García

Montse: con la fuerza de la juventud

Montse Grases fue una muchacha que percibió, en plena juventud, la llamada de Dios a servirle en la vida ordinaria. Transmitió a sus amigos y parientes la paz de la cercanía a Dios, manifestada con ejemplaridad a raíz de la dura enfermedad que le produjo la muerte.

María Montserrat Grases García –Montse– nació en Barcelona, el 10 de julio de 1941. Fue la segunda de los nueve hijos de Manuel Grases y Manolita García. Después de cursar el bachillerato, que alternó con los estudios de piano, ingresó en la Escuela Profesional para la Mujer de la Diputación de Barcelona.

Le gustaban los deportes, la música, las danzas populares de su tierra –como las sardanas– y también disfrutaba actuando en obras de teatro. Tenía muchos amigos. Sus padres le enseñaron a tratar a Dios con confianza. En el hogar de los Grases, asimiló algunos de los rasgos distintivos de su carácter: la alegría, la sencillez, el olvido de sí y la preocupación por el bien material y espiritual de los demás. Con unas cuantas compañeras de su escuela, visitaba zonas pobres de la ciudad de Barcelona y daba catequesis a niños, a los que en ocasiones llevaba juguetes o caramelos. Tenía un temperamento vivaz, espontáneo, y sus reacciones a veces eran un poco bruscas, aunque sus familiares y profesores recuerdan que luchaba por dominarse y ser amable y jovial con todos.

En 1954 conoció el Opus Dei, institución de la Iglesia Católica, fundada en 1928 por san Josemaría Escrivá de Balaguer, para recordar que todos los cristianos están llamados a ser santos en su ambiente familiar y laboral. Sus padres formaban parte de la Obra desde hacía algunos años y la ayudaron a consolidar su vida espiritual y a luchar por vivir mejor las virtudes cristianas; Manolita animó a su hija Montse a frecuentar un centro del Opus Dei, Llar, que ofrecía formación cristiana y humana a chicas jóvenes.

Poco a poco, se dio cuenta de que Dios la llamaba a este camino de la Iglesia y, el 24 de diciembre de 1957 –tras meditar, orar y pedir consejo–, solicitó ser admitida en el Opus Dei. A partir de entonces, se esforzó con mayor decisión y constancia para buscar la santidad en su vida cotidiana; en su lucha ascética puso en primer plano la contemplación de la vida de Jesús, la piedad eucarística, la devoción a la Virgen, una profunda humildad y el empeño por servir a los demás. También los partidos de baloncesto o de tenis eran para ella una ocasión de dedicarse al prójimo. Montse se esforzó por descubrir la voluntad divina en el cumplimiento de sus deberes y en el cuidado, por amor, de los pequeños detalles, y logró transmitir a muchos de sus parientes y amigos la paz que da vivir cerca de Dios.

En diciembre de 1957 empezó a sentir molestias en la pierna izquierda. Seis meses más tarde se descubrió que la causa era un cáncer (sarcoma de Ewing) en el fémur. Esta enfermedad le ocasionó dolores muy intensos, que aceptó con serenidad y con fortaleza. Mientras estuvo enferma, manifestó siempre una alegría contagiosa y una capacidad de hacer amigos que tenía origen en su amor por las almas. Acercó a Dios a muchas de sus amigas y compañeras de clase que iban a visitarla. Encontró a Jesús y a la Virgen en el dolor. Los que estuvieron cerca de ella fueron testigos de su progresiva unión con Dios y del modo en que Montse transformaba el sufrimiento en oración y en apostolado: en santidad. Una de sus amigas afirma que, cuando la veía rezar, palpaba su proximidad con Cristo.

Murió el 26 de marzo de 1959, Jueves Santo, poco antes de cumplir los 18 años. Fue sepultada en el cementerio del Sudoeste de Barcelona. Numerosas personas manifestaron que su vida había sido heroica y ejemplar. Desde entonces, esta fama de santidad ha ido aumentando progresivamente, no solo en España sino en los cinco continentes.

Desde 1994 los restos de Montse Grases descansan en la cripta del Oratorio de Santa María de Bonaigua, calle Jiménez i Iglesias, n. 1, 08034, Barcelona (España). Muchas personas acuden allí a pedir la ayuda y la intercesión de Montse. También son muy abundantes los favores y gracias atribuidos a su intercesión: muchos provienen de personas jóvenes que solicitan ayuda a Montse en sus necesidades.

Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-de-montsegrases/

Alexia González-Barros

1971. Un regalo del Cielo

Alexia González-Barros y González nació en Madrid el día 7 de marzo de 1971. Esta es una de sus primeras fotografías que le hicieron, el día de su bautizo, en brazos de Moncha, su madre.

La hermana pequeña

Alexia era la hija menor de siete hermanos, dos de los cuales habían fallecido antes de que ella naciera. Sus padres, Francisco y Moncha, la educaron desde pequeña en un clima de libertad, cariño y alegría.

Fue una chiquilla normal, vivaracha y divertida, a la que cuidaban con todo cariño sus cuatro hermanos mayores: tres chicos y una chica, María José, con la que estaba particularmente unida.

1975. En el Colegio Jesús Maestro

Estudió desde los cuatro años en un colegio que estaba muy cerca de su casa: el Jesús Maestro, de la Compañía de Santa Teresa de Jesús.

Una infancia dichosa

8 de mayo de 1979. Primera Comunión

Hizo su Primera Comunión el día 8 de mayo de 1979 en Roma, junto al lugar donde resposa san Josemaría, al que tenía mucho cariño y devoción.

Alexia fue un ejemplo de lo que san Josemaría enseñó durante toda su vida: que todos podemos ser santos en la normalidad de nuestra vida cotidiana. Esta es una foto suya con el uniforme del Colegio.

9 de mayo de 1979. Con Juan Pablo II

Al día siguiente de su Primera Comunión, el 9 de mayo de 1979, se acercó a Juan Pablo II durante una audiencia pública en el Vaticano, y tuvo la alegría de que el Papa le hiciera la señal de la cruz y le diera un beso en la frente.

Hasta Tierra Santa

Su vida fue muy parecida a la de tantas chicas de su edad: estudiaba, hacía planes con sus amigas, veraneaba con su familia y sus abuelos... En esta foto está con su abuela Rosalía, a la que quería mucho.

En uno de esos viajes familiares, peregrinó con sus padres y sus hermanos a Tierra Santa. Estuvo en Belén, donde se cumplió una de sus grandes ilusiones ilusiones: besar el lugar donde nació Jesús.

Era una chica normal, con los mismos gustos y aficiones que sus compañeras de clase.

Pero un día, el 4 de febrero de 1985, su vida dio un cambio inesperado. Se le declaró un tumor maligno que la dejó paralítica en muy poco tiempo.

Sus padres la llevaron a diversos especialistas. Los diagnósticos eran diversos. Sufrió cuatro largas operaciones y una ininterrumpida cadena de dolorosos tratamientos que convirtieron los diez meses de su enfermedad, antes de su muerte, en un durísimo calvario, que se supo afrontar con paz y con alegría.

Estas dos fotos son del día en que cumplió catorce años. Lo celebró con una tarta y brindando con sus padres.

Un tesoro

Aceptó plenamente su dolorosa enfermedad desde el primer momento, ofreciendo el intenso sufrimiento y las numerosas limitaciones físicas que padecía por la Iglesia, por el Papa y por los demás.

Muy unida a la Cruz de Jesús, le decía con frecuencia en su oración: Jesús, yo quiero ponerme buena, quiero curarme; pero si Tú no quieres, yo quiero lo que Tú quieras.

Con paz y alegría

Sufrió mucho, esforzándose por conservar la fortaleza, la paz y la alegría a lo largo de su dura enfermedad.

Esto era fruto de su fe, de su esperanza y de su amor a Cristo. Luchó hasta el final porque amaba la Voluntad de Dios con toda su alma y le había dado su corazón libremente y por entero al Señor.

En esta fotografía está con su madre, con la que tenía una particular confianza, que no se separó de ella ni un sólo día desde el comienzo de su enfermedad.

Historia de esta fotografía

5 de diciembre de 1985

Falleció en Pamplona, rodeaba por el cariño de su familia, en medio de una gran paz espiritual, el 5 de diciembre de 1985. Sus últimas palabras fueron: más y sí.

Más porque deseaba que siguieran hablándole de Dios.

Con su sí reiteraba el deseo que había manifestado constantemente desde que era niña:

Jesús, que yo haga siempre lo que Tú quieras.

Fama de santidad

Muchas personas se quedaron conmovidas tras su muerte. Una religiosa de su colegio, Mª Victoria Molins, Religiosa de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, escribió un libro en el que se recordaban algunos sucesos de su vida.

Causa: todos los días del año llegaban cartas

Mientras tanto, su fama de santidad iba creciendo entre personas de todo tipo. Uno de los grandes impulsores de su causa fue un religioso claretiano.

La Causa de Beatificación de Alexia fue introducida en la diócesis de Madrid el 14 de abril de 1993 y fue clausurada solemnemente el 1 de junio de 1994.

Su Causa fue abierta en Roma el 30 de junio.

El 11 de noviembre de ese mismo año se otorgó el Decreto de validez por la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, ante la cual se presentó la Positio el día 8 de mayo del Año Jubilar 2000.

Fuente: http://www.alexiagb.org/web/suvida.php

Mons. Ignacio Larrea Holguín

Monseñor Larrea nació en Buenos Aires (Argentina) en 1927. Su padre desempeñaba allí tareas diplomáticas en la legación ecuatoriana. Cursó estudios primarios y secundarios en Ecuador (Colegio La Salle de Quito), Perú y Argentina. Alumno fundador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, prosiguió estudios superiores en Italia, donde se graduó de Doctor en Derecho. Más tarde obtuvo el doctorado en Jurisprudencia por la Universidad Católica del Ecuador, centro en que ejerció por largos años la cátedra de Derecho Civil. Fue también profesor de la Universidad Central del Ecuador y autor de centenares de libros sobre cuestiones jurídicas, lo que lo convierte en uno de los más prolíficos escritores jurídicos del país.

En sus años de estudiante universitario en Italia, conoció el Opus Dei y a su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer. Este encuentro marcó su vida. En 1949 pidió la admisión en esta institución de la Iglesia Católica y en 1952, al regresar al Ecuador, fue el primer fiel del Opus Dei en nuestro país. Doctorado en Derecho Canónico por el “Angelicum” de Roma, se ordenó sacerdote en 1962. El Papa Pablo VI lo nombró obispo auxiliar de Quito en 1969 y en 1975 lo trasladó a Ibarra. En 1983 el papa Juan Pablo II lo nombró primer obispo castrense del Ecuador y en 1988 lo trasladó a Guayaquil, diócesis de la que fue Arzobispo desde 1989. El propio Juan Pablo II le aceptó su renuncia en el 2003, meses después de cumplir los 75 años, que el derecho de la Iglesia Católica establece como límite para el desempeño de cargos episcopales.

Como sacerdote y luego como obispo, desempeñó una extensa e intensa labor pastoral, predicando numerosos retiros espirituales, visitando las parroquias de las diócesis que le correspondió gobernar y animando la labor de los seminarios diocesanos. Del seminario de Ibarra, fundado por él en 1980, han salido ya más de 120 sacerdotes para el servicio de todas las diócesis del Ecuador. También promovió una obra de vivienda en favor de más de 5.000 familias imbabureñas. Como primer Obispo castrense estructuró el servicio religioso a las fuerzas armadas. En Guayaquil promovió el proceso de beatificación y canonización de la beata Narcisa de Nobol. Escribió Monseñor Larrea numerosos libros y folletos sobre la vida cristiana y puso especial énfasis en explicar al pueblo cristiano, mediante artículos de prensa y folletos de masiva difusión, la doctrina contenida en las encíclicas y exhortaciones apostólicas de los papas Paulo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Pese a su delicado estado de salud, en los últimos tres años Monseñor Larrea siguió escribiendo y publicando libros, artículos y folletos de temas religiosos y jurídicos. Entre sus últimas obras están dos novenas a los siervos de Dios Juan Pablo II y Monseñor Álvaro del Portillo (primer prelado del Opus Dei, muerto en 1994). Antes había publicado una novena a San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, a quien Monseñor Larrea trató don asiduidad hasta su muerte en 1975. Esta novena ha sido reeditada en España y México.

Sus funerales se realizaron el lunes 28 de agosto en la Basílica del Voto Nacional. Luego su cuerpo fue trasladado a Guayaquil, donde el martes 29 se celebró una Santa Misa de funerales en la Catedral de la ciudad. El cuerpo de Monseñor Larrea reposa en la cripta de la catedral guayaquileña.

Fuente: http://opusdei.org/es-ec/article/fallece-mons-juan-larrea-primer-ecuatoriano-del-opus-dei/

José Luis Múzquiz de Miguel

Don José Luis: difusor de un mensaje

José Luis Múzquiz de Miguel nació en Badajoz el día 14 de octubre de 1912. Ayudó a San Josemaría a extender la labor del Opus Dei por numerosos países, especialmente Estados Unidos.

En 1934, mientras estudiaba en Madrid, conoció a San Josemaría Escrivá de Balaguer. Respondió a la llamada de Dios en enero de 1940, y desde entonces perteneció al Opus Dei.

Obtuvo tres doctorados, en Ingeniería de Caminos, en Historia y en Derecho Canónico. Como ingeniero se esforzó en santificar su trabajo, y realizó un intenso apostolado de amistad y confidencia con sus colegas y amigos. Fue uno de los tres primeros fieles del Opus Dei en recibir, el 25 de junio de 1944, la ordenación sacerdotal.

En 1949 fue a Estados Unidos para iniciar la tarea apostólica del Opus Dei, primero en Chicago y luego en otras ciudades. A finales de los 50 viajó a muchos países, estableciendo las bases de los comienzos del Opus Dei en Asia. Después trabajó en Roma, Suiza y España y, en 1976, volvió a Estados Unidos.

Falleció el 21 de junio de 1983, a causa de una afección cardíaca en Pembroke (Massachusetts). Está enterrado en el cementerio de San José en Brookline, Massachusetts.

El 22 de mayo de 2014, el cardenal Seán O'Malley clausuró en Boston la fase diocesana -que había iniciado en junio de 2011-. Toda la documentación ha sido enviada a la Congregación para la Causa de los Santos, en Roma, para su estudio.

El cardenal O'Malley dijo que: "Don José Luis nos mostró que una vida virtuosa puede lograrse día a día si abrimos nuestro corazón y nuestra alma a las gracias que Dios nos otorga".

Su cariño afable, su trabajo intenso y su humilde sencillez dejaron una huella de fama de santidad entre todos los que le conocieron.

Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/section/jose-luis-muzquiz/<br>

Tomás Alvira Alvira y Paquita Domínguez Susín

Paquita y Tomás: caminar juntos

Fieles al espíritu del Opus Dei, transmitieron a sus hijos y a otras muchas personas un ejemplo de vida cristiana. Con palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer, hicieron de su casa “un hogar luminoso y alegre”

Tomás Alvira Alvira nació en Villanueva de Gállego (Zaragoza) el 17 de enero de 1906 y falleció en Madrid el 7 de mayo de 1992. Doctor en Ciencias Químicas, Investigador del CSIC y Catedrático de Instituto en Ciencias Naturales.

Paquita Domínguez Susín nació en Borau (Huesca) el 1 de abril de 1912 y falleció en Madrid el 29 de agosto de 1994. Era Maestra. Se casaron en Zaragoza el 16 de junio de 1939. Tuvieron nueve hijos, de los que el primero, José María, falleció a la edad de cinco años. La familia se trasladó a Madrid en noviembre de 1941, al incorporarse Tomás a su plaza de catedrático en el Instituto Ramiro de Maeztu.

Fueron ambos Supernumerarios del Opus Dei: Tomás desde el 15 de febrero de 1947 y Paquita desde el 1 de febrero de 1952. Fieles al espíritu del Opus Dei, transmitieron a sus hijos y a otras muchas personas un ejemplo de vida cristiana. Con palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer, hicieron de su casa “un hogar luminoso y alegre".

Se santificaron en el ejercicio heroico y perseverante de las virtudes cristianas. La Santa Misa constituía el centro y la raíz de su vida interior. Ayudados por la gracia divina y procurando mantenerse en presencia de Dios, supieron llenar de contenido sobrenatural sus quehaceres ordinarios, familiares, profesionales y sociales.

Ambos padecieron dolorosas enfermedades, que llevaron con gran sentido sobrenatural: Tomás falleció a raíz de un proceso canceroso y Paquita entregó su alma a Dios tras una enfermedad cerebral.

Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-de-paquita-y-tomas/

Encarnita Ortega Pardo

Encarnita: una extraordinaria vida corriente

Encarnita Ortega Pardo nació el día 5 de mayo de 1920, en Ponte Caldelas (Pontevedra).

Su infancia y juventud transcurrieron en tierras de Galicia y Aragón. En 1941 asistió a un curso de retiro espiritual, dirigido por San Josemaría Escrivá en Alacuás (Valencia) y recibió de Dios la gracia de la vocación al Opus Dei.

Junto con otras jóvenes, puso en marcha la labor apostólica con mujeres, alentada por el impulso del Fundador, que le descubrió el valor santificador del trabajo ordinario. Encarnita incorporó pronto a su vida esas enseñanzas y el trabajo fue para ella forja de virtudes cristianas.

En 1946 se trasladó a Roma y desde allí trabajó en la expansión del Opus Dei por todo el mundo, demostrando fe en Dios y amor a las almas. Su actitud de servicio le llevaba a olvidarse de sí misma para ocuparse del bien espiritual y material de quienes le rodeaban. Volvió a España en 1961 y colaboró en varias iniciativas apostólicas. Los últimos años de su vida residió en Valladolid.

En 1980 se le diagnosticó un cáncer y durante quince años convivió con la enfermedad, sin disminuir el ritmo de intenso trabajo, amando heroicamente la voluntad de Dios y descubriendo a otras personas el valor santificador de la Cruz.

El trato continuo con Dios, a través de una intensa vida de piedad, le llevó a convertir la amistad humana en encuentro con Jesucristo. Se puede decir que han sido innumerables las personas que a través del trato con Encarnita se han acercado a Dios y han encontrado un sentido a sus vidas. Murió santamente en Pamplona el 1 de diciembre de 1995.

Fuente: http://www.opusdei.es/es-es/article/biografia-de-encarnita/

Adolfo Rodríguez Vidal

Nació en Tarragona (España) el 20 de julio de 1920 en una familia de cuatro hermanos, hijos de Adolfo Rodríguez y Mercedes Vidal. Estudió Ingeniería Naval en Madrid. En 1940 conoció a Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, y ese mismo año se incorporó al Opus Dei. Terminada la carrera universitaria trabajó como ingeniero.

Fue ordenado sacerdote el 25 de abril de 1948 por Leopoldo Eijo y Garay, Obispo de Madrid-Alcalá. En 1965 se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad de Navarra.

En los primeros días de marzo de 1950 viajó a Chile, enviado por Josemaría Escrivá, para comenzar la labor de la Obra en este país. El día 5 de marzo llegó a Santiago y, por la tarde, fue a rezar a la Virgen del Carmen, dejando en sus manos los frutos de su labor apostólica. Fue Consiliario del Opus Dei desde 1950 a 1959 y desde 1966 a 1988. Entre los años 1958 y 1965 desempeño el cargo de Delegado del Opus Dei para varios países de América Latina.

Asesor de la Acción Católica Universitaria en Santiago, Profesor en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, de la Universidad Católica y en el Instituto Politécnico Militar, y, desde 1968, Abogado ante el Tribunal Eclesiástico de Santiago. También ocupó diferentes cargos en la Conferencia Episcopal de Chile.

Dirigió muchos retiros espirituales para sacerdotes, personas casadas y estudiantes universitarios. Desarrolló una extensa labor pastoral de formación doctrinal y dirección espiritual con personas variadas. Promovió vocaciones al sacerdocio y al apostolado en medio del las actividades familiares y laborales.

El Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de Los Ángeles y fue ordenado en la Catedral de Santiago de Chile el 28 de agosto de 1988. Su lema episcopal fue Non ministrari sed ministrare; no ser servido sino servir. El 1 de febrero de 1994 Juan Pablo II aceptó su renuncia por motivos de salud. Mons. Rodríguez Vidal falleció después de una larga enfermedad el 8 de noviembre de 2003.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Adolfo_Rodriguez_Vidal

Dora del Hoyo Alonso

Dora del Hoyo, una profesional del hogar

Dora del Hoyo Alonso nació el 11 de enero de 1914 en Boca de Huérgano, un pueblo del norte de España. De su familia, Dora aprendió el amor por el trabajo bien hecho y el gusto por las tareas de la casa.

Era la quinta de seis hermanos. Sus padres eran agricultores y en su casa se vivía una honda fe cristiana. De su familia, Dora aprendió el amor por el trabajo bien hecho y el gusto por las tareas de la casa.

A los 26 años se trasladó a Madrid, donde se puso en contacto con las religiosas del Servicio Doméstico que la recomendaron a varias familias como empleada del hogar. Rápidamente destacó por su inteligencia, su habilidad manual, su gran capacidad de trabajo e interés por aprender. En 1945, fue contratada en la residencia de estudiantes La Moncloa, recientemente puesta en marcha por san Josemaría Escrivá.

El fundador del Opus Dei encontró en Dora una ayuda inestimable para cuidar el orden y facilitar al ambiente de familia que deseaba que hubiera entre los más de cien estudiantes que vivían en La Moncloa. La experiencia adquirida por Dora durante sus primeros años en Madrid aportó muchas mejoras en la atención de los servicios de planchado, tintorería, limpieza y cocina, y en consecuencia, el ambiente ganó en serenidad y alegría. También para Dora este encuentro resultó decisivo, descubrió una nueva dimensión de su vocación cristiana: comprendió que podía ofrecer a Dios su trabajo bien hecho, que era un medio para hacerse santa y contribuir a la santificación de los demás.

En 1946 Dora fue a colaborar en la puesta en marcha de una nueva residencia en Bilbao. En esa ciudad, el 14 de marzo de 1946, pidió la admisión en el Opus Dei para, a través de su trabajo, difundir en todos los ambientes la llamada universal a la santidad, que predicaba san Josemaría.

Meses más tarde, el 27 de diciembre del mismo año, San Josemaría le propuso trasladarse a Roma para atender –con otras mujeres- el primer centro del Opus Dei en Roma. Desde entonces y hasta la fecha de su muerte, Dora, con su trabajo y su fidelidad, fue un apoyo para el fundador del Opus Dei. Trabajó con abnegación e iniciativa en la puesta en marcha de la sede central del Opus Dei. Después, desde 1974 en el Colegio Romano de la Santa Cruz, adonde acuden universitarios de todo el mundo para incrementar su formación filosófica y teológica. Además, por su ejemplo y su buen hacer, mucha gente joven aprendió de su espíritu de santificación en el trabajo ordinario, de su sentido de responsabilidad, de su afán transmitir mundo la alegría de saberse hijos de Dios.

Falleció el 10 de enero de 2004. Sus restos mortales reposan en Santa María de la Paz, Iglesia prelaticia del Opus Dei, en el mismo lugar donde se encuentran y veneran los restos del fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, y de su primer sucesor, monseñor Álvaro del Portillo, reflejando así lo que Dora ha supuesto en el servicio que la Iglesia ha encomendado al Opus Dei.

Desde entonces miles de fieles de la Prelatura y otras personas han manifestado de manera espontánea la influencia de Dora en sus vidas. En el testimonio de quienes le conocieron se advierte su intensa vida de piedad, su fortaleza, su caridad con todas las personas y el amor a Dios que le movía a trabajar con alegría. También constan por escrito numerosos favores que se atribuyen a su intercesión.

El 18 de junio de 2012 monseñor Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei inició en Roma el proceso de canonización de Dora del Hoyo. Durante la ceremonia, el Prelado ha declaró: "Estoy cada vez más convencido del papel fundamental que esta mujer ha tenido y tendrá en la vida de la Iglesia y de la sociedad. El Señor llamó a Dora del Hoyo a ocuparse de tareas similares a las desarrolladas por la Virgen María en la casa de Nazaret".

"El ejemplo cristiano de esta mujer –ha continuado–, con su fidelidad a la vida cristiana, contribuirá a mantener vivo el ideal del espíritu de servicio y a difundir en nuestra sociedad la importancia de la familia, auténtica Iglesia doméstica, que ella supo encarnar con su trabajo diario, generoso y alegre".

La ceremonia de conclusión de la fase instructora de la causa de canonización de Dora del Hoyo tuvo lugar el 24 de octubre de 2016, presidida por el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, quien destacó en su intervención "la serenidad, la paz que infundía su presencia, que ayudaba a ser fiel en el camino de seguimiento al Señor".

Fuente: http://www.opusdei.org/es-es/article/biografia-breve-dora-del-hoyo/

Enrique Pèlach y Feliu

* Anglès (Gerona), 1917 - † Abancay, 2007, Obispo de Abancay y autor de muchas obras de la pastoral católica en el Perú.

Enrique Pèlach y Feliu nació el 3 de octubre de 1917 en Anglés (Gerona) en el seno de una familia numerosa -nueve hermanos-.

Sus estudios sacerdotales se vieron interrumpidos por la guerra civil española, en la que tuvo que participar como soldado.

Sacerdocio

Terminada la guerra, prosiguió sus estudios y fue ordenado sacerdote el 6 de enero de 1944. Desarrolló un amplio trabajo pastoral en Gerona.

Llegó al Perú en 1957, junto con otros cuatro sacerdotes españoles: eran los primeros que iban a misionar en la nueva prelatura de Yauyos, recién creada y encomendada por la Santa Sede al Opus Dei. Como primer prelado fue nombrado Monseñor Ignacio María de Orbegozo, médico y sacerdote vasco, que buscó sacerdotes que pudieran acompañarle en la pastoral de aquella difícil región andina. Pélach fue Vicario General de la Prelatura.

Episcopado

Fue Obispo de Abancay desde su nombramiento por el Papa Pablo VI en 1968 hasta su retirada en 1992, por razones de edad. Le sucedió el sacerdote español Isidro Sala.

Su labor en Abancay

Monseñor Pèlach tomó posesión como obispo de Abancay el 21 de julio de 1968, diócesis que contaba entonces con unos 385.000 católicos y unos 35 sacerdotes. Construyó numerosas iglesias y conventos. Creó el Seminario Menor y Mayor y son ya más de 150 los sacerdotes peruanos que estudiaron ahí. La eficacia de su labor pastoral se puede intuir incluso en el hecho de que, a su llegada había unos 10.400 católicos por sacerdote, cifra que desde los años noventa se ha reducido a unos 5.400.

Publicó, junto con Kühner, un sencillo Catecismo, con dibujos del propio Mons. Pélach, del que se han vendido más de 100.000 ejemplares. También publicó el Devocionario Rezar y Cantar. Se ocupó además de la primera edición bilingüe de los Evangelios en quechua y castellano.

Junto a la labor pastoral desarrolló una amplia labor social. Fundó un Asilo de Ancianos, recogiendo con su camioneta a los mendigos que dormían en la calle... Para la atención de los leprosos y de los enfermos más pobres, creó el Centro Médico “Santa Teresa”. Fundó hogares para estudiantes –de chicos y de chicas–, postas médicas, etc. Conseguía fondos con sus visitas a parroquias de Cataluña, de Alemania y otros lugares en Europa.

Como Obispo emérito, falleció en Abancay el 19 de julio de 2007. La diócesis ha iniciado en proceso de beatificación.

Obras

Enrique Pèlach, y Antonio Kühner: Catecismo de la doctrina cristiana: texto nacional, Lima: Editorial Andina, 1975

Enrique Pèlach y Feliu y Demetrio Molloy MacDermott: Santos Evangelios y Hechos de los Apóstoles: primera versión católica en quechua y castellano, Abancay: Editorial Andina, 1974

Enrique Pèlach y Feliu: "Abancay: un obispo en los Andes peruanos", Madrid, Rialp, 2005, 1ª, 173 pp.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Pèlach

Pedro Ballester

Pedro Ballester nació en Manchester, Inglaterra, el 22 de mayo de 1996. Era el mayor de tres hermanos y sus padres les educaron cristianamente en un hogar lleno de alegría. Desde muy joven destacaba por su simpatía y generosidad. Era conocido por su prestigio como estudiante, y por ser buen amigo de todos.

Durante su adolescencia, movido por su profunda vida de piedad, decidió dedicar su vida a Dios en el Opus Dei: buscando amar a Jesucristo a través de sus estudios, sus amistades y la vida ordinaria. Como numerario del Opus Dei, Pedro recibió el don del celibato apostólico, y quiso estar disponible para promover las actividades apostólicas y para atender la formación de miembros de la Prelatura. En diciembre de 2014, poco después de empezar sus estudios universitarios, fue diagnosticado de un cáncer avanzado en la pelvis. Pedro vio su enfermedad como una oportunidad para abrazar la Cruz de Jesús, y ofrecía alegremente su sufrimiento por el Papa, la Iglesia y todas las almas. Se declaraba un afortunado y se consideraba en los brazos de la Virgen. La fortaleza y serenidad con la que llevó su enfermedad hasta el final inspiró a mucha gente a acercarse a Dios y a la Iglesia.

Pedro entregó su alma a Dios el 13 de enero de 2018. Se han recibido relatos de favores obtenidos por su intercesión desde el mismo día de su fallecimiento. Se ruega que aquellos que hayan recibido favores los comuniquen a la Prelatura del Opus Dei, 4 Orme Court, Londres W2 4RL. Email: ocs.uk@opusdei.org

Para más información: pedroballester.org.uk

Arturo Álvarez

El 25 de octubre del 2021, en un evento presidido por el arzobispo de Guadalajara, Jalisco (México), se dio inicio al proceso para la causa de beatificación de Arturo Álvarez Ramírez.

Hijo de Magdaleno Álvarez Rodríguez, albañil, y María de Jesús Ramírez Rosales, dedicada al cuidado del hogar, Arturo fue el último de los ocho hijos del matrimonio. Nació el 5 de mayo de 1935 en Ciudad Guzmán, una pequeña ciudad ubicada al sur del estado de Jalisco.

Tras estudiar Ingeniería Química en la Universidad de Guadalajara, se dedicó a la cátedra universitaria en su alma mater por más de treinta años, hasta que un padecimiento cardíaco lo obligó a retirarse.

Conoció el Opus Dei en 1963 y se incorporó definitivamente en 1974 como Agregado. En una ocasión, el beato Álvaro del Portillo le señaló el privilegio que tenía de poder llevar a Dios a los demás a través de su trabajo como profesor universitario. El “Inge”, entre fórmulas químicas y tubos de ensayo, transmitió la alegría de un alma que lucha todos los días por alcanzar la santidad en las cosas ordinarias.

Arturo es el primer Agregado de la Prelatura del Opus Dei y el primer mexicano del Opus Dei en proceso de beatificación.