La división de la vida activa y contemplativa
A continuación vamos a estudiar la vida activa y la contemplativa. Acerca de ellas vamos a considerar cuatro aspectos: primero, la división en vida activa y contemplativa; en segundo lugar, la vida contemplativa (q.180); en tercer lugar, la vida activa (q.181), y en cuarto lugar, la comparación de la vida activa con la contemplativa (q.182).
Sobre lo primero se plantean dos problemas:
¿Es adecuada la división de la vida en activa y contemplativa?
Objeciones por las que parece que no es adecuada la división de la vida en activa y contemplativa.
1. El alma es, por su misma esencia, el principio de la vida, puesto que el Filósofo dice, en II De Anima, que para los vivientes el vivir es existir. Ahora bien: el principio de la acción y el de la contemplación es el alma por medio de las potencias. Luego parece que no es adecuada la división de la vida en activa y contemplativa.
2. no es correcto dividir lo que es anterior por diferencias de algo posterior. Pero los conceptos de activo y contemplativo, o especulativo y práctico, son diferencias del entendimiento, como se demuestra en III De Anima . Ahora bien: es anterior el vivir que el entender, ya que la vida se da en los vivientes, primero, por razón del alma vegetativa, como el Filósofo comenta en II De Anima . Luego no es adecuada la división en vida activa y contemplativa.
3. La noción de vida implica movimiento, como consta por Dionisio en VI De Div. Nom. . Pero la contemplación consiste preferentemente en reposo, según lo que se dice en Sab8, 16: Entrando en mi casa descansaré en ella. Por consiguiente, parece que es inconveniente la división en vida activa y contemplativa.
Contra esto: están las palabras de San Gregorio en su Comentario a Ezequiel : Dos son las formas de vida sobre las cuales nos instruye el Dios omnipotente por medio de la revelación: activa y contemplativa.
Respondo: Llamamos propiamente seres vivos a los que se mueven u operan por sí mismos. Ahora bien: a cada uno le conviene en grado máximo aquello que le es propio y hacia lo cual se inclina sobre todo. Por eso, todo viviente se muestra como tal por la operación que le es propia por antonomasia y a la cual se inclina sobre todo. Así, se dice que la vida de las plantas consiste principalmente en que se nutren y engendran, mientras que la de los animales consiste en que sienten y se mueven, y la del hombre en que comprende y obra según la razón. Por ello, dentro de la vida humana, parece que la vida de cada hombre consiste en aquello que más le deleita y a lo que tiende de un modo principal, y es de esto de lo que, de un modo especial, quiere cada uno tratar con sus amigos, como se dice en IX Ethic. . Y puesto que algunos hombres se dedican sobre todo a la contemplación de la verdad y otros a la acción externa, sigúese que es adecuada la división de la vida en activa y contemplativa.
1. La forma propia que da el ser actual a cada cosa es principio de su operación. Por ello se dice que los seres vivos lo son en cuanto que, por tener el ser de un modo determinado, obran de ese modo.
2. No se divide en activa y contemplativa la vida tomada en general, sino la vida humana, que se especifica por el hecho de poseer entendimiento. Por eso coinciden la división del entendimiento y la de la vida humana.
3. La contemplación implica reposo de movimientos exteriores. Pero el hecho mismo de la contemplación es un movimiento intelectual, en cuanto que el Filósofo dice, en III De Anima, que el sentir y el entender son movimientos, ya que movimiento es acto de lo perfecto. Por eso Dionisio, en IV De Div. Nom., distingue tres movimientos en el alma contemplativa: el recto, el circular y el oblicuo.
¿Es completa la división de la vida en activa y contemplativa?
Objeciones por las que parece que la división de la vida en activa y contemplativa no es suficiente.
1. El Filósofo, en I Ethic., dice que son tres las formas superiores de vida: la de los placeres; la civil, que parece coincidir con la activa, y la contemplativa. Por tanto, no es completa la división de la vida en activa y contemplativa.
2. San Agustín, en XIX De Civ. Dei, distingue tres géneros de vida: el de reposo, que corresponde a la contemplación; el de actividad, que corresponde a la vida activa, y uno más, compuesto de ambos. Por consiguiente, parece incompleta la división de la vida en activa y contemplativa.
3. la vida humana se diversifica según distintas acciones a las que se dedican los hombres. Pero hay más de dos ocupaciones en la vida del hombre. Luego parece que la división de la vida ha de comprender más partes que la contemplativa y la activa.
Contra esto: está el hecho de que estos dos géneros de vida están representados en las dos esposas de Jacob (Gén 29): la activa por Lía y la contemplativa por Raquel; y por las dos mujeres que acogieron al Señor (Lc 10, 38): la contemplativa por María y la activa por Marta, tal como San Gregorio dice en V Moral. . Y esta representación no sería adecuada si hubiera más de dos géneros de vida. Por tanto, es completa la división de la vida en activa y contemplativa.
Respondo: Como ya observamos antes (a.1 ad 2), se trata de una división de la vida humana, la cual se especifica por el entendimiento. Ahora bien: éste se divide en activo y contemplativo, ya que el fin del conocimiento intelectual es o bien el mismo conocimiento de la verdad, que es propio del entendimiento contemplativo, o una acción externa, que pertenece al entendimiento práctico o activo. Por consiguiente, es completa la división en vida activa y contemplativa.
1. La vida voluptuosa pone como fin el deleite corporal, que nos es común con los animales. De ahí que, como dice el Filósofo en el mismo pasaje, sea vida de animales. Por eso no está incluida en esta división de la vida humana en activa y contemplativa.
2. Un medio está compuesto de sus extremos, por eso está virtualmente contenido en ellos. Así, lo tibio está en lo caliente y lo frío, y lo pálido en lo blanco y en lo negro. De la misma forma, en la vida activa y la contemplativa está contenida la vida compuesta de ambas. Sin embargo, del mismo modo que en toda mezcla predomina uno de los elementos simples, en el género intermedio de vida predomina a veces lo contemplativo y otras veces lo activo.
3. Todas las ocupaciones de las acciones humanas, si se ordenan a las necesidades de la vida presente conforme a la recta razón, pertenecen a la vida activa, la cual provee a las necesidades de la vida presente mediante acciones convenientes. Pero, si se ordenan a satisfacer alguna concupiscencia, son materia de la vida de placer, que no está incluida bajo la vida activa. Y en cuanto a las ocupaciones que se ordenan al conocimiento de la verdad, pertenecen a la vida contemplativa.
Suma Teológica - II-IIae (Secunda secundae)
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