Obispo de Münster y misionero en Germania, 809. Fue uno de los que completaron la obra misional de San Bonifacio. Descendiente de una ilustre familia de Frisia, fue educado en un monasterio de Utrecht, de donde pasó a las escuelas inglesas de York, ilustres por la enseñanza de Alcuino. A los cuatro años volvía a su tierra, y empezaba a predicar el Evangelio. Cuando la rebelión de Widukind amenazó sus misiones, se recogió algún tiempo en Montecasino, pero algo más tarde Carlomagno le encargaba la evangelización de los cinco cantones orientales de Frisia. Pasó después a Fositeland, destruyendo templos y fundando iglesias. Estando en Münster fue, a pesar suyo, consagrado obispo, reduciendo desde entonces su actividad apostólica a la provincia de Westfalia. El último día de su vida predicó aún dos sermones y pudo decir la misa.