25 de abril

SAN MARCOS (s. I)

Yo creo en el testimonio
de un hombre que se deja degollar
por la verdad de lo que atestigua.

PASCAL

Resulta interesante y consolador reconstruir, a travйs de los datos consignados por San Lucas en los Hechos de los Apуstoles, el desarrollo de las primitivas comunidades cristianas.

La de Jerusalйn, que fue la primera —fundada el mismo dнa de Pentecostйs con los casi tres mil convertidos por el primer sermуn de San Pedro—, tenнa varios centros de reuniуn, de los cuales tal vez el principal era la casa de Marнa.

Vivнa esta buena mujer —acaso viuda, pues su marido no se nombra nunca— en una casa espaciosa y bien amueblada, que, segъn todas las probabilidades y los testimonios de la antigьedad, fue donde celebrу Jesъs la ъltima Cena, donde se reunieron los discнpulos despuйs de la muerte del Seсor y de su ascensiуn, y donde tuvo lugar la venida del Espнritu Santo sobre los apуstoles. Acaso era suyo tambiйn el huerto de Getsemanн —Molino de aceite—, en el monte de los Olivos, donde el Seсor acostumbraba a pasar las noches en oraciуn cuando moraba en Jerusalйn.

Era la de Marнa una familia levнtica. Su marido habнa sido sacerdote del templo de Jerusalйn. Su hijo, segъn la costumbre helenista, llevaba dos nombres: judнo el uno y romano el otro. Se llamaba Juan Marcos.

Juan Marcos era muy niсo cuando Jesъs predicaba y tenнa relaciones con sus padres. La noche del prendimiento dormнa tranquilamente en la casita de campo de Getsemanн. Le despertу el ruido de las armas y el tropel de las gentes que llevaban preso a Jesъs, y, envuelto en una sбbana, saliу a curiosear. Los soldados le echaron mano. Pero йl logrу desenredarse de la sбbana y huyу desnudo.

Despuйs de Pentecostйs siguiу siendo la casa de Marнa el centro de reuniуn mбs frecuentado por los apуstoles y acaso la morada habitual de San Pedro. Allн se hizo la elecciуn de San Matнas, allн se celebraba la fracciуn del pan, allн hacнan entrega de sus haberes los nuevos convertidos para que los apуstoles al principio, y mбs tarde los diбconos, los distribuyesen entre los pobres.

Uno de los primeros bautizados por San Pedro fue Juan Marcos, el hijo de Marнa, la dueсa de la casa.

El niсo Juan Marcos del aсo 30 era ya un hombre cuando el aсo 44 decidiу marcharse con su primo Josй Bar Nabu'ah a la ciudad del Orontes.

Era Josй hijo de una familia levнtica establecida en Chipre y primo carnal de Marcos. Sus padres le enviaron a Jerusalйn a los quince aсos para que estudiara las Escrituras a los pies de Gamaliel, como Saulo, y acaso al mismo tiempo que йste. Era natural que se hospedara en la casa de su tнa. Allн le sorprendieron los acontecimientos que dieron lugar a la fundaciуn de la Iglesia cristiana. Josй creyу desde el principio y quiйn sabe si hasta siguiу al Maestro en alguna de sus correrнas. Los apуstoles aprovecharon muy pronto para la catequesis entre los judнos su gran conocimiento de la Ley, y, visto su celo en el desempeсo de su ministerio, le apellidaron Bernabй —Bar Nabu'ah—, el hijo de la consolaciуn o de la profecнa, el hombre de la palabra dulce e insinuante.

En los comienzos de la fe en Antioquнa fue enviado allн para predicar, y allб reclamу la ayuda de su antiguo condiscнpulo, ya convertido, Saulo.

Ahora, por los aсos 42 al 44, ante las profecнas insistentes que preanunciaban una grande hambre en Palestina, los fieles antioquenos habнan hecho una colecta para los de Jerusalйn, y Bernabй y Saulo habнan venido a traerla. Se hospedaron, como era natural, en casa de Marнa.

Cuando, cumplida su misiуn, volvieron a Antioquнa se fue con ellos Juan Marcos.

Un dнa el Espнritu Santo pidiу que Saulo y Bernabй emprendieran un viaje de misiуn. Juan Marcos no acierta a separarse de su primo, y marcha con Bernabй.

Acaso por iniciativa de йste, explicable por su afecto hacia la patria chica, se dirigen a Chipre. Atraviesan la isla de Salamina a Pafo, bautizando, entre otros, al procуnsul Sergio Paulo, y reembarcan hacia las costas de Panfilia.

A la vista del paнs escabroso e inhуspito que atravesaban, Juan Marcos se acobardу. Acaso en el camino que separaba Attalнa de Perge sufrieron por parte de las bandas famosas de esclavos fugitivos que infestaban los montes de Pisidia lo que San Pablo llamarнa mбs tarde, en su carta segunda a los corintios, peligros de los ladrones, peligros de los caminos o peligros de la soledad. Sobre todo pesaba mucho en el corazуn aъn tierno de Marcos el recuerdo de su madre. Y desde Perge, sin escuchar las razones de sus decididos compaсeros, se volviу a Jerusalйn.

Cuando el aсo 49 Pablo y Bernabй, a la vuelta de su primera misiуn, hubieron de subir a Jerusalйn para resolver en el primer Concilio apostуlico la cuestiуn de los judaizantes, volvieron, sin duda, a la casa de Marнa. Juan Marcos estaba pesaroso de no haberlos acompaсado y escuchaba con envidia la relaciуn de sus aventuras apostуlicas.

Bajу de nuevo con ellos a Antioquнa.

A los pocos dнas —escribe San Lucas en los Hechos de los Apуstoles— le dijo Pablo a Bernabй: Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en las que hemos predicado la palabra del Seсor, y a ver quй tal les va.

Bernabй querнa llevar consigo tambiйn a Juan, llamado Marcos; pero Pablo juzgaba que no debнan llevarlo, por cuanto (en el primer viaje) los habнa dejado desde Panfilia y no habнa ido con ellos a la obra.

Se produjo cierto disentimiento entre ellos, de suerte que se separaron uno de otro, y Bernabй, tomando consigo a Marcos, se embarcу para Chipre, mientras que Pablo, llevando consigo a Silas, partiу encomendado por los hermanos a la gracia del Seсor (Hch 15, 36-40).

Aquн terminan los datos que sobre la vida del evangelista nos refieren los Hechos de los Apуstoles.

No sabemos cuбnto durу este segundo viaje que San Marcos hizo en compaснa de su primo Bernabй. Poco debiу de durar, porque la tradiciуn posterior nada nos dice de йl, y, en cambio, todos los testimonios antiguos nos hablan de su ministerio en compaснa de Pedro.

A raнz del concilio de Jerusalйn bajу San Pedro a Antioquнa, y, al parecer, se hizo cargo del gobierno de aquella comunidad. Al regreso del viaje segundo con Bernabй, San Marcos debiу marchar a Roma con San Pedro, que —no sabemos cuбndo, pero ciertamente entre el 50 y el 60— llegу a la capital del Imperio.

En Roma se hallaba San Marcos cuando en la primavera del aсo 61 llegу San Pablo, custodiado por el centuriуn Julio, a presentar su apelaciуn al Cйsar.

Para estas fechas habнa ya escrito su Evangelio, que es el segundo de los cuatro admitidos por la Iglesia. Un dнa en que Pedro exponнa la catequesis cristiana en casa del senador Pudente —padre de Santa Pudenciana y Santa Prбxedes— ante un selecto auditorio de caballeros romanos, pidiйronle йstos a Marcos que, pues llevaba muchos aсos en compaснa de San Pedro y se sabнa muy bien sus explicaciones, se las escribiera para poder ellos conservarlas y repasarlas en casa. No quiso hacerlo Juan Marcos sin contar antes con el apуstol; mas йste —segъn el testimonio de San Clemente Alejandrino, que nos ha conservado estos datos— ni lo aprobу ni se opuso. Mбs tarde, cuando vio el Evangelio redactado por San Marcos, recomendу su lectura en las iglesias, segъn refiere Eusebio.

Este sencillo episodio nos demuestra la mentalidad de los apуstoles sobre la Escritura como fuente de revelaciуn. Sabido es que los protestantes afirman ser la Sagrada Escritura la ъnica fuente en la que se contiene la doctrina revelada, y rechazan bajo este aspecto la tradiciуn de la Iglesia. Olvidan que Cristo no escribiу nada y que los Evangelios no contienen todo lo que Cristo hizo y enseсу. Por la misma fuente que ellos admiten se les convence fбcilmente de su error. Es el propio San Juan quien nos asegura: Muchas otras cosas hizo Jesъs, las cuales, si se escribiesen una por una, creo que este mundo no podrнa contener los libros.

En la predicaciуn era otra cosa. Un dнa este tema y otro dнa otro, unas cosas este apуstol y otras aquйl, es seguro que entre todos no dejaron de transmitir ni una sola de las enseсanzas que del Maestro recibieron. La mayorнa de ellos no escribieron nada. Los que lo hicieron, lo hicieron ocasionalmente, como en las Epнstolas, o fragmentariamente, como en los Evangelios.

El episodio de San Pedro y San Marcos demuestra que la preocupaciуn fundamental de los apуstoles y el medio en que todos pensaron principalmente para la transmisiуn de sus enseсanzas fue la predicaciуn oral. A travйs de ella, y por tradiciуn, se han conservado en la Iglesia muchas cosas que no hallamos consignadas en las Santas Escrituras. Y, consiguientemente, estamos en lo cierto los catуlicos al admitir, contra los protestantes, como doble fuente de revelaciуn la Escritura y la Tradiciуn.

Un resumen de la predicaciуn catequнstica de San Pedro es el Evangelio de San Marcos. Quizб por eso —y no porque sirviera al apуstol de intermediario para entenderse con los romanos— le llamaron San Papнas y San Ireneo, y con ellos toda la tradiciуn posterior, el intйrprete de Pedro.

De la estancia de San Marcos en Roma y de sus ulteriores viajes sabemos muy poco. En Roma seguнa cuando, hacia el aсo 62, San Pablo enviaba recuerdos de йl a los colosenses (4,10) y a Filemуn (24), anunciбndoles el prуximo viaje de San Marcos a Colosas. Y en Efeso se encontraba hacia el 67, cuando el mismo San Pablo, cautivo por segunda vez, escribнa la ъltima carta a Timoteo, rogбndole se viniese a Roma con Marcos, cuyos servicios echaba de menos.

Se le atribuye la fundaciуn de la Iglesia de Alejandrнa.

La leyenda de las Actas apуcrifas de Bernabй y de Marcos, recogida por Simуn de Metafraste, sabe detalles muy curiosos de esta misiуn.

Al entrar San Marcos en la aldea de Mendiуn, muy prуxima a Alejandrнa, se le descosiу milagrosamente una sandalia.

—Esto quiere decir —exclamу— que el camino que llevo estб expedito y me serб muy fбcil.

Llegуse al tugurio de un modesto remendуn y le rogу que le cosiera la sandalia. El zapatero se atravesу involuntariamente con la lezna la mano y por toda queja dijo: —No hay mas que un Dios.

Marcos orу al Seсor y curу milagrosamente la mano del remendуn, que inmediatamente se bautizу con toda su familia.

Tras largo tiempo de predicaciуn muy fructuosa le sobrevino la persecuciуn y el martirio.

Aquel aсo coincidiу el domingo de Pascua con la Fiesta de Serбpides en el 24 de abril, que los egipcios llamaban Farmuti. Los paganos, enfurecidos por los йxitos del evangelista, que estaba dejando vacнos sus templos, creyeron prestar un servicio a su diosa si en el dнa de su fiesta se deshacнan de йl. Prendiйronle por la noche mientras celebraba los divinos oficios y, atбndole al cuello una soga, le llevaron a la cбrcel, mientras entre danzas lascivas y gestos de borrachos clamaban a coro: —ЎLlevemos este bъfalo al abrevadero! Allн pasу la noche, y fue recreado con una visiуn de Jesъs, que le animaba al martirio.

Cuando a la maсana siguiente le llevaban, igualmente con la soga al cuello, al lugar del suplicio, entregу su alma a Dios, repitiendo las palabras del Maestro en la Cruz: —En tus manos, Seсor, encomiendo mi espнritu.

Era —termina Sнmуn Metafraste— el mes que los egipcios llaman Farmuti y los judнos Nisбn, el dнa sйptimo antes de las calendas de mayo, segъn cuentan los romanos, esto es, el 25 de abril, bajo el emperador Claudio Nerуn Cйsar, aunque... para nosotros, los cristianos, mejor seria decir: Reinando Nuestro Seсor Jesucristo, de quien es toda gloria e imperio, con el Padre y el Espнritu Santo, por los siglos de los siglos. Amйn.

SALVADOR MUСOZ IGLESIAS

SAN MARCOS (s. I)

Nada omitiу, nada falso aсadiу. San Marcos es el ayudante de Pablo y Pedro. Escribe su evangelio escuchando la predicaciуn de Pedro. Toma apuntes "sin omitir nada de lo que habнa oнdo o aсadir algo falso". Segъn la tradiciуn, a йl se remonta la fundaciуn de la Iglesia en Egipto. Juan, por sobrenombre romano Marcos, tenнa el mismo nombre judнo que aquel otro joven, el predilecto de Jesъs. Pero Juan Marcos no era, como йl, uno de los Doce. Mбs tarde, sin embargo, escuchу predicar a Pedro y lo siguiу como un hijo: y fue como si hubiese escuchado al Seсor. Narran los Hechos de los Apуstoles que Pedro frecuentaba la casa de Marcos en Jerusalйn, donde se reunнa la primitiva comunidad cristiana.

Son los primeros aсos de la dйcada de los cuarenta. A Jerusalйn, que se ha quedado sin Santiago y Pedro, vuelven de Antioquнa, donde juntos habнan trabajado entre los paganos, Bernabй y Pablo. Traen una colecta para la Iglesia de Jerusalйn, en dificultad por una grave carestнa. Y se van hacia Antioquнa llevбndose a Marcos, que era primo de Bernabй. Marcos comienza entonces su obra como colaborador y ayudante. "El hecho es que era uno de esos hombres admirables que brillan en segundo plano, o mejor dicho, que renuncian a brillar para consagrarse a personalidades mбs altas, asegurбndose al mismo tiempo el mйrito de la modestia y una acciуn mбs fecunda aunque menos personal", escribнa el padre Lagrange en 1910 en su comentario al evangelio de Marcos.

Durante un decenio se pierden las huellas de Marcos. La tradiciуn, sin embargo, sabe desde siempre dos cosas: que Marcos pasу a ayudar a Pedro y que, de alguna manera, fue quien comenzу la evangelizaciуn de Egipto. Por otra parte, Marcos podrнa haber estado en otros lugares ademбs de Egipto. Hay motivos para pensar que los saludos que envнa, con Pedro, a las comunidades del noroeste de Anatolia estuvieran dirigidos a comunidades vinculadas a йl. Marcos aparece tambiйn en los saludos que, en los primeros aсos 60, Pablo envнa desde Roma a los cristianos de Colosas, comunidad de Asia que iba a recibir a Marcos: "Os saluda Aristarco, mi compaсero de cautiverio, y Marcos, primo hermano de Bernabй, acerca del cual habйis recibido algunos avisos; si llega a vosotros, acogedle; y Jesъs, llamado Justo, que son de la circuncisiуn y mis ъnicos colaboradores en el reino de Dios, habiйndome sido de gran consuelo". Asн pues, Marcos, presente, muy probablemente, no sуlo en Egipto sino tambiйn en Asia, a pesar suyo se habнa convertido en un apуstol no haciendo mбs que ayudar. Al igual que habнa podido transmitir fielmente lo que Jesъs, Hijo de Dios, hizo y enseсу efectivamente durante su vida entre los hombres, no haciendo nada mбs que escuchar a los apуstoles.

El testimonio mбs antiguo acerca de la composiciуn de su evangelio llega de Asia. Nos lo da Papнas -obispo de Hierбpolis, ciudad no lejana de Colosas, en los primeros aсos del siglo II-, que refiere testimonios anteriores: "Marcos, que fue el intйrprete de Pedro, puso puntualmente por escrito, aunque no con orden, cuantas cosas recordу referentes a los dichos y a los hechos del Seсor. Porque ni habнa oнdo al Seсor ni le habнa seguido, sino que mбs tarde siguiу a Pedro, quien daba sus instrucciones segъn las necesidades, pero no como quien compone una ordenaciуn de las sentencias del Seсor. De suerte que en nada faltу Marcos poniendo por escrito algunas de aquellas cosas tal y como las recordaba. Porque en una sola cosa puso su cuidado: en no omitir nada de lo que habнa oнdo o mentir absolutamente en ellas".

"Marcos nos ha legado los recuerdos de un testigo ocular, la narraciуn de Pedro, como йl la recogiу de la boca del apуstol, en su espontaneidad y frescura original. Como a menudo sucede a los pescadores, acostumbrados a espiar las mнnimas seсales de la presencia del pez, y tambiйn a los cazadores ejercitados en el acecho, Pedro sabнa ver. Conservaba de su profesiуn una actitud particular para observar los detalles plбsticos de una escena", escribe con fina intuiciуn el biblista Spadafora. Y tambiйn Marcos vio. Pero, їdуnde y cуmo compuso Marcos su evangelio? Lo compuso tomando apuntes, como parece sugerir Papнas. En Roma, afirman explнcitamente otras fuentes. Y lo compuso teniendo presente lo que mбs habнa llamado la atenciуn y convencido a aquellos caballeros y libertos imperiales que pidieron a Marcos que pusiera por escrito lo que Pedro decнa. Asн Marcos hace hablar a las obras, de modo particular a las milagrosas; tanto es asн, que la primera parte de su narraciуn estб entretejida de milagros.

Si Marcos dejу Egipto y luego el Oriente por Roma, a Egipto tuvo que volver. La tradiciуn dice que muriу mбrtir y fue enterrado en una aldea poco distante de Alejandrнa. Y como un vivo durmiente, segъn la maravillosa iconografнa que la Edad Media daba a las reliquias (reproducida en los mosaicos de San Marcos, en Venecia), йl realizarб en tiempos aъn mбs gloriosos, a principios del siglo IX, su triunfal viaje hacia Venecia. Durmiendo a popa sobre un cabezal, como habнa narrado de su Seсor, y despertбndose a tiempo, como su Seсor, para que la nave no naufragase.

Marcos, evangelista (s. I)

Juan Marcos era su nombre completo. Bien conocido por el historiador Lucas y a través de sus afirmaciones, desparramadas en su obra llamada Hechos de los Apóstoles y completadas con las que están en el tercer Evangelio, es posible reconstruir varios aspectos muy interesantes de la vida de Marcos.

Era hijo de una tal María que algunos, jugando con pasajes neotestamentarios, la hacen dueña de la casa donde se celebró la última cena y de aquella otra que sirvió de primer refugio de Pedro cuando en ángel lo libró de la prisión en Jerusalén.

A Marcos se le identifica con el joven que la noche del prendimiento de Jesús en Getsemaní salió huyendo desnudo después de haber dejado la sábana que lo cubría en manos de los que intentaban prenderlo.

Quizá fue bautizado por Pedro. Era judío temeroso de Dios, judío cumplidor  fiel y buen conocedor de la Ley y los Profetas. Probablemente era uno de los muchos que se habían helenizado por su contacto con el mundo griego; el segundo nombre grecorromano de Marcos unido al primero genuinamente hebreo de Juan, junto con su parentesco con el chipriota Bernabé, apoya esta posibilidad. Y quizá estas dos cualidades hicieron que los Apóstoles se fijaran en él y lo tomaran como uno de sus principales colaboradores a la hora de ponerse a predicar el Evangelio para cumplir el encargo de Jesús.

De hecho es compañero de Pablo y Bernabé en el primer viaje apostólico a Chipre y Asia Menor; pero abandonó aquel cometido en Perge de Panfilia, sin que se conozcan con certeza los motivos  –algunos apuntan que tomó la decisión por miedo, cuando vio las dificultades anejas a la predicación–  y sin atender a razones. Este abandono fue el motivo por el que Pablo rechazara su compañía y discutiera con Bernabé al organizar el segundo viaje de predicador, haciéndose acompañar por Silas para dirigirse a Asia, mientras que Bernabé tomó consigo a su primo Juan Marcos, marchando a Chipre.

Marcos debió trasladarse a Roma, donde fue compañero y ayudante de Pedro, en la década del 50 al 60; como asiduo oyente de la primitiva catequesis petrina, puso por escrito lo que escuchó tantas y tantas veces al primer papa, que era infatigable a la hora de dar a los romanos testimonio de Cristo resucitado, hasta el punto de que el obispo de Hierápolis, Papías, junto con san Ireneo, lo llaman «intérprete de Pedro» para dar a entender que lo escrito por Marcos en el segundo Evangelio no es de cosecha propia, sino la genuina predicación del primero de los Apóstoles. ¿Será ésta la razón por la que los notarios le hayan tomado por patrono?

Marcos está en Roma en torno al año 62, porque cuando Pablo escribió su carta a los colosenses les manda saludos en su nombre, y en la carta a Filemón anuncia la posibilidad de la próxima marcha de Marcos a Colosas. Se ve que el disgusto primero había dado paso a la reconciliación y a la confianza.

En el año 67 reside en Éfeso; Pablo está preso y soporta las penalidades de su segunda cautividad, escribe la última carta a Timoteo pidiéndole que, cuando vaya a Roma, se haga acompañar por Marcos porque echa muy de menos sus servicios.

Se le atribuye la fundación de la iglesia de Alejandría, y Simón Metafraste cuenta que allí lo martirizaron en la fiesta de la diosa Serápidis o Farmuti, coincidente aquel año con la de la Pascua cristiana; dice que los paganos egipcios se enfurecieron porque los éxitos que iba consiguiendo el evangelista con su predicación vaciaban los templos nacionales.

Las reliquias del santo, que sin ser Apóstol perteneció al círculo de los primeros discípulos del Maestro, llegaron a Venecia en el año 828; los venecianos lo tomaron por Patrono y levantaron una iglesia para albergar su cuerpo entre el 828 y el 832; en el 1063 comenzaron la construcción de la basílica actual, que con sus arcos de medio punto y sus cinco cúpulas está claramente influenciada por el estilo arquitectónico bizantino del periodo medio o comneno.