Uno de los prelados y principales defensores del catolicismo contra la herejía arriana. Nació en Samosata, obispo de la misma ciudad desde 361 a 380. Asistió al Concilio de Antioquía, compuesto en su mayoría de obispos arrianos; pero Eusebio condenó sus doctrinas y fue defensor de la causa de Melicio, electo patriarca de Antioquía, paladín de la causa católica. Desde entonces estrechó amistad con San Gregorio Nacianzeno y San Basilio. Desterróle el emperador Valente a la Tracia en 374. Asistió a un nuevo Concilio de Antioquía en 379. Acompañaba un día a Maris, electo obispo de Dólica, cuando en esta ciudad murió víctima de la saña de una furibunda arriana, que le arrojó una teja desde el balcón de su casa, 380.