Autor: P. Felipe Santos Etimológicamente significa "de haba". Viene de la lengua latina.
Son muchos en la tierra los que, sin saberlo y quizá sin atreverse a creerlo, reflejan la santidad de Cristo.
Si echas una mirada a tu derredor, te darás cuenta de que un montón de gente buena. Muchos son creyentes y otros son buena gente de buena voluntad.
Fabio fue un mártir del siglo IV.
Era un cristiano y un militar en el ejército imperial. Todo un grave problema para su conciencia.
El dilema que se le planteaba era el siguiente: ¿se puede ser creyente y soldado a la vez? El hecho de ser militar no implicaba que no se pudiese practicar y vivir la fe en Cristo.
En el caso de Fabio, soldado cristiano en Mauritania, Africa, diríamos que es único.
En una reunión militar hubo un desfile de las legiones que eran elegidas entre los soldados más valientes.
Fabio, como cristiano, rechazó aquellos honores e insignias.
¿Por qué rechazó las insignias? Porque llevaban las efigies de los emperadores Diocleciano y Maximiliano.
Eran imágenes que intentaban divinizar a estos dos jefes supremos del imperio.
Una vez que se dieron cuenta de que no tomaba parte en la parada militar, lo llevaron a la cárcel.
La policía militar lo sometió a un juicio severo. Los tribunales ordenaron que se le diese muerte por desacato a la autoridad. Murió en Cesarea de Mauritania.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!