En el año 8521, Abd Al-Rahman II, emir de Córdoba, publica un decreto obligando, bajo pena de muerte, a los niños nacidos de matrimonio mixto, a abrazar el islam. Las hermanas Alodia y Nunila, jóvenes cuya madre se había casado con un musulmán, están incluidas en ese caso. Ante los requerimientos del padrastro que las incita a la apostasía, se refugian en casa de una tía cristiana que tenían en Barbastro, Huesca. Su retiro es descubierto. Las llevan ante el juzgado donde se niegan a abjurar de su fe y son decapitadas.