Nació en Venecia, Italia, y al terminar sus estudios literarios en Ravena, viajó como trovador por toda Italia, componiendo versos sin importarle tema o destinatario. Curado de una grave oftalmía por San Martín, decidió ir en peregrinación a Tours en señal de agradecimiento a su bienhechor. De ahí siguió a Poitiers para venerar las reliquias de san Hilario, donde sufrió una crisis espiritual que puso fin a su carrera itinerante. Trabó amistad con la ex reina Radegunda y se convirtió durante treinta años en el limosnero de su monasterio. De esta época datan sus escritos perdurables: vidas de santos y poemas. Quedan al menos diez mil hexámetros suyos. Compuso algunos de los himnos más bellos de la liturgia como el Vexilla regis y el Pangue lingua. La muerte le sorprendió cuando había sido obispo de Poitiers tres o cuatro años.