Para conocer verdaderamente a Jesús hay que hablar con Él, dialogar con Él mientras le seguimos en el camino. El Papa Francisco centró en el conocimiento de Jesús la homilía del jueves 26.
El Pontífice se remitió al pasaje del Evangelio de Lucas (Lc 9, 7-9) en el que Herodes se interroga sobre quién es ese Jesús de quien tanto se oye hablar. La persona de Jesús, recordó el Papa, suscitó a menudo preguntas del tipo: "¿Quién es éste? ¿De dónde viene? Pensemos en Nazaret, por ejemplo, en la sinagoga de Nazaret, cuando se marchó la primera vez: ¿pero dónde ha aprendido estas cosas? Nosotros le conocemos bien: es el hijo del carpintero. Pensemos en Pedro y en los apóstoles después de aquella tempestad, ese viento que Jesús hizo callar. ¿Pero quién es éste a quien obedecen el cielo y la tierra, el viento, la lluvia, la tempestad? ¿Pero quién es?".
Preguntas, explicó el Papa, que se pueden hacer por curiosidad o para tener seguridades sobre el modo de comportarse ante Él. Persiste en cualquier caso el hecho de que cualquiera que conozca a Jesús se hace estas preguntas. Es más, "algunos –prosiguió el Santo Padre, volviendo al episodio evangélico– empezaron a sentir temor de este hombre, porque les puede llevar a un conflicto político con los romanos"; y así que piensan en no tener más en consideración "a este hombre que crea tantos problemas".
¿Y por qué –se interrogó el Pontífice– Jesús crea problemas? "No se puede conocer a Jesús –fue su respuesta– sin tener problemas". Paradójicamente –siguió– "si quieres tener un problema, vas por el camino que te lleva a conocer a Jesús" y entonces surgirán muchos problemas. En cualquier caso a Jesús no se le puede conocer "en primera clase" o "en la tranquilidad", menos aún "en la biblioteca". A Jesús se le conoce sólo en el camino cotidiano de la vida.
Y se le puede conocer "también en el catecismo –afirmó–. ¡Es verdad! El catecismo nos enseña muchas cosas sobre Jesús y debemos estudiarlo, debemos aprenderlo. Así aprendemos que el Hijo de Dios vino para salvarnos y comprendemos por la belleza de la historia de la salvación el amor del Padre". En cualquier caso, incluso el conocimiento de Jesús a través del catecismo "no es suficiente": conocerle con la mente ya es un paso adelante, pero "a Jesús es necesario conocerle en el diálogo con Él. Hablando con Él, en la oración, de rodillas. Si tú no rezas, si tu no hablas con Jesús –expresó–, no le conoces".
Hay finalmente un tercer camino para conocer a Jesús: "Es el seguimiento, andar con Él, caminar con Él, recorrer sus vías". Y mientras se camina con Él, se conoce "a Jesús con el lenguaje de la acción. Si tú conoces a Jesús con estos tres lenguajes: de la mente, del corazón, de la acción, entonces puedes decir que conoces a Jesús". Llevar a cabo este tipo de conocimiento comporta la implicación personal. "No se puede conocer a Jesús –recalcó el Pontífice– sin involucrarse con Él, sin apostar la vida por Él". Así que, para conocerle, verdaderamente es necesario leer "lo que la Iglesia te dice de Él, hablar con Él en la oración y andar por su camino con Él". Este es el camino y "cada uno –concluyó– debe hacer su elección".