"Ante al misterio"

Miércoles, 25 de marzo de 2020

Introducción a la Misa

Hoy, fiesta de la Encarnación del Señor, las Hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que sirven en el dispensario de Santa Marta desde hace 98 años, están aquí en la Misa, renovando sus votos junto con sus hermanas en todas partes del mundo. Quisiera ofrecer la Misa de hoy por ellas, por su Congregación que siempre trabaja con los enfermos, los más pobres, como lo ha hecho aquí durante 98 años, y por todas las religiosas que están trabajando en este momento cuidando a los enfermos y también arriesgando y dando su vida.

Homilía

El evangelista Lucas (cf. Lc 1, 26-38) podía conocer esto [el hecho] solamente a partir de la narración de la Virgen. Escuchando a Lucas, hemos escuchado a la Virgen que relata este misterio. Estamos ante el misterio. Tal vez lo mejor que podemos hacer ahora es releer este pasaje, pensando que fue la misma Virgen María la que lo narró.

[lee de nuevo el texto del Evangelio]

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo: «No temas, María, pues hallaste gracia a los ojos de Dios. He aquí que concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Será grande y será reconocido como Hijo del Altísimo, y le dará el Señor Dios el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob eternamente, y su reinado no tendrá fin». Dijo María al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». Y respondiendo el ángel, le dijo: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Y mira que Isabel, tu pariente, también ella ha concebido un hijo en su vejez, y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril, porque nada es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

Este es el misterio. Ahora las hermanas renovarán los votos.

Oración para recibir la Comunión espiritual

Las personas que no pueden acercarse a la Comunión hacen la comunión espiritual:

"A tus pies me postro, ¡oh Jesús mío!, y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito, que se hunde en la nada, ante tu santa Presencia. Te adoro en el Sacramento de tu amor, la inefable Eucaristía, y deseo recibirte en la pobre morada que te ofrece mi alma. Esperando la dicha de la comunión sacramental, quiero poseerte en espíritu. Ven a mí, puesto que yo vengo a ti, ¡oh mi Jesús!, y que tu amor inflame todo mi ser en la vida y en la muerte. Creo en ti, espero en ti, te amo. Así sea".