Notas Cap. 4

1 El decreto de nombramiento de Regente Auxiliar del Sr. Párroco de Perdiguera está inscrito como anotación original en el Libro de Registro de Documentos Arzobispales (1922-1942), fol. 278, nº 2.697 (30-III-1925).

2 La archidiócesis de Zaragoza tenía 20.409 km2; el número de almas era de 475.614. El número global de parroquias, de 380; y el de sacerdotes, 852; esto sin contar 334 religiosos, muchos de los cuales eran sacerdotes (cfr. E. Subirana: Anuario Eclesiástico, ob. cit., 1924, p. 196).
"Por el mes de marzo de 1925 se encontraba el Párroco, D. Jesús Martínez Pirrón, ausente de Perdiguera, por enfermedad" (cfr. Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 1).

3 La parroquia de Perdiguera tenía categoría de "Entrada", es decir, el más bajo grado en importancia; y disponía de una casa para el servicio del curato. Probablemente la casa estaba sin desalojar, con los muebles y pertenencias del párroco; y don Josemaría prefirió hospedarse en otra casa (cfr. Ficha interna sobre Cargos parroquiales, Archivo diocesano; y AGP, RHF, D-03296-4).

4 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 206. En el pueblo se conocía esa casa de hospedaje como Casa de las mangas (cfr. Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 1).

5 Las relaciones del Regente con la familia de los Arruga eran extremadamente afectuosas y, como atestigua Mons. J. Echevarría, "prepararon con cariño y con respeto la habitación de que disponían, instalando allí la mejor cama que había en la casa" (Javier Echevarría, Sum. 1915).

6 Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 2. Como los hombres trabajaban fuera de casa gran parte del día, don Josemaría "se organizó para visitar las casas únicamente cuando los hombres se encontraban presentes" (Javier Echevarría, Sum. 1909).

7 Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 2. Cfr. también: Umberto Farri, PR, p. 31; Francisco Botella, PM, f. 211v.

8 Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 2.

9 Ibidem, p. 1.

10 Cuenta Mons. Álvaro del Portillo que, cuando pidió la admisión en la Obra, el Fundador le aconsejaba recitar jaculatorias, hacer comuniones espirituales y ofrecer pequeñas mortificaciones, explicándole que algunos autores ascéticos recomendaban llevar cuenta del número; pero que existía el peligro de vanidad o de soberbia, por lo que mejor era dejar que el ángel custodio se encargase de contarlas (cfr. Mons. Álvaro del Portillo, Sum. 204; cfr. también Javier Echevarría, Sum. 1913).

11 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 200; Javier Echevarría, Sum. 1911. El Regente tenía licencias ministeriales "para celebrar y absolver" desde el día mismo de su ordenación, el 28-III-1925, concedidas por Dr. José Pellicer Guíu, Vicario Capitular de la Archidiócesis, para seis meses (cfr. Libro de concesión de "Licencias Ministeriales" del Arzobispado -años 1902-1952- fol. 227, n. 5980; AGP, RHF, D-03296/2).

12 El original, AGP, RHF, D-11694.
El viaje a Burgos de don Carlos, del que se habla en la primera línea, tal vez tuviese que ver con la enfermedad de su madre, doña Florencia Blanc Barón (abuela de don Josemaría), que murió dos días más tarde, el 26 de abril. Doña Florencia vivía en Burgos, con otro hijo, don Vicente, canónigo de la catedral. Cfr. Carmen Lamartín, AGP, RHF, T-04813, p. 1.

13 Cfr. Santiago Escrivá de Balaguer y Albás, Sum. 7323.

14 Álvaro del Portillo, Sum. 202; Javier Echevarría, Sum. 1910; AGP, P01 1977, p. 264; AGP, P01 1975, p. 225.

15 De ese proyectado libro nada nos ha llegado, salvo alguna que otra anécdota. Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 205; Javier Echevarría, Sum. 1908.

16 Cfr. Álvaro del Portillo, PR p. 299. Aunque de manera más resumida, también nos da noticia de esta meditación Mons. Julián Herranz, y señala como fecha del relato el 24 de febrero de 1958 (cfr. Julián Herranz, PR, p. 889).

17 Cfr. Archivo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, de Perdiguera: Libro de Bautismos, tomo VII, fol. 44-44v; y Libro de Defunciones, tomo VII, fol. 22.

18 AGP, RHF, D-03296-4.

19 Teodoro Murillo, AGP, RHF, T-02849, p. 1.

20 Cfr. Álvaro del Portillo, PR, p. 302.

21 Sixta Cermeño, AGP, RHF, T-02856, p. 2. Otro de los testigos cuenta que cuando de Logroño vinieron a Zaragoza, luego de la muerte de don José: "Pasaban las mayores estrecheces. Vivían en un pequeño piso de la modesta calle Rufas. Las dificultades fueron de todo tipo: escasez real -a veces hambre- en las comidas, extrema modestia en el aderezo de la casa, vigilancia atentísima a los menores gastos y al cuidado de la ropa". Y añade este dicho, que no llegaba a ser queja, de la hermana: "Carmen comentaba que las personas que trataban a la familia en aquellos tiempos, parece que nunca se diesen cuenta de que les faltase tanto" (Javier de Ayala, AGP, RHF, T-15712, p. 58).

22 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 265; y Javier Echevarría, Sum. 1930.

23 Santiago Escrivá de Balaguer y Albás, Sum. 7322. Don Carlos Albás no quiso ya, desde ese momento, reanudar las relaciones con su hermana y sobrinos.

24 Instancia incluida en su Expediente personal, archivo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza (una copia auténtica obra en el archivo de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid; cfr. AGP, RHF, D-15047).
El recibo oficial, con la inscripción de matrícula nº 14 y convocatoria de junio, lleva fecha de 30 de abril de 1925. Se dice que el alumno es natural de Barbastro y de 22 años de edad; error este último (tenía 23 años) tomado de la instancia.

25 Cfr. Expediente académico personal y Registro de Identidad Escolar, archivos de la Facultad de Derecho de las universidades de Madrid y Zaragoza; cfr. también Apéndice XII.

26 Cfr. Ibidem.

27 Cfr. Ibidem.

28 La asignatura Historia de España pertenecía al grupo de los llamados Estudios Preparatorios, y era parte de las enseñanzas de otra Facultad, la de Filosofía y Letras. A los Estudios Preparatorios seguía el Periodo de Licenciatura, formado por las asignaturas de carácter propiamente jurídico y cuya enseñanza se impartía en la Facultad de Derecho.

29 Sobre el incidente del examen de Historia de España: Javier de Ayala, AGP, RHF, T-15712, p. 43; en la rectificación que noblemente hizo aquel profesor, el Fundador vio aplicada una importante norma de conducta: no tener vergüenza ni miedo a rectificar cuando nos hayamos equivocado (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 171).

30 David Mainar, Sum. 6142.

31 Juan Antonio Iranzo, AGP, RHF, T-02850, p. 1.

32 José López Ortiz, AGP, RHF, T-03870, p. 1.

33 Ibidem, p. 2.

34 Luis Palos, AGP, RHF, T-07063, p. 1.

35 Juan Antonio Iranzo, AGP, RHF, T-02850, p. 1. Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 2.

36 Camino, n. 72.

37 "Nos ha referido el Fundador -cuenta Mons. Echevarría- que, durante su época universitaria, pocas mujeres seguían esos estudios. Con las que acudían, el Fundador de la Obra mantuvo un trato de sobria amabilidad, sin rarezas, con naturalidad: las saludaba correctamente o, si le hacían alguna pregunta, contestaba educadamente, pero procuraba -como hizo siempre- limitar a lo necesario su trato con mujeres: este comportamiento no pasó inadvertido a sus compañeros, pues nunca le vieron hablando a solas con una mujer, ni en los pasillos de la Universidad ni en otros lugares" (Javier Echevarría, Sum. 1887).

38 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 2.

39 José Romeo, AGP, RHF, T-03809, p. 3.

40 Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 20.

41 Florencio Sánchez Bella, Sum. 7550.

42 De su celo sacerdotal por recuperar almas extraviadas se sabe también que, viviendo en Madrid, se enteró de que un sacerdote joven de otra diócesis, que había abandonado el ministerio, trabajaba en una herboristería. Localizó la tienda y se acercó a un dependiente joven diciéndole en voz baja: - Buenos días, hermano. - Y Vd. quién es y de qué me conoce, respondió el otro.
Don Josemaría le dijo que quería hablar con él y le citó en sitio y hora oportuna. Luego de rezar y hacer penitencia por aquella persona, se presentó en el lugar convenido y consiguió su total enmienda. No pudo volver a su diócesis pues el obispo no lo consideraba prudente, ya que el caso era conocido y era el único escándalo entre el millar de sacerdotes de la diócesis, fieles a su vocación. Tras un período de prueba en la diócesis de Madrid, don Josemaría le compró las ropas talares y fue destinado a un pueblecito de la provincia. Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 405; Javier Echevarría, Sum. 1976.

43 Cfr. Expediente académico personal (ya citado) y Apéndice XII.

44 Cfr. Apéndice XII.

45 Como ya se ha dicho, las licencias que se le concedieron recién ordenado eran válidas para celebrar y absolver: "valeat etiam ad mulierum confessiones audiendas".
El 22 de septiembre de 1925 se le renovaron las licencias "hasta el sínodo de octubre" y el 5 de octubre de 1925 le volvieron a dar licencias por otros seis meses (cfr. Libro de Licencias Ministeriales (1902-1952), fol. 230, nº 6.094 y fol. 231, nº 6.108); finalmente, el 3 de julio de 1926 se le conceden por un año (cfr ibidem, fol. 235, nº 6.244). Sobre el periodo 5-III-1926 al 3-VII-1926, cfr "Boletín Oficial de la Archidiócesis de Zaragoza", año LXV, nº 1 (I-1926), p. 9, Circular n. 2, en virtud de la cual, según praxis habitual en todas las diócesis, juntamente con los otros sacerdotes ordenados el 28-III-1925, tenía prorrogadas sus licencias, hasta realizar los exámenes anuales, por espacio de un trienio (cfr. impreso acreditativo y autenticado de las licencias concedidas a don Josemaría, en AGP, RHF, D-03296-2 y D-03296-5).

46 Mons. Rigoberto Doménech y Valls (1870-1955) había estudiado en el Seminario Central de Valencia. Era Doctor en Sagrada Teología y en Derecho Canónico. Siendo Obispo de Mallorca fue elegido y presentado para la sede metropolitana de Zaragoza por R.D. de 13 de noviembre de 1924. Hasta mayo de 1925 no tomó posesión de la sede. (cfr. E. Subirana, ob. cit., 1926, p. 390).

47 Entre los recuerdos que me vienen ahora a la memoria con viva actualidad -escribe en 1945-, hay uno de cuando era joven sacerdote. Desde entonces he recibido con no poca frecuencia dos consejos unánimes para hacer carrera: ante todo, no trabajar, no hacer mucha labor apostólica, porque esto suscita envidias y crea enemigos; y, en segundo lugar, no escribir, porque todo lo que se escribe -aunque se escriba con precisión y con claridad- suele interpretarse mal […]. Doy gracias a Dios Nuestro Señor por no haber seguido nunca estos consejos, y estoy contento porque no me hice sacerdote para hacer carrera (Carta 2-II-1945, n. 15).

48 El original: AGP, RHF, D-03876. El certificado está datado en Zaragoza, 11-III-1931, y lo solicitó don Josemaría para obtener unas Cartas Testimoniales que le extendió el arzobispo de Zaragoza el 28-III-1931.

49 El original: AGP, RHF, D-03876.

50 En AGP, RHF, D-15264 hay una octavilla original que dice:
"Octubre. -D. José Escrivá Pbro. -31 misas -a 4 pts. -124 ptas.
-Apostolado - 31
-son - 155."
Y de puño y letra de don Josemaría: S. Pedro Nolasco - Zaragoza.
"El Padre -refiere José Romeo- decía Misa diariamente en la iglesia de San Pedro Nolasco que regentaban los PP. Jesuitas y yo solía ir a ayudarle en los períodos de vacación escolar. Decía la Misa pausada y cuidadosamente y parecía que nada le distraía. Al oír aquella Misa se aprendía prácticamente lo que más tarde me explicó: El Santo Sacrificio era el centro de toda la vida interior. Al terminar solía dedicar unos minutos a la acción de gracias, en los que estaba muy recogido" (José Romeo, AGP, RHF, T-03809, p. 1).

51 Sobre estas actividades, en grandes solemnidades o fiestas: cfr. la Crónica religiosa del periódico "El Noticiero" de Zaragoza. (La iglesia de S. Pedro Nolasco aparece a veces con el nombre de "iglesia del Sagrado Corazón".) Cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 217; Javier Echevarría, Sum. 1924.
Algunos testimonios, como el de José Romeo, dan cuenta del apostolado que hacía entre sus amigos por aquellas mismas fechas: "Lo conocí, cuando yo tenía 13 ó 14 años. No había terminado, por lo tanto, el bachillerato: sería posiblemente el curso 1924-1925. El Padre iba con mucha frecuencia a casa de mi familia porque era compañero de estudios, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, de mi hermano Manuel, que murió después, en la guerra española. El Padre con Manuel y otros amigos, se reunían muchas tardes para preparar apuntes o estudiar. De esta forma entró también en relación con toda mi familia" (José Romeo, AGP, RHF, T-03809, p. 1).

52 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 171; Francisco Botella, PM, f. 211v; Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 22.

53 Cfr. AGP, P04 1972, p. 760; y citado por Álvaro del Portillo, PR, p. 312.

54 A esta anécdota -de una tertulia con sacerdotes durante su catequesis en España en 1972- añadía: - Vosotros no hagáis eso, ni con vuestros hermanos sacerdotes. Ya rezarán ellos […]. Imponedles una penitencia breve. Y en otra ocasión, refiriéndose a don Álvaro del Portillo, que fue su confesor desde que se ordenó en 1944, decía: Álvaro me suele poner un Avemaría de penitencia. Luego me dice: las penitencias de usted, las hago yo. Y ciertamente yo he hecho igual, hijos míos, porque nunca he puesto penitencias grandes (AGP, P01 1970, p. 995).
Otros testimonios sobre ello: "Solía imponer penitencias muy leves, que él completaba, satisfaciendo con fuertes penitencias: cilicios que él mismo se fabricaba, poniendo clavos, etc., y también rezando y mortificándose por la conversión de los renuentes" (Pedro Casciaro, Sum. 6391).
"Aconsejaba a sus hijos sacerdotes que pusiesen penitencia fácil y que ellos supliesen con su penitencia personal" (Fernando Valenciano, Sum. 7138).

55 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 3.

56 Luis Palos, AGP, RHF, T-07063, p. 1.

57 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 1.

58 Juan Antonio Iranzo, AGP, RHF, T-02850, p. 1; Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 1.

59 David Mainar, Sum. 6141.

60 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 2.

61 Cfr. Fernando Vivanco, AGP, RHF, T-03713, p. 2.

62 "A mí me gustaba confesarme con él, cuando ya fue sacerdote. Y lo hacía con mucha frecuencia", dice Fernando Vivanco, ibidem.

63 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 2.

64 Francisco Moreno Monforte, AGP, RHF, T-02865, p. 7.

65 Javier de Ayala, AGP, RHF, T-15712, p. 3.

66 El profesor Miguel Sancho Izquierdo le definía, tal como le vio en las aulas, como "un alumno inteligente, bien dotado y buen estudiante" (Miguel Sancho Izquierdo, Sum. 5504). Acerca de esta amistad, monseñor Javier Echevarría declara: "He presenciado la amabilidad y el verdadero cariño con que se trataban. Don Miguel demostraba hacia él una gran veneración, a pesar de la diferencia de edad entre uno y otro. Don Josemaría, por su parte, cuando veía a este profesor, le saludaba siempre con gran afecto, diciéndole don Miguel, mi maestro, afirmación que don Miguel no quería aceptar, pues estaba persuadido de que aquél que se presentaba como discípulo, le superaba en todos los aspectos espirituales y humanos" (Javier Echevarría, Sum. 1885).

67 Cfr. Apuntes, n. 1554. La amistad con el profesor Inocencio Jiménez fue duradera y él tuvo ocasión de convertirla en servicio apostólico, que se extendió al resto de su familia.
Luis Palos recuerda bien que "Josemaría tuvo buena amistad con D. Inocencio y con su familia. Estoy seguro que sus hijos José Antonio y María deben recordarle muy bien. José Antonio Jiménez Salas es Catedrático de Geotecnia en la Escuela de Ingenieros de Caminos; y María es una mujer muy inteligente, buena intelectual, que fue bibliotecaria y ahora está prácticamente ciega. D. Inocencio fue un gran sociólogo cristiano, y junto con Severino Aznar y Salvador Minguijón, fue el alma del Instituto Nacional de Previsión" (Luis Palos, AGP, RHF, T-07063, p. 3; Álvaro del Portillo, PR, p. 338).
Sobre su trato y amistad con otros profesores de la Facultad de Derecho de Zaragoza, cfr. Carlos Sánchez del Río, AGP, RHF, T-02853, pp. 1-4; Álvaro del Portillo, Sum. 175 y 176; Francisco Botella, Sum. 5616; Javier de Ayala, Sum. 7577.

68 Apuntes, n. 959; cfr. también ibidem, nn. 231, 407, 751, 1344 y 1357.

69 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 1447; Juan Jiménez Vargas, PM, f. 917; y C 362, 20-X-37, en la que comunicó a su madre el encuentro en Barcelona con don José Pou.

70 Cfr. Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, pp. 199-201; Pedro Casciaro, AGP, RHF, T-04197, pp. 5-7.

71 Cfr. Juan Antonio Cremades, AGP, RHF, T-05846, p. 1. Cfr. Francisco Botella, PM, f. 211v; José Ramón Madurga, PM, f. 274v. En uno de los testimonios se recogen recuerdos del Fundador, que "en 1941, paseando por la carretera del Canal, al llegar al cruce con la antigua carretera de Valencia, en Casablanca, que aún en esas fechas era un barrio muy modesto que yo conocía bien, nos contó cómo había organizado allí catequesis a las que llevaba estudiantes" (Javier de Ayala, AGP, RHF, T-15712, p. 2).

72 Apuntes, n. 441.

73 Apuntes, n. 387.

74 Carta 7-X-1950, n. 47. Por lo que cuentan quienes les trataron, la limosna, como obra de misericordia, quedó arraigada en toda la familia. Cfr., por ejemplo, José López Ortiz, Sum. 5267.

75 Don Josemaría se había ordenado sacerdote ad titulum servitii dioecesis.

76 AGP, RHF, D-05188.

77 Ibidem.

78 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 1917.

79 Álvaro del Portillo, Sum. 235.

80 "Recuerdo que D. José Pou de Foxá, hombre de gran memoria y minucioso conocedor de la vida eclesiástica de la ciudad, me contó en 1942 que él mismo había aconsejado al Padre irse a Madrid. "En aquellas condiciones -son palabras de Pou de Foxá- Josemaría aquí no tenía campo"" (Javier de Ayala, AGP, RHF, T-15712, p. 2).

81 Apuntes, n. 193. Las testimoniales son los documentos expedidos por el Obispo a un súbdito de su diócesis para dar fe de su buena conducta ante otro Prelado.

82 Estas palabras fueron la escueta respuesta del Fundador a una pregunta de Mons. Álvaro del Portillo sobre lo sucedido con sus testimoniales en la curia de Zaragoza (cfr. Apuntes, n. 193, nota 209).

83 Sobre este desplazamiento del Fundador refiere Mons. Javier Echevarría: "Le he oído comentar en muchas ocasiones que había ido a Madrid en 1926; sin embargo, no nos consta por ningún documento en qué época del año tuvo lugar ese viaje" (Javier Echevarría, Sum. 1945).
La Universidad de Madrid, llamada entonces Central, tenía Facultades y Escuelas Superiores de todo tipo de enseñanza y era la única de España en que se podían hacer por aquellos años los estudios del Doctorado en cualquier disciplina.

84 Cfr. "Alfa-Beta" - Revista mensual. Órgano del Instituto Amado. Su primer número corresponde a enero de 1927 (cfr. AGP, RHF, D-04357-8).

85 Cfr. Carta de Nicolás Tena Tejero (26-V-1927), en AGP, RHF, D-04743.

86 Esa Real Orden permitía a los alumnos a quienes faltasen una o dos asignaturas para terminar la carrera presentarse a examen en el mes de enero, sin tener que aguardar hasta los exámenes ordinarios de junio. La instancia lleva fecha de 10 de enero de 1927 y va redactada en los siguientes términos: […] que encontrándose en las condiciones que exige la Real Orden del 22 de Diciembre de 1926, pues sólo le falta aprobar la asignatura de "Práctica forense" para terminar la carrera […] (cfr. Expediente personal…, cit.).

87 Cfr. Revista "Alfa-Beta", año 1, febrero de 1927, p. 16.

88 Cfr. Ibidem, marzo 1927, pp. 10-12. Otros estudios recogidos en ese número: El retracto de Abolorio o Derecho de la Saca, por Pedro de la Fuente, Fiscal Provincial; Significado de la locución "Ius ad rem", por Ramón Serrano Suñer, Abogado del Estado; y Comentarios a la Ley Hipotecaria, por J.M. Franco Espés, Abogado.

89 Carta del P. Prudencio Cancer CMF, en AGP, RHF, D-15003-6. La carta va en papel impreso con membrete: "Colegio de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. - Segovia"; y está dirigida al "Rvdo. D. José María Escrivá. - Zaragoza".

90 En carta del 9-XII-1927, el P. Cancer le dice que en Madrid, "Orfila, 12 vive mi prima de Fonz Antonia Santaliestra". La familiaridad y cariño al interesarse por la madre y hermanos de don Josemaría indican un previo trato de intimidad.
Cfr. T.L. Pujadas CMF, El Padre Postius: un hombre para la Iglesia, Barcelona 1981, p. 327. Por lo que se refiere a datos y apreciaciones sobre el Fundador del Opus Dei, esta obra contiene errores de bulto, explicables por apoyarse en testimonios orales, desdibujados por el tiempo. El error principal radica en situar estos acontecimientos año y medio después de cuando sucedieron, lo cual distorsiona sustancialmente la verdad de los hechos. En concreto, se llega a afirmar que el Fundador, en octubre de 1928, asistió a los ejercicios espirituales que el P. Cancer predicó en el Seminario de Madrid. Después de estos ejercicios se sitúan, en dicho relato, las gestiones del P. Cancer.
Por la documentación examinada queda suficientemente probado que la colaboración del P. Cancer en la llegada del Fundador a Madrid se centra en los meses de febrero y marzo de 1927. Por otra parte, está documentado que, en octubre de 1928, el Fundador asistió a los ejercicios espirituales celebrados en la Casa Central de la Congregación de la Misión (PP. Paúles), situada en la calle de García de Paredes, en Madrid (cfr. "Boletín Oficial del Obispado de Madrid-Alcalá", 1-XII-1928, p. 384).

91 Carta citada del 7-II-1927.

92 Carta del P. Prudencio Cancer a don Josemaría, del 28-II-1927 (original en AGP, RHF, D-15003-5).

93 Con todo, el P. Cancer no parece haberse enterado bien de lo que pretendía don Josemaría: establecerse en Madrid con la familia para terminar el Doctorado en Leyes.

94 "Circular de la Nunciatura Apostólica de Madrid, a los Rmos. Prelados de España" (30-XI-1887), en el archivo de la Secretaría de Cámara del arzobispado de Madrid. Era entonces Nuncio de España Mons. Angelo di Pietro.

95 "Circular de la Nunciatura Apostólica de Madrid, a los Rmos. Prelados de España" (5-V-1898), en el archivo de la Secretaría de Cámara del arzobispado de Madrid. Era entonces Nuncio Mons. Giuseppe Francesco Nava di Bontifé.

96 Cfr. Sinodales Diocesanas, lib. IV, tít. IV, const. V (en Primer Sínodo Diocesano de Madrid-Alcalá. Convocado y presidido por el Excmo. y Rvmo. Sr. D. José María Salvador y Barrera, y celebrado en la Santa Iglesia Catedral de esta Corte en los días 10, 11 y 12 de febrero de 1909, Madrid 1909, pp. 369-370).
Mons. José María Salvador y Barrera, Obispo de Madrid-Alcalá, publicó en el "Boletín Oficial del Obispado", el 10 de junio de 1914, una Circular en la que se recogían las disposiciones ya mencionadas sobre sacerdotes extradiocesanos, a cuya lista añade una Instrucción de 15 de noviembre de 1910 y numerosas Circulares ya publicadas anteriormente en el "Boletín". Disposiciones que tuvo que recordar de nuevo al año siguiente (cfr. "Boletín Oficial del Obispado de Madrid-Alcalá", 20-XII-1915, pp. 727-729). Y para cortar futuros abusos determinó "no permitir en lo sucesivo celebrar la Santa Misa, ni un solo día, a los Sacerdotes que aquí se presenten sin haber solicitado y obtenido previamente el repetido oficio de beneplácito ordenado en la Nunciatura, a no ser que por la urgencia del viaje fuera imposible, en cuyo caso será suficiente una carta o volante de V.E. o de su Secretario en que se haga constar que el interesado no trata de fijar su residencia en Madrid, sino permanecer pocos días para solucionar los asuntos objetos de su venida" (Circular de Mons. José María Salvador y Barrera a los Obispos de España, p. 2, en AGP, RHF, D-08068).

97 Carta del P. Prudencio Cancer a don Josemaría, de fecha 9-III-1927 (original en AGP, RHF, D-15003-5). Manuscrita y en papel con membrete. Como en ella se dice, el estipendio por misa es de cinco pesetas y cincuenta céntimos.

98 Carta del P. A. Santiago CSSR al P. Prudencio Cancer, Madrid 7-III-1927 (original en AGP, RHF, D-15003-6).

99 Tal era la confianza que en Josemaría tenía toda la familia, que sabían que sus decisiones serían "lo mejor", como testimonia su hermano: Santiago Escrivá de Balaguer y Albás, Sum. 7325.

100 Cfr. Archivo diocesano de Zaragoza, "Libros de Registro de Documentos Arzobispales" (1922-1942), año 1927, fol. 120, nº 1813 (día 17 de marzo de 1927: "Permiso para dos años, para Madrid, con motivo de estudios") y fol. 121, nº 1820 (día 22 de marzo de 1927: "Comendaticias para Madrid, por dos años").
A este respecto, declara Mons. Echevarría: "En su exposición al Arzobispo de Zaragoza, subrayó -porque así lo planeaba- que, mientras cursase esos estudios, seguiría dedicando la parte más importante de su día a la actividad pastoral, para continuar fomentando en su alma el amor al ministerio para el que había recibido la ordenación. Supeditaba a esta labor sacerdotal su trabajo de investigación para el doctorado y la redacción de la tesis" (Javier Echevarría, Sum. 1945).

101 En virtud de un Real Decreto de 10 de marzo de 1917 ("Gaceta de Madrid" del 15 de marzo), a propuesta del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, no se exigirían "reválida ni ejercicio alguno especial para la obtención del título que corresponda a cada grado", una vez aprobadas todas las asignaturas de un plan.
Las tasas de Hacienda por derechos del grado de Licenciado, que don Josemaría abonó el 15 de marzo de 1927, importaban 37,50 pts. (cfr. Expediente personal; archivo de la Facultad de Derecho, Universidad de Zaragoza). Como consta en el Expediente, éste fue trasladado a Madrid el 30 de marzo de 1927.

102 Domingo Fumanal, AGP, RHF, T-02852, p. 1.

103 En el Archivo diocesano de Zaragoza y en los parroquiales de Fombuena y Badules no hay ninguna referencia a la estancia de don Josemaría en esa parroquia.
En el Libro de Registro de Documentos Arzobispales (1922-1942) de la archidiócesis de Zaragoza, fol. 300, nº 3.190, del 28-III-1931, con ocasión de unas letras testimoniales que se estaban tramitando en la Curia Arzobispal de Zaragoza, se recogen datos referentes a estudios eclesiásticos y encargos pastorales del Fundador. En una copia manuscrita y auténtica hecha por él, encabezada con el título: Nota de méritos, que desea hacer constar en las testimoniales y fechada en Madrid el 12 de marzo de 1931, dice en uno de sus párrafos: 6º En abril de 1927 fue encargado de la Parroquia de Fombuena, hasta terminada la Pascua de Resurrección de ese año (el original en AGP, RHF, D-15334).

104 Carta del P. A. Santiago al P. Prudencio Cancer, Madrid 20-III-1927 (original en AGP, RHF, D-15003-6). Dado que la carta fue probablemente enviada a Segovia y remitida desde allí por el P. Cancer, llegaría a Zaragoza hacia el 24 de marzo.

105 Apuntes, n. 640. Cfr. Javier Echevarría, Sum. 1917.
El P. Cancer, en la citada carta del 28-II-1927 a don Josemaría habla de "dos personas de mucho viso en Zaragoza" y más adelante le dice: "podré prestarte esa ayuda que necesitas; pero ha de ser en el momento preciso pues tal vez necesites antes ese auxilio para otros pasos que debas dar". El paso previo a la residencia en Madrid era el permiso para dejar la diócesis de Zaragoza. ¿Cómo lo consiguió tan fácilmente?
En todo este asunto del traslado a Madrid y gestiones en la Curia de Zaragoza parece como que hubiera implicados varios amigos de don Josemaría: entre ellos, seguramente, don José Pou de Foxá y don Luis Latre Jorro, con los cuales sigue manteniendo contacto epistolar a poco de llegar a Madrid (cfr. AGP, RHF, D-04355).
Don Luis Latre Jorro fue secretario de visita pastoral del Card. Juan Soldevila. El día del atentado en el que murió asesinado el cardenal, don Luis le acompañaba en el coche y resultó herido. En 1925 era catedrático de Filosofía en la Universidad Pontificia de Zaragoza (cfr. "Boletín Eclesiástico Oficial del Arzobispado de Zaragoza", vol. de Estadística del Arzobispado de Zaragoza, 1-IV-1925, pp. 16-17). A partir de 1925 sustituye a don Antonio Moreno Sánchez en el puesto de Vicepresidente del Real Seminario Sacerdotal de San Carlos (cfr. E. Subirana, ob. cit., año 1925, p. 314 y año 1926, p. 395). Era amigo de don José Pou de Foxá (cfr carta de don Luis Latre Jorro a don Josemaría, Zaragoza 9-V-1927, en AGP, RHF, D-15003-8).

106 La carta del P. A. Santiago a don Josemaría, no lleva fecha (el original en AGP, RHF, D-15003-7). Está escrita en papel impreso: "El Rector de los PP. Redentoristas. - Pª Conde de Miranda 2". El comienzo de la carta ("hace días fue en mi poder su muy grata, a la que no he contestado") hace suponer que es muy de finales de marzo. El domingo de Pascua caía ese año el día 17 de abril. Se esperaba, por lo tanto, a don Josemaría alrededor del 20 de abril, en Madrid.

107 El original en AGP, RHF, D-15334. Se llamaba "peatón" al encargado de correos de a pie, aunque en este caso llevaba caballería.

108 Este crucifijo -escribiría más tarde- me acompañó en mis andanzas. Conmigo fue a Fombuena y conmigo vino a Madrid (Apuntes, n. 583).

109 AGP, P04 1972, p. 99.

110 Javier Echevarría, Sum. 3212-3213; citado también por Álvaro del Portillo, Sum. 1562.

111 Cfr. la factura original en AGP, RHF, D-15247/2.

112 Meditación del 14-II-1964.

113 Cfr. Apuntes, n. 704.

114 Apuntes, n. 414.

115 Meditación del 14-II-1964.

116Apuntes, n. 1000