Notas Cap. 8

1 El Fundador, con optimismo y adelantándose a la historia, por esos días iba recogiendo en sus Apuntes íntimos datos sobre la estructuración y funcionamiento de la labor de San Gabriel. Por ejemplo: Hay que dividir a los de S. Gabriel, en los centros numerosos, en grupos, ateniéndose a las profesiones afines (Apuntes, n. 1027). La labor de San Rafael eran las actividades de formación cristiana de gente joven; y la de San Gabriel, el apostolado con padres y madres de familia.

2 Ibidem, n. 957. No perdía ocasión de ir atrayendo a gente conocida, a profesionales con la carrera terminada, para integrarles en la futura Academia como profesores: 30 de abril - 1933: [..] El Señor va enviando profesores, para la Academia: Rocamora, González Escudero, Luelmo, Atanasio y los nuestros. Anoche me trajeron a Fernando Oriol (ibidem, n. 993).

3 Ibidem, nn. 1018 y 1016.

4 Ibidem, n. 1021, del 13-VI-33. En otra catalina de esa fecha, o pocos días más tarde, escribe: Caigo ahora, con el lío político actual, en la tentación de leer periódicos. Ni eso sé hacer (cfr ibidem, n. 1024).
Esas lecturas eran, muy probablemente, artículos o comentarios de la prensa sobre la ley de "Confesiones y Asociaciones Religiosas" (Gaceta de Madrid, del 3-VI-1933), que limitaba el culto católico y sometía a las Ordenes y Congregaciones Religiosas a un régimen de inspección, por parte de las autoridades civiles, de sus actividades y de su administración.

5 Ibidem, n. 945.

6 Ibidem, n. 957.

7 Ibidem, n. 1050. Cfr. también ibidem, nn. 976, 986, 992, etc.

8 Ibidem, n. 1005, del 11-V-1933.

9 Ibidem, nn. 1713-1714.

10 Ibidem, n. 1729.
Juan Postius Sala nació en 1876 en Berga (Barcelona) y murió en 1952 en Solsona (Lérida). En 1894 profesó en la Congregación del Inmaculado Corazón de María. En Roma terminó sus estudios de Doctorado en ambos Derechos. Parte importante de su dedicación fue propagar la devoción mariana mediante Congresos Marianos Internacionales. Fue el organizador del XXII Congreso Eucarístico Internacional de 1911, en Madrid. Entre sus muchas publicaciones es de notar El Código canónico aplicado a España en forma de instituciones, Madrid 1926.

11 Apuntes, n. 599 (15-II-1932).

12 Ibidem, n. 742. En una catalina, de abril o mayo de 1930, se lee: Ni una sola vez se me ocurre pensar que ando engañado, que Dios no quiere su Obra. Todo lo contrario (ibidem, n. 27).

13 Ibidem, n. 1710. Don Josemaría respetaba y seguía obedientemente los guiones que le había presentado el P. Sánchez con los temas de meditación, así como el horario que le había dictado al llegar al convento el P. Gil (cfr. ibidem, nn. 1704-1705).

14 Ibidem, n. 1729. Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 464; Joaquín Alonso, Sum. 4612. Escribe el Fundador que dejó nota de este hecho, que va aparte de las notas entregadas al P. Sánchez al terminar los ejercicios, porque deseo que los primeros estén enterados de las pequeñeces divinísimas que han rodeado el nacimiento de esta nueva milicia de Cristo. Con ese conocimiento y con el que de mis miserias vayan adquiriendo, al tratarme, no podrán menos de amar la Obra y de exclamar: ¡verdaderamente esta Obra es… la Obra de Dios! (Apuntes, n. 1730).

15 Ibidem, n. 1730. Las palabras de ofrecimiento de la Obra las escribió en el instante de suceder el hecho en la iglesia (ibidem, n. 1729).

16 Ibidem, n. 1709. El 1 de mayo de 1933 hace una lista de esos "pecados actuales", que coincide con la de los ejercicios de junio: Llorar: no sé si es que se hace endeble mi alma: creo que no: es que soy niño. Tengo defectos, pecados de niño malo: gula, pereza, sueño…, toda la sensualidad despierta. Y en la oración -¿cuándo tendré orden en la oración? (ibidem, n. 995).

17 Ibidem, n. 1723.

18 Ibidem, nn. 787, 938, 955 y notas 685 y 1281.
La Academia "Veritas" de la calle de O'Donnell la llevaban las Teresianas; y a la Institución Teresiana de la calle de la Alameda de Madrid solía ir con cierta frecuencia don Josemaría a confesar, como testimonian el P. Silvestre Sancho, O. P. y el Rev. Eliodoro Gil Ribera: "Conocí al Siervo de Dios la vez primera en la Casa de las Teresianas del P. Poveda, en la calle Alameda, nº 7, Madrid. Y después nos hemos visto en muchas ocasiones" (Silvestre Sancho, Sum. 5392; y Eliodoro Gil Ribera, Sum. 7747).
Como puede comprobarse por una nota suelta de 1934, solamente en parte cumplió el propósito de dejar de confesar en algunos sitios: Domingo: Sta. Isabel. -Clase o catequesis. Por la tarde, hospital.
Lunes: confesiones en la Asunción, a las tres. -Reunión sacerdotal.
Martes: José Mª Valentín (10 1/2). Academia.
Miércoles: confesiones en la Asunción. Reunión del grupo de S. Rafael. Jenaro Lázaro.
Jueves: Clase. Por la tarde, Academia. Confesiones, O'Donnell 7 (5 1/2).
Viernes: primeros, plática, niñas pobres de Sta. Isabel (confesarlas) y en Porta Coeli. Ángel Cifuentes (8-9). -Pepe Romeo. -4 1/2 plática, Damas inglesas.
Sábado: Acad. Confesiones: niñas de Santa Isabel (9), Porta Coeli (11) y Teresianas (5 1/2). -Academia -Jaime Munárriz (8-9). Juanito J. Vargas (12)-Bendición en las Esclavas (Apuntes, n. 1794).

19 Cfr. AGP, P04 1974, II, pp. 418-419. La fecha de esta anécdota debe fijarse en 1932-1933; pero no más tarde. Sor Benita Casado testimonia que hablándole don Josemaría de cómo hacer oración les narraba "el cuento de Juan el lechero que todas la mañanas le decía al Señor: "aquí está Juan el lechero"" (Benita Casado, AGP, RHF, T-06242, p. 4).

20 Apuntes, n. 719.

21 Ibidem, n. 974.

22 Nota del curso de retiro, 22 de junio de 1933. Y, a continuación, se fija las disciplinas, cilicios, ayuno y días de dormir en el suelo, para ser aprobadas por su confesor:
= Disciplinas: lunes, miércoles y viernes: más otra extraordinaria en las vísperas de fiesta del Señor o de la Ssma. Virgen: otra semanal extraordinaria, en petición o en acción de gracias.
= Cilicios: dos cada día, hasta la hora de comer: hasta la cena, uno: Martes, el de cintura, y viernes el del hombro, como hasta ahora.
= Sueño: en el suelo, si es de tarima, o sin colchones en la cama, martes, jueves, sábados.
= Ayuno: los sábados, tomando solamente lo que me den para desayunar (ibidem, n. 1724).
Establece el tiempo y tipo de lecturas que ha de hacer y confiesa que no leer periódicos, para mí supone ordinariamente una mortificación nada pequeña (ibidem, n. 1726). En aquellos tiempos de agitación y persecución de la Iglesia en España era preciso saber las noticias y estar prevenidos.

23 Ibidem, n. 1727.

24 Boletín Oficial del Obispado Madrid-Alcalá, 1 abril 1933, núm. 1580, p. 114. La fecha de la Circular n. 109 firmada por don Leopoldo Eijo y Garay era del 27 de marzo de 1933.
Una orden de Azaña, ministro de la Guerra, a los generales de las divisiones orgánicas, de 9 de marzo de 1932, prohibía la práctica de acto alguno de culto en los cuarteles. El Obispado, desde el 1º de abril de 1933, se haría "cargo inmediatamente de todos los asuntos que hasta ahora correspondían a la Jurisdicción eclesiástica castrense" en la diócesis (cfr. Circular n. 109, ut supra).
Las Jurisdicciones Castrense y Palatina, aun siendo diferentes, dependían del Patriarca de las Indias, Don Ramón Pérez Rodríguez, que el 14 de abril de 1933 fue nombrado Obispo de Cádiz por el Papa. El 30 de mayo de 1933 tomó posesión de Cádiz e hizo allí su entrada el 11 de junio siguiente (cfr. Anuario Eclesiástico, ob. cit., año 1934, p. 73). Cfr. también el Informe de D. Leopoldo Eijo y Garay al Director General de Beneficencia, de 24-XI-1939 (Archivo de la Secretaría General del Arzobispado de Madrid; Patronatos, carpeta "Buen Suceso").

25 Apuntes, n. 963. Referencias al tema de su situación eclesiástica en Santa Isabel: ibidem, nn. 556, 636, 719, 886.

26 Sobre el trato del Fundador con don Pedro Poveda: Apuntes, nn. 251, 295, 731, 745, 938, 955. También dejó el Fundador nota escrita sobre su amistad con don Pedro, con ocasión de unas inexactitudes que dijo, muchos años después, el entonces Nuncio en España, Monseñor Riberi (1962-1967) (cfr. ibidem, nota 266 y nn. 1627 y 1628; y AGP, RHF, AVF-0041, pp. 47-48; también Álvaro del Portillo, Sum. 240).

27 Apuntes, nn. 994-995. El 13 de enero de 1931 tuvo una conversación con don Francisco Morán, Vicario de Madrid.
Con anterioridad a 1933, el Vicario General conocía -como ya se ha dicho- las actividades del Fundador, por el nombramiento de capellán del Patronato de Enfermos, por la renovación de sus licencias ministeriales, permisos de celebración de misas en la iglesia del Patronato, permiso para administrar la Comunión a un enfermo en un burdel, paso al Patronato de Santa Isabel, concesión de licencias por intermedio de don Pedro Poveda; visita de don Lino, en nombre de don Josemaría, para catequesis en el "Colegio del Arroyo", etc. etc.
En una catalina de fecha 19-VI-1933 se lee: Fui a renovar mis licencias. ¡Quién lo iba a creer! Con gran amabilidad, me las dieron en seguida y sin pagar derechos. Quedé en visitar al Sr. Morán algunas veces, para tenerle al tanto de lo que hago (ibidem, n. 1025).
Sobre la concesión de facultades ministeriales en la diócesis de Madrid-Alcalá 1932-1936, cfr. Libro de Licencias Ministeriales, nº 8, fol. 55v; nº 9, fol. 58v.

28 Apuntes, n. 1049.

29 C 42, 29-VIII-33. La siguiente referencia es del 18 de septiembre, dando cuenta de la muerte de mosén Teodoro y del desplazamiento de toda la familia a Fonz: - Hubimos de hacer dos viajes a Fonz, con motivo de la muerte de mi tío (q.e.p.d.), escribe en una catalina (n. 1055).

30 Apuntes, n. 1055.

31 Ibidem, n. 1057.

32 Ibidem, n. 1065. Y añade: El padre Sánchez me riñó por mi impaciencia en desear, sufriendo, que cristalice en algo nuestro apostolado de la O. (ibidem, n. 1067).

33 Ibidem, n. 1732.

34 Ibidem, n. 1072.

35 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 6. Ricardo había pasado el verano de 1933 sin poder ver a don Josemaría, a causa de un agudo ataque de reumatismo que a poco le hace perder curso, por no poder preparar los exámenes.

36 Apuntes, n. 1077.

37 Apuntes, n. 1083. A excepción de las dos primeras casas en Madrid y otra en Burgos (1938), a ningún centro o casa de la Obra la llamó con nombre de santo. Cfr. ibidem, nota 834 y n. 1106.

38 Ibidem, n. 1094.

39 En carta fechada en Málaga, 13 de enero de 1934, escribía a don Josemaría: "La plaquita de la Academia está ya terminada; ha quedado bastante bien, es copia fiel de tu dibujo" (Carta de Isidoro Zorzano al Fundador, del 13-I-1934. Original en AGP, IZL, D-1213, nº 45).
La primera labor corporativa -dice el Fundador- fue la Academia que llamábamos DYA -Derecho y Arquitectura- porque se daban clases de esas dos materias; pero significaba Dios y Audacia, para nosotros (Meditación del 19-III-75).
El lema ¡Dios y audacia! aparece por primera vez en una catalina del 27-III-1931: - Nuestros hombres y mujeres de Dios, en el apostolado de acción, tengan por lema: ¡Dios y audacia! (Apuntes, n. 186; cfr. ibidem, nn. 190 y 224).

40 Apuntes, n. 989.

41 Ibidem, n. 1071.

42 Ibidem, n. 1102 (5-I-1934).
Sobre la cruz de palo: José Ramón Herrero Fontana, AGP, RHF, T-05834, p. 3.

43 Cfr. Álvaro del Portillo, PR, p. 464; y Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 10.

44 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 304; también AGP, P01 VII-1955, p. 44; AGP, P03 1979, p. 251.
Algunos meses, para pagar el alquiler del piso hubo que ir recogiendo dinero de las personas que iban por allí (cfr. Jenaro Lázaro, AGP, RHF, T-00310, p. 2).

45 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 302. Según testimonia Ricardo Fernández Vallespín (AGP, RHF, T-00162, p. 14), las dificultades y apuros se alternaban, a veces, con sucesos en los que era patente la intervención extraordinaria de la Providencia. Uno de los casos lo narra con detalle Juan Jiménez Vargas. Faltaba el dinero imprescindible para pagar la factura de la electricidad. A la mañana siguiente, don Josemaría, mientras revisaba papeles viejos en su despacho de Santa Isabel, rompió un sobre vacío, y lo tiró a la papelera. Al tirarlo le pareció que había algo dentro: era un billete de cinco duros, lo necesario para pagar un poco sobradamente el importe de la factura (cfr. Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 26).

46 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 12.

47 Apuntes, n. 1753.

48 Ibidem.

49 Ibidem, n. 1109. El 7 de enero había puesto como abogado a San José: Si mi Padre y Señor S. José […] nos saca adelante esta Casa, la segunda que se abra en la tierra será la Casa de S. José (ibidem, n. 1106).

50 Ibidem, n. 1120.

51 Meditación del 19-III-75.

52 Apuntes, n. 1091.

53 Ibidem.

54 Ibidem, n. 1063.

55 Instancia al Ministro de Trabajo, del 26-I-1934. Orig. en Archivo General del Patrimonio Nacional (Palacio Real) - Patronatos Reales - Santa Isabel, Expediente de don Josemaría, Caja 182/21.
Carta de la Priora del Convento al Ministro de Trabajo, del 28-I-1934. Orig. en Archivo General del Patrimonio Nacional (Palacio Real) - Patronatos Reales - Santa Isabel, Expediente de don Josemaría, Caja 182/21.
Los antiguos Patronatos Reales dependían de la Dirección General de Beneficencia. En el tiempo de la II República Española esta Dirección General formó parte, en distintos momentos, del Ministerio de Trabajo, del de Gobernación y del de Instrucción Pública.

56 Apuntes, n. 1125.

57 "Ministerio de la Gobernación", del 31-I-1934. Orig. en Archivo General del Patrimonio Nacional (Palacio Real) - Patronatos Reales - Santa Isabel, Expediente de don Josemaría, Caja 182/21.

58 Por lo que se desprende de su apunte del 3 de febrero acerca de esta cuestión de la casa, consideraba haber dado un paso adelante en cuanto a la "estabilidad" en Madrid; pero no se decidía a cambiar de vivienda por las razones señaladas y, principalmente, por la última que enumera: la esperanza de vivir pronto en un centro de la Obra con el Señor en el sagrario: porque espero que El se vaya a vivir con sus hijos, -somos hijos de Dios- a la Casa del Ángel Custodio, en Navidad del 34, y ¿en qué cabeza cabe que, estando allí Jesús (ya vamos mirando el precio de una buena caja de caudales, para ese Sagrario), no esté yo? (Apuntes, n. 1128).

59 Ibidem, n. 1124 (27-I-1934).

60 Ibidem, n. 1133 (11-II-1934).

61 De su charla del 26 de enero de 1934 con don Francisco Morán, cuenta: Con la santa desvergüenza, me aproveché para meter por los ojos del Sr. Morán a dos de mis h.h. sacerdotes. -Lo más importante de la entrevista fue que, al hablarle yo de la "academia del Sr. Zorzano", donde continúo mi labor con jóvenes universitarios, me dijo: ¿cómo no dan ustedes unas clases de religión para intelectuales? Y se lamentó de que ya podían ellos haber anunciado en el "Boletín" y en hojas aparte (me entregó una) los cursos de Luchana 33. Este "Luchana 33" se ve que le sonaba…, antes que yo se lo dijera. Quedé en mandarle nota de profesores y alumnos; y me dio libertad para organizar como quiera este asunto (ibidem, n. 1126).

62 El 22 de marzo, fecha más o menos, anota con alegría: Hicimos el primer día de retiro de la O. el domingo último. Estoy contento (ibidem, n. 1167). Los retiros se daban en la capilla de los Redentoristas de la calle Manuel Silvela (cfr. José Ramón Herrero Fontana, AGP, RHF, T-05834, p. 3); y comprendían tres o cuatro meditaciones dadas por don Josemaría, el Via Crucis, el Santo Rosario, la lectura espiritual, la visita al Santísimo y el examen de conciencia (cfr. Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 13).
Entre las actividades de este tipo llevadas a cabo en la Academia DYA, el Fundador transcribe en 1934 las de carácter mensual, semanal o correspondientes a cada día de la semana. Por donde se ve que también daba clases de latín; y que no eran una sino varias las clases de formación para la gente de la labor de San Rafael; e igualmente los retiros mensuales (cfr. Apuntes, n. 1798).

63 En esta ocasión -cuenta Mons. A. del Portillo, que por entonces no iba por la Academia DYA-, fue agredido por un grupo de 15 ó 20 personas. Le abrieron la cabeza al golpearle brutalmente con una llave inglesa, y su condición fue muy crítica durante varios meses. Herido y ensangrentado, consiguió salvar la vida porque se lanzó por la boca de un metro y pudo coger un tren que salía en ese momento (cfr. Apuntes, n. 1131 y nota 851).

64 Ibidem, n. 1140.

65 Ibidem, n. 1146.

66 C 48, 26-IV-34.

67 Apuntes, nn. 1187, 1188.

68 Ibidem, n. 1191.

69 Ibidem, n. 1192.

70 Ibidem, n. 1193.

71 Ibidem, n. 1184.

72 Ibidem, n. 1738.

73 Ibidem, n. 1743.

74 Cfr. ibidem, nn. 1753 y 1754.

75 Ibidem, nn. 1786, 1787.

76 Ibidem, n. 1790.

77 C 57, 23-VII-34; C 58, 23-VII-34; C 62, 24-VII-34.

78 C 65, 5-VIII-34.

79 C 67, 5-VIII-34.

80 C 68, 5-VIII-34.

81 -Luego de la Misa, en la acción de gracias, sin llevarlo preparado de antemano, se me ocurrió consagrar la Obra a la Ssma. Virgen. Lo creo impulso de Dios […]. Pienso que hoy -así, sencillamente- ha comenzado una nueva etapa para la Obra de Dios (Apuntes, n. 1199).

82 Ibidem.

83 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, pp. 17-18.

84 C 73, 6-IX-34.

85 C 76, 6-IX-34.

86 C 74, 6-IX-34. Como refiere Ricardo Fernández Vallespín, don Josemaría "decidió que, para efectos externos, figuraría yo como Director de la Residencia, y también convenía que fuera el que firmara el contrato como arrendatario de la casa" (cfr. Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 16).

87 Apuntes, n. 1202.

88 Ibidem, n. 1203.

89 C 79, 17-IX-34.

90 C 80, 17-IX-34.

91 C 81, 20-IX-34.

92 C 82, 24-IX-34.

93 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, pp. 18-19.

94 Meditación del 19-III-1975.

95 Cfr. C 85, 30-X-34.

96 Meditación del 19-III-75.

97 Apuntes, n. 1206.

98 María del Buen Consejo Fernández, AGP, RHF, T-04953.

99 Orig. en Archivo General del Patrimonio Nacional (Palacio Real) - Patronatos Reales - Santa Isabel, Expediente del Rector don Josemaría, Caja 182/21.

100 C 87, 22-XI-34.

101 Gaceta de Madrid, núm. 347, de 13-XII-1934, p. 2121.
La jurisdicción de funciones administrativas, según el decreto de 17-II-1934, distinguía entre fundaciones benéficas y benéfico-docentes. De los Patronatos se encargaba el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión, del que era entonces ministro don José Oriol Anguera de Sojo.

102 Apuntes, n. 1205.

103 El día 27 fue a recoger al Ministerio su nombramiento y vio que se le había dado "posesión del cargo"; en su texto: "En vista del Decreto de 11 del corriente, por el que se nombra a Vd. Rector del Patronato de Santa Isabel, se le ha dado a Vd. Posesión del cargo con fecha 19 siguiente.
Lo que comunico a Vd. para su conocimiento, satisfacción y a los efectos de las cuentas correspondientes.
Madrid 27 de Diciembre de 1934 / EL DIRECTOR GENERAL / J. Sáenz de Grado" (Oficio del Director General de Beneficencia, del 27-XII-1934. Orig. en Archivo de la Secretaría General del Arzobispado de Madrid-Alcalá. Hay copia en Archivo General del Patrimonio Nacional (Palacio Real) - Patronatos Reales - Santa Isabel, Expediente del Rector don Josemaría Escrivá, Caja 182/21).

104 Cfr. Nota autógrafa del Fundador, sobre la entrevista con el Vicario General el 27-XII-34; original en AGP, RHF, AVF-0003.

105 Apuntes, n. 1214.

106 Carta de Mons. Rigoberto Doménech al Fundador, del 2-II-1935 (original en AGP, RHF D-15514/2).

107 En carta a Pou de Foxá, del 28 de enero, le decía que había escrito al Arzobispo de Zaragoza, de quien dependía, comunicándole su nombramiento de Rector y haciendo constar que venía prestando servicios eclesiásticos en Santa Isabel desde 1931, por disposición del Sr. Patriarca de Indias y que dichos servicios eran SIEMPRE EXCLUSIVAMENTE SACERDOTALES (C 96, 28-I-35).

108 Ello equivalía a tildarle, como más tarde se diría, de "colaboracionista" con un régimen anticatólico, como había demostrado ser la República con sus medidas contra la Iglesia. De manera que, en larga postdata a una carta del 8-II-35, escribía al Obispo de Cuenca, para que a su vez "tranquilizara" al Arzobispo de Zaragoza: […] Aunque a mí, personalmente, me sale todo por una friolera; como sacerdote y como base -fundamento- de la Obra que Dios me ha encomendado, conviene que las cosas queden en su sitio, conforme a la verdad. Y la verdad es ésta:
1º/ Que nada hago nunca sin mi Director espiritual.
2º/ Que me negué a presentar instancia, solicitando la Rectoral.
3º/ Que solicitaron para mí el cargo la Priora y Comunidad de Sta. Isabel, con el beneplácito del Ilmo. Sr. Vicario D. Francisco Morán.
4º/ Que si era cosa mala pretender la Rectoral, esta cosa mala no la hice yo (¡que he hecho tantas!), y la hicieron, en cambio, una porción de canónigos de provincias -entre ellos algún Sr. Deán- y varios Srs. sacerdotes de Madrid.
5º/ Que el Rector anterior, nombrado como yo por la república, cometió tan mala acción, al aceptar el nombramiento, que su Prelado -el Ilmo. Sr. Obispo de Astorga- le castigó… nombrándole su Secretario de Cámara, cargo que actualmente ocupa.
6º/ Y, en fin, que no saquen las cosas de quicio, pues de sobra sabe mi Sr. Obispo que, a una sola indicación del Prelado o de mi Padre Sánchez, presentaría sin pena -porque no hubo, ni hay, ambición- la renuncia a la Rectoral… y a veinte rectorales y canonjías que ocupara, porque -¡gloria a Dios!- sólo me mueve el deseo ardentísimo de cumplir la Voluntad de Jesús.
7º/ ¡Ah! Bueno será recordar que, habiendo tenido -y teniendo actualmente- más de una ocasión para ocupar cargos o desempeñar actividades civiles, como los ocupan y desempeñan otros Srs. sacerdotes -que no por eso son mal vistos: más bien, al contrario-, nunca he querido emplearme más que en trabajos exclusivamente sacerdotales.
8º/ Además: fue el Sr. Patriarca de las Indias -y no el gobierno de la república- quien me sostuvo en Sta. Isabel desde el año 1931. Y de entonces data la amistad, nunca bastante agradecida por mí, del santo Padre Poveda, Secretario del Sr. Patriarca […].
Creo que convenía que le abriese el corazón a V. E.; y sé que V. S. Ilma. tranquilizará al Exmo. Sr. Arzobispo. Jesús se lo pague mil veces (C 98, 8-II-35).

109 Cfr. Antonio Montero, Historia de la persecución religiosa en España, ob. cit., pp. 41-52.

110 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 19.

111 Apuntes, n. 756.

112 Ibidem, n. 1127; cfr. ibidem, n. 1037.

113 Cfr. Ibidem, n. 1751.

114 Ibidem, n. 1210.
Quizás esa desafortunada crítica tergiversaba ideas y palabras dichas por don Josemaría en las conferencias de los lunes. En una catalina de 1930 se puede leer:
No hay que tentar a Dios. Si, con mucha fe en la Providencia y sin paracaídas, me arrojo a la calle desde lo alto de la telefónica, soy un bruto y un mal cristiano. En cambio, si, con mucha fe y un paracaídas, me arrojo desde un aeroplano, que está volando a un kilómetro de altura, probablemente consigo mi fin y merezco el calificativo de hombre prudente y buen cristiano.
[…] no hay que fiar sólo en la prudencia humana (entonces sí que es seguro el batacazo), pero, con mucha fe en El, poner todos los medios que emplearíamos en otro negocio (junto con la Oración y la Expiación) (cfr. ibidem, nn. 60 y 61).

115 Ibidem, nn. 1754 y 1755.

116 Pedro Cantero, AGP, RHF, T-04391, p. 7.

117 Saturnino de Dios Carrasco, AGP, RHF, T-01478, p. 3.

118 Apuntes, n. 1217.
En diciembre de 1937, con el sosiego y objetividad que da la distancia histórica y la gracia fundacional, aceptó don Josemaría lo que le decía el padre Sánchez, que aquellos sucesos eran una de las pruebas patentes de la divinidad de nuestra empresa:
Cuando reunía yo a esos santos sacerdotes, los lunes, en lo que llamaba "Conferencia sacerdotal", con el fin de darles el espíritu de la Obra, para que fueran hijos míos y colaboradores; cuando en 1932 ó 1933 voluntariamente, espontáneamente, libérrimamente varios de esos señores sacerdotes hicieron promesa de obediencia, en nuestra casa de Luchana, no podía pensarse que -con rectísima intención, sin duda- iban casi inmediatamente a desentenderse de la Obra (ibidem, n. 1435).

119 Ibidem, n. 1232.

120 Ibidem, n. 1221. En nota anterior, refiriéndose al ayuno, escribe: ¡Señor, cuánto me cuesta el ayuno! […]. Valiendo tan poco, ¿cómo me cuesta un Lepanto? (ibidem, n. 1219).

121 El día de San Nicolás de Bari -escribe- prometí al Santo Obispo, en el momento de subir yo al altar para decir la Misa, que, si se resuelve nuestra situación económica, en la Casa del Ángel Custodio, le nombraré Administrador de la Obra de Dios (ibidem, n. 1206). "Inmediatamente, pensando que había sido poca generosidad la suya" -comenta Mons. del Portillo-, "añadió: Aunque ahora no me oigas, serás el Patrono de nuestra administración económica. Y desde entonces -6 de diciembre de 1934- San Nicolás de Bari es nuestro Patrono, para las cuestiones económicas" (ibidem, nota 913).
Con anterioridad al día de San Nicolás de 1934, había acudido ya al santo en busca de ayuda, como él mismo cuenta: En Madrid, en la Plaza de Antón Martín, está la parroquia de San Nicolás. Allí fui yo la primera vez que invoqué a San Nicolás para darle un sablazo (AGP, P04 1975, p. 74).

122 Cfr. Apuntes, n. 1222.

123 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 21.

124 Cfr. Apuntes, n. 1220.

125 Ibidem, n. 1222.

126 Cfr. ibidem, nn. 1795, 1796, 1800, 1801 y 1804. Estos números corresponden a unas notas sueltas del año 1934, que contienen los planes completos de mortificación corporal, periódicamente revisados por su confesor. En ninguno de ellos bajan de tres días a la semana las disciplinas que tomaba.
En una catalina del 11 de marzo de 1934 se lee: Ayer me costó lágrimas que el P. Sánchez me quitara el ayuno esta semana. Precisamente, creo que he de luchar contra la gula. Me dio un vahído en un tranvía, y por eso no me deja ayunar (Apuntes, n. 1155). Los ayunos reaparecen en notas sueltas del año 1934 arriba citadas.

127 C 81, 20-IX-34.

128 Juan Jiménez Vargas, que vivía con el Fundador en Ferraz, testimonia que: "practicaba mortificaciones y penitencias también corporales, como eran disciplinas, hasta arrancar sangre, y cilicios. Aunque él trataba de ocultarnos estas cosas, pero no pudo ocultarlas del todo. Yo vi en su habitación gotas y manchas de sangre, indicio de estas penitencias, y cuando los "rojos" registraron su habitación, encontraron en un cajón de su mesa disciplinas, con garfios metálicos, ensangrentadas. Y también usaba cilicios, y a nosotros nos aconsejaba el uso de los mismos, y nos los facilitaba. Dormía en el suelo con cierta frecuencia. Se pasaba noches sin dormir, haciendo oración, en algunas ocasiones. Y hacía frecuentes mortificaciones en cosas pequeñas, por ejemplo en las comidas, y nos lo aconsejaba. Ayunaba en ciertos días" (Juan Jiménez Vargas, Sum. 6706).
Cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 360. "Cuando vivía en nuestra casa -cuenta su hermano Santiago-, entraba en el baño y abría todos los grifos para que no se oyesen los disciplinazos, aunque yo los oía" (Santiago Escrivá de Balaguer y Albás, Sum. 7346).

129 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 22.

130 Cfr. Apuntes, n. 1227.

131 Cfr. ibidem, n. 1229.

132 Cfr ibidem, n. 1234. Ese día -21-II-1935- era la primera vez que el Fundador reunía a los miembros de la Obra para informarles oficialmente de una decisión de esta clase (en este caso: Ricardo Fernández Vallespín, Juan Jiménez Vargas y Manolo Sainz de los Terreros).

133 Carta de Isidoro Zorzano al Fundador, del 27-II-1935 (original en AGP, IZL, D-1213, nº 75).

134 C 101, 27-II-35.

135 Cfr. Apuntes, nn. 1233 y 1232. En cuanto a la conducta de los sacerdotes que le rodeaban, el Fundador hace una excepción con dos de ellos: don Saturnino de Dios y don Eliodoro Gil (cfr. ibidem, nn. 1217 y 1235).

136 Ibidem, n. 1243.

137 Ibidem, n. 1277.

138 Ibidem, nn. 1246 y 389. Sobre las desagradables experiencias de aquellos días: cfr. ibidem, nn. 1234, 1237, 1245, 1247 y 1266.

139 Ibidem, n. 1225; algunos detalles sobre la ceremonia: Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 25.

140 Apuntes, n. 1287 y nota 974; y Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 6. Ni Isidoro Zorzano ni José María González Barredo pudieron hacer la "Fidelidad" ese día por estar fuera de Madrid (cfr. C 104, 11-III-35, y C 108, 24-III-35; cfr. también Carta de Isidoro Zorzano del 18-III-35, AGP, IZL, D-1213, nº 78).

141 Ibidem, n. 1258.

142 C 102, 2-III-35.

143 Apuntes, n. 1237.

144 La instancia del Fundador al Obispo de Madrid-Alcalá para la concesión de un oratorio semipúblico es del 13-III-1935. En razón del emplazamiento de la casa, la visita del lugar destinado al culto se delega en el párroco de San Marcos, que el 27 de marzo de 1935 encontró el oratorio "en las debidas condiciones y dotado de cuanto es necesario para el culto"; y procedió a su bendición, "quedando habilitado para celebrarse en él la Santa Misa" (cfr. Relación del párroco de San Marcos, del 27-III-1935, en Archivo General del Arzobispado de Madrid-Alcalá, oratorios (1931-1936). El decreto de erección del oratorio es del 10-IV-1935; original en AGP, RHF, Sec. Jurídica I/8066.

145 El Fundador en alguna ocasión habló de esta providencial donación de objetos. No fue posible identificar al benefactor, aunque no se extrañó de ello don Josemaría -refiere Mons. A. del Portillo- porque estaba persuadido de que se trataba de una respuesta a sus oraciones por parte del propio San José, al que se había encomendado (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 305).
"Este hecho, lo comentó algunas veces en las meditaciones o pláticas, para excitar la confianza en Dios" (Juan Jiménez Vargas, PM, f. 927).
En señal de gratitud, colgó de la llave del sagrario una cadenita con una medalla en la que grabó: "Ite ad Joseph". Era el eco de la recomendación bíblica a los hambrientos: ¡acudid a José!, que es el superintendente del gran faraón.
Sobre la llave del sagrario cfr. Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 24.

146 C 109, 30-III-35.

147 C 110, 2-IV-35.
El viernes, 29 de marzo, obtuvo el permiso oral del Sr. Vicario, para decir misa el domingo 31 y dejar reservado al Santísimo (cfr. AGP, RHF, AVF-0007, p. 8, del 29-III-35; y AVF-0009, p. 10, del 24-IV-35).
A Isidoro le comunicaron la noticia por teléfono y escribía en su carta del 1 de abril: "¡Qué alegría tan grande me proporcionasteis ayer! […]. Esta noche me he despertado varias veces pensando en ello" (Carta de Isidoro Zorzano, del 1-IV-1935, AGP, IZL, D-1213, nº 80).

148 Cfr. Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 26; y Aurelio Torres-Dulce, AGP, RHF, T-03773, p. 3.

149 C 113, 15-V-35.

150 De la romería a Sonsoles hay una catalina, del 7-V-1935, que dice: Allí, en Ávila, nació una costumbre mariana, que se implantará para siempre en la Obra. Nada más digo, porque se habla aparte de esto (Apuntes, n. 1270).
En efecto, de esa romería se hizo una relación, que comienza Ricardo F. Vallespín y que continúa y acaba el Fundador. La relación: en AGP, RHF, AVF-0010.

151 Ibidem.

152 Del regreso de la romería a Sonsoles refiere don Josemaría en su relación una pequeña anécdota, y la cierra con los puntos de meditación de aquella tarde.
[…] al volver, mientras rezábamos ¡en latín! el Santo Rosario, voló, atravesando el camino, una abubilla. Me distraje, y -grité- ¡una abubilla! Nada más: seguimos nuestro rezo; yo, un poco avergonzado. ¡Cuántas veces los pájaros de una ilusión mundana quieren distraernos de tus apostolados! Con tu gracia, no más, Señor.
Y el último detalle: los puntos de meditación que consideramos a la vuelta, en el tren.
1/ Cómo Dios nuestro Padre pudo, con más razón, escoger a cualquiera otros, para su Obra; y no, a nosotros.
2/ Cómo debemos corresponder al Amor Misericordioso de Jesús, al escogernos para su Obra. (Más o menos, era esto).
3/ Ver qué hermoso es el apostolado de la Obra, y qué grande la empresa dentro de pocos años -ahora mismo- si correspondemos.
La petición: un espíritu de sacrificio total, de esclavitud, por Amor, para la Obra.
Madrid - Mayo - 1935 (AGP, RHF, AVF-0010).

153 Apuntes, n. 1240; cfr. también n. 1295.

154 Ibidem, n. 1244.

155 Ibidem, n. 1267.

156 Ibidem, n. 1285.

157 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 1 y 588. Muy fácilmente asimiló ese breve contacto con la Obra y su Fundador, pues en "Noticias" de septiembre de 1935, pasando revista a las anécdotas y noticias que le van llegando de los veraneantes, escribe el Padre: Álvaro del Portillo, se dedicó con éxito en la Granja, a la famosa pesca de que habla S. Marcos en el capítulo I de su Evangelio (AGP, RHF, D-03696).

158 C 126, 22-VIII-35.

159 En carta del 5-IX-1935, le dice don Josemaría: Hijo mío, Ricardo: Ando con la preocupación de no haberte dicho -por creerlo innecesario- que ofrezcas bien al Señor, por María, todas esas pequeñas contradicciones de tu enfermedad […]. Cuídate. Despreocúpate de todo, y no vengas a Casa hasta que te encuentres fuerte (C 129, 5-IX-35). Cfr. también C 130, 6-IX-35.

160 Álvaro del Portillo, Sum. 452.

161 Apuntes, nn. 1808, 1810 y 1811.

162 Ibidem, nn. 1812 y 1813.

163 Ibidem, n. 1821.

164 Carta de Isidoro Zorzano al Fundador, del 30-X-1930; del 27-II-1931. Orig., AGP, IZL, D-1213, nn. 10 y 14.

165 Ibidem, del 3-II-1933, del 15-II-1933, del 21-III-1933, del 24-III-1933. etc. (nn. 26, 27, 30, 31).

166 Ibidem, del 8-V-1934, del 21-V-1934, del 8-VI-1934, del 9-VII-1934, del 26-VII-1934, etc. (nn 52, 54, 56, 57, 59).

167 C 15, 1-III-31. C 16, 3-III-31. (En los escritos y predicación del Fundador es muy frecuente hallar los términos "loco" y "chiflado", con que le tildaban algunos por su mensaje de santidad en el mundo. Pero estas expresiones desdeñosas las convertía don Josemaría en algo positivo: en una confesión de su acendrado amor a Dios, por encima de humanos prejuicios). Otras despedidas en la correspondencia con Isidoro en 1931:
Un cariñoso abrazo fraternal de este otro loco, -José María (C 19, 6-V-31);
Fraternalmente te abraza, José María (C 20, 14-VIII-31);
Fraternalmente, te encomienda, José María (C 22, 10-XI-31).

168 C 51, 1-VI-34.

169 Apuntes, n. 1152; sobre el tratamiento de Padre: ibidem, n. 1032.

170 Ibidem, n. 385; y continúa la anotación: Oración, me pide. Me lleva por caminos de Amor, para que yo sea una brasa y un loco. Brasa, que encienda en fuego devorador muchas almas de apóstoles, locos también -locos de Cristo-, que acabarán de hacer del mundo una hoguera.

171 Ibidem, n. 1725.

172 Ibidem, n. 1293, del 28-X-1935. Cfr. ibidem, nn. 1199 y 1200.

173 Ibidem, nota 357. El 22 de noviembre de 1931 anotaba: Señor Dios, pon ochenta años de gravedad y experiencia encima de mi pobre corazón, demasiado joven (ibidem, n. 409).

174 Ahora, si oigo esas cosas divertidas, aún me gustan, pero paso mal rato. Si las digo, si se me escapa alguna tontería, el sabor de boca, inmediatamente, es más amargo. Es Jesús que va poniendo los ochenta años de gravedad sobre mi pobre corazón, demasiado joven (ibidem, n. 465).

175 Ibidem, n. 506. Uno de los propósitos del curso de retiro de junio de 1933 es el cómo decir misa: Misa de sacerdote anciano y grave, sin amaneramientos (ibidem, n. 1720); y, en una catalina del 6-XI-1933 vuelve sobre el asunto: todavía me falta mucho para tener la gravedad, que deseamos (ibidem, n. 1073).

176 Ibidem, n. 1766.

177 Ibidem, n. 1658.

178 Ibidem, n. 1832.

179 Carta 6-V-1945, n. 23.

180 Apuntes, n. 678; cfr. ibidem, nn. 1078 y 1080.

181 Cfr. Ibidem, n. 1841.

182 Ibidem, n. 1283.

183 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 308; Juan Jiménez Vargas, Sum. 6713 y 6716; Meditación del 19-III-75; C 124, 12-VIII-35.

184 Apuntes, n. 1298.

185 El proceso de estas vocaciones es diferente, aunque típico en cuanto al modo de acercarse a la Obra y al entendimiento de su carácter sobrenatural: "Conocí por primera vez a don Josemaría -refiere Pedro Casciaro- en enero de 1935, en Madrid, en la Academia Residencia DYA, de Ferraz 50, presentado por un amigo mío de la infancia, entonces estudiante de Leyes.
Le visité habitualmente cada semana, para confesarme y hablar con él. Algunas semanas después comencé a asistir a alguno de los medios de formación que dirigía a estudiantes universitarios: yo era, entonces, alumno de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Todo esto hasta las vacaciones veraniegas […]. Como temí que me retrasara la petición de admisión, se la pedí por carta y mediante el correo. Cuando juzgué que ya la había recibido, fui a verle. Comenzó entonces mi primera formación con él" (Pedro Casciaro, Sum. 6312 y 6313).
"Conocí a don Josemaría -declara Francisco Botella- el 13 de octubre de 1935, en la Residencia de Ferraz 50, en Madrid.
Yo estudiaba, a la sazón, Arquitectura y Ciencias Matemáticas. Y un compañero mío, Pedro Casciaro, me llevó a la Residencia, sin que yo supiese hasta entonces la existencia del Opus Dei […]. Continué yendo a esa Residencia, a unos círculos que explicaba don Josemaría. Y el día 23 de noviembre del 1935 pedí el ingreso en la Obra. Y el 7 de enero de 1936 fui a vivir a la citada Residencia" (Francisco Botella, Sum. 5605).

186 Aurelio Torres-Dulce, AGP, RHF, T-03773, p. 3.

187 Apuntes, nn. 1163, 1165, 1167.

188 Ibidem, n. 1160.

189 José Luis Múzquiz, Sum. 5790.

190 Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 26.

191 Apuntes, n. 1095.

192 Ibidem, n. 1268.

193 Ibidem, n. 1751. Esto escribía en julio de 1934.

194 Ibidem, n. 1789.

195 Ibidem, n. 1732.

196 Ibidem, n. 1093.

197 Y continúa: "Todo lo que se diga de esta materia es poco. Con las asociadas femeninas, nuestras relaciones con don Josemaría se limitaban a la dirección espiritual" (Natividad González Fortún, Sum. 5875 y 5869).
Refiriéndose a unas penitentes, escribe respecto al trato que les daba: […] a mí, que soy tan desagradable; y comenta Mons. A. del Portillo: "el Padre procuraba, en el confesonario, ser muy duro y despegado con las mujeres" (Apuntes, n. 1304 y nota 987).

198 Felisa Alcolea, que conoció a don Josemaría en 1933, y pidió la admisión en la Obra al año siguiente, en marzo de 1934 (cfr. ibidem, n. 1169), testimonia lo siguiente: "Tuvimos alguna reunión más con don Josemaría, pero poco después, como tenía mucho trabajo, fue don Lino Vea-Murguía el que se ocupó especialmente de nosotras" (Felisa Alcolea, AGP, RHF, T-05827, p. 2).
También confirma la ayuda de don Lino otro testimonio de Ramona Sánchez, que pidió la admisión junto con Felisa Alcolea (cfr. Apuntes, n. 1196), quien refiriéndose a la catequesis que tenían en la parroquia de Tetuán dice: "iba también a ocuparse de esa catequesis D. Lino Vea-Murguía" (Ramona Sánchez, AGP, RHF, T-05828, p. 1).

199 Cfr. Apuntes, n. 1181

200 En una anotación del 26 de abril de 1935 se lee: El sábado siguiente al viernes de Dolores, tuve un disgusto muy grande. Tanto, que sentí tener citadas para ese día a cinco de las nuestras. Vinieron y les hablé de la Obra, concretamente de su apostolado: se entusiasmaron (ibidem, n. 1265).

201 Felisa Alcolea, AGP, RHF, T-05827, p. 5.

202 Y continúa la catalina: Jesús mío, ¡qué consuelo te deben dar con su conducta! No me los abandones. Madre mía -Mamá del Cielo-, sé muy Madre de mis hijos (Apuntes, n. 1200).

203 Ibidem, n. 1288.

204 Eduardo Alastrué, AGP, RHF, T-04695, p. 1.

205 Cfr. Pedro Casciaro, Sum. 6319; Álvaro del Portillo, Sum. 375.

206 "La conversación con el Padre -declara José Ramón Herrero Fontana- abría un mundo nuevo con horizontes insospechados para la vida interior y el apostolado. Hablaba de cuestiones reales -era muy realista- pero decía cosas que nadie había dicho hasta entonces: junto a él se sentía con fuerza la llamada de Dios a la santificación en medio del mundo […]. El encuentro con el Padre me transformó: me descubrió un mundo interior insospechado y unas ansias grandes de acercar a los demás al conocimiento y trato con Nuestro Señor Jesucristo" (José Ramón Herrero Fontana, AGP, RHF, T-05834, p. 4).
"Aún tengo en mi memoria su mirada profunda que se me metió en el alma y su alegría que me removió llenándome de gozo y de paz", dice otro de los estudiantes después del primer encuentro con don Josemaría (Francisco Botella, AGP, RHF, T-00159/1, p. 201).

207 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 365.

208 Cfr. Pedro Casciaro, Sum. 6401.

209 Álvaro del Portillo, PR, p. 397; cfr. también el impacto de su predicación: Eduardo Alastrué, Sum. 5526.

210 Apuntes, n. 304.

211 Ibidem, n. 901.

212 Felisa Alcolea, AGP, RHF, T-05827, p. 5; cfr. también José Ramón Herrero Fontana, AGP, RHF, T-05834, p. 4.

213 Cfr. Apuntes: Nota preliminar, p. 9 y nota 152.

214 Ibidem, n. 503.

215 Carta 24-III-1930, n. 2 Esta, al igual que las cartas más antiguas, sufrieron, al correr del tiempo, retoques terminológicos, pero sin afectar a la sustancia de su contenido. De ahí que el Fundador conservara la fecha de la primera redacción.

216 Carta 24-III-1931, n. 1

217 Carta 9-I-1932, n. 91. Algunas de estas cartas son muy extensas. Esta de 1932 tiene ochenta páginas.

218 Carta 16-VII-1933, n. 1.

219 Apuntes, n. 368.

220 Ibidem.

221 Ibidem.

222 Ibidem, n. 352.

223 Ibidem, nn. 695 y 941.

224 Ibidem, nn. 14 y 527.

225 C 40, 24-VII-33. Tres de los puntos, como se hace constar en el texto, están tomados del Decenario al Espíritu Santo, de Francisca Javiera del Valle. Cfr. también Apuntes, n. 688.

226 Suprimió los tres puntos tomados del Decenario; pero dejó dos consideraciones, que son originariamente de su confesor, aunque con ligeras variantes: - Una frase, muy hermosa, del P. Sánchez, para los miembros de la O. de D.: Al que pueda ser lumbrera, no se le perdona que no lo sea (Apuntes, n. 234); frase que aparecerá en Consideraciones espirituales, p. 24, y luego en Camino, n. 332, como: Al que pueda ser sabio, no le perdonamos que no lo sea. La otra en: Apuntes, n. 329 y Camino, n. 61.

227 Cfr. Carta de don Sebastián Cirac a don Josemaría, del 9-IV-34, original en AGP, RHF, D-15225.

228 Apuntes, n. 1183.

229 Carta de don Sebastián Cirac a don Josemaría, del 18-V-34, original en AGP, RHF, D-15225.

230 Ibidem.

231 Apuntes, n. 1233; esta reflexión se recoge en Camino, n. 367, donde queda suprimido el sale del inmundo animal, convertido en excremento.

232 Cfr. Apuntes, nn. 530, 580, 674, 735, etc. El Cuaderno V se abre el 3-XII-1931 y se cierra el 12-VIII-1932.

233 Consideraciones espirituales, p. 37. Sobre el recto uso y sentido del santa y apostólica desvergüenza o santa desvergüenza, cfr. Apuntes, nn. 178, apartado segundo, y 1126.

234 Carta de don Sebastián Cirac a don Josemaría, del 28-V-34, original en AGP, RHF, D-15225. Si con el Obispo perdió la batalla de la santa desvergüenza, con don Sebastián perdió la "de los gerundios". A su parecer salían demasiados gerundios de su pluma. Dos de ellos aparecen en la "advertencia preliminar" de Consideraciones espirituales, a pesar de las instrucciones que dio a don Sebastián para que los eliminara. Cfr. Apuntes, n. 1298. (Las formas de gerundio a que se refiere eran: respondiendo a necesidades de jóvenes seglares; y no pretendiendo con ello llenar innegables lagunas y omisiones).

235 Consideraciones espirituales, por José María, Cuenca, Imprenta Moderna 1934.
Esta primera edición de Consideraciones espirituales se publicó sólo con el nombre del autor, sin poner los apellidos. Mons. del Portillo, después de señalar que esto era una norma dictada por la humildad, refiere: "Pero poco después, en 1939, publicó Camino, con su nombre completo: estaba ya de vuelta, solía decir el Padre" (Apuntes, n. 190, nota 206).
En carta del 6-VII-34 escribía el Fundador al Vicario General de Madrid: Incluyo un ejemplar del folletico que tiraron en Cuenca. El del Santo Rosario todavía no está impreso; cuando lo esté, le enviaré dos ejemplares (C 55, 6-VII-34).

236 Cfr. Camino, nn. 387, 388, 389, 390, 391.

237 Álvaro del Portillo, Sum. 559. Cfr. también Carta 29-XII-1947/14-II-1966, n. 84, Carta 14-IX-1951, nn. 28, 65.

238 C 48, 26-IV-34.

239 Consideraciones espirituales, p. 14.

240 Consideraciones espirituales, p. 34.
En Apuntes íntimos nos encontramos con las notas:
Una hora de estudio es ahora -y para los nuestros siempre- una hora de apostolado (Apuntes, n. 801); y Cada hora de estudio -por la Obra, por Amor- será delante de Dios una hora de oración (ibidem, n. 1677).
Camino, n. 335 recogerá una tercera versión: Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración.
En la primera página de Noticias, de Septiembre de 1934, que era una carta de familia, abierta a todos los que atendía en dirección espiritual, estudiantes en su mayoría, se lee:
- El plan del próximo curso: Fe. - Perseverancia. - ¡Tozudez! - y una conducta acomodada a nuestra fe.
- A estudiar, desde el primer día, sabiendo que cumplimos una obligación grave.
Por encima del estudio. A formarnos espiritualmente, para vivir la vida interior que debe tener un caballero católico…, con todas sus consecuencias (AGP, RHF, D-03696).

241 Francisco Botella, AGP, RHF, T-00159/1, p. 5.

242 Las "Instrucciones" entonces escritas por el Fundador eran las siguientes: Instrucción acerca del espíritu sobrenatural de la Obra de Dios, del 19-III-34; Instrucción sobre el modo de hacer el proselitismo, del 1-IV-34; Instrucción para la Obra de San Rafael, del 9-I-35.

243 Instrucción 19-III-34, nn. 1 y 6.

244 Ibidem, nn. 47-49.

245 Francisco Botella, AGP, RHF, T-00159/1, p. 5; Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, p. 17.

246 Cfr. Instrucción 1-IV-34.

247 Ibidem, n. 65.

248 Instrucción 9-I-35, nn. 1 y 2.

249 Apuntes, n. 1312. A continuación explica los motivos de la mudanza: El motivo de salir una temporada del Convento (Convento de Sta. Isabel) ha sido doble: De una parte, para evitar los posibles jaleos, con ocasión de las elecciones: De otra, que mamá salga unos días de aquella casa de Santa Isabel, que le conviene poco a su salud, porque es muy húmeda (ibidem, n. 1313).

250 Ibidem, n. 1317.

251 Ibidem, n. 1320.

252 Ibidem, nn. 1324-1325.

253 Ibidem, nn. 1315 y 1318.

254 C 146, 10-III-36.
De la entrevista que tuvo el Fundador con el Sr. Vicario, don Francisco Morán, el 31 de agosto de 1934, hizo una relación, en uno de cuyos apartados dice: Le dije también que "estos muchachos" intentan abrir Academias con Residencia junto a los principales Centros universitarios extranjeros. Le parece admirable. No recuerdo qué expresiones usó (AGP, RHF, AVF-0002, pp. 2-4, del 31-VIII-1934).

255 Apuntes, n. 1322.

256 Ibidem, n. 1295. Cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 593; Joaquín Alonso, Sum. 4627.
Y continúa: En estos días, los Srs. Obispos de Pamplona y Auxiliar de Valencia me han demostrado un cariño, que no sé cómo agradecer. También el Sr. Vicario de Madrid, D. Francisco Morán, que vino el jueves pasado a celebrar la Sta. Misa en nuestro Oratorio, está lleno de afecto para la O(bra).

257 C 145, 3-III-36.
Mons. Marcelino Olaechea Loizaga nació en Baracaldo (Vizcaya) el 9-I-1889. Religioso salesiano, fue ordenado sacerdote en 1912. Fue Provincial de Castilla y Tarragona. En el curso 1934-1935 era el Superior del Colegio de los Salesianos de la Ronda de Atocha, de Madrid, muy cerca del Patronato de Santa Isabel. En 1935 fue nombrado Obispo de Pamplona y en 1946 Arzobispo de Valencia. Rigió esta diócesis hasta 1966. Murió en Valencia el 21-X-1972.

258 C 144, 3-III-36.
Mons. Francisco Javier Lauzurica y Torralba nació en Yurreta (Vizcaya) el 3-XII-1890. Ordenado sacerdote en 1917, al poco tiempo fue canónigo archivero de la Colegiata de Logroño y profesor de Cosmología y Psicología en el Seminario Mayor de dicha ciudad. En 1931 es nombrado Obispo auxiliar de Valencia, siendo desde 1931 hasta 1936 Rector del Seminario de Valencia. En 1937 Mons. Lauzurica fue nombrado Administrador Apostólico de Vitoria; en 1947, Obispo de Palencia, y en 1949 Arzobispo de Oviedo, ciudad en la que falleció el 12-IV-1964.

259 Apuntes, n. 1321.

260 Cfr. ibidem, nn. 1320 y 1323.

261 Ibidem, n. 1304.

262 Ibidem, n. 409.

263 Ibidem, n. 144.

264 Ibidem, n. 147.

265 Ibidem, n. 158.

266 Secretaría General del Arzobispado de Madrid-Alcalá - Caja "Oratorios" (1931-1936). Es sintomático también cómo el Fundador, al dar a conocer al Vicario General las iniciativas apostólicas las presenta como suyas o de estos muchachos, que intentan abrir Academias con Residencia junto a los principales Centros universitarios extranjeros (AGP, RHF, AVF-0002, pp. 2-4).

267 Miguel Deán Guelbenzu, AGP, RHF, T-04741/1, pp. 9-10.
En las meditaciones el Padre solía hablarles de vocación matrimonial, a la que estaban llamados y en la que habían de santificarse aquellos jóvenes de la Obra de San Gabriel, en su mayoría aún solteros.
Cfr. Juan Jiménez Vargas, AGP, RHF, T-04152/1, p. 24; y Álvaro del Portillo, Sum. 1099.
Miguel Deán recuerda a este propósito la conversación que mantuvo un amigo suyo, Ángel Santos Ruiz, con el Padre: "Llevé a Ángel a Ferraz. Charló y se confesó con el Padre. Sé que éste le dijo: Tienes vocación de casado, así que a ver si encuentras una mujer buena, guapa y rica. Y añadió con su gracia personal: Pero tienes que buscártela tú, pues yo no soy casamentero" (Miguel Deán Guelbenzu, AGP, RHF, T-04741/1, p. 8).

268 C 145, 3-III-36.
En el retiro de junio de 1933 el Fundador consideró esta labor apostólica de la Obra de San Gabriel, con vistas a crear una "Sociedad de Colaboración Intelectual" (So-Co-In) que sería el germen de la futura labor, como escribe en Apuntes íntimos: Estos días, a base de lo que vi en mi retiro de junio, he hecho Reglamentos y ceremonial para la So-Co-In (n. 1049).
Y en nota a su confesor (del 26-X-1933) expone su deseo de organizar reuniones semanales de gente mayor, con las carreras terminadas, en la Academia DYA: […] otra reunión semanal, para nuestros amigos (S. Gabriel) abogados, médicos, arquitectos, ingenieros, lic. y doctores en filosofía, letras, historia, ciencias, etc., jóvenes todos, a fin de ir a la fundación de la "So-Co-In" a primeros del año 34 (ibidem, n. 1733).
Cfr. también Miguel Deán Guelbenzu, AGP, RHF, T-04741/1, p. 9.

269 Apuntes, n. 1290.

270 C 141, 6-II-36.

271 Apuntes, n. 1307.

272 C 144, 3-III-36.

273 Diario del viaje a Valencia, 20 a 23 de abril de 1936, escrito durante esos días de estancia en Valencia, por don Josemaría y por Ricardo (original en AGP, RHF, D-15346).

274 Cfr. Apuntes, nn. 1323, 1331, 1332, 1347, 1351, 1357, etc.

275 C 162, 2-V-36.

276 Apuntes, n. 1334.

277 La incautación del Patronato de Santa Isabel y la expulsión de las religiosas no fue inmediata, por lo que todavía pudo celebrar misa allí varias semanas (cfr. C 163, 1-VI-36; Apuntes, nn. 1334-1337).
Sobre las murmuraciones contra la Obra: ibidem, nn. 1342, 1345. Una catalina del 31-V-1936 dice: En estos días, que yo sepa, frailes de tres institutos distintos se han metido con nosotros. ¿Contradicción de los buenos? Cosas del demonio (ibidem, n. 1346).
En cuanto a las licencias, al fin de mayo el Arzobispo de Zaragoza se las concedió generales perpetuas (cfr. ibidem, n. 1344).

278 Ibidem, n. 1350.

279 Ibidem, n. 1352.

280 Ibidem, n. 1343.

281 Instrucción 31-V-36, n. 2.

282 Ibidem, n. 27.

283 Apuntes, n. 1356.

284 Ibidem, n. 1361.

285 C 165, 18-VI-36.

286 Apuntes, n. 1373.

287 Ibidem, n. 1365.

288 Ibidem, n. 1369.

289 Ibidem, n. 1371.

290 Ibidem, n. 432.

291 Ibidem, n. 1369.

292 Ibidem, n. 1372.

293 Ibidem.

294 Ibidem.

295 Ibidem, n. 1371.

296 C 168, 1-VII-36; C 169, 7-VII-36; C 170, 15-VII-36.

297 Cfr. Francisco Botella, AGP, RHF, T-00159/1, p. 12; y Ricardo Fernández Vallespín, AGP, RHF, T-00162, pp. 31-32.