2P 1, 1 Clara expresión de la divinidad de Jesucristo, presentado además como salvador de la humanidad (véase 2P 1, 11; 2P 2, 20; 2P 3, 2. 18).
2P 1, 20b-21 Se enuncia un principio hermenéutico: no cabe una interpretación individualista de la Escritura, que, habiendo sido inspirada por el Espíritu, debe ser explicada e interpretada con ese mismo Espíritu en la comunidad eclesial.
2P 2, 22 La primera frase es un aforismo sapiencial de Pr 26, 11; la segunda, un refrán de origen helenista.
2P 3, 4 La muerte de los padres (primeros testigos), que esperaban la parusía durante su vida, y el hecho de que, tras su muerte, no hubiera cambiado el orden antiguo, hizo que los falsos maestros negaran la parusía; su retraso lo explica, sin embargo, la paciencia de Dios, que desea la salvación y conversión de todos.
2P 3, 16 El conocimiento de las cartas de Pablo y su equiparación a las demás Escrituras reflejan un primer momento de canonización de escritos cristianos dentro de la Iglesia naciente.