Ha 1, 5-11 Dios responde invitando a contemplar lo que viene de su parte: castigo para la violencia descrita, término que caracteriza igualmente al aplastante invasor: todo en ellos es violencia (9).
Ha 1, 12-2, 1 La nueva unidad sirve al profeta para poner de manifiesto su insatisfacción ante la respuesta divina. Partiendo del hecho de que el castigo de Judá era merecido, el profeta no entiende que, para corregirlo, haya que cometer una injusticia mayor. Dios establece a los caldeos para ejecutar la merecida sentencia, no para aniquilar. Y apela a la incompatibilidad entre Dios y la injusticia. Una vez más menciona los sentidos para describir la situación: ver y callar.
Ha 2, 2-6 Respuesta famosa de Dios a la queja del profeta, con la solemnidad que implica el escribirla. Se insiste en la necesidad de perseverar en la espera, sin precisar día y hora. El v.4 es citado por S. Pablo en Rm 1, 17 y Ga 3, 11, textos en los que el contenido de la fe es Cristo muerto y resucitado.
Ha 3, 1-19 Este salmo empieza con una confesión-invocación (2), a la que sigue una descripción de la llegada terrorífica de Dios: su cólera se desata en el ámbito cósmico, pero con consecuencias históricas precisas. La finalidad de la acción guerrera y cósmica de Dios aparece claramente en 12-16: salvar a su pueblo. La oración termina con una nueva manifestación de la confianza del salmista en la acción divina y, como consecuencia lógica, con la alabanza. Así, frente a las dudas y angustias existenciales y teológicas del profeta, la respuesta de Ha 2, 4 pidiendo fe y confianza se plasma en este salmo que cierra el libro.