JUECES

Jc 1, 1-3, 6 Verso a verso, se suceden en esta sección las campañas de Judá, Efraín, Benjamín y de las tribus del norte, así como la toma de ciudades importantes, sin ocultar en ningún momento la superioridad militar de los cananeos ni el nombre de los territorios que siguieron controlando.

Jc 3, 7-16, 31 Las diversas tribus vivieron dramáticamente la tensión entre el abandono de Dios y el sometimiento a otros pueblos en espera de la llegada de un salvador. En esta parte central se repite hasta siete veces el mismo esquema relativo a los hechos con diferentes jueces y enemigos, pero latiendo siempre el mismo problema religioso. Las actuaciones de un buen número de jueces quedan enmarcadas en un esquema teológico común: Los israelitas obraron mal a los ojos del Señor, provocando que los entregara o vendiera en manos de un enemigo; pero clamaron al Señor, que les suscitó un salvador y entregó en sus manos al enemigo; así que el país estuvo en paz algunos años.

Jc 3, 7 Asera es el nombre de la esposa del dios supremo cananeo El, y del objeto de culto que la representaba.

Jc 3, 11 Cuarenta es una cifra redonda que recoge el tiempo de una generación.

Jc 4-5 Estos capítulos tratan el mismo acontecimiento con perspectivas, acentos y lenguaje distintos. A la primera narración en prosa le siguió la celebración poética de la victoria: los enemigos de las tribus serán enemigos de Dios; el ejército conducido por Débora y Barac pasa a ser ejército del Señor, y la intervención divina, apenas enunciada en el primer relato, se hace bien patente en el segundo.

Jc 6-9 Comienza el ciclo de Gedeón (6-8) y la historia de su hijo Abimélec (9). Las dificultades que creó en su época la expansión de los madianitas –unas veces aliados y otras, enemigos de Israel– las interpreta un profeta de acuerdo con las reflexiones de Jc 2: los sufrimientos de entonces eran la consecuencia de haber hecho oídos sordos a los mandatos del Señor (6, 7-10).

Jc 9 Este capítulo centra la atención en Siquén y en el juicio negativo de la monarquía cuando pretende usurpar, desde la perspectiva religiosa, el gobierno de Dios.

Jc 13-16 Estos capítulos están dedicados por entero a Sansón. Los enemigos de Israel son, esta vez, los filisteos, a los que Sansón hará frente en solitario, sin mandar a un ejército ni contar con su apoyo. La trama de su vida se pone en movimiento con los pormenores de su nacimiento prodigioso; siguen el matrimonio y algunas proezas, hasta acabar con el engaño de Dalila y su muerte en el templo filisteo de Dagón.

Jc 17-21 Los apéndices añaden dos episodios más al panorama de la época. El primero (Jc 17-18) expone claramente el sincretismo religioso en Dan; el segundo (Jc 19-21) deja al descubierto la depravación moral a la que se llegó en los momentos previos a la monarquía.