El libro de Ester aparece en las ediciones de la traducción latina de la Biblia conocida como «la Vulgata» inmediatamente después de los libros de Tobías y Judit. Con él se cierra el grupo de tres libros de amable lectura y llenos de sentido religioso que siguen a los de Esdras y Nehemías. En la mayor parte de los códices de la traducción griega de los Setenta figura hacia el final de los libros históricos del Antiguo Testamento, aunque delante de Judit y Tobías. En la Biblia hebrea se incluye entre los «Escritos». Es uno de los cinco megillot, es decir, de los cinco rollos de pergamino que se leen en algunas fiestas judías. El libro de Ester se lee en las sinagogas en Purim, fiesta popular que los judíos celebran con banquetes e intercambio de regalos.
Los diversos manuscritos del libro de Ester que han llegado hasta nosotros presentan diferencias entre sí. Se conservan manuscritos del texto hebreo y del texto griego, así como de traducciones antiguas. El texto griego no es una simple traducción del hebreo, sino que lo completa con varios añadidos de notable extensión. Por su parte, los diversos códices griegos existentes presentan también algunas diferencias.
Nuestra traducción, teniendo a la vista el texto hebreo en las partes que corresponde y el texto griego más común, se ajusta sobre todo en cuanto a su estructura a una tradición textual griega atestiguada por la antigua traducción Vetus latina que, según parece, es la que refleja un texto más primitivo.
Esa complejidad textual hace que la numeración que hacemos de los versículos pueda resultar un tanto desconcertante para el lector, ya que es algo distinta de la utilizada normalmente en las ediciones de los otros libros de la Biblia. En concreto, en el texto hebreo seguimos el modo habitual de numerar capítulos y versículos. En cambio, en las adiciones griegas utilizamos, como hacen la mayoría de los estudiosos actuales, una designación de los versículos con letras. Este modo de dividir el texto ha sido adoptado también por la Neovulgata. Por ejemplo, el primer capítulo del libro comienza con un párrafo cuyos versículos se designan como: 1a, 1b, 1c, etc. En cambio, un poco más adelante aparece un versículo con el número 1, después el 2, 3, etc. Eso quiere decir que los primeros versículos (los que llevan número y letra) sólo aparecen en el texto griego, pero faltan en el hebreo; en cambio los versículos siguientes (que llevan un número sin letra) además de estar en el texto griego también se encuentran en el texto hebreo de Ester.
El libro de Ester, en su versión canónica que es la que ofrecemos en nuestra traducción, narra la historia de cómo Dios escuchó las oraciones de su pueblo y lo salvó del grave peligro surgido por una persecución que sus enemigos habían suscitado contra él. Esto lo hizo Dios guiando suavemente los acontecimientos con su providencia ordinaria.
Todo el argumento se sintetiza en la narración del sueño de Mardoqueo que figura al principio del libro, y que se explica al final de él. Los protagonistas van apareciendo poco a poco y la tensión se hace más fuerte hasta que Amán, el enemigo de los judíos, cae en desgracia, y el rey cambia de parecer y autoriza a los judíos a preparar su defensa. El relato se estructura así:
PRÓLOGO (Est 1, 1a-1k). Exposición del sueño de Mardoqueo.
I. ESTER, CONVERTIDA EN REINA (Est 1, 1-Est 2, 18). El rey Asuero decide repudiar a su esposa Vasti 1 y su lugar es ocupado por Ester, una muchacha judía, huérfana de padre y madre que había sido criada por su tío Mardoqueo 2.
II. MARDOQUEO Y AMÁN SE ENFRENTAN (Est 2, 19-Est 3, 6). Entran en escena el personaje más significativo de los judíos (Mardoqueo) y el de sus enemigos (Amán). Mardoqueo denuncia una conspiración contra el rey, ayuda por la que no recibe ningún beneficio 3. En cambio, Amán alcanza el favor real y se va encendiendo en su odio hacia los judíos debido a que Mardoqueo se niega a reverenciarlo 4.
III. DECRETO DE EXTERMINIO DE LOS JUDÍOS (Est 3, 7-15a). Amán hace valer su influencia ante el rey y logra que se promulgue un edicto para que los judíos sean exterminados en todas las provincias del imperio el mismo día, el trece del mes de Adar 5.
IV. LOS JUDÍOS CLAMAN A DIOS (Est 3, 15b-Est 4, 17kk). Los judíos, al tener noticia del decreto, quedan consternados y oran a Dios 6. Mardoqueo pide a Ester que interceda por su pueblo 7, y tanto Mardoqueo 8 como Ester 9 se dirigen al Señor en oración.
V. MARDOQUEO SE IMPONE SOBRE AMÁN (Est 5, 1-Est 6, 14). Apoyada en la oración suya y de todo el pueblo, Ester se presenta ante el rey para solicitarle que acuda a un banquete que ella misma ha preparado, y en el que piensa interceder por su pueblo10. Aquella noche, en momentos de insomnio, el rey se acuerda del favor que le había prestado Mardoqueo y decide recompensarlo11.
VI. DIOS SALVA A SU PUEBLO DEL EXTERMINIO (Est 7, 1-Est 10, 3a). Amán cae en desgracia ante el rey y es ahorcado12, y Mardoqueo ocupa su puesto13. Con los poderes recibidos, se escribe de parte del rey a todas las provincias autorizando a los judíos a defenderse de sus enemigos14. El día establecido para su exterminio, los judíos se desquitaron de sus perseguidores15. Para festejar el gozo de esta liberación se instituye la fiesta de Purim, que se celebrará todos los años16.
EPÍLOGO (Est 10, 3-3b). El libro termina con la interpretación del sueño de Mardoqueo con el que había comenzado17.
Las diferencias que presentan los distintos manuscritos de este texto son, sin duda, consecuencia de su largo y complejo proceso de composición. El núcleo central del argumento evoca posiblemente alguna persecución sufrida por los judíos que vivían dispersos en el imperio persa. El autor sagrado, haciéndose eco de esos recuerdos, escribió una hermosa narración para que fuese leída en la fiesta de Purim y sirviera para instruir al pueblo acerca de la perpetua fidelidad de Dios que nunca abandona a los suyos.
Más adelante, otro u otros autores reescribieron el texto traduciendo al griego el original hebreo y completándolo con algunos pasajes, que servían para explicar mejor la intervención de Dios en la historia y dejar constancia de la importancia de la oración para que el Señor ayude a su pueblo. El libro adquirió de este modo su forma actual. No se sabe con certeza cuándo sucedió esto, pero probablemente fue a inicios del siglo I a.C.
En el texto hebreo del libro de Ester no se nombra a Dios ni el Templo, ni ninguna de las instituciones del pueblo judío, señal de que el libro está escrito en un ambiente pagano y dirigido a los lectores de todos las naciones. Pero, aunque en el sucederse de los acontecimientos parezca que el Señor está ausente, la Providencia divina actúa cuidando a su pueblo y protegiéndolo de sus enemigos. Lo que acontece podría parecer fruto de la casualidad o del azar, pues incluso la fecha para el exterminio de los judíos fue fijada echándola a suertes. Pero al ponderar todo el contenido de la narración resulta patente que la mano de Dios ha actuado con gran discreción y eficacia. Encontramos aquí una primera enseñanza.
Los suplementos griegos subrayan de modo explícito que Dios presta atención a las oraciones de su pueblo y acude con presteza en su auxilio. Sin embargo, el Señor no ahorra a sus fieles el esfuerzo que les corresponde. La fe de Ester y Mardoqueo es una fe vigorosa que no se arredra ante la adversidad. Acuden ante el Señor para poner en Él toda su confianza, hacen penitencia y rezan intensamente, pero a la vez actúan con sentido de responsabilidad y ponen en juego su capacidad de iniciativa. No dejan de buscar el modo de interceder en favor de su pueblo para conjurar el peligro que se cernía sobre ellos. La confianza en Dios no es un refugio para una actitud cobarde, sino valentía para tomar decisiones comprometedoras.
El conflicto entre los judíos y sus enemigos tiene su origen en la religiosidad de los que no quisieron plegarse a las exigencias de las naciones entre las que vivían cuando les reclamaban algo que sólo Dios merece. Todo el libro es una llamada a la valentía y a la confianza en el Señor para no dejarse arrastrar por el ambiente y a permanecer fieles a Dios sin miedo a las dificultades. El que se mantiene leal a su fe, a pesar de su debilidad y aparente impotencia, finalmente triunfará.
El relato introduce al lector en la experiencia de la opresión y la persecución; pero a la vez es un canto de esperanza en Dios que nunca se desentiende de los que confían en Él y, a la larga, no permite que triunfe la injusticia. Este libro sagrado mantiene viva la esperanza de que Dios nunca abandonará a los miembros del pueblo elegido. San Pablo explicará que esto es así porque «a ellos pertenece la adopción de hijos y la gloria y la alianza y la legislación y el culto y las promesas, de ellos son los patriarcas»18, y «en cuanto a la elección, son amados por causa de sus padres. Porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables»19.
El ideal de persona fiel a Dios está reflejado en los dos protagonistas de la historia, Ester y Mardoqueo, que no se acobardan ante las dificultades, sino que con mucha fe en Dios y con el apoyo de la oración y la penitencia saben afrontar con entereza las situaciones comprometidas.
El libro de Ester no viene citado explícitamente en el Nuevo Testamento, pero es evocado por los Padres de la Iglesia y los escritores eclesiásticos en su enseñanza de la vida cristiana. Los acontecimientos narrados en el libro son vistos como un paradigma de la Providencia de Dios con su pueblo: ante un enemigo mucho más poderoso que Israel, Dios ejerce su acción liberadora cambiando inesperadamente los designios de los hombres. Ahora bien, el libro subraya también que Dios cuenta con la correspondencia humana. Por eso, ensalza a menudo la valentía de Ester20 que arriesga su vida en favor de los demás miembros de su pueblo21.
En este mismo contexto, el libro se presenta como un compendio de las virtudes necesarias para conseguir el favor de Dios. Así el texto se complace en señalar la humildad de la heroína22, su fidelidad a los mandamientos de Dios23, la oración y el ayuno que acompañan la petición a Dios24, etc.
En la liturgia de la Iglesia, Ester es considerada como una figura de la Virgen María. La dignidad real de la heroína hebrea, la grandeza de su alma y la eficacia de su mediación ante el rey han sido motivos de esa tipología. En la memoria litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes se aplican a Nuestra Señora palabras que encontramos en este libro.
Por todo ello, Ester entrará en la tradición de la Iglesia como uno de los eslabones de la cadena de las paradojas de Dios en el camino de la salvación de los hombres: «Serán sobre todo los pobres y los humildes del Señor25 quienes mantendrán esta esperanza. Las mujeres santas como Sara, Rebeca, Raquel, Miriam, Débora, Ana, Judit y Ester conservaron viva la esperanza de la salvación de Israel. De ellas la figura más pura es María»26.
1 Est 1, 1-22.
2 Est 2, 1-18.
3 Est 2, 19-23.
4 Est 3, 1-6.
5 Est 3, 7-15a.
6 Est 3, 15b-15i. Estos versículos no figuran en los manuscritos griegos que se conservan, pero están atestiguados en las antiguas versiones latinas.
7 Est 4, 1-17.
8 Est 4, 17a-17m.
9 Est 4, 17n-17kk.
10 Est 5, 1-14.
11 Est 6, 1-14.
12 Est 7, 1-10.
13 Est 8, 1-8.
14 Est 8, 9-17.
15 Est 9, 1-19a.
16 Est 9, 20-10, 3a.
17 cfr Est 1, 1a-1k.
18 Rm 9, 4-5a.
19 Rm 11, 28b-29.
20 cfr S. Clemente Romano, Ad Corinthios 55, 3.6.
21 Est 4, 16.
22 Est 1, 1.
23 Est 2, 2.
24 Est 4, 16.
25 cfr So 2, 3.
26 Catecismo de la Iglesia Católica, 64.