RUT

Terminado el libro de los Jueces, y antes de que se inicie en los libros de Samuel la narración de los orígenes de la monarquía en Israel, la Sagrada Biblia incluye un libro breve con una historia entrañable, la de Rut. Este escrito no forma parte de la «historia deuteronomista», pero aparece insertado aquí en los más antiguos códices griegos y en la Vulgata latina. Sin embargo en la Biblia hebrea se incluye entre los Escritos. Es uno de los cinco megillot, es decir, de los cinco rollos de pergamino que se leen en algunas fiestas judías. En concreto, el libro de Rut se lee en las sinagogas en el día de Pentecostés, fiesta en que los judíos dan gracias a Dios con motivo de la siega.

1. ESTRUCTURA Y SÍNTESIS DEL CONTENIDO

El libro de Rut narra la historia de cómo una mujer extranjera, de cuya descendencia nacería el rey David, se incorporó al pueblo de Israel. Su contenido se podría estructurar en dos partes:

I. RUT SE ACOGE A LA PROTECCIÓN DEL SEÑOR (Rt 1, 1-2, 17)

Esta parte está centrada en la decisión de Rut de dejar su pueblo y la familia de sus padres para ir a residir en Belén de Judá. La narración comienza contando que un judío llamado Elimélec salió de la tierra de Judá en tiempos de una gran escasez de alimentos y se dirigió a Moab. Allí, tras su muerte, sus hijos contrajeron matrimonio con dos jóvenes moabitas, Orpá y Rut; pero éstos fallecieron poco después 1. Cuando Noemí, su viuda, decidió regresar a Belén, una de las nueras, Rut, se ofreció a acompañarla con unas palabras que son un testimonio inolvidable de fidelidad: «Adonde vayas iré y donde pases las noches las pasaré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios» 2. Ante la firmeza de su declaración, Noemí optó por aceptarla en su compañía, como si fuera su propia hija 3. Cuando ambas llegaron a Belén, Rut salió a espigar tras los segadores con el fin de conseguir alimento para ella y su suegra, y Dios la bendijo por haber confiado en Él 4.

II. RUT SE INCORPORA A LA CASA DE ISRAEL (Rt 2, 18-4, 22)

La segunda parte gira en torno a la «redención» (geulá), una costumbre tradicional en Israel que obligaba a proteger a los familiares desamparados por cualquier causa. Mientras Rut recogía espigas en el campo conoció a Booz, un pariente rico de su difunto suegro Elimélec. Cuando, de regreso a casa, cuenta a Noemí lo sucedido, ésta le dice que ese hombre es uno de los que podían ejercer esa acción protectora sobre ellas 5. Instruida por Noemí, Rut acude a buscar la protección de Booz y éste, admirado por las virtudes que descubre en la moabita, se enamora de ella y decide asumir esa responsabilidad 6. No obstante, como esa tarea correspondía en primer lugar a otro pariente más próximo, resuelve primero las cuestiones legales pertinentes 7. Finalmente, la toma por esposa y de este matrimonio nace Obed, que llegaría a ser padre de Jesé y abuelo de David 8.

2. COMPOSICIÓN

Como ya se dijo, el libro de Rut no forma parte de la «historia deuteronomista» sino que tiene características singulares. Compuesto probablemente cuando Judá era una provincia del imperio persa (siglos VI-IV a.C.), el libro deja una puerta abierta a la dimensión universal de la salvación divina, precisamente cuando se insistía a los israelitas en que no contrajesen matrimonio con mujeres extranjeras para salvaguardar así la identidad del pueblo 9. El libro de Rut muestra que también fuera de Israel había mujeres buenas y fieles a Dios, y que Dios contaba con ellas para hacer grandes cosas en la historia de la salvación: de la descendencia de una mujer moabita, Rut, habría de nacer el rey David.

3. ENSEÑANZA

La finalidad principal del autor no era narrar con detalle unos hechos pasados, sino enseñar que el mantenimiento de la propia identidad religiosa y cultural no está reñido con la apertura a otros pueblos y a otras gentes. En una época en que se estaba levantando, en el judaísmo post–exílico de Jerusalén, un muro de separación entre judíos y gentiles, llama la atención la benevolencia con que se trata el matrimonio mixto entre Booz, un judío, y Rut, una extranjera. Tampoco se censura a Majlón ni a Quilyón, los hijos de Elimélec, por haberse casado con mujeres del país de Moab. De este modo en la Sagrada Escritura se va insinuando que la salvación de Dios no se limita a su pueblo elegido, sino que tiene una apertura universal; se dirige a todos los hombres y mujeres de todas las razas y pueblos. Dios no rechazó a una extranjera, sino que contó con su fidelidad para que formase parte de la línea genealógica del Mesías.

A su vez, todo el libro es un testimonio del cuidado paternal de Dios hacia los hombres. En él no se narran intervenciones divinas espectaculares, pero se observa cómo Dios está continuamente detrás de la aparente normalidad de los acontecimientos, velando con su providencia. Después del sufrimiento por la muerte de sus maridos, las dos mujeres llegan a Belén precisamente en el tiempo de la siega y Rut tiene la suerte de espigar en el campo de un pariente de Elimélec llamado Booz, justo cuando éste regresa a Belén. Después, cuando Booz quiere resolver las cuestiones legales necesarias para hacerse cargo de Rut, sube a la puerta de la ciudad precisamente en el momento en que pasaba por allí el pariente con el que quería hablar. Como éstos, hay numerosos detalles aparentemente intranscendentes que no son casualidades sino que dejan entrever que Dios vela por sus criaturas. Todas estas cosas suceden guiadas delicadamente por la providencia de Dios, de modo que parece que acontecen con la naturalidad de las acciones de la vida ordinaria.

La misma protagonista, Rut, posee una exquisita sensibilidad religiosa y proporciona un modelo digno de imitación. Rut escogió al Señor como su Dios10 y puso toda su vida «a la sombra de sus alas»11, es decir, bajo su protección. Por fidelidad a Él, dejó su tierra y la casa de sus padres y Dios bendijo con abundancia tal generosidad y fidelidad.

4. EL LIBRO DE RUT A LA LUZ DEL NUEVO TESTAMENTO

A la luz del Nuevo Testamento se entiende cómo el Señor hizo de Rut una de las grandes mujeres que protagonizaron la historia de la salvación, de la misma manera que ocurrió con Raquel, Lía o Tamar. De su nieto nacería el rey David y, por eso, alcanzó el honor de que su nombre apareciera en la línea directa de la que habría de nacer Jesucristo12.

La tradición cristiana ha visto reflejados en esta mujer a todos los hombres y mujeres de pueblos muy diversos que al conocer al Señor se incorporan a su Iglesia y encuentran en ella su casa.

Por otra parte, en la lectura del libro de Rut encuentran particular resonancia las palabras de San Pablo: «Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios»13. Dios está presente en todas las encrucijadas del mundo y actúa con discreción en la vida corriente: todos los detalles de la existencia tienen un relieve singular cuando, perseverando en la fidelidad al Señor como Rut, se descubren las huellas de su acción en el acontecer diario.

1 cfr Rt 1, 1-5.
2 Rt 1, 16.
3 Rt 1, 6-22.
4 Rt 2, 1-17.
5 Rt 2, 18-23.
6 Rt 3, 1-18.
7 Rt 4, 1-12.
8 Rt 4, 13-22.
9 cfr Esd 9, 1-10, 44 y Ne 10, 31; Ne 13, 23-27.
10 Rt 1, 16.
11 Rt 2, 12.
12 cfr Mt 1, 5.
13 Col 3, 3.