En la prisa de la vida hay que tener la valentía de detenerse y elegir. Y el tiempo cuaresmal sirve precisamente para esto. Durante la misa celebrada el jueves 19 de febrero, por la mañana, en Santa Marta, el Papa Francisco puso el acento en la necesidad de plantearse las preguntas que son importantes para la vida de los cristianos y saber hacer las elecciones justas. Al comentar las lecturas del jueves después de Ceniza (Dt 30, 15-20; Sal 1, 1, Lc 9, 22-25), el Pontífice explicó que «al inicio del camino cuaresmal, la Iglesia nos hace reflexionar sobre las palabras de Moisés y de Jesús: "Tú debes elegir”». Se trata, por lo tanto, de reflexionar sobre la necesidad que todos nosotros tenemos de hacer elecciones en la vida. «Y Moisés -destacó el Papa Francisco- es claro: "Mira, yo pongo ante ti la vida y el bien, la muerte y el mal: elige”». En efecto, «el Señor nos ha dado la libertad, una libertad para amar, para caminar por sus caminos». Y de este modo somos libres y podemos elegir. Lamentablemente, advirtió el Papa, «no es fácil elegir». Es más cómodo «vivir dejándose llevar por la inercia de la vida, de las situaciones, de las costumbres». Por ello «hoy la Iglesia nos dice: "Tú eres responsable; tú debes elegir”». He aquí entonces los interrogantes planteados por el Pontífice: «¿Tú has elegido? ¿Cómo vives? ¿Cómo es tu modo de vida, tu estilo de vida? ¿Está de la parte de la vida o de la parte de la muerte?».
Naturalmente la respuesta tendría que ser la de «elegir el camino del Señor. "Te pido que ames al Señor”. Y así Moisés nos hace ver el camino del Señor: "Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar y vas a postrarte ante otros dioses para servirlos, yo os anuncio hoy que os perderéis irremediablemente”. Elegir entre Dios y los demás dioses, esos que no tienen el poder de darnos nada, sólo pequeñas cositas que pasan». Volviendo a la dificultad de elegir, el Papa Francisco dijo ser consciente de que «siempre tenemos esa costumbre de ir un poco donde va la gente, un poco como todos». Pero, continuó, «hoy la Iglesia nos dice: "Detente y elige”. Es un buen consejo. Y hoy -sugirió el Papa- nos hará bien detenernos y durante la jornada pensar: ¿cómo es mi estilo de vida? ¿Por qué caminos voy?».
Por lo demás, en la vida diaria tendemos a la actitud opuesta. «Muchas veces -recordó- vivimos corriendo, vivimos con prisa, sin darnos cuenta cómo es el camino; y nos dejamos llevar por las necesidades, por las necesidades del día, pero sin pensar». De aquí la invitación a detenerse: «Comienza la Cuaresma así, con pequeñas preguntas que ayudarán a pensar: "¿Cómo es mi vida?”». La primera cuestión a plantearse -explicó el Papa- es: «¿quién es Dios para mí? ¿Elijo al Señor? ¿Cómo es mi relación con Jesús?». Y la segunda: «¿Cómo es la relación con los tuyos; con tus padres; con tus hermanos; con tu esposa; con tu marido; con tus hijos?». En efecto, son suficientes «estas dos preguntas y seguramente encontraremos cosas que tenemos que corregir».
A continuación el Pontífice se preguntó también «por qué vamos con tanta prisa por la vida sin saber por qué tipo de camino transitamos». Y también en esto el Papa Francisco fue explícito: «porque queremos ganar, queremos tener beneficios, queremos tener éxito». Pero Jesús nos hace pensar: «¿Qué ventajas tiene un hombre que gana el mundo entero, pero se pierde o se arruina a sí mismo?». En efecto, «un camino equivocado -dijo el Papa- es el de buscar siempre el propio éxito, los propios bienes, sin pensar en el Señor, sin pensar en la familia». Volviendo a las dos preguntas sobre la relación con Dios y con nuestros seres queridos, viendo que «uno puede ganar todo, pero al final llegar a ser un fracasado. Ha fracasado. Esa vida es un fracaso». Incluso las que parecen haber tenido éxito, la vida de mujeres y hombres a quienes «han hecho un monumento» o han dedicado «un cuadro», pero no «supieron elegir bien entre la vida y la muerte».
Y para recordar el concepto, el Papa Francisco explicó que «nos hará bien detenernos un poco -cinco, diez minutos- y hacernos la pregunta: ¿cómo es la velocidad de mi vida? ¿Reflexiono acerca de las cosas que hago? ¿Cómo es mi relación con Dios y con mi familia?». En esto «nos ayudará también ese consejo tan hermoso del Salmo: "Dichoso el hombre que confía en el Señor”». Y «cuando el Señor nos da ese consejo -"¡Detente! Elige hoy, elige”- no nos deja solos; está con nosotros y quiere ayudarnos». Y nosotros, por nuestra parte, debemos «sólo confiar, confiar en Él».
Al volver a proponer las palabras del Salmo «Dichoso el hombre que confía en el Señor» el Papa exhortó a ser conscientes de que Dios no nos abandona. «Hoy, en el momento en que nos detengamos para pensar en estas cosas y tomar decisiones, elegir algo, sepamos que el Señor está con nosotros, está a nuestro lado, para ayudarnos. Nunca nos deja caminar solos. Está siempre con nosotros. Incluso en el momento de la elección». De aquí la doble tarea conclusiva: «confiemos en este Señor, que está con nosotros, y cuando nos dice "elige entre el bien y el mal” nos ayuda a elegir el bien». Y, sobre todo, «pidámosle la gracia de ser valientes», porque «es necesario un poco de valor» para «detenerse y preguntarse cómo estoy ante Dios, cómo son las relaciones con mi familia, qué tengo que cambiar, qué debo elegir. Y Él -aseguró el Papa Francisco- está con nosotros».