Antología de Textos

FORMACION DOCTRINAL

1. Todos necesitamos formación: doctrinal, de la conciencia, humana, etc. Formación que no puede quedar reducida a los primeros años, sino que ha de ir creciendo con la vida, con el aumento de otros conocimientos, con el desarrollo corporal y mental y con la responsabilidad creciente que vamos adquiriendo. "No basta ser cristianos por el bautismo recibido o por las condiciones histórico-sociales en que se ha nacido o se vive. Poco a poco se crece en años y en cultura, se asoman a la conciencia problemas nuevos y exigencias nuevas de claridad y certeza. Es necesario, pues, buscar responsablemente las motivaciones de la propia fe cristiana. Si no se llega a ser personalmente conscientes y no se tiene una comprensión adecuada de lo que se debe creer y de los motivos de la fe, en cualquier momento todo puede hundirse fatalmente y ser echados fuera, a pesar de la buena voluntad de padres y educadores. Por eso, hoy especialmente es tiempo de estudio, de meditación, de reflexión. Por eso, os digo: emplead bien vuestra inteligencia, esforzaos por lograr convicciones concretas y personales, no perdáis el tiempo, profundizad en los motivos y fundamentos de la fe en Cristo y en la Iglesia, para ser fuertes ahora y en vuestro futuro" (JUAN PABLO II, Alec. Nápoles 24-IlI-1979).
La formación doctrinal adecuada, profunda, es imprescindible en una época en que los errores doctrinales se multiplican y los medios a través de los cuales nos pueden llegar son más abundantes. Especial prudencia se ha de tener con las lecturas: "Guárdate, sobre todo, de los malos libros; por nada del mundo te seduzcan ciertas obras muy admiradas de los cerebros débiles que hacen gala de ponerlo todo en duda, de menospreciarlo todo y de burlarse de toda norma tradicional. Búscate, por el contrario, libros de sólida doctrina [...] (SAN FRANCISCO DE SALES, Carta 8-XII-1616, 1. c., p. 839). Sin fidelidad a la doctrina no hay fidelidad a Cristo. San Pablo prevenía ya a los primeros cristianos de Filipo con estas palabras: Que vuestra caridad abunde más y más en conocimiento y en inteligencia, para que sepáis discernir lo mejor, para que os mantengáis fieles e intachables hasta el día de Cristo (Flp 1, 9-10).
Siempre ha existido la tentación de sustituir la búsqueda de la verdad, "la sana doctrina" que salva, por justificaciones de los propios caprichos, intereses egoístas y pasiones. También lo anunció San Pablo: Porque vendrá un tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina, sino que, teniendo una curiosidad extremada de oír doctrinas, recurrirán a una caterva de doctores propios para satisfacer sus deseos (2Tm 4, 3). Estas palabras a Timoteo parecen dichas expresamente para nuestros días.
2. La obligación de adquirir la ciencia moral debida comprende en todo hombre el conocimiento de la ley natural; y en el cristiano, el de la ley divina positiva y de los mandamientos de la Iglesia. Esa ciencia se tiene cuando se conoce bien el Catecismo, en el que se habrá ido profundizando mediante el estudio de obras adecuadas. En ocasiones será necesario pedir consejo a quien puede darlo. De aquí también la conveniencia, en muchas ocasiones, de tener dirección espiritual.
Además, la obligación de formar un criterio seguro comprende la de mantener una adecuada lucha ascética para combatir los propios pecados; si no, la conciencia se oscurece. Especialmente importante para evitar este oscurecimiento es la humildad y la sinceridad con uno mismo, con Dios, con el confesor y en la dirección espiritual.
La doctrina nos da luz para la vida, y la vida cristiana permite conocer bien y con profundidad la doctrina. Para una conciencia cristiana bien formada, además de la buena doctrina, se requiere la gracia. Por eso, un cristiano no puede considerar que cumple su deber de formar la propia conciencia si no profundiza en el conocimiento de la fe y frecuenta los sacramentos, especialmente la Confesión.

Citas de la Sagrada Escritura

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. Mt 7, 1 s.
Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras. 2Jn 10
Carísimos, no creáis a cualquier espíritu, sino examinad los espíritus si son de Dios, porque muchos seudoprofetas han salido (a escena) en el mundo. 1Jn 4, 1
Ojo a los perros, guardaos de los malos obreros, cuidado con la mutilación. Flp 3, 2
Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una señal o un prodigio, aunque se cumpliese la señal o el prodigio de que te habló, diciendo: vamos tras de otros dioses, dioses que tú no conoces, y sirvámosles, no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador. Dt 13, 1-3
Evita las profanas y vanas parlerias, que conducen a una mayor impiedad, y su palabra cunde como gangrena, 2Tm 2, 16
¡Ay de ellos, que han seguido la senda de Caín y se dejaron seducir del error de Balaam por la recompensa, y perecieron en la rebelión de Coré! Judas 11
No os dejéis llevar de doctrinas varias y extrañas; porque es mejor fortalecer el corazón con la gracia que con viandas, de las que ningún provecho sacarán los que a ellas se apagaron. Hb 13, 9
Y aun todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo tengo por basura, con tal de ganar a Cristo. Flp 3, 8
...Con fe y buena conciencia. Algunos que la perdieron naufragaron en la fe. 1Tm 1, 19
Caminabais bien. ¿Quién os ha impedido obedecer a la verdad? Ga 5, 7
Así dice Yavé: Haced alto en los caminos y ved, preguntad por las sendas antiguas: ¿Es ésta la senda buena? Pues seguidla, y hallaréis reposo para vuestras almas. Jer, 16
Para que ya no seamos niños, que fluctúan y se dejan llevar de todo viento de doctrina por el juego engañoso de los hombres, que para seducir emplean astutamente los artificios del error. Ef 4, 14
Que siempre están aprendiendo, sin lograr jamás llegar al conocimiento de la verdad. 2Tm 3, 7

Los falsos doctores

2555 El error de un maestro es una tentación para los fieles; tentación tanto mayor cuanto más docto es el que yerra (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, 17).

2556 Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viéredes ir conforme a la ley de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad y menosprecio de todas las cosas del mundo, y creed firmemente lo que tiene la Santa Madre Iglesia Romana, y a buen seguro que vais por camino muy bueno (SANTA TERESA, C. de perfección, 21, 10).

2557 ...Quiso fortalecer de antemano nuestros oídos contra los que, según El mismo advirtió, se habían de levantar a lo largo de los tiempos diciendo "ved aquí a Cristo, miradlo allá". Y nos mandó que no les diésemos crédito. No tendríamos excusa alguna si no hiciéramos caso a la voz del Pastor, tan clara, tan abierta, tan palmaria, que ni el más miope y torpe de inteligencia puede decir: no he entendido (SAN AGUSTÍN, Sobre la unidad de la Iglesia, 11, 28).

2558 (Y los ladrones desentierran y roban...). Ladrones son los herejes y los demonios, que siempre están dispuestos a quitarnos las gracias espirituales (RABANO MAURO, en Catena Aurea, vol. 1, p. 385).

2559 Una especie de neblina ofuscó entonces sus mentes, y ya no podían distinguir, en medio de tanta confusión de ideas, cuál era el camino seguro que debían seguir (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 4).

2560 Hacen lo que aquellos que, para suavizar las amarguras de las medicinas destinadas a los niños, untan de miel el borde del vaso; los niños, con la ingenua sencillez de su edad, una vez que han probado el dulce, se tragan sin sospecha ni temor también lo amargo. De la misma manera actúan quienes enmascaran con nombres medicinales hierbas nocivas y jugo venenoso, para que nadie, al leer la etiqueta, pueda sospechar que se trata de venenos y no de remedios para dar salud (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 25).

2561 Si la sal se vuelve sosa... Quienes estando puestos como cabezas de otros faltan, para nada aprovechan, sino para ser arrojados de su oficio de enseñar (SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol. 1, p. 262).

2562 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 28).

2563 Es una buena garantía de salvación saber de quién se ha de huir (Se refiere a los falsos doctores, que enseñan su propia doctrina y no la de Cristo) (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1, pp. 440-441).

2564 No erréis, hermanos míos, los perturbadores de las familias no heredarán el reino de Dios. Pues si aquellos que han obrado estas cosas según la carne, están muertos, ¿cuánto más si alguno corrompe con mala doctrina la fe de Dios por la que Jesucristo fue crucificado? Ese tal, estando manchado, irá al fuego inextinguible: de modo semejante, el que le preste oído (SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Carta a los Efesios, 16, 1-2).

2565 Mas alguien se dirá: ¿es que quizá los herejes no se sirven de los testimonios de la Sagrada Escritura? Ciertamente que se sirven, ¡y con cuán apasionada vehemencia! Se les ve pasar de un libro a otro de la Ley Santa: desde Moisés a los libros de los Reyes, desde los Salmos a los Apóstoles, desde los Evangelios a los Profetas. En sus asambleas, con los extraños, en privado, en público, en los discursos y en los escritos, durante las comidas y en las plazas públicas, es raro que mantengan alguna cosa si antes no la han revestido con la autoridad de la Sagrada Escritura (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 25).

2566 La doctrina de la verdad abandona a las almas soberbias (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang.).

2567 Quien tiene costumbre de hablar mucho no deja de hablar en ocasiones cosas inoportunas (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. 1, p. 309).

2568 Sólo como falsa ciencia puede ser calificada la doctrina de los herejes, los cuales enmascaran su propia ignorancia llamándola ciencia, del tiempo revuelto dicen que está sereno, a la tiniebla la llaman luz (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 21).

2569 Ciertamente es una gran prueba ver a un hombre tenido por profeta, por discípulo de los profetas, por doctor y testigo de la verdad, un hombre sumamente amado y respetado, que de repente se pone a introducir a escondidas errores perniciosos. Tanto más cuanto que no hay posibilidad de descubrir inmediatamente ese error, puesto que le coge a uno de sorpresa, ya que se tiene de tal hombre un juicio favorable a causa de su enseñanza anterior, y se resiste uno a condenar al antiguo maestro al que nos sentimos ligados por el afecto (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, 10).

2570 Velad, pues, hermanos, y conservad cuidadosamente la tradición que ahora recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón. Poned todo cuidado, no sea que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros desprevenido y remiso, le robe este tesoro, o bien se presente algún hereje que, con sus errores, contamine la verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es como poner en el banco el dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito (SAN CIRILO DE JERUSALÉN. Catequesis 5, sobre la fe y el símbolo, 1213).

2571 En cuanto a los Padres, hay que consultar sólo el pensamiento de quienes santamente, sabiamente y con constancia han vivido, enseñado y permanecido firmes en la fe y en la comunión católica, y murieron fieles a Cristo o merecieron la alegría de dar su vida por él (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 27).

2572 Debemos precavernos principalmente de aquellos que prometen la sabiduría y el conocimiento de la verdad que ellos no tienen, como son los herejes, los cuales muchas veces se recomiendan a si mismos (SAN AGUSTÍN, Sobre el Sermón de la Montaña, 2, 78).

Errores doctrinales y falsas doctrinas

2573 No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por viejos errores que no conducen a nada (S. IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Epístola a los Magnesios).

2574 ¿Y cuál fue la causa de este estado desastroso? Una sola: la introducción de creencias humanas en el lugar del dogma venido del cielo (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 4).

2575 (El error) sin hacer ya distinción entre lo bueno y lo malo, entre lo verdadero y lo falso, atacaba a mansalva a todo el que se ponía por delante (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 4).

2576 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE DE LERINS Conmonitorio, 27).

2577 Tengo por muy cierto que el demonio no engañará-ni lo permitirá Dios –a alma que de ninguna cosa se fía de si y está fortalecida en la fe, que entienda ella de si que por un punto de ella morirá mil muertes. Y con este amor a la fe que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir conforme a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien tiene ya hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían cuantas revelaciones pueda imaginar– aunque viese abierto los cielos-un punto de lo que tiene la Iglesia (SANTA TERESA, Vida, 25, 12).

2578 Donde la ciencia es mayor. puede ser más grande la malicia (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1, p. 459).

2579 Toda la predicación de los herejes se funda en arena movediza, que no llega a hacerse firme y así se desmorona (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. 1, p. 457).

2580 Alguien podría quizá preguntar: ¿cómo se explica que el diablo utilice las citas de la Sagrada Escritura? No tiene más que abrir el Evangelio y leer. Encontrará escrito: Entonces el diablo lo tomóse trata del Señor, del Salvador-y lo puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: te he encomendado a los ángeles, los cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra (Mt 4, 5-6). ¿Qué no hará a los pobres mortales el que tuvo la osadía de asaltar, con testimonios de la Escritura, al mismo Señor de la majestad? (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, 26).

2581 Querría que, así como os apartáis de los placeres de los deseos carnales, cerraseis también los sentidos de vuestra alma a las doctrinas del error (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 45, sobre la Cuaresma).

2582 Lo que por entonces sucedió muestra suficientemente los graves males a que puede dar lugar un dogma inventado. Todo se revolucionó: no sólo relaciones, parentescos, amistades, familias, sino también ciudades, pueblos, regiones. El mismo Imperio Romano fue sacudido hasta en sus fundamentos y trastornado de arriba abajo (SAN VICENTEDE LERINS, Conmonitorio, 4).

2583 Como piezas falsas que imitan la moneda del rey legitimo, parecen estas obras, a primera vista, impresas con el troquel de la piedad o acuñadas con ella. Pero en realidad no llevan la impronta de la moneda autorizada, quiero decir, de los Padres católicos, reconocidos universalmente, ni proceden de la oficina legal de los antepasados, ya que no forman parte del genuino legado de sus enseñanzas. Al contrario, son piezas fabricadas clandestinamente y en forma fraudulenta por los mismos demonios, que las hacen circular en seguida para engatusar a los ingenuos e ignorantes (CASIANO, Colaciones, 1, 20).

2584 Se dejaron seducir por el brillo de un lenguaje acicalado y por ciertas máximas de los filósofos. Estas, a primera vista, no parecían estar en pugna con nuestros sentimientos religiosos ni en desacuerdo con nuestra santa fe. Tenían el brillo del oro; pero en realidad era un brillo falso, postizo. Por eso, después de haberse dejado engañar con esta apariencia de doctrina que, en la superficie, parecía inocua y verdadera, se encontraron de pronto en la miseria más absoluta, como quienes se han provisto sólo de moneda falsa (CASIANO, Colaciones, 1, 20).

Necesidad de una buena formación humana y doctrinal

2585 La Verdad es también luz. No ver es estar a oscuras; ver algo de manera equivocada es estar doblemente a oscuras. La mayor parte de la realidad sólo puede ser conocida si Dios nos la muestra. Y lo que Dios nos muestra se llama Doctrina; si falta la Doctrina nos falta luz. Andar a tientas en la oscuridad, aunque tengamos la tranquilidad de saber que quien nos guía ve con claridad, no es lo mismo que andar a la luz del pleno día; peor seria, claro está, dejarse llevar en la oscuridad por guías ciegos. No obstante, no deja de ser aquélla una situación bastante precaria (F. J. SHEED, Teología para todos, pp. 14-15).

2586 De la mayor importancia en la lucha (contra la incredulidad) [...], es un conocimiento notable, preciso y completo de la teología católica. Esta, aunque no es polemista, es la mejor arma (después de una vida santa) en la polémica. Cualquier chico bien instruido en catecismo es, sin él sospecharlo, un auténtico misionero (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón en la inauguración del Seminario S. Bernardo, 3-X-1 873).

2587 Porque quien más conoce a Dios, más fácil se le hacen sus obras (SANTA TERESA, Fundaciones, 3, 5).

2588 El camino recto es estrecho y tiene pendientes peligrosas, tanto a la izquierda como a la derecha; como sucede en un puente, desde el cual se cae al agua inclinándose a un lado o a otro (SAN BASILIO, Regla breve, 240).

2589 El afán por adquirir esta ciencia teológica –la buena y firme doctrina cristiana– está movido, en primer término, por el deseo de conocer y amar a Dios. A la vez, es también consecuencia de la preocupación general del alma fiel por alcanzar la más profunda significación de este mundo, que es hechura del Creador (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 10).

2590 No se forma a la masa, sino al individuo, hasta lograr en él la madurez de su desarrollo personal (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 35).

2591 No pocos de vosotros estáis dedicados a la formación teológica de los fieles, a la dirección de centros educativos o de asistencia y dirigís publicaciones de información y de formación A través de todos estos medios, procurad educar integralmente, inculcar un profundo respeto y amor a la Iglesia y animar a una sincera adhesión a su Magisterio. No seáis portadores de dudas o de "ideologías", sino de "certezas" de fe. El verdadero apóstol y evangelizador, declaraba mi Predecesor Pablo VI, "será aquel que, aun a costa de renuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar. No rechaza nunca la verdad" (Exhort. apost. Evangelii nuntiandi, 78). [...] Más concretamente, en el campo doctrinal y en materia litúrgica, evitando ciertas posturas criticas llenas de amargura, que oscurecen la verdad, desconciertan a los fieles y a las mismas personas consagradas. La fidelidad al Magisterio no es freno para una recta investigación, sino condición necesaria de auténtico progreso de la verdadera doctrina. (JUAN PABLO II, Aloc. a los religiosos y miembros de Inst. seculares masculinos, Madrid, 2-XI-1982).

2592 El instruido en las Escrituras se hace fuerte para arrostrar todas las adversidades (SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol. 1, p. 52).

2593 La palabra de Dios no puede, en modo alguno, quedar oculta bajo el celemín; al contrario, debe ser colocada en lo más alto de la Iglesia, como el mejor de sus adornos (SAN MÁXIMO, Cuestiones a Talasio, 63).

2594 La antorcha encendida significa que no debemos permitir que nadie viva en las tinieblas de la ignorancia (SAN CIRILO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 101).

2595 (Da al que te pida). Puede entenderse también esto del dinero de la doctrina, que nunca falta. Cuanto más se da, tanto más se multiplica (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. 1, p. 323).

2596 "¡Influye tanto el ambiente!", me has dicho. -Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que conviváis. -Y, entonces, si has cogido ese espíritu estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: "¡Influimos tanto en el ambiente!" (J. ESCRIVÁ DE BALAOUER, Camino, 376).

2597 [...] Hoy quien ocupa un puesto debe tener la competencia necesaria; es necesario prepararse. El general Wellington, el que venció a Napoleón, quiso volver a Inglaterra a ver la escuela militar donde se había preparado, y dijo a los alumnos y oficiales: "Mirad, aquí se ha ganado la batalla de Waterloo". Así os digo yo a vosotros, queridos jóvenes. Tendréis batallas en la vida dentro de 30, 40, 50 años; pero si queréis vencerlas es preciso que comencéis ahora, preparándoos, siendo asiduos al estudio y a la clase (JUAN PABLO I, Angelus, 17-lX-1978).

2598 No sé cuántas veces me han dicho que un anciano irlandés que no sepa más que rezar el Rosario puede ser más santo que yo, con todos mis estudios. Es muy posible que así sea; y por su propio bien, espero que así sea. No obstante, si el único motivo para hacer tal afirmación es el de que sabe menos teología que yo, ese motivo no me convence; ni a mí ni a él. No le convencería a él, porque todos los ancianos irlandeses con devoción al Santo Rosario y al Santísimo que he conocido (y muchos de mis antepasados lo han sido) estaban deseosos de conocer más a fondo su Fe. No me convencería a mí, porque si bien es evidente que un hombre ignorante puede ser virtuoso, es igualmente evidente que la ignorancia no es una virtud. Ha habido mártires que no hubieran sido capaces de enunciar correctamente la doctrina de la Iglesia, siendo el martirio la máxima prueba del amor. Sin embargo, si hubieran conocido más a Dios, su amor hubiera sido mayor (F. J.SHEED, Teología para todos, p. 15-16).

La formación de los niños

2599 Los que se comprometen a ejercer con la máxima solicitud esta misión educadora han de estar dotados de una gran caridad, de una paciencia sin límites y, sobre todo, de una profunda humildad (SAN JOSÉ DE CALASANZ, Memorial al Card. M. A. Tonti).

2600 No debemos perdonar esfuerzo alguno para que los niños, desde su más tierna infancia, sean educados en la verdad de la fe cristiana y en una conducta conforme a la misma. Nada ayuda tanto a este objetivo como la asociación para enseñar la doctrina cristiana, y el confiar la instrucción catequística de los niños sólo a hombres buenos y temerosos de Dios (SAN JUAN LEONARDI, Cartas a Pablo V para la reforma de la Iglesia).

2601 Nadie ignora la gran dignidad y mérito que tiene el ministerio de instruir a los niños, principalmente a los pobres, ayudándolos así a conseguir la vida eterna. En efecto, la solicitud por instruirlos, principalmente en la piedad y en la doctrina cristiana, redunda en bien de sus cuerpos y de sus almas, y por esto los que a ello se dedican ejercen una función muy parecida a la de sus ángeles custodios (SAN JOSE DE CALASANZ, Memorial al Card. M. A. Tonti).