1 Álvaro del Portillo, Sum. 320.
2 Del "minuto heroico" al levantarse se habla en Camino, n. 206.
3 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 320.
4 José Luis Pastor Domínguez, Sum. 6075.
5 Cfr. Rosalía López Martínez, Sum. 7006; y Carmen Ramos García, Sum. 7365.
Su habitación -refiere Mons. Javier Echevarría- era muy calurosa en verano y muy fría en invierno. Nunca se quejó, para no ocasionar gastos. En 1964 se produjo una avería en el alcantarillado de aguas negras. La permanencia en la habitación, aunque fuera por unos minutos, era molestísima, a causa del olor pestilencial. El Fundador no quiso cambiarse de habitación mientras se localizaba la avería y se hacían las reparaciones pertinentes, que duraron mucho. Cfr. Javier Echevarría, Sum. 3087.
6 Jesús Álvarez Gazapo, RHF, T-15729, p. 5; cfr. Javier Echevarría, Sum. 2733.
7 Encarnación Ortega Pardo, Sum. 6329.
8 Álvaro del Portillo, Sum. 332; y Javier Echevarría, Sum. 2011.
10 Santiago Escrivá de Balaguer y García-Herrero, Sum. 7307.
11 AGP, P01, 1969, p. 304.
12 Ibidem; cfr. también Javier Echevarría, Sum. 2013.
14 Durante los dos últimos decenios de la vida del Fundador le ayudaba a misa Mons. Javier Echevarría, el cual testimonia que "durante estos veinte años en los que me fijaba detenidamente para aprender de su piedad, jamás he debido advertirle de algo por haberse habituado a esos pequeños defectos en que inconscientemente se incurre, como, por ejemplo, una pronunciación más rápida, una postura equivocada, una genuflexión más precipitada, o no mirar al Señor Sacramentado en algunos instantes" (Javier Echevarría, Sum. 2014).
Lo mismo testimonia Mons. Julián Herranz: "En los ventidós años que he vivido con él, son muchas las ocasiones que he tenido de oír su Misa, de ayudarle y, en ocasiones, de concelebrar con él. Era puntualísimo en la observancia de las rúbricas. Siempre me impresionaba profundamente su gran piedad, su mucho recogimiento y la amorosa delicadeza con que renovaba el Santo Sacrificio. Recuerdo perfectamente la mesura al leer los textos litúrgicos, su actitud contrita al recitar la oración penitencial, el temblor que se observaba en sus dedos al purificarse en el "lavabo" o al presentar a la adoración la Hostia y el Cáliz después de consagrados; la profunda adoración con que acompañaba la elevación de las sagradas Especies. Todos sus movimientos iban acompañados de solemnidad y de acuerdo con su naturaleza. En suma, todo daba a entender con cuánto amor y espíritu de oración vivía cada momento de la Misa" (Julián Herranz Casado, Sum. 3876).
15 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 338.
16 Álvaro del Portillo, Carta 30-IX-1975, n. 29.
17 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 321.
18 Cfr. Blanca Fontán Suanzes, RHF, T-06210.
19 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2012.
20 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 322.
21 Cfr. Mercedes Morado García, RHF, T-07902, p. 81.
22 "Pon, Señor, en mi boca un centinela" (Sal. 140, 3)
23 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 322; y Javier Echevarría, Sum. 3070.
24 Cfr. Dora del Hoyo Alonso, Sum. 7041; Javier Echevarría, Sum. 3070.
25 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 3064.
26 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 325; y Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4690.
27 Javier Echevarría, Sum. 2558. Cuando el quehacer excesivo te apabulle un poco -escribe a uno de sus hijos-, piensa que el trabajo es una enfermedad incurable -el trabajo excesivo- para los que somos hijos de Dios en su Opus Dei. Y sonríe, y da a otros ese buen espíritu (C 3446, 10-V-1964).
28 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 325.
29 Mons. Álvaro del Portillo refiere un hecho de heroico desprendimiento por parte del Fundador. Sucedió hacia el año 1942. Una muchacha que deseaba entrar en un convento y no tenía dote alguna, no sabiendo qué partido tomar, fue a ver al Fundador al centro de la calle Diego de León. Don Josemaría llamó al administrador, Isidoro Zorzano, para que le entregase todo el dinero de que disponía en aquel momento, y se lo dio a la muchacha (cfr. Sum. 299).
30 C 3236, 22-V-1963.
31 C 3786, 1-XI-1966.
32 C 3814, 20-XII-1966.
33 C 3499, 22-VII-1964.
34 C 3151, 11-VI-1962.
35 C 3349, 18-XII-1963.
36 C 3001, XI-1960.
37 C 3099, 7-XII-1961.
38 C 3466, 11-VI-1964.
39 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2353.
40 AGP, P01, X-1958, p. 65.
41 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2354.
42 Siendo Patriarca de Venecia, el Cardenal Roncalli fue a España en peregrinación y visitó el Colegio Mayor "La Estila" en Santiago de Compostela. Impresionado por el ambiente y alegría que se respiraba en esa residencia universitaria, promovida por miembros del Opus Dei, puso en el libro de firmas este elocuente autógrafo, con fecha del 23-VII-1954: "+ Ángel José, Cardenal Roncalli, Patriarca de Venecia. Obediencia, Alegría y Paz". También vivió en otra residencia dirigida espiritualmente por el Opus Dei, la de "Miraflores", en Zaragoza.
43 En el Motu Proprio Superno Dei nutu (5-VI-1960), por el que se constituían las Comisiones Preconciliares, se decía: "Consideramos inspiración del Altísimo la idea de convocar un Concilio Ecuménico, que desde el comienzo de Nuestro Pontificado se presentó en nuestra mente como flor de inesperada primavera". Y en la Constitución Apostólica, por la que se convoca el Concilio (Humanae Salutis, 25-XII-1961), anuncia el Santo Padre que "acogiendo como venida de lo alto una voz íntima de nuestro espíritu, hemos juzgado que los tiempos estaban ya maduros para ofrecer a la Iglesia católica y al mundo el nuevo don de un Concilio ecuménico".
44 Álvaro del Portillo, Sum. 946.
45 Cfr. Bula Humanae Salutis (25-XII-1961), n. 16.
46 Cfr. Giacomo Barabino, Sum. 4526. Mons. Barabino conoció al Fundador al inicio del Concilio Vaticano II y era entonces secretario del Cardenal Siri.
47 Humanae Salutis, n. 18.
48 Apenas se anunció la celebración del Concilio, el Fundador, "con gran deseo de secundar la voluntad del Papa, lo comunicó a todos sus hijos, pidiendo redoblar la oración por la persona e intenciones del Papa, a fin de que el Espíritu Santo, a través de Santa María, derramase sus gracias para el éxito de esta iniciativa" (Ignacio Celaya Urrutia, Sum. 5926).
Tan pronto anunció el Papa Juan XXIII su intención de reunir un Concilio, el Fundador "envió una nota circular a todos los Centros, pidiendo oración, ofreciendo a diario una parte del Rosario, la Santa Misa, algunas mortificaciones y todo lo que a cada uno sugiriese su piedad personal, para que el Espíritu Santo iluminase al Papa y a sus colaboradores" (Ernesto Juliá Díaz, Sum. 4142).
49 C 5718, 25-IX-1962. Carta a Mons. Loris Francesco Capovilla, Secretario del Santo Padre desde 1961. En 1967 fue nombrado y consagrado Arzobispo de Chieti. La correspondencia entre el Fundador y los distintos organismos y personas que integran la Santa Sede, está redactada en italiano.
50 C 5722, 25-XI-1962. Carta a Mons. Loris Francesco Capovilla.
51 Carta 24-X-1965, n. 4.
52 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 947.
53 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2456.
54 Álvaro del Portillo, Sum. 949; Julián Herranz, Sum. 3932.
55 Algunos de los miembros del Opus Dei colaboraron en la preparación y desarrollo del Concilio, como don Julián Herranz Casado, sacerdote, que fue Oficial de la Comisión para la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano, y de la Comisión Pontificia para la revisión del Código de Derecho Canónico; Mons. Salvador Canals Navarrete, también sacerdote del Opus Dei y Prelado Auditor de la Rota Romana, que trabajó como Perito en varias Comisiones Conciliares; y también algunos otros miembros del Opus Dei, profesores de Teología y Derecho canónico, que colaboraron en la aplicación de las normas del Concilio, como D. Amadeo de Fuenmayor Champín, D. Xavier de Ayala Delgado y el profesor Pedro Lombardía Díaz. Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 954.
En carta del 28 de junio de 1960, dirigida al Cardenal Domenico Tardini, el Fundador le ofrecía, en respuesta a una petición oficial, una lista con los nombres de doce miembros del Opus Dei, de los que podía escoger quienes quisiera para que trabajasen en las Comisiones preparatorias del Concilio Vaticano II (cfr. C 5667, 28-VI-1960).
56 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 953-954. Entre los nombramientos que por entonces recibió el Fundador está el de Consultor de la Comisión Pontificia para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico, de 21 de marzo de 1961 (RHF, D-15103).
57 Alguna ayuda en forma de sugerencia, voto o consejo, solicitado por alguna de las Comisiones conciliares, dio lugar a determinadas y concretas colaboraciones en las labores conciliares. Así, por ejemplo, el 1 de marzo de 1963, el Secretario de la Comisión Conciliar sobre la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano, que era D. Álvaro del Portillo, solicitó oficialmente del Fundador un voto sobre temas a incluir en el manual para párrocos y en el Directorio catequístico (cfr. RHF, D-15263, 1 de marzo de 1963; y RHF, D-15263, 5 de marzo de 1963).
58 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2354.
59 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 950.
61 Desde los primeros tiempos de la Obra, sintió el Fundador la necesidad de realizar un serio apostolado ad fidem. Solicitó de la Santa Sede poder admitir como cooperadores del Opus Dei a personas no católicas. La respuesta de la Curia fue que nadie hasta entonces había pedido una cosa semejante; y se lo denegaron con un: "¡Monseñor, Vd. siempre pide cosas nuevas!" Poco tiempo después tornó a insistir. Esta vez la respuesta no fue una rotunda negación sino un dilata. La cuestión quedaba pendiente para el futuro. El dilata -comentaba el Fundador- es una fórmula muy sabia, encontrada en la Curia Romana, para contestar cuando uno tiene razón, pero no se la pueden dar (Javier Echevarría, Sum. 2145).
Dejó pasar un tiempo prudencial y en 1950, con ocasión de la aprobación definitiva de los Estatutos, insertó allí la figura de los cooperadores no católicos (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 541-542; Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4676; Mario Lantini, Sum. 3582).
Los cooperadores, sin ser miembros del Opus Dei, colaboran en las iniciativas apostólicas con sus oraciones y limosnas y, frecuentemente, con su trabajo. Lo que era años antes una realidad de espíritu y de hecho fue aprobado por la Santa Sede en 1950, como escribe el Fundador a sus hijos:
Protestantes de muy diversas denominaciones, hebreos, mahometanos, paganos, pasan de la noble amistad con una hija o con un hijo mío a la participación en labores de apostolado. Y, como por un plano inclinado, tienen así ocasión de conocer la riqueza de espíritu que encierra la doctrina cristiana. A bastantes les dará el Señor la gracia de la fe, premiando así su buena voluntad, manifestada en la leal colaboración en obras de bien (Carta 12-XII-1952, n. 33).
62 C 3158, 12-VII-1962. El Fundador califica esta carta de "circular". De ella envió una copia al Secretario del Papa, Mons. Loris Capovilla, con el deseo de que la hiciese llegar al Santo Padre, para que pudiese palpar el cariño que se le tenía en el Opus Dei. Cfr. C 5712, 16-VII-1962.
63 C 5711, 30-VI-1962.
64 C 5713, 21-VII-1962. La correspondencia del Fundador con Mons. Loris Capovilla es abundante, habida consideración de los trabajos del Concilio: diez cartas en diez meses. Algunos de los asuntos en ellas tratados se refieren al envío de fotografías dedicadas por Juan XXIII, que el Fundador quiso que hubiese en todos los Centros de la Obra; y, por iniciativa del Papa, la colocación de dos lápidas, que conmemoraban el paso del entonces Cardenal Roncalli, por las residencias universitarias, labores de apostolado corporativo del Opus Dei, en Zaragoza y Santiago de Compostela. Cfr. C 5714, 2-VIII-1962; C 5722, 25-XI-1962, etc.
65 C 5718, 25-IX-1962. Sobre la entrevista: C 5722, 25-XI-1962.
66 C 5723, Navidad 1962.
67 C 5732, 28-IV-1963.
68 C 5735, 21-VI-1963. Sobre la elección del Papa y las cualidades del elegido tenía el Fundador una visión muy sobrenatural. Cuenta Mons. Giovanni Cheli que, durante el período de Sede Vacante, a la muerte de Juan XXIII, hizo hipótesis sobre quién sería su sucesor. Mons. Escrivá, refiere, cortó en seco las especulaciones y dijo: Aunque el elegido viniese de una tribu de salvajes, con anillos en la nariz y en las orejas, me echaría enseguida a sus pies y le diría que toda la Obra está a su incondicional servicio (Giovanni Cheli, Sum. 5256).
69 C 5736, 24-VI-1963.
70 C 3289, 18-VI-1963.
71 C 3304, 2-IX-1963.
72 C 5747, 24-I-1964. El Papa, que durante la audiencia se había interesado por la situación jurídica del Opus Dei pidió al Fundador un ejemplar del Codex. Pocos días después, el 14 de febrero, hacía llegar a Mons. Dell'Acqua, para entregar a Pablo VI, una carta junto con una copia del Codex, otra sobre el espíritu del Opus Dei (De Spiritu), una nota sumaria (Appunto) relativa a la naturaleza, espíritu y configuración jurídica del Opus Dei; y la carta del Fundador a los miembros del Opus Dei sobre la cuestión institucional del Opus Dei, en EF-581002-1. El texto completo de esta carta en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 40, pp563-565. (cfr. C 5955, 14-II-1964).
73 C 3383, 5-II-1964.
74 Cfr. C 5753, 14-VI-1964.
75 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 568; también Javier Echevarría, Sum. 2358.
76 RHF, D-15239, 1-X-1964.
77 C 3534, 24-X-1964.
78 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 956.
79 Ignacio María de Orbegozo Goicoechea, Sum. 7283.
80 Cfr. Giacomo Barabino, Sum. 4524.
81 Cfr. Fernando Valenciano Polack, Sum. 7119.
82 Joaquín Mestre Palacio, Sum. 6534. Otro de los testigos habla de "un número impresionante de Cardenales, Arzobispos y Obispos, provenientes de todas partes" (Juan Udaondo Barinagarremtenería, Sum. 5045).
83 Cardenal François Marty, carta postulatoria a Su Santidad Juan Pablo II, París 8-I-1979.
84 Julián Herranz Casado, Sum. 3933. En el curso de esa conversación salió, poco más tarde, una afirmación del mismo estilo: que la misión propia de los laicos es ordenar las estructuras seculares según el querer divino; y el Fundador añadió rápidamente:
Sí, pero primero han de estar ellos bien ordenados por dentro: siendo hombres y mujeres de profunda vida interior, almas de oración y de sacrificio. Si no, en vez de ordenar esas realidades familiares y sociales, llevarán ahí su propio desorden personal (ibidem).
85 Juan Hervás Benet, en Testimonios…, ob. cit., p. 199.
86 Cfr. Ignacio Celaya Urrutia, Sum. 5927.
87 Además de una profunda fe en la actuación del Espíritu Santo en el Concilio, tenía un agudo entendimiento teológico de las cuestiones y gran capacidad de discernimiento respecto a las personas. Mons. Rolf Thomas testimonia cómo, después de haber visto una transmisión televisiva en la que participaba el profesor Hans Küng sobre los temas debatidos en el Concilio, el Fundador habló muy dolorido de la penosa impresión que le había hecho; de modo extraordinariamente clarividente, considerados los sucesos posteriores (cfr. Rolf Thomas, Sum. 7700).
88 Carta 2-X-1963, n. 1.
89 Cfr. Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4705. La prensa, y los medios de comunicación, en general, trataron de explicar las intervenciones de los Padres conciliares como posturas en las que se buscaba la contraposición. Divididos en dos bandos -progresistas e integristas; buenos y malos; defensores a ultranza de lo dogmático y partidarios de la revisión- se les asignó el papel de adversarios en hipotéticas batallas. "No es de extrañar, pues, si en las últimas sesiones conciliares, muchas de las intervenciones y reacciones de los Padres estuvieran condicionadas, mucho más de lo que ellos mismos se imaginaban" (Louis Bouyer; Cattolicesimo in decomposizione, Brescia 1969, p. 22).
90 Carta 14-II-1964; y Carta 15-VIII-1964.
91 Carta 15-VIII-1964, n. 10. La carta del 14 de febrero de ese mismo año va especialmente dirigida a los estudiosos e investigadores de las ciencias filosóficas y teológicas. En ella establece el principio de sentir con la Iglesia de Cristo, siempre y en todas las cosas. Por lo demás, estimula el Fundador la total libertad en la investigación, sin otras limitaciones que las señaladas por el Magisterio de la Iglesia a los cristianos; y aconseja a sus hijos que defiendan de posibles ataques la autoridad del Romano Pontífice y que los estudiosos huyan prudentemente de todo extremismo y del inmoderado afán de novedades. Que estén por lo más seguro; que prefieran siempre lo que mejor responda a la Tradición (Carta 14-II-1964, nn. 12-13).
92 Carta 15-VIII-1964, n. 56.
93 Angelo Dell'Acqua nació en Milán (9-XII-1903). Se ordenó sacerdote el 9-V-1926; fue consagrado obispo el 27-XII-1958 y nombrado Sustituto de la Secretaría de Estado para Asuntos Ordinarios el 17-II-1963. Creado Cardenal por Pablo VI (Consistorio del 26-VI-1967) y nombrado Vicario de la diócesis de Roma el 13-I-1968 siguiente. Murió el 27-VIII-1972.
Mons. Dell'Acqua, hablando muchas veces con el Fundador, "le comunicaba la gran preocupación que el Santo Padre Pablo VI sentía por los problemas y las opiniones que se estaban manifestando en el Concilio Ecuménico Vaticano II, que llevaba continuamente esta situación a su oración personal y que pedía consejo a muchos de sus colaboradores para que le manifestasen su opinión sobre la oportunidad de acelerar los trabajos conciliares y llegar a la clausura" (Javier Echevarría, Sum. 2466; también: cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 958).
94 C 5750, 23-IV-1964.
Con esa misma fecha (C 5749) escribía el Fundador a Mons. Angelo Dell'Acqua: adjunto una carta para el Santo Padre, dictada tan sólo por el amor que tengo por la Santa Iglesia y por el Romano Pontífice. De todos modos, me atengo a su mejor parecer; por si decidiera o no ponerla en manos del Papa.
"Esta correspondencia -comenta Mons. Álvaro del Portillo- no era simplemente el resultado de la estrecha amistad que los unía sino que venía fomentada en este sentido por el mismo Santo Padre" (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 957).
Cuando esto escribía el Fundador, la crisis de la Iglesia era ya un hecho. Un célebre historiador de la Iglesia, Hubert Jedin, que al principio se resistió a admitirla, no pudo menos de acabar reconociendo la gravedad de la situación. "La crisis -escribe- estaba presente, había surgido por cuanto no se estaba satisfecho con llevar a cabo el Concilio, sino que se le veía como la descarga inicial para desencadenar innovaciones radicales que, en realidad, dejarían a sus espaldas los decretos del Concilio" (Hubert Jedin: Storia della mia vita, Brescia 1987, p. 324).
Algún otro autor, como el filósofo francés Jacques Maritain, consideraba que la crisis existía ya, antes del Concilio, en forma de apostasía inmanente (esto es, decidida a quedar dentro de la Iglesia, a toda costa). Al principio del Concilio comenzó a aflorar, bajo la manipulación sutil de los medios de información, como creciente malestar de fondo, para airear la idea de "cambio" en la Iglesia, acelerando las manifestaciones del llamado "espíritu del Concilio" (cfr. Jacques Maritain: Le paysan de la Garonne, París 1966, p. 16).
95 Carta 24-X-1965, n. 73.
96 Desde la Secretaría de Estado consultó al Fundador sobre el proyecto de Juan XXIII hasta 1965, en que el complejo educativo estaba a punto de acabarse, fueron muchos los sacrificios que hubo de hacer el Fundador. La Obra entera, sobre todo en Italia, para llevar a cabo la idea y proporcionar los efectivos de personal que requería una labor social de tal envergadura, se vio obligada a renunciar a algunas obras apostólicas y, en otros casos, a correr con más trabajo personal (cfr. Umberto Farri, Sum. 3421; Teresa Acerbis, Sum. 4962).
Constituían el proyecto: el Centro ELIS, la Escuela SAFI y la iglesia parroquial de San Juan Bautista al Collatino. El Centro ELIS tenía una residencia, un centro de formación profesional técnica (mecánica, electrónica, artesanía, etc.), clubs, biblioteca, instituciones deportivas, cursos de educación familiar, etc. La Escuela Hotelera Femenina Internacional (SAFI), con sus anexos, estaba a cargo de las mujeres del Opus Dei; y la parroquia, bajo la dirección de los sacerdotes del Opus Dei.
97 Cfr. Álvaro del Portillo, PR, p. 988; Javier Echevarría, Sum. 2358.
Fueron muchos los cardenales y obispos que, encontrándose esos días en Roma, visitaron el Centro y la Escuela para inspirarse en métodos de formación humana y cristiana con vista a futuras iniciativas sociales apostólicas en sus diócesis (cfr. Teresa Acerbis, Sum. 4964).
98 L'Osservatore Romano, 22/23-XI-1965.
99 Fernando Valenciano Polack, Sum. 7109; Javier Echevarría, Sum. 2359.
Tan emocionado salió el Fundador de esa entrevista con el Papa que comentó en diversas ocasiones, en los días que siguieron a la ceremonia: Estaba muy emocionado; me he emocionado siempre: con Pío XII, con Juan XXIII y con Pablo VI, porque tengo fe (Álvaro del Portillo, Sum. 786). Hubo un momento -refiere Mons. Francesco Angelicchio- en que, al dar la bienvenida al Papa, apenas conseguía dominar la voz (él, tan acostumbrado a hablar en público) y le temblaban en la mano las hojas que estaba leyendo (cfr. Francesco Angelicchio, Sum. 3518).
100 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 3081.
101 C 3712, 10-III-1966.
102 Cfr. Javier Echevarría, PR, p. 1893.
103 C 5804, 21-IV-1966. En Grecia había comprado un pequeño icono que, como muestra de afecto filial, hizo llegar a Pablo VI, a través de Mons. Dell'Acqua (cfr. ibidem).
104 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 846.
105 La nota sobre "Trabajo apostólico en Grecia", es parte de la información adjunta en carta a Mons. Angelo Dell'Acqua (C 5807, 28-IV-1966). Puntos de especial interés son los referentes a la consideración oficial de la religión ortodoxa y al modo de hacer apostolado los católicos:
Con vistas a la posibilidad de una acción apostólica, me ha parecido factor determinante la estrecha vinculación existente entre el poder temporal y las autoridades religiosas ortodoxas. Hasta el punto de que estoy persuadido de que si un extranjero intentara difundir la doctrina católica, correría el riesgo de ser acusado de atentar a la unidad del país. Por esto pienso que la única vía posible para desarrollar el apostolado sea la de formar a los ciudadanos católicos del país, del mejor modo posible y fuera de Grecia. Y que, cuando regresen a su nación de origen, sepan ganarse la confianza y la estima de sus compatriotas y conciudadanos dando ejemplo de sincero amor a la Patria, adquiriendo prestigio profesional y mostrando un espíritu de leal comprensión y de diálogo.
106 C 3713, 10-III-1966.
107 Cfr. C 3715, 21-III-1966.
108 Cfr. Gravissimum educationis, nn. 10 y 11.
109 Cfr. RHF, D-15291. Firmaban la carta cuatro Prelados: el Arzobispo de Pamplona y los Obispos de Jaca, San Sebastián y Calahorra, La Calzada y Logroño.
110 Cfr. C 5803, 20-IV-1966.
111 Cfr. RHF, D-15293; respuesta de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, fechada el 16-V-1966.
112 Cfr. C 5826, 5-XII-1966, nota adjunta.
113 Cfr. C 5828, 27-XII-1966.
114 RHF, D-15295. Esta carta, de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, lleva fecha del 16 de marzo de 1967.
115 C 5833, 2-III-1967.
116 C 3749, 17-VII-1966.
117 C 3505, 15-VIII-1964.
118 C 3665, 15-IX-1965.
En los meses de mayo y junio el Fundador había estado preparando su trabajo estival: preparar para la imprenta viejas cartas muy extensas y acabar también el ciclo impreso de las Instrucciones sobre el espíritu y los apostolados del Opus Dei. ¡Ya era hora! -escribe-. En cambio, la cuarta edición del Catecismo se retrasa. Hay que tener paciencia. Podrá ser el regalo de fines de año. Es sabido que todos están sobrecargados de trabajo y no se puede repicar y andar en la procesión (C 3644, 25-V-1965; carta al Consiliario de España). Se refiere al Catecismo de la Obra (cfr. supra).
119 C 3768, 17-VIII-1966. Estoy seguro -le dice en el párrafo anterior- de que, con la gracia de Dios y la ayuda de su Madre Santísima, Vd. y yo y los muchos santos RR. Padres jesuitas […] conseguiremos que la caridad de Cristo brille siempre, sin que haya nunca excepciones.
Esta carta, del 17 de agosto, es contestación a una carta del P. Pedro Arrupe del 27 de julio, que dice así:
"Muy estimado Mons. Escrivá:
Me llegó su carta de 26 de junio pasado y le ruego me perdone el retraso con que le contesto ya que comenzaba por esos días los Ejercicios Espirituales y he querido también tener ocasión de comunicar al Superior del P. Zeigler su ruego, para que él le avise sobre la materia que Vd. me indicaba en su carta.
No tengo que decirle, Mons., lo que siento esa clase de manifestaciones de parte de miembros de la Compañía, que ya considerará Vd. como imprudencias personales muy lejos de manifestar la gran estima y aprecio que la Compañía de Jesús tiene del espíritu y obras del Opus Dei.
Ya se acerca nuestra Congregación General, en su segunda Sesión, y espero que nos encomendará de una manera especial en este tiempo, pues es de gran importancia y responsabilidad todos los asuntos y estudios que en ella se desarrollarán.
Le agradezco mucho su felicitación por mi fiesta onomástica y sus oraciones.
Con sincero afecto".
120 Cfr. C 3773, 15-X-1966.
121 Cfr. El Noticiero Universal, Barcelona, 8-X-1966.
122 "Discurso del Excmo. y Revmo. Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer ante la Excma. Corporación Municipal de Barcelona, para agradecer su nombramiento de Hijo Adoptivo de la Ciudad", 7-X-1966. Barcelona, 1966. Laureano López Rodó en sus Memorias, vol. II (Barcelona 1991, pp. 86 y ss.), también recoge el discurso de respuesta de Mons. Escrivá de Balaguer a la alocución del alcalde de Barcelona, José María de Porcioles, junto con algunos breves comentarios.
123 C 3775, 15-X-1966.
124 RHF, D-15111; Historia Clínica: periodo comprendido entre el 26-IX-1966 y 10-III-1972.
125 Carta 25-V-1962, n. 92.
126 Cuando Juan XXIII anunció, el 8 de diciembre de 1962, que, a partir de esa fecha se incluiría en el canon de la misa el nombre de san José, patrono del Concilio, le faltó tiempo al Cardenal Larraona para telefonear al Fundador: Rallegramenti! ¡Enhorabuena! Estaba seguro del gozo que esto le supondría, por su entrañable devoción al santo Patriarca, cuya figura representa años de trabajo sencillo y eficaz en la vida oculta de Jesús (cfr. Es Cristo que pasa, n. 44).
"En cuántas ocasiones, durante la aprobación de los documentos del Concilio, hubiese sido de justicia hablar con el Fundador del Opus Dei y repetirle: ¡Felicidades, porque lo que tiene en su alma, lo que ha enseñado incansablemente desde 1928, ha sido proclamado, con toda solemnidad, por el Magisterio de la Iglesia!" (Álvaro del Portillo: Mons. Escrivá de Balaguer, testigo del amor a la Iglesia, Madrid 1976, p. 8).
127 Carta 24-III-1930, n. 2. Entre otros muchísimos textos, cfr. también éste de 1939: Tienes obligación de santificarte. -Tú también. -¿Quién piensa que ésta es labor exclusiva de sacerdotes y religiosos? - A todos, sin excepción, dijo el Señor: "Sed perfectos, como mi Padre Celestial es perfecto" (Camino, n. 291).
128 C 11-III-1940, n. 11.
129 "Como escribió y repitió muchas veces, consideraba a la Santa Misa "centrum et radix vitae interioris", recogido ad litteram en el Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis, n. 14" (Julián Herranz Casado, Sum. 3876). Cfr. homilía pronunciada el 14-IV-1960, en Es Cristo que pasa, n. 87; y Carta 28-III-1955, n. 5.
130 Carta 9-I-1932, n. 32.
132 Ibidem, 55.
133 Ibidem, 72. Sobre el reconocimiento, por parte de eminentes personalidades eclesiásticas, de la doctrina de Mons. Escrivá de Balaguer en cuanto figura precursora del Concilio Vaticano II: Cardenal Sebastiano Baggio (Avvenire, Milán, 26-VII-1975); Cardenal Joseph Frings (Für die Menschen bestellt, Erinnerungen des Alterzbischofs von Köln, Colonia, 1973, pp. 149-150); Cardenal Franz König (Corriere della Sera, Milán, 9-XI-1975).
El Cardenal Sebastiano Baggio testimoniaba en estos términos: "La vida, la obra y el mensaje de Mons. Escrivá de Balaguer (como tuve ocasión de escribir poco después de su muerte) constituyen un cambio o, más exactamente, un capítulo nuevo y original en la historia de la espiritualidad cristiana, si se piensa como camino bajo la guía del Espíritu Santo […]. Solamente el paso del tiempo permitirá valorar el alcance histórico de sus enseñanzas, en tantos aspectos auténticamente revolucionarios y precursores del solemne mensaje proclamado por el Concilio Vaticano II, precisamente en lo que puede definirse como su esencia: la llamada universal a la santidad (S. Baggio, Sum. 5259). También el Santo Padre Juan Pablo II ha reconocido públicamente al Fundador del Opus Dei como precursor del Concilio, anticipando la Teología del laicado, que ha caracterizado a la Iglesia del Vaticano II y del post-Concilio (cfr. L'Osservatore Romano, 20-21 agosto 1979).
Y, en fecha más próxima, con motivo del "Congreso teológico de estudios sobre las enseñanzas del beato Josemaría Escrivá", celebrado en el Ateneo romano de la Santa Cruz (12-14 de octubre, 1993), el Papa se dirigió a los asistentes. En su discurso hablaba de que "la acción del Espíritu Santo tiene como finalidad la renovación constante de la Iglesia, para que pueda cumplir con eficacia la misión que Cristo le ha encomendado. En la historia reciente de la vida eclesial, este proceso de renovación tiene un punto de referencia fundamental: el concilio Vaticano II […]. La profunda conciencia que la Iglesia actual tiene de estar al servicio de una redención que atañe a todas las dimensiones de la existencia humana, fue preparada, bajo la guía del Espíritu Santo, por un progreso intelectual y espiritual gradual. El mensaje del beato Josemaría, al que habéis dedicado las jornadas de vuestro congreso, constituye uno de los impulsos carismáticos más significativos en esa dirección" (L'Osservatore Romano, 22 de octubre 1993).
134 Carta 24-X-1965, n. 4.
135 Cfr. Rolf Thomas, Sum. 7702; y Carta 2-X-1963, n. 18.
136 Cfr. Franz König, Sum. 5254; Ignacio María de Orbegozo Goicoechea, Sum. 7284; Álvaro del Portillo, Sum. 964; Franesco Angelicchio, Sum. 3527.
137 Cfr. Giuseppe Molteni, PR, p. 709; Umberto Farri, Sum. 3392; Pedro Casciaro Ramírez, Sum. 6315.
138 Carta 15-VIII-1964, n. 19. "Por lo que se refiere a la reforma litúrgica, aceptó las sucesivas disposiciones de la Santa Sede, aunque demostrando una prudencia cautelosa al distinguir entre el espíritu del Concilio y los patentes abusos que se cometían en la celebración de la Santa Misa y en la traducción de los textos litúrgicos" (Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4705).
Sobre la intolerancia que reinaba en alguna de estas Comisiones litúrgicas cuenta el teólogo Louis Bouyer que, cuando procedía, junto con otra persona, a traducir el canon romano de la Misa al francés, le indicaron que evitara palabras tales como: "oblación", "sacrificio", "inmolación", etc. Y como ambos protestaran, se les quitó el encargo (cfr. Louis Bouyer, Le métier de théologien, París 1979, p. 79).
139 C 3534, 24-X-1964. Mons. José María García Lahiguera recuerda lo mucho que le costó al Fundador celebrar la misa con arreglo a las nuevas disposiciones: "Había puesto siempre tal intensidad en la celebración de la Santa Misa, que hasta la rúbrica aparentemente más insignificante tenía para él un valor enorme […]. La unción que ponía en la celebración era tan extraordinaria, que hacía el efecto de que, en el altar, se transfiguraba. El cambio más pequeño, por consiguiente, le podía distraer, y esto le producía un gran sufrimiento" (José María García Lahiguera, en Testimonios…, ob. cit., p. 169).
140 C 3616, 9-IV-1965.
141 Cfr. ibidem; cfr. también Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4705.
143 Cfr. Rolf Thomas, Sum. 7702.
144 Vincenzo Montillo, PR, p. 1013. "La arbitraria distinción entre católicos progresistas e integristas le entristecía porque lo consideraba prueba evidente de la pérdida del sentido profundo de unidad y caridad cristiana, y síntoma de falta de visión sobrenatural al afrontar las cuestiones doctrinales y morales" (Joaquín Alonso Paheco, Sum. 4705).
Sobre la postura segura y firme del Fundador -ni progresista ni integrista- en épocas históricas cambiantes, escribe el P. Ambrogio Eszer, O.P., Relator General de la Congregación para las Causas de los Santos:
"Desde el punto de vista eclesial, Josemaría Escrivá comienza a actuar en una situación en la que las respuestas pastorales tradicionales comenzaban a dar los primeros signos de inadecuación ante el gran desafío del humanismo ateo o agnóstico. Y en los últimos años asiste a la crisis de las ilusiones de quienes habían intentado superar ese impasse preconizando la adaptación de la Iglesia al mundo. Tampoco aquí su respuesta cambia con el tiempo y, con su estilo directo característico, aparece perfectamente adecuada a las nuevas exigencias. Es el regreso a un cristianismo radical, cristocéntrico y teocéntrico, centrado en la afirmación del primado de la gracia, de la comunión de vida con Cristo mediante la oración y los sacramentos, que generan el hombre nuevo y lo transforman en testigo de Cristo en su propio ambiente profesional" (Así le vieron. Testimonios sobre Mons. Escrivá de Balaguer, Madrid 1992, p. 69).
145 Carta 19-III-1967, n. 1. Sobre su insistencia en el fortes in fide (I Pedro 5, 9), cfr. Carta 2-X-1963, n. 8.
146 Ibidem, n. 3. La carta es un recorrido, sumario pero completo, de las verdades fundamentales, comenzando por el comentario del Credo de la Iglesia.
147 Ibidem, nn. 149 y 150.
148 Joseph Höffner, Sum. 3763.
Reflexionando sobre las incidencias históricas del concilio Vaticano II, Maritain describe la situación en la época posconciliar con una acertada imagen. La Iglesia, depositaria del tesoro de la Revelación, y asistida siempre por el Espíritu Santo, se encuentra bajo los embates de un furioso y confuso oleaje. "Así aparece el Concilio: como un islote custodiado por el Espíritu de Dios, en medio de un océano que todo lo arrastra, sea falso o verdadero, en revoltijo" (Jacques Maritain, ob. cit., p. 79).
149 Insegnamenti di Paolo VI, Roma 1972, p. 708.
151 Cfr. C 5839, 2-V-1967.
152 Ibidem.
153 Carta 31-III-1967; con la carta se adjuntaba documentación exhaustiva de gestiones y precedentes, cerca de 60 páginas. Cfr. AGP, Sección Expansión Apostólica, Universidad de Navarra, Facultad de Teología, I/2, 156.
154 Carta de Álvaro del Portillo, del 3 de junio, a Mons. Gabriel Garrone: cfr. ibidem, I/3, 192. Por esa fecha se había anunciado ya la próxima elevación de Mons. Garrone a la dignidad cardenalicia.
155 Carta de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, 19-VI-1967; RHF, D-15300.
156 Carta 26-VIII-1967; cfr. AGP, Sección Expansión Apostólica, Universidad de Navarra, Facultad de Teología, I/3, p. 258.
El Excmo. Cabildo Metropolitano en sesión del 16-VI-1967 había accedido a poner a disposición de la Universidad de Navarra unas dependencias de la Catedral con objeto de establecer allí el Centro Teológico de la Universidad. Por acuerdo con el Cabildo, la Junta de Gobierno de la Universidad acepta las condiciones establecidas por aquél: esto es, una Comisión creada por el Cabildo orientará y supervisará los trabajos de adaptación de los locales; las obras y demás gastos serán por cuenta de la Universidad; y la utilización de los locales será provisional, fijándose un plazo máximo de cinco años de utilización. Cfr. Acuerdo entre el Cabildo y la Universidad: 16-22 junio de 1967, en ibidem, 258.
El acuerdo, justo es decirlo, resultaba beneficioso al Cabildo, ya que los locales se hallaban en muy mala condición. Cfr. también: C 5844, 3-VI-1967.
157 El decreto de erección emana de la Sagrada Congregación para la Educación Católica; lleva fecha de 1-XI-1969 y va firmado por el Prefecto, Cardenal Gabriel Garrone; en ibidem, Facultad de Teología, II/2, 419.
158 C 3404, 29-II-1964.
159 Ibidem.
160 Cfr. Vicente Mortes Alfonso, Sum. 7234.
161 C 3667, 2-X-1965.
Sobre esta santa tolerancia y comprensión refiere uno de los testigos en el proceso sobre la vida y virtudes del Fundador del Opus Dei una curiosa anécdota: En una ocasión le visitó una persona, que le dijo: -Padre, yo soy hebreo. Mons. Escrivá le contestó: -¿Y qué? -Además soy masón. -Pero también eres hijos de Dios. ¿No? Y le dio un abrazo (Fernando Valenciano Polack, Sum. 7097).
Ante las críticas calumniosas de fuentes marxistas contra el Opus Dei, comentaba el Fundador:
Es lógico que los comunistas hablen mal del Opus Dei, pero no es lógico, ni lo será jamás, que los miembros del Opus Dei hablen mal de los comunistas; del comunismo no tenemos más remedio que decir la verdad: que es un cúmulo de herejías y que reduce al hombre a pura materia, sin tener en cuenta los derechos más elementales de la persona humana (Javier Echevarría, Sum. 2264).
162 Carta 31-V-1954, n. 22.
163 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 652.
164 Carta 8-XII-1949, n. 61.
165 Ibidem, n. 67.
166 Carta 30-IV-1946, n. 1.
167 Carta 12-XII-1952, n. 37.
168 Apuntes, n. 217.
169 Carta 9-I-1932, n. 46. Quería el Fundador que ya en los catecismos de la doctrina cristiana para los niños se expusieran los principios que deben regir la vida cívica de todo cristiano, en los que no se puede ceder al actuar de un modo o de otro en la vida pública; y que se afirmara, al mismo tiempo, el deber de actuar, de no abstenerse, de prestar la propia colaboración para servir con lealtad, y con libertad personal, al bien común (ibidem, n. 45).
Como respuesta a quienes pretenden encerrar la religión en el fondo privado de las conciencias, se lee en Surco, n. 301:
No es verdad que haya oposición entre ser buen católico y servir fielmente a la sociedad civil. Como no tienen por qué chocar la Iglesia y el Estado, en el ejercicio legítimo de su autoridad respectiva, cara a la misión que Dios les ha confiado.
Mienten -¡así: mienten!- los que afirman lo contrario. Son los mismos que, en aras de una falsa libertad, querrían "amablemente" que los católicos volviéramos a las catacumbas.
170 Carta 9-I-1932, n. 50.
171 Carta 9-I-1959, n. 51.
172 Ibidem, n. 36.
173 Carta 8-XII-1949, n. 68.
174 Evidentemente hubo cambios de ministros en los gobiernos de Franco desde los primeros años de su mandato. Se resalta el de 1957 porque imprime un nuevo rumbo al régimen. Entre los nuevos ministros que se incorporaron al Gabinete en 1957 había también, como en los gobiernos anteriores, personas pertenecientes a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y a la Acción Católica.
175 En la oposición al régimen franquista había también algunos miembros del Opus Dei, como los profesores Antonio Fontán Pérez y Rafael Calvo Serer. Este último publicó en 1953 un artículo en la revista francesa Écrits de Paris, que representaba una severa crítica al gobierno español. Fue destituido de sus nombramientos profesionales y obligado a exiliarse. Nada dijo el Fundador pues se trataba de una cuestión política en la que no quería mezclarse ni mostrar preferencias, para que sus hijos no se sintieran coaccionados o sin libertad de opción. Pero cuando se enteró de que a ese miembro de la Obra se le había injuriado diciéndole que era "una persona sin familia", el Fundador salió en defensa de su hijo. Fue de Roma a Madrid y pidió inmediatamente ser recibido por Franco, haciéndole saber que no estaba dispuesto a tolerar que dijeran de un hijo suyo que no tenía familia, porque la tenía: una familia sobrenatural, la Obra; y un padre, que eso era él (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 650; y Javier Echevarría, Sum. 2245).
El Fundador alababa la rectitud y libertad con que actuaban sus hijos, aun cuando mantuvieran posturas políticamente diversas. Es curioso que con la misma fecha -14 de enero de 1964- felicite desde Roma a dos de sus hijos con distinto signo político: a Antonio Fontán por su trabajo, hecho con tanta rectitud y con tanta responsabilidad de historiador… ¡y con tanto amor de Dios! (cfr. C 3366); y a Laureano López Rodó por la rectitud y la doctrina profesional que pones en tu trabajo, con ese completo desinterés de honores y con ese respeto por las opiniones de los demás, en cosas temporales (C 3368).
176 Fue época de tensiones y antagonismos, en la que el cuadro nacional de formaciones políticas se fragmenta. La Iglesia española no había definido su postura, pero colaboraba con el régimen. El Concordato de 1953 había dado configuración confesional al Estado español; pero ante el espíritu del Concilio Vaticano II resultaron superados algunos viejos privilegios, como el derecho de presentación de Obispos. Por otro lado, las Hermandades Obreras de Acción Católica tuvieron repetidos choques con la Organización Sindical, dependiente del Estado y controlada por la Falange.
También las orientaciones ideológicas contribuyeron a dividir las fuerzas políticas disidentes en un amplio abanico de opciones y posibilidades no reconciliables dentro del sistema de gobierno franquista.
177 Julián Herranz Casado, Sum. 3905.
178 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 649; y Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4694.
179 Cfr. Florencio Sánchez Bella, Sum. 7492.
180 Carta 7-X-1950, n. 36.
Vicente Mortes Alfonso, uno de los testigos del proceso, era miembro supernumerario del Opus Dei. Desde abril de 1957 desempeñó altos cargos políticos; y de octubre de 1969 a junio de 1973 fue Ministro de la Vivienda. He aquí su testimonio en este punto:
"En varias ocasiones le expuse mi dolor por la incomprensión e, incluso, las calumnias que determinadas personas o grupos políticos en España lanzaban respecto del Opus Dei y la política. Él siempre me respondió con que debía practicar la caridad, ahogar el mal en abundancia del bien, dar liebre por gato y comprender que no nos comprendieran. Esto no obstante, me señalaba que tenía obligación, por el buen nombre de la Iglesia y de la Obra, de aclarar la verdad con toda la fortaleza necesaria, pero cuidando de no ofender a las personas, sino de señalar los errores. Y ello siempre en tono cordial y distendido. Me recomendaba siempre escuchar a los demás, dejarles expresar sus opiniones con toda libertad y, al exponer yo las mías, partir de la idea de que no hay más dogmas que los que ha definido la Iglesia y que, por lo tanto, casi todo en política es discutible" (Sum. 7234).
181 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2247.
182 César Ortiz-Echagüe Rubio, Sum. 6845.
183 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2256.
184 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2259. Desde 1950 -escribe el Fundador-, ni yo ni el Secretario General del Opus Dei hemos asistido a ningún acto oficial, fuera o no religioso (C 5753).
185 Cfr. C 3481, 23-VI-1964.
186 C 3781, 19-X-1966.
187 Cfr. C 3505, 15-VIII-1964.
188 C 3417, 20-III-1964. Con serenidad sobrenatural les escribía dos meses más adelante:
Queridos hijos: que Jesús me guarde a todos vosotros siempre in laetitia!
Espero -sé- que tendremos muchas cosas y muy buenas en esa estupenda tierra de los tulipanes. Comed, dormid, divertíos con todo, porque no hay motivo para otra cosa (C 3452, 19-V-1964).
189 C 3422, 27-III-1964.
190 C 3424, 3-IV-1964.
191 C 3442, 10-V-1964.
192 Ibidem.
193 C 3445, 10-V-1964.
194 C 3456, 23-V-1964.
195 C 5751, 28-V-1964. El Fundador pasó a Mons. Dell'Acqua copia de esta carta para conocimiento de Su Santidad.
196 C 5753, 14-VI-1964. El 12 de junio escribía el Fundador a Mons. Angelo Dell'Acqua, adjuntándole la carta dirigida al Santo Padre, con unas líneas: Le ruego calurosamente que la lea, y, solamente en el caso de que Vuestra Excelencia lo considere oportuno, la haga llegar a las Augustas Manos del Papa; me atengo de buen grado a su iluminado y querido juicio, con la alegría de aceptar su decisión, cualquiera que sea (C 5752, 12-VI-1964).
197 C 5753, 14-VI-1964. Acerca del "providencialismo" se dice en la carta: Hombre providencial, repito, se ha llamado a Franco todos estos años, con todos los tonos y en todas las ocasiones. Podría presentar a Vuestra Santidad una gruesa antología de discursos y documentos episcopales -prácticamente, de todos los Obispos-, en los que se elogia de manera "hiperbólica" al Caudillo, que es en verdad un buen hijo de la Iglesia subjetivamente, y muchas veces también objetivamente. Y la Jerarquía eclesiástica, las Órdenes y las Congregaciones religiosas han obtenido buen provecho -si me fuese permitido, diré que a veces se han aprovechado- de la buena disposición del Generalísimo para con la Iglesia.
198 Ibidem.
199 Ibidem.
200 Carta 15-VIII-1964, n. 1.
201 Ibidem, n. 13.
202 Ibidem, n. 9. Algunos ejemplos de puntos de doctrina que hay que defender, por haber sido injusta o imprudentemente desfigurados, son el trato entre católicos y el recto entendimiento del retorno a la primitiva Iglesia:
Si se extiende una mano a los que tienen la desgracia de no creer, pero con la otra se golpea al hermano en la fe, no podremos decir razonablemente que eso es un noble diálogo, sino un gesto desordenado. Si el retorno a la vida de la primitiva cristiandad, esa bendita realidad que es práctica habitual en la Obra, se entiende como un deseo de relegar la Iglesia a las catacumbas -pero, en realidad, la quieren meter en las alcantarillas, con las ratas, no con los hombres-, procuraremos hacer ver, con todo el Magisterio eclesiástico, que durante veinte siglos no ha trabajado en vano el Espíritu Santo (ibidem, n. 20).
203 C 3551, 29-XI-1964. Los dos primeros doctores honoris causa de la Universidad de Navarra fueron los profesores D. Miguel Sancho Izquierdo y D. Juan Cabrera y Felipe.
204 C 3772, 27-IX-1966.
205 C 3667, 2-X-1965.
206 C 3672, 9-X-1965. Acerca del origen de los errores sobre el Opus Dei, decía el Fundador en 1971: En España y sólo en España está el origen, por la celotipia religiosa de algunos, por la pasión política de otros pocos -muy pocos- y por la superficialidad de quienes repiten lo que oyen, porque les divierte (A.B.C., Madrid 24-III-1971: entrevista del corresponsal Julián Cortés Cavanillas).
207 C 5775, 4-VI-1965. Entre el montón de noticias y asuntos varios está la entrega del primer ejemplar de Camino de la edición de bibliófilos a Pablo VI (cfr. C 5792, 25-I-1966); y la de un ejemplar de la primera edición polaca al Cardenal Stefan Wyszynski (cfr. C 5826, 20-XII-1966); la expansión de la Obra en Nigeria y el proyecto apostólico de crear una Universidad en África (cfr. C 5774, 24-V-1965); y la exhortación a los fieles sobre la llamada universal a la santidad, hecha en una de las audiencias generales de la Basílica Vaticana, como mensaje del Concilio, y que tanto conmovió al Fundador (cfr. C 5779, 22-III-1966).
De singular importancia es la audiencia privada que obtuvo del Santo Padre, a través de Mons. Dell'Acqua: No consigo -escribe- habituarme a estos felices encuentros, aunque siempre me halle a mi gusto, como hijo que conversa con su Padre (C 5793, 29-I-1966).
La audiencia tuvo lugar el 25 de enero de 1966; en ella entregó al Santo Padre una nota sobre la diócesis de Barbastro, ya que corrían rumores de que pronto sería suprimida. Trató también del proyecto de crear una Facultad de Medicina en la Universidad Católica de Friburgo y un par de residencias universitarias en dicha ciudad (cfr. ibidem).
208 Sobre noticias falsas difundidas por el diario Le Monde, cfr. C 5758, 12-XI-1964; C 5778, 19-IX-1965; C 5779, 21-IX-1965; y por el periódico La Croix: artículos del 26 de abril de 1966 y días sucesivos: cfr. C 5808, 11-V-1966; y también la campaña organizada por Le Nouvel Observateur y Le Canard Enchaîné (cfr. C 5812, 11-VI-1966).
209 C 3800, 21-XI-1966.
210 Jacques Guillemé-Brûlon, corresponsal de Le Figaro, preparó la publicación de la entrevista. Con esa y otras entrevistas sobre temas de actualidad, en los años 1967 y 1968 (corrientes y movimientos posconciliares, organizaciones religiosas, apostolados del Opus Dei, etc.) fue editado un libro que lleva por título Conversaciones. El artículo de Le Figaro aparece con el título: El apostolado del Opus Dei en los cinco continentes (cfr. nn. 34 y ss).
211 Ibidem, n. 34.
212 C 5818, 29-X-1966, Appunto; cfr. también C 5823, 1-XII-1966.
213 Cfr. César Ortiz-Echagüe Rubio, Sum. 6845.
214 En una de sus novelas ejemplares: Rinconete y Cortadillo.
215 C 3786, 1-XI-1966. Unos días antes escribía a sus hijos de España: Bien sabéis que yo, como todos los sacerdotes del Opus Dei, no hablo nunca de política: mi oficio es rezar, y estar en la Cruz con los dos brazos abiertos, y lograr de este modo que ningún alma se sienta rechazada (C 3781, 19-X-1966).
216 C 3783, 28-X-1966.
Con fecha de 29-X-1966 enviaba el Fundador a Mons. Dell'Acqua una nota, que en uno de sus párrafos decía: Adjunto fotocopia de una carta que he enviado al ministro Solís. Pienso que le causará impresión y espero que al darse cuenta de que, al exponer las razones sobrenaturales y lógicas que considero conveniente, le trato de Excelencia en lugar de llamarle de tú, quizá le haga reflexionar (C 5818, 29-X-1966).
De dicha carta recibió también copia Don Juan de Borbón, que acusa recibo desde Estoril (Portugal), el 15 de noviembre:
"Mi querido Don José María:
Me ha sido entregada a mano una copia de tu brillante y enérgica carta al Ministro Secretario General del Movimiento protestando de la injusta campaña de prensa contra el Opus Dei.
Estimo ha sido un gran acierto aclarar las cosas que ciertas personas no han querido comprender desde un principio y era de todo punto necesario cortar de una vez para siempre.
He visto también con agrado la visita de la Reina Madre de Inglaterra a Netherhall House, en Londres, y los acertados comentarios que hizo a la prensa a la salida.
Encomendándome a tus valiosas oraciones, recibe un fuerte abrazo, besándote la mano, de tu afmo." (RHF, D-30752).
Laureano López Rodó, luego de recoger el texto de la carta y breve comentario sobre la publicación, dice: "como no tenía vuelta de hoja, Solís no pudo contestar a la carta de Mons. Escrivá de Balaguer" (en ob. cit., p. 98).
217 Cfr. C 3798, 21-XI-1966.
218 A.B.C. (Madrid), 24-III-1966.
219 Entre las cartas de la década de los sesenta, cfr. correspondencia con D. Francisco Franco Bahamonde: C 3551, 29-XI-1964; C 3772, 27-IX-1966; C 4223, 3-VIII-1968. La correspondencia con D. Juan de Borbón y Battenberg: C 3676, 5-I-1964; C 3798, 21-XI-1966; C 3900, 24-VI-1967; C 4067, 1-II-1968; C 4189, 21-VI-1968.
220 C 3798, 21-XI-1966. Muy conocida, por haberla referido en varias ocasiones a sus hijos, es la anécdota que recoge unos de los testigos del proceso sobre la vida y virtudes del Fundador del Opus Dei: "En otra ocasión me contó que le había visitado el Jefe de la Casa Real Española y que, en tono amable y sonriente, (el Fundador) le había dicho: Alteza, yo tengo hijos monárquicos, pero también los tengo republicanos" (Alfredo López Martínez, Sum. 5749).
221 El Fundador se mantuvo siempre fiel en su conducta al principio de respetar toda opinión en materia política, situándose personalmente al margen de estas cuestiones. En una carta, excepcionalmente extensa, dirigida a D. Juan de Borbón, hace clara referencia a los principios en que basa su comportamiento. La carta del Fundador (C 4938, 10-XI-1971) es contestación a otra de Don Juan, del 6-XI-1971. De ella entresacamos los párrafos pertinentes:
Yo no conocía nada de eso, porque vivo en otro ambiente, y porque nadie me habla de política, y menos de política de España. Por tanto, todas las noticias que me da son nuevas para mí […].
Esa carta está redactada en línea con toda mi conducta de no entrometerme en asuntos temporales, y dentro de una delicada pero clara demostración de la lealtad que a V. M. debo […].
No es mi actitud la neutralidad. Rechazo esa conducta -la neutralidad-, porque en las cosas sobrenaturales hay que estar con Cristo o contra Cristo: no se puede ser neutral. En cambio, en las terrenas, tengo obligación de no juzgar y de derrochar abundante caridad para todos: ésta es la enseñanza que transmito a mis hijos […].
No tenemos neutralidades, ni tácticas humanas: respetamos delicadamente las legítimas opiniones de los demás en las cosas temporales, como he tenido la alegría y el honor de decírselo a V. M., invariablemente, durante tantos años. Y esto, aunque en algún caso no falten quienes personalmente me hagan sufrir. Porque, por encima de cualquier consideración, no debo ser hombre de parte en las cosas terrenas, para poder así atender espiritualmente a cualquier alma, sin distinción […].
Puede estar bien seguro, Señor, de que ni las intrigas de unos, ni las increíbles calumnias y difamaciones de otros harán cambiar el seguro criterio sacerdotal que -por la gracia de Dios- ha sido y será siempre la línea de mi conducta.
222 C 3416, 20-III-1964.
223 Cfr. C 2653, 2-X-1957.
224 Cfr. C 2681, 31-XII-1957; Álvaro del Portillo, Sum. 507.
225 Cfr. C 3749, 17-VI-1966.
226 C 4128, 29-III-1968.
227 Cfr. C 3335, XII-1963.
228 C 4214, 15-VII-1968.
229 Cfr. ibidem.
230 Ibidem.
231 En el Boletín Oficial del Estado, n. 186, de 3 agosto de 1968, p. 11539, aparece publicado el Decreto 1851/1968, de 24 de julio de 1968, "por el que se rehabilita, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, el título de Marqués con la denominación de Peralta a favor de don José María Escrivá de Balaguer y Albás".
232 C 4223, 3-VIII-1968. Franco, sin duda alguna, se hallaba al tanto de la historia de la rehabilitación. De ahí que no se haga mención del título obtenido; y sí de la bondad que ha tenido con mi gente (con la familia Escrivá de Balaguer) y la noble comprensión.
233 Cfr. Florencio Sánchez Bella, Sum. 7489.
234 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2043. El mismo Mons. Echevarría comenta que cuando el Padre hablaba en las tertulias y salía alguna anécdota de familias ilustres o nobiliarias, emparentadas con los Escrivá o con los Blanc, inmediatamente rebajaba toda presunción de grandeza con un comentario de humor (cfr. ibidem).
235 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 386.
236 Cfr. ibidem. Florencio Sánchez Bella testimonia que, "aprovechando viajes apostólicos o de descanso", personalmente visitó los archivos de la Corona de Aragón, los del Reino de Valencia y los Archivos Generales de Viena (Sum. 7489).
237 Las primeras consultas se hicieron a D. Gregorio Arranz, letrado del Ministerio de Justicia (cfr. ibidem); y los documentos que acompañaron a la instancia de rehabilitación en 1968 fueron preparados por D. Adolfo Castillo Genzor, Secretario de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, de Zaragoza, experto genealogista e historiador del Reino de Aragón.
238 Cfr. Pedro Casciaro Ramírez, Sum. 6321.
239 Cfr. Real Decreto, 8-VII-1922 y Real Orden, 21-X-1922.
240 Entre los nombramientos y títulos de carácter eclesiástico están los de: miembro honoris causa de la Pontificia Academia Teológica Romana (19-XII-1956; cfr. RHF, D-15099); Consultor de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades (23-VII-1957; cfr. RHF, D-15101); Gran Canciller de la Universidad de Navarra (Decreto de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, 15-X-1960; cfr. RHF, D-15102); Consultor de la Comisión Pontificia para la interpretación auténtica del Código (21-III-1961; cfr. RHF, D-1503), etc.
Entre los honores y distinciones civiles, aún no mencionados, se cuentan las Grandes Cruces españolas. Sobre estas cruces honoríficas solía decir, si alguno le felicitaba: te lo aseguro en la presencia de Dios, no me va ni me viene, no me deja ni frío ni caliente; la única Cruz que me importa, que amo y que deseo llevar con garbo todos los días, es la Cruz de mi Señor Jesucristo (Javier Echevarría, Sum. 2765). La Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort (23-I-1954) le sirvió para escribir una carta de agradecimiento al Jefe del Estado (C 2088, 26-I-1954) insistiendo en la universalidad del Opus Dei, que nació en Madrid. En cuanto a la Gran Cruz de Carlos III (distinción concedida por Decreto del 18-VII-1960), escribía desde Londres a uno que le felicitaba: Ayúdeme a dar gracias a Dios Nuestro Señor, por la Cruz que Él quiso poner sobre mis hombros hace ya treinta y dos años; y rece por mí para que la lleve siempre con garbo y con alegría (C 2970, 5-VIII-1960). Cuatro años más tarde recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficiencia (26-XI-1964), con distintivo blanco, en consideración a sus méritos y servicios en el ámbito de la acción benéfica social, como explicaba oficialmente el Ministro de la Gobernación.
Pienso siempre que he llegado a viejo -escribía el Fundador agradeciendo la felicitación del Ministro- y que el Señor ha querido que no me faltara su Santa Cruz jamás. Pero ahora he de agradecer la que han querido poner sobre mí, sin ningún merecimiento personal. Gracias, por esa gran cruz de beneficencia, que merecen mis hijos -yo no, repito-, por la continua y generosa labor que hacen con las clases más humildes de nuestra amadísima España: le ruego que presente también mi respetuoso agradecimiento a S. E. el Jefe del Estado (C 3550, 28-XI-1964).
Cfr. también Florencio Sánchez Bella, Sum. 7490 y 7491.
241 Javier Echevarría, Sum. 2286.
242 Javier Echevarría, Sum. 2764; Álvaro del Portillo, Sum. 385.
243 Florencio Sánchez Bella, Sum. 7491.
244 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 387 y 388; Javier Echevarría, Sum. 2045; Florencio Sánchez Bella, Sum. 7489.
245 Cfr. ibidem. Como decía el Fundador a sus hijos: es más difícil muchas veces ejercitar un derecho que cumplir un deber (Fernando Valenciano Polack, Sum. 7081).
246 Con ocasión de estar reunido con un pequeño grupo de Prelados españoles, les explicó las razones por las que pedía la rehabilitación del título de Marqués: No lo he hecho por mí; ni lo necesito, ni lo utilizaré nunca […]. Lo he hecho exclusivamente por el derecho que asiste a mi familia, y que podría perderse por negligencia mía; es una exigencia de la virtud de la piedad que me obliga con mi hermano y mis sobrinos, ya que siendo el cabeza de familia, no puede hacer otro por mí, esa petición (palabras recogidas por Enrique Delgado Gómez, en Testimonios…, ob. cit., p. 139.
247 Los gastos de gestiones y tramitación los sufragó, "con mucha generosidad, D. José Badrinas" (cfr. Florencio Sánchez Bella, Sum. 7489).
248 C 4057, 25-I-1968.
249 La instancia de don Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás para obtener el reconocimiento a su favor del título de Marqués de Peralta es del 11 de enero de 1968 (RHF, D-15105). El expediente de prueba presentado por el pretendiente al título fue preparado por el ya citado especialista D. Adolfo Castillo Genzor.
250 El Decreto de 24 de julio de 1968, de reconocimiento del título, en RHF, D-15105; y el Despacho de rehabilitación del 5 de noviembre de 1968, también en RHF, D-15105.
251 Cfr. Rolf Thomas, Sum. 7676.
252 La cesión del título nobiliario se hizo, por escritura ante notario, a favor de D. Santiago Escrivá de Balaguer y Albás; cfr. RHF, D-15105. La aceptación se verificó, también ante notario, el 22 de junio de 1972; cfr. ibidem.
253 C 4473, 16-IX-1969.
254 Carta 25-V-1962, n. 24.
255 Ibidem.
256 Este proceso de asimilación de los Institutos Seculares a las Congregaciones Religiosas desfiguraba la naturaleza secular propia de los primeros. Como escribía el Fundador:
Además la gente -no sólo el hombre de la calle y las autoridades civiles, sino también la generalidad de los eclesiásticos, incluidas algunas personas de la Jerarquía- considera como religiosos a todos los que forman parte de un Instituto Secular, por el simple hecho de ser miembros de esas asociaciones y de depender de la Sagrada Congregación de Religiosos (Carta 25-V-1962, n. 23).
257 Según la Constitución Provida Mater Ecclesia (art. 2, 1, 2) la Sagrada Congregación de Religiosos podía aplicar a los Institutos Seculares, como derecho supletorio, algunas prescripciones particulares del derecho de religiosos. Por otro lado, el Código de Derecho Canónico de 1917 establecía, en el canon 500, que "sin especial indulto apostólico, ninguna religión de varones puede tener sujetas a ella congregaciones de mujeres, o retener el cuidado o dirección de tales religiosas como a ella especialmente encomendada".
Caso éste en que, como se ve, la unidad institucional de los miembros del Opus Dei no estaba eficazmente protegida por la legislación de los Institutos Seculares, quedando expuesta a muy graves riesgos.
258 Un ejemplo de esta asimilación consistió en calificar los votos que se emitían en los Institutos seculares como votos públicos religiosos, o a ellos equiparados. A este respecto, escribió el Fundador: No despreciamos los votos: sentimos por ellos la gran estima que la teología nos enseña a tener. Pero desde el momento que a un acto de devoción privada hay quienes le quieren dar la fuerza jurídica de un acto público, nos estorban: nos quedamos con las virtudes (Carta 31-V-1954, n. 9).
259 Carta 12-XII-1952, n. 2. Temía el Fundador que pudiese repetirse la historia de san Francisco de Sales, que quiso fundar una institución para mujeres que buscasen la santidad en medio del mundo, y la fundación se transformó en una Congregación religiosa de clausura rigurosísima (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 562).
260 Carta 2-X-1958, n. 9.
261 Ibidem, n. 12.
262 Carta 2-X-1958, n. 10. Haciendo esto -continúa en dicha carta-, depositamos nuestra confianza filial en Dios, para que se digne poner fin a esta preocupación espiritual.
Con la misma confianza filial, y pidiendo la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Madre nuestra -Cor Mariae Dulcissimum, iter para tutum!-, informaré a la Santa Sede, en el momento oportuno, de esa situación, de esa preocupación (ibidem, nn. 10 y 11).
263 Cfr. Appunto, en C 5942, 19-III-1960.
264 Ibidem, n. 2. Señalaba también otro grave motivo para la revisión del Estatuto; a saber, los millares de personas que, desde un principio, se habían dedicado al servicio de la Iglesia en el Opus Dei con una condición precisa: la de seguir siendo comunes fieles cristianos, no religiosos ni equiparados a los religiosos.
En el Appunto se especificaba el número de miembros: 25.671 numerarios y numerarias, con 307 sacerdotes; 1.118 agregados y 3.564 supernumerarios, con varios centenares de sacerdotes asociados (cfr. ibidem, n. 8).
265 Por reforma establecida por Pablo VI en 15-VIII-1967, la Sagrada Congregación Consistorial pasó a denominarse Congregación para los Obispos.
266 Hay que resaltar, señalan algunos comentaristas, un dato de gran importancia; a saber: "que, desde este momento, el Fundador empezó a actuar de forma decidida a partir de categorías y estructuras pertenecientes a la jurisdicción eclesiástica ordinaria" (Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., p. 327).
267 Álvaro del Portillo, Sum. 563.
268 AGP, Sección Jurídica, VI, D-15611.
269 Carta 25-I-1961, n. 62.
270 Cfr. C 5950, 20-IV-1962.
271 Ibidem.
272 Carta a Su Santidad Juan XXIII, en EF-620107-2; cfr. Carta, de la misma fecha, al Cardenal Amleto Giovanni Cicognani, en EF-620107-1. Vid. texto de estas dos cartas en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndices Documentales 44 y 43 respectivamente, pp. 568-571.
273 Poco después, el Cardenal Secretario de Estado pidió parecer al Cardenal Ciriaci sobre la instancia del Fundador al Santo Padre. Y el Fundador preparó para Ciriaci un Appunto (8-III-1962), en el que se recogía la historia de las aprobaciones del Opus Dei, motivos, soluciones propuestas, etc. El Cardenal Ciriaci insistió para que el Fundador enviase otro Appunto complementario, con objeto de aclarar dudas de algunos Prelados sobre la solución solicitada.
274 C 5950, 20-IV-1962. Su oración era muy intensa. El 1 de abril de 1962, dirigiendo la meditación en el oratorio, repetía insistentemente, para obtener esa gracia del Señor:
¡Señor, lúcete! ¡Haz una de las tuyas! ¡Que se vea que eres Tú! (AGP, P01, 1982, p. 1378).
275 Carta del Cardenal Amleto Giovanni Cicognani al Fundador, del 20-V-1962, en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 45, pp. 571-572.
276 En carta del 3 de junio el Fundador acusaba recibo al Cardenal Amleto Giovanni Cicognani de la denegación de lo solicitado; y humildemente le decía al Cardenal: no puedo por menos de agradecer a Vuestra Eminencia Reverendísima el habérmelo comunicado, ya que con ello me ha dado ocasión de demostrar, una vez más, mi completa y perfecta adhesión a la Santa Sede (EF-620603-1; vid. carta completa en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 46, pp. 572-573). El 27 de junio tuvo el Fundador una audiencia privada con Juan XXIII, de la que salió conmovido por el afecto que le demostró el Papa.
277 La Sagrada Congregación de Religiosos, por carta del 2 de agosto de 1950, concedió especiales facultades al Fundador para proponer cambios, aclaraciones o modificaciones complementarias que considerase oportunas para la expansión y necesidades de la Obra. Cfr. Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 33, pp. 555-556.
278 Carta a Su Santidad Pablo VI, en EF-640214-2; el texto completo se encuentra en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 48, pp. 574-575.
279 Carta a Su Santidad Pablo VI, en EF-640214-2: n. 20 de la nota reservada adjunta.
280 Carta a Mons. Angelo Dell'Acqua, Sustituto de la Secretaría de Estado, desde París, en EF-640815-2; vid. texto completo en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 49, pp. 575-578.
281 Carta al Cardenal Amleto Giovanni Cicognani, en EF-620603-1; vid. texto completo en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 46, pp. 572-573.
282 Carta 25-V-1962, n. 26. Cuando me preguntan si pertenezco a un Instituto Secular, como he de salvar mi alma, contesto siempre que no: porque ésta es la verdad (ibidem, n. 3).
283 Nota del Fundador para el Archivo del Opus Dei, en EF-620420-2.
284 Sal. 70, 9, 17 y 18.
285 Carta 25-V-1962, n. 1.
286 C 3442, 10-IV-1964.
287 C 3550, 28-XI-1964.
Rezad por mí -escribe a su hermano Santiago y a su cuñada Yoya-, que tengo mucho trabajo importante sobre mis hombros, y ya soy un viejo (C 3721, 1-IV-1966). Y ahora -escribe a sus hijos-, con la humedad del Tevere -¡con los años!-, se me ha echado encima un señor lumbago bastante considerable (C 3511, 8-IX-1964).
En algunas ocasiones, como todas las personas de edad, el Fundador se deja ir y carga las tintas de su buen humor. Así sucedió cuando los de España se habían empeñado en que un fotógrafo catalán -Catalá-Roca- le hiciese unas fotos. He aquí sus comentarios por carta: Veo que estáis decididos a inmortalizar a este vejestorio, tratando de lograr algunas fotografías buenas. Yo os ruego que no me martiricéis demasiado (C 3770, 22-IX-1966). Y en otra: ¡Dios no os lo tenga en cuenta! Estas cosas se hacen cuando el interesado tiene veinte años majos, y no cuando es un viejo pachucho de sesenta y cinco (C 3771, 22-IX-1966).
288 C 3557, 15-XII-1964.
Y, por lo que se refiere a la "cuenta de miles de años", recordemos que en los primeros tiempos de la fundación, cuando se veía demasiado joven para la labor de apostolado, pedía al Señor que le concediese 80 años de gravedad. Medio en broma medio en veras solía decir a sus hijos y a sus hijas: ¿Cuántos años pensáis que tiene el Padre?; y hacía la suma: comenzando por la edad de Cristo:
ipse Christus 2.000años
por dentro 80
por fuera 62
______
total 2.142 años
Cfr. María Begoña Álvarez Iráizoz, RHF, T-04861, p. 77.
289 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 568; y Mario Lantini, Sum. 3631.
290 AGP, P01, 1982, p. 1388.
291 Cfr. Carta a Mons. Angelo Dell'Acqua, Sustituto de la Secretaría de Estado, desde París, en EF-640815-2; vid. texto completo en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 49, pp. 575-578. Cfr. también Álvaro del Portillo, Sum. 567.
292 Cfr. Carta de Mons. Álvaro del Portillo, del 28-XI-1982, n. 37, en Rendere amabile la verità. Raccolta di scritti di Mons. Álvaro del Portillo, Ciudad del Vaticano 1995, p. 71.
293 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 568.
294 El decreto Presbyterorum Ordinis, en su n. 10, habla de atender, por razones de apostolado, "las tareas pastorales peculiares" (cfr. A.A.S. LVIII (1966), p. 1007).
295 El Motu proprio Ecclesiae Sanctae se ocupa en su n. 4 de las Prelaturas personales: "Además, para la realización de peculiares tareas pastorales o misioneras en favor de determinadas regiones o grupos sociales, que necesiten ayuda especial, puede ser útil que la Santa Sede erija Prelaturas que consten de presbíteros del clero secular, con una formación peculiar, bajo el régimen de su propio Prelado y dotadas de estatutos propios […].
Nada impide que laicos, célibes o casados, mediante convención con la Prelatura, se dediquen con su competencia profesional al servicio de sus tareas e iniciativas" (A.A.S. LVIII (1966), p. 760).
296 Cfr. C 5833, 2-III-1967.
297 Cfr. Appunto adjunto a C 5958, 16-IX-1969.
298 Luc. 10, 27.
299 Meditación del 6-I-1970, dirigida por el Padre en el oratorio de Pentecostés, Roma.
300 Ibidem.
301 Carta al Cardenal Ildebrando Antoniutti, Prefecto de la Sagrada Congregación de Religiosos e Institutos Seculares, en EF-690520-2 (vid. texto completo en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 50, pp. 578-579). Entre los motivos que le llevaron a cambiar de idea estaba el propósito -según dijo a varios Prefectos de la Curia- de insistir en que el Opus Dei no se encuadra en el marco de la vida consagrada.
302 La respuesta del Cardenal Antoniutti al Fundador (11-VI-1969): en en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 51, p. 579.
303 Sobre el desarrollo del Congreso: cfr. Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., pp. 371 y sigs. Cfr. AGP, Actas del Congreso General Especial, 1, 2-IX-1969.
304 Tan pronto se clausuró la primera parte del Congreso, el Secretario General del Opus Dei, Álvaro del Portillo, informó a la Santa Sede sobre la marcha del Congreso y la preparación de su segunda parte (cfr. Carta de don Álvaro del Portillo al Cardenal Ildebrando Antoniutti, del 18-IX-1969, en en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 52, p. 580).
305 Carta al Cardenal Ildebrando Antoniutti, Prefecto de la Sagrada Congregación de Religiosos e Institutos Seculares, en EF-691022-1 (vid. texto completo en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 54, pp. 581-583).
306 Ibidem. Con esas palabras -profesión de los consejos evangélicos- venía a tipificar el modo de la llamada vida consagrada, propia del estado religioso.
307 C 5958: Carta a Su Santidad el Papa Pablo VI, Roma 16 de septiembre de 1969.
308 He aquí algunos puntos del Recurso, recogidos también en las consideraciones del Appunto (Nota) que acompaña la carta al Papa Pablo VI:
Recurso: Habiendo tenido noticia de la constitución de una Comisión Pontificia especial para conocer, in iure et in facto, algunos aspectos de la organización jurídica y actividad apostólica del Opus Dei […]. Por el presente acto se propone formalmente exceptio suspicionis contra tres de los cinco miembros de la mencionada Comisión Pontificia. (A continuación vienen los nombres de los formalmente recusados; y las consecuencias jurídicas de la recusación establecidas por el canon 1613).
La exceptio suspicionis podrá ser adecuadamente documentada y probada, solicitándose por tanto amplia facultad de prueba. Y, a tenor del canon 1614, dicha excepción deberá ser examinada, no por esa misma Comisión sino por quien delega. Tratándose en el presente caso de una Comisión Pontificia, consideramos que la exceptio suspicionis deberá ser examinada por el Romano Pontífice, etc.
309 Carta de acompañamiento al Appunto (16-IX-1969).
310 Appunto, n. 1.
311 Conclusiones, n. 4.
312 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 804; Javier Echevarría, Sum. 2360.
313 Javier Echevarría, Sum. 2360.
314 C 5960, 11-X-1969.
315 Ibidem.
316 C 5962, 29-X-1969.
317 Ibidem. Sobre la posible intervención de Mons. Benelli en este asunto, nada dice la carta del Fundador.
En nota al Appunto del 16 de septiembre de 1969, ya citado, dice Mons. Álvaro del Portillo que la Comisión especial "no llegó a realizar ningún trabajo relacionado con la situación jurídica del Opus Dei y, de hecho, quedó disuelta inmediatamente".
318 Cfr. Actas del Congreso General Especial, del 30-VIII-1970; AGP, RHF, Sección Jurídica, VII, D-15256.
319 AGP, P01, 1970, p. 501.
320 Cfr. César Ortiz-Echagüe Rubio, Sum. 6860; y AGP, P01, 1982, pp. 1488 y sigs. Poco antes de acercarse a Torreciudad compuso la letra de una jota, improvisada allí mismo, en el coche: El amor de los baturros, / es difícil de lograr; / pero, aunque pasen los años, / es un amor de verdad (ibidem, p. 554).
321 Ibidem, p. 1499.
322 AGP, P01, 1982, p. 1506.
323 Ibidem, p. 1508.
324 Ibidem, p. 1317.
325 AGP, P01, 1970, p. 937.
326 AGP, P01, 1982, p. 1319. Durante toda esa temporada, su oración a la Virgen era especialmente filial. En el libro de firmas de Torreciudad, aunque no solía escribir en los libros de visitas, había escrito unas semanas antes: Madre mía y Señora mía de Torreciudad, Reina de los Ángeles, monstra te esse Matrem y haznos buenos hijos, hijos fieles. Torreciudad, 7 de abril de 1970 (AGP, P01, 1982, p. 1499).
327 Ibidem, p. 1321.
328 Ibidem. "En este contexto de oración universal, abierta a todas las necesidades de los hombres -escribe Mons. Javier Echevarría a los fieles de la Prelatura-, pedía perseverantemente por el Opus Dei, para que el Señor, en su Bondad y Poder infinitos, protegiera a su Obra y conservara íntegros e inviolados -también mediante la sanción jurídica adecuada por parte de la Autoridad eclesiástica- el espíritu, la naturaleza y los modos apostólicos propios del Opus Dei" (Carta, 1-V-1995).
329 Ibidem, p. 1324.
330 AGP, P01, 1970, p. 950.
331 Ibidem.
332 AGP, P01, 1976, p. 451.
333 Actas del Congreso General Especial II, del 30-VIII-1970; AGP, Sección Jurídica, VII, D-15256..
334 Actas del Congreso General Especial II, del 14-IX-1970; en Amadeo de Fuenmayor et al., ob. cit., Apéndice Documental 55, pp. 584-585.
335 Ibidem.
336 RHF, AVF-80.