1 Javier Echevarría, Sum. 2404.
2 Cfr. C 4512, 20-XII-1969. Carta dirigida a sus hijas con una felicitación de Navidad. Con ese mismo texto envió otra a sus hijos.
3 C 4508, 15-XII-1969. Carta a don José María Hernández Garnica.
4 He mandado hacer una imagen de Cristo crucificado, pero sin lanzada: Cristo vivo, que muere en medio de los sufrimientos más atroces; y muere gustosamente -se entregó voluntariamente- para conseguir nuestra redención y nuestro amor. Quiero que podamos mirar a esa imagen de Cristo que sufre lleno de paz, por ti, por mí, por todos; que nos decidamos a reaccionar con una entrega total y sin regateos, aunque tengamos que dejar la vida (Javier Echevarría, Sum. 2814). Sobre el Cristo y la ermita de la Santa Cruz: cfr. AGP, P01, 1982, p. 1308 y ss.
5 AGP, P01, 1972, p. 916.
6 "En aquellos años -testimonia Mons. Joaquín Alonso- le oí afirmar muchas veces que la cuestión jurídica de la Obra -su intención especial- había pasado para él a un segundo plano; ahora la necesidad más urgente era trabajar apasionadamente y hasta el extremo de las fuerzas para hacer proclamar en todas partes la lealtad a la doctrina y a la moral católica, la unión con el Papa y la búsqueda de la santidad" (Joaquín Alonso Pacheco, PR, p. 2058).
7 Javier Echevarría, Sum. 2658.
8 Insegnamenti di Paolo VI, ob. cit., 1972, p. 672.
9 Ibidem, pp. 672-673.
10 Cfr. Francisco Vives Unzué, Sum. 7456.
11 "Todo se ha hecho problema", se queja Pablo VI; "del interior mismo de la Iglesia, de sus hijos más queridos, surge con frecuencia la inquietud, la intolerancia, la defección. Son tiempos de borrasca" (Insegnamenti di Paolo VI, ob. cit., 1971, p. 538).
12 Cfr. Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4756.
13 AGP, P01, 1972, p. 57; Javier Echevarría, Sum. 2607; y Álvaro del Portillo, Sum. 1145. El suceso ocurrió en 1971.
14 Cfr. José Luis Pastor Domínguez, Sum. 6066.
15 A poco de terminar el Concilio, en virtud de una "apresurada necesidad de revisión", ésta se transforma en "autocrítica corrosiva" hasta el punto de convertirse en "autodestrucción" (Insegnamenti di Paolo VI, ob. cit., 1969, p. 683). Se da entonces la tendencia -dice Pablo VI- "a poner en tela de juicio la existencia misma de la Iglesia". Se acusa a la estructura eclesiástica de "abusiva, deforme, precaria, nociva, inútil". Y continúa: "porque la estructura sería una derivación ilegítima, o al menos no necesaria, de la fórmula auténtica de la Iglesia apostólica" (ibidem, 1971, p. 1011).
16 C 4293, 16-XII-1968.
17 C 5902, 27-IV-1970.
18 El Papa Pablo VI, en homilías, audiencias pontificias, discursos, etc. habla, con palabras claras y duras, de la crisis que estaba atravesando la Iglesia. "El estado presente de la Iglesia -resume en una ocasión, en 1970- se puede decir que está caracterizado por muchas agitaciones, tensiones, novedades, transformaciones, discusiones, etc. Hay quien habla de desintegración de la Iglesia, y quien sueña con el surgir de una nueva" (Insegnamenti di Paolo VI, ob. cit., 1970, p. 724).
19 Camino, n. 518.
20 Ibidem, n. 519.
21 C 1335, 29-I-1948.
22 Lealtad a la Iglesia, homilía (4-VI-1972); recogida en Amar a la Iglesia, Madrid 1986, p. 21.
23 Javier Echevarría, Sum. 2660.
1632Sobre la fusión de la caridad con los afectos auténticamente humanos, sobre su decir que amaba a Dios con el mismo corazón con que amaba a sus hijos, porque no tenía otro; y acerca de la cordialidad y delicadeza con que revestía su caridad para que resultase eficaz y atractiva: cfr. Juan Udaondo Barinagarrementería, Sum. 5054; Teresa Acerbis, PR, p. 1913; y Giuseppe Molteni, Sum. 3839.
25 AGP, P01, 1972, p. 21. Cuando el Fundador oía algunas ofensas a Dios, exclamaba a menudo: Me duelen las almas (cfr. Mercedes Morado García, Sum. 6930).
26 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 838. Hace años -contaba el Fundador- cuando ya se veía venir toda esta hecatombe sobre la Iglesia Santa, no podía subir al altar sin echarme a llorar como un niño. Se me pusieron malos los ojos, y tuve que ir al oculista (AGP, P01, 1972, p. 20).
27 Javier Echevarría, Sum. 2870.
28 Javier Echevarría, PR, p. 1519.
29 Cfr. la Introducción al resumen de la historia clínica del Fundador, elaborada por la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra (RHF, D-15111), con informes pormenorizados basados en los expedientes. Acerca de la insuficiencia renal se dice: "Toda esta sucinta memoria de hechos gira alrededor de un proceso nefroangioescleroso, con insuficiencia renal progresiva, hipertensión arterial y alteraciones vasculares, que en su fase final presentó graves accidentes circulatorios, el último de los cuales determinó su muerte".
30 Javier Echevarría, Sum. 3138.
31 Javier Echevarría, Sum. 2758.
32 Javier Echevarría, Sum. 2660; cfr. también Giacomo Barabino, Sum. 4528.
33 Javier Echevarría, Sum. 2661.
34 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 23.
35 Javier Echevarría, Sum. 2870.
36 Cfr. José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 26.
37 Lealtad a la Iglesia, homilía, ob. cit., p. 32.
38 Javier Echevarría, Sum. 2659.
39 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 15.
40 María Begoña Álvarez Iráizoz, RHF, T-04861, p. 9. Frases similares: recogidas en distintas fechas de 1971 por Mons. Javier Echevarría, Sum. 2784, y José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 10.
41 Hoy no hace buen tiempo, no podéis salir a pasear -comentaba en más de una ocasión a sus hijos-. A mí no me ha importado: estoy triste mirando a nuestra Madre la Iglesia, y me gusta que incluso la naturaleza, a veces, se entristezca también: esa lluvia me parece hecha de lágrimas. Y entonces, ¿por qué sonrío? Porque a la vez estoy alegre. Con la ayuda de Dios seremos fieles (AGP, P01, 1973, p. 311).
42 Javier Echevarría, Sum. 2754.
43 Teresa Acerbis, Sum. 4984.
44 Javier Echevarría, Sum. 2747.
45 Cfr. María Begoña Álvarez Iráizoz, RHF, T-04861, p. 20. Marlies Kücking testimonia, por otra parte, que, por lo que hace al Padre, "la oración era el medio y fuente de esta energía, y confiaba, de modo especial, en la oración de las Numerarias Auxiliares" (Sum. 7177).
El testimonio de Mons. Álvaro del Portillo viene a subrayar lo anteriormente expuesto: "He vivido muchos años al lado de nuestro Padre, y le he oído repetir constantemente, con un convencimiento total, que sentía una envidia santa y una admiración muy honda por la vocación de sus hijas Numerarias Auxiliares". Aunque el Padre quería a todos en la Obra con el mismo cariño, "se permitía una excepción, que no ocultaba: tenía predilección por sus hijas pequeñas, como le gustaba llamar a las Numerarias Auxiliares" (AGP, P02, 1977, p. 827).
46 AGP, P01, 1982, p. 1378.
47 Ibidem.
48 Carta 25-V-1962, n. 44.
49 Cfr. Carta 19-III-1967, n. 3.
50 Ibidem, n. 5.
51 Francisco Vives, Sum. 7471.
52 AGP, P01, 1972, p. 862.
53 Cfr. Rom. 8, 31; cfr. también AGP, P01, 1982, p. 1248; Javier Echevarría, Sum. 3276; Ernesto Juliá Díaz, Sum. 4245; y Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4934.
54 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 3275.
55 Ibidem; cfr. también Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4934; Ernesto Juliá Díaz, Sum. 4245; e Is. 58, 1. Ahora ya no lloro -decía en una ocasión a sus hijos-, pero desde el 6 de agosto de 1970 he clamado sin cesar: clama, ne cesses! (Is. 58, 1), con la plena convicción de que Dios lo quiere (AGP, P01, 1979, p. 983).
56 La variante respecto al texto de la epístola a los Hebreos 4, 16 es: "trono de la gloria", en lugar de "trono de la gracia". Explicaba el Fundador que la Señora es trono de la gloria en virtud de su constante e inseparable intimidad de amor con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por medio de su intercesión nos dirigimos a Dios, apelando humildemente a su misericordia (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 1130).
El Fundador tenía por costumbre recurrir a la intercesión de Nuestra Señora; y esta locución "le confirmó en la necesidad de dirigirse siempre a ella" (Javier Echevarría, Sum. 3276).
El Padre mandó a don Álvaro comunicar por escrito esta locución a los del Consejo; la única ocasión -testimonia Ernesto Juliá Díaz- en que recuerda que procediese de esta forma (cfr. Sum. 4245).
Cfr. también: Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4935; Mario Lantini, Sum. 3741 y Blanca Fontán Suanzes, PM, f. 1087.
Es interesante lo que refiere Mons. Julián Herranz, que oyó de labios del Padre este episodio sobrenatural a poco de regresar de Caglio. Por entonces ya se había comenzado a trabajar en Cavabianca (sede definitiva del Colegio Romano de la Santa Cruz), y el Padre pidió que se colocase allí un bajorrelieve en piedra, que representase a la Virgen sentada en un trono y coronada por la Santísima Trinidad; en la base irían grabadas las palabras de la locución. Mientras se esperaba la solución jurídica del problema institucional de la Obra, el Padre sugirió que se recitasen como jaculatoria para obtener de Nuestra Señora la deseada solución. Cosa que durante años hicieron sus hijos. "Por eso -testimonia Mons. Julián Herranz Casado- fue muy grande nuestro gozo y nuestra gratitud a la Santísima Virgen cuando el Papa (que nada sabía de esto) hizo pública su decisión de erigir el Opus Dei en Prelatura personal el 23 de agosto de 1982, aniversario de la especial luz divina recibida por el Fundador once años antes" (Sum. 4030).
57 AGP, P01, 1971, p. 498. Sobre el "descubrimiento": José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 78, anotado el 10-II-1971.
58 Cfr. Ernesto Juliá Díaz, Sum. 4114.
59 Para la ceremonia de la Consagración, que se renovaría todos los años en los centros de la Obra, compuso el Padre un texto que pasó a don Álvaro, por si quería hacer alguna observación. Al texto original se añadió una referencia al Fundador, para subrayar la fidelidad que siempre deberían manifestarle sus hijos. El Padre hubiera preferido pasar inadvertido; y esa razón de humildad fue la que le llevó a pedir a don Álvaro leer el texto, que en ese pasaje dice actualmente:
"Conserva siempre en tu Obra los dones espirituales que le has otorgado, para que, según tu voluntad amabilísima, indisolublemente unidos a nuestro Padre, al Padre y a todos nuestros hermanos, cor unum et anima una, seamos santos y fermento eficaz de santidad entre todos los hombres. Haz que seamos siempre fieles al espíritu que has confiado a nuestro Fundador, y que sepamos conservarlo y transmitirlo en toda su divina integridad" (Consagraciones, p. 17).
Sobre este punto: cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 1600.
60 Consagraciones, p. 15.
61 Ibidem, p. 16.
62 A la jaculatoria compuesta en 1952 para la Consagración de la Obra al Sacratísimo Corazón de Jesús, había añadido el "y misericordioso". Cfr. José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 17; y AGP, P01, 1982, p. 1251.
63 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 89.
64 AGP, P01, 1982, p. 1402. En la Navidad de 1971 escribía el Padre a todas sus hijas e hijos: Que Él (Dios) y su Santísima Madre, Madre Nuestra -adeamus cum fiducia ad thronum gloriae, a María, ut misericordiam consequamur-, nos concedan una Santa Navidad, y nos den la gracia de una entrega cada día más delicada y generosa. Es deseo del Señor, y también será una gran alegría para este Padre vuestro, que recemos mucho -clama, ne cesses! (C 4943, Roma, XII-1971).
65 Jesús Álvarez Gazapo, Sum. 4498. Del 12-XI-1971.
66 Cfr. José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 50; anotación del 4-X-1970. Cfr. también, sobre la brevedad de las locuciones: Daniel Cummings, Sum. 6194.
67 Lealtad a la Iglesia, ob. cit., p. 35.
68 Ibidem. Cfr. también: Ignacio Celaya Urrutia, Sum. 5937.
69 Lealtad a la Iglesia, ob. cit., p. 24.
70 Cfr. Giacomo Barabino, Sum. 4528.
71 Javier Echevarría, Sum. 2655.
72 Cfr. Luigi Tirelli, Sum. 4554.
73 En aquellos años de grave crisis de la Iglesia, entre 1965 y 1975, el Padre -testimonia Mons. Joaquín Alonso-, "sufrió mucho, percibiendo en tales acontecimientos, sobre todo, la falta de amor de Dios. En aquellos años le he oído hablar y predicar frecuentemente sobre la situación dolorosa de la Iglesia; su reacción -decía- era de tratar de reparar, amando más. Este amor se expresaba de distintos modos: estimuló a todos los miembros del Opus Dei a cuidar con mayor atención la liturgia, la adoración eucarística y la dignidad del culto" (Joaquín Alonso Pacheco, PR, p. 2211).
74 En los últimos años de su vida los actos de ofrecimiento se hicieron cada vez más frecuentes. Suplicaba al Señor que tomase su vida y que, a cambio de ella, "derramase sobre la Iglesia una nueva oleada de santidad, de buena doctrina y de espíritu sobrenatural" (Álvaro del Portillo, Sum. 790). Cfr. también: Julián Herranz Casado, Sum. 3925; Mario Lantini, PR, p. 638, etc.
75 Carmen Ramos García (Sum. 7382) testimonia que unas horas antes de su muerte oyó decir al Padre, textualmente, que estaba dispuesto a ofrecer por la Iglesia y el Papa: su vida y mil vidas que tuviera. A primera hora de la mañana de ese mismo día (26 de junio de 1975), el Fundador encargó a Giuseppe Molteni hablar con un profesional romano, amigo de Pablo VI, para hacerle saber que, desde hacía años, estaba ofreciendo a diario su vida por la Iglesia y por el Papa (cfr. Giuseppe Molteni, Sum. 3866).
También Mons. Javier Echevarría, que estuvo presente en la conversación del Padre con Francisco Vives y Giuseppe Molteni, testimonia que "les encargó que fueran a visitar al doctor Piazza -amigo del Santo Padre Pablo VI-, que no se encontraba bien de salud y así se lo había hecho saber, para que le transmitieran todo su afecto. Me impresionó -a todos nos ocurrió lo mismo- el cariño y la fuerza con que habló el Fundador […], y la fuerza sincera con que comentó -para que se lo dijeran al doctor Piazza- que esa mañana, como siempre, había ofrecido la S. Misa por la Iglesia y por la persona del Papa, añadiendo que, con la gracia de Dios, daría gustosamente su vida por el Vicario de Cristo" (Sum. 3288).
76 Es Cristo que pasa, n. 82 (de la homilía La lucha interior, 4-IV-1971).
A partir de estos años de falta de lealtad para con la Iglesia, la insistencia del Padre en la lucha interior es constante:
Hijas e hijos míos -escribía a los Estados Unidos-: sed fieles, que es la hora de la lealtad. Llevad adelante vuestra lucha personal con espíritu deportivo, conscientes de vuestra debilidad -nadie se fíe de sí mismo- y sabedores de que nuestro Padre Dios nos ama con locura […]. Rezad por nuestra Madre la Iglesia, que está tan necesitada de fidelidad en estos tiempos de confusión; y rezad por mí, que os quiero tanto (C 5048, 8-VI-1972).
77 Cfr. Camino, n. 301.
78 Sobre detalles íntimos de su comportamiento -gestos, jaculatorias, etc.-, cfr. Giuseppe Molteni, Sum. 3832; Javier Echevarría, Sum. 2018 y 2580; Blanca Fontán Suanzes, Sum. 6978, etc.
79 AGP, P01, 1973, pp. 276-277. De niño, el hogar había sido escuela de enseñanzas para el Fundador. Es más, al atizar recuerdos de la niñez aparecen las consideraciones ecológicas como respeto a la virginidad de la naturaleza. En diciembre de 1971 escribía el Padre a un amigo, vecino de Barbastro:
He disfrutado, leyendo lo que me comunicas sobre el desarrollo de nuestra querida Barbastro; pero déjame que te confíe una preocupación, aunque bien sé que ya vosotros la habréis tenido muy en cuenta: se ha puesto de moda -y se ha puesto de moda, porque es una triste realidad- hablar de que las nuevas industrias, construcciones, etc., suelen llevar consigo una cierta contaminación de la atmósfera, del campo, de los ríos, si no se toman las medidas oportunas para impedirlo. Pienso que no podemos dejar de considerar estas cosas con un poco de antelación, con el fin de que en nuestra comarca se pueda seguir disfrutando de ese clima sano y enterizo y de esas aguas limpias, que siempre hemos tenido (C 4956, 20-XII-1971).
80 Cfr. C 5784, 22-XI-1965.
81 C 5786, 30-XI-1965.
82 Acerca de la delicadeza del trato con el Papa, refiere Mons. Álvaro del Portillo una anécdota de cuando Mons. Montini -luego Pablo VI- al oír al Fundador que traía buenas noticias que comunicar al Papa Pío XII, le contaba que Su Santidad se alegraría mucho. "Aquí llegan solamente penas y dolores", le explicaba (Álvaro del Portillo, Entrevista sobre el Fundador del Opus Dei; realizada por Cesare Cavalleri, Madrid 1993, p. 16).
Ésta fue la conducta que el Fundador siguió con otros Papas en tiempos duros para la Iglesia, especialmente en tiempo de Pablo VI. A las audiencias papales acudía, no como si el Romano Pontífice fuese un paño de lágrimas sino, al contrario, para animarle y levantar su ánimo con buenas nuevas.
83 Cfr. C 5792, 25-I-1966.
84 C 5793, 29-I-1966.
85 C 5854, 8-VII-1967. La petición oficial de audiencia la hizo don Álvaro del Portillo por carta a Mons. Nasalli Rocca, Maestro de Cámara de Su Santidad.
86 C 5855, 15-VII-1967. "Todo lo venido de él (del Romano Pontífice), lo acataba como venido del mismo Cristo" (Ignacio Celaya Urrutia, Sum. 5938).
87 C 5855, 15-VII-1967.
88 C 5858, 14-IX-1967.
89 C 5861, 16-X-1967. La homilía pronunciada en esa misa (8-X-1967) se recoge en Conversaciones bajo el título Amar al mundo apasionadamente, como va dicho. De ahí son estas palabras:
Dios nos llama a servirle en y desde las tareas civiles, materiales, seculares de la vida humana: en un laboratorio, en el quirófano de un hospital, en el cuartel, en la cátedra universitaria, en la fábrica, en el taller, en el campo, en el hogar de familia y en todo el inmenso panorama del trabajo, Dios nos espera cada día. Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir. Yo solía decir a aquellos universitarios y a aquellos obreros que venían junto a mí por los años treinta, que tenían que saber materializar la vida espiritual […].
No hay otro camino, hijos míos: o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca (Conversaciones, n. 114).
90 C 5862, 29-X-1967.
91 Como dice el Fundador en la carta, se trata de Mons. Sotero Sanz, que en distintas ocasiones había atacado a la Obra. El hecho recogido era una reciente conversación de Mons. Sotero Sanz con el ministro español de Obras Públicas, Federico Silva Muñoz, en la que dijo al ministro que era persona muy bien vista en la Secretaría de Estado, excepto por el hecho de pertenecer al Opus Dei. El ministro le aclaró que él no pertenecía al Opus Dei. Indignado y escandalizado de que así se tratase a los buenos católicos que servían a la Iglesia, lo comunicó a amigos suyos de la Obra.
Mons. Sotero Sanz fue Nuncio Apostólico en Chile de 1970 a 1977, periodo en el que reconoció, con gran nobleza, sus temerarias afirmaciones, y rectificó. Y cuando el Padre estuvo en Santiago de Chile, en 1974, insistió en pedir perdón personalmente al Fundador, el cual le interrumpió cariñosamente con un ¡Queridísimo Sotero, vamos a olvidar todo lo pasado! (cfr. ibidem, nota 1).
92 C 5862, 29-X-1967.
93 Ibidem.
94 Ibidem.
95 Consagraciones, p. 12.
96 Cfr. C 5841, 29-V-1967; C 5869, 13-I-1968.
97 Mons. Giovanni Benelli fue Sustituto de la Secretaría de Estado para Asuntos Ordinarios hasta ser nombrado arzobispo de Florencia el 3-VI-1977 y creado Cardenal en el Consistorio del 27-VI-1977. Murió el 26-X-1982. Tan pronto tuvo noticia oficial de su nombramiento para la Secretaría de Estado, el Fundador le escribió congratulándose de la confianza que en él ponía Su Santidad, y prometiendo visitarle para manifestarle de nuevo personalmente toda su estima y amistad (C 5850, 1-VII-1967). Sobre anterior correspondencia con Mons. Benelli: C 5816, 31-VIII-1966 y C 5820, 15-XI-1966.
98 Cfr. C 5880, 12-VII-1968.
99 Escrito a Mons. Giovanni Benelli: C 5884, 24-II-1969; a Su Santidad Pablo VI: C 5885, 24-II-1969.
100 Cfr. RHF, D-15106. La carta siguiente del Fundador a Pablo VI es una felicitación en las fiestas de Navidad, ofreciendo, en nombre propio y de toda la Obra, sus oraciones y filiales sentimientos de unión a la Persona del Papa: cfr. C 5899, 15-XII-1969.
101 Sobre cómo se fue tejiendo esta red de suspicacias e incomprensiones: Álvaro del Portillo, Sum. 803; cfr. también: Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4699.
102 C 5902, 27-IV-1970.
103 C 5906, 10-XI-1970. Cfr. también C 5907, 14-XI-1970.
104 Cfr. C 5862, 29-X-1967. Todo lo hubiese sufrido antes de dar un pequeño disgusto al Papa, porque "el dolor del Papa constituía para él una auténtica agonía" (Giacomo Barabino, Sum. 4528).
105 C 5906, 10-XI-1970.
106 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 1174 y 805.
107 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 805.
108 C 5910, 2-II-1971.
109 Los fieles del Opus Dei en nómina oficial eran: Mons. Salvador Canals Navarrete; el abogado Antonio Fraile González (que entró a petición del Cardenal Adeodato Giovanni Piazza); el sacerdote Julián Herranz Casado (llamado personalmente por el Cardenal Pietro Ciriaci); y el sacerdote Julio Atienza González, secretario del Cardenal Antoniutti, el cual, a petición de dicho Cardenal, entró como oficial menor adjunto (cfr. ibidem).
110 Ibidem.
111 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 802.
112 Cfr. Javier Echevarría, Sum. 2375.
113 Cfr. Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4702.
114 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 802.
115 Refiere Mons. Álvaro del Portillo que el entonces embajador español ante la Santa Sede, Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, conocedor de la actitud de Mons. Giovanni Benelli, y deseoso de aclarar su postura para con el Fundador del Opus Dei, invitó a ambos a comer.
En la conversación, el Fundador, con toda naturalidad, pidió al Sustituto de la Secretaría de Estado que le manifestase si había cometido algún error o estaba actuando injustamente, porque en ese caso rectificaría allí mismo; su único deseo era servir a la Iglesia.
A lo cual, Mons. Benelli respondió que nada tenía que decir sobre eso; y el Fundador, con la conciencia tranquila de quien no guarda rencor a nadie, le replicó con sencillez: Entonces, monseñor, ¿por qué nos hostiga?
Benelli no despegó los labios. Sin embargo, al pasar los meses -continúa diciendo Mons. Álvaro del Portillo- fue corrigiendo su postura, para mostrar de nuevo su estima por el Opus Dei. Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 806; cfr. también: Julián Herranz Casado, Sum. 4040; y Francesco Angelicchio, PR, p. 337.
116 Cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 806; y Selección de cartas postulatorias, vol. I, p. 5. Mons. Benelli se ocupó de que se publicara un artículo, en L'Osservatore Romano, con ocasión del fallecimiento del Fundador del Opus Dei.
117 "Recuerdo -testimonia Mons. Javier Echevarría- que, desde el Vicariato, nos pidieron información sobre una fecha para la erección de un Centro, pues desde la Secretaría de Estado querían conocer hasta los mínimos particulares, dando a entender que estaba todo en estudio, como si aquella venia no fuera definitiva" (Sum. 2376).
118 Secretaría de Estado, n. de Protocolo: 208080, 30-X-1972; C 5916, 1-XII-1972.
119 C 5916, 1-XII-1972.
120 Ibidem.
121 Álvaro del Portillo, Entrevista…, ob. cit., p. 20; cfr. también: Álvaro del Portillo, Sum. 787. Mons. Javier Echevarría refiere que esa respuesta del Fundador -según oyó comentar a éste más tarde- le vino espontáneamente a la boca, tanta era su reverencia filial al Papa (cfr. Sum. 2363).
122 Larguísima de confeccionar sería la lista de sus relaciones con eclesiásticos: desde los centenares de sacerdotes españoles que trató en los primeros años de la Obra hasta los altos dignatarios de la Curia Romana, que empezó a frecuentar en 1946. Ya se ha hablado de sus relaciones con los Papas: Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI; pero no tanto de los prelados, obispos, nuncios, eclesiásticos y religiosos de aquellos países por los que se extendía el Opus Dei. Y es de admirar no solamente el número incalculable de almas sacerdotales que a él se llegaron sino también el amplio arco de sus profesiones y categoría. Empezando por la Curia Romana y limitándonos a los cardenales, y mencionando tan sólo los italianos, la lista de sus amistades, muchas de ellas de gran intimidad, es amplísima (cfr. Álvaro del Portillo, Sum. 795-798). Trato frecuente y afectuoso tuvo el Fundador con los Cardenales Dell'Acqua, Larraona, Palazzini, Pizzardo, Antoniutti, Parente, Marella, Ottaviani, Baggio, Traglia, Pignedoli, Marchetti-Selvaggiani, Violardo, Lavitrano, Tedeschini, Tardini, Piazza, Schuster, Cento, Mimi, Siri, Ciriaci, Agagnanian, etc. Cfr. Julián Herranz Casado, Sum. 3925; Joaquín Alonso Pacheco, Sum. 4698; José Luis Múzquiz de Miguel, Sum. 5815; Fernando Valenciano Polack, Sum. 7111.
123 Y esta observación vale también en el caso de Mons. Giovanni Benelli. Cfr. C 5919, 27-VII-1974; C 5920, 14-VIII-1974; C 5921, 30-VIII-1974; C 5922, 10-II-1975.
124 Álvaro del Portillo, Sum. 1170.
125 Javier Echevarría, Sum. 2372.
No es frecuente ver a nadie entonar un canto a la labor administrativa de la Curia. Mons. Escrivá lo hace en una de las cartas a sus hijos, en la que les muestra la labor escondida de una legión de eclesiásticos santos y doctos:
Sirvieron con humildad a la Iglesia, y su servicio no les suponía ganancia personal en bienes materiales. No deseaban honores, sino que se entregaban generosamente a su tarea espiritual sin esperar halagos. Se llena el corazón de gozo al pensar en el oculto heroísmo de tantas -de muchísimas- almas santas que, con buena doctrina y firme fidelidad a la Sede Apostólica, han gastado su vida por la Iglesia de Dios […]. Vedlos trabajar; han vivido pobres y han muerto pobres; han mandado suavemente y con fortaleza; a todos han escuchado, a todos han atendido, decidiendo con justicia y aconsejándose de personas doctas y rectas (Carta 15-VIII-1964, n. 73).
126 Apuntes, n. 1703.
127 Ibidem.
128 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 25.
129 Ibidem; también AGP, P01, 1972, p. 59.
130 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 25.
131 Es Cristo que pasa, n. 64.
132 Amigos de Dios, n. 52.
133 AGP, P06, II, p. 333.
135 AGP, P01, 1972, p. 60.
136 Ibidem, p. 59.
137 Es Cristo que pasa, n. 73.
138 AGP, P01, 1972, p. 15; también AGP, P01, 1969, p. 442. En cuanto a la broma de los "siete años", la explicaba así a sus hijos: nosotros tenemos que hacernos de verdad como niños delante de Dios, renovando nuestra juventud todos los días. En la historia de la Iglesia hay muchas almas santas que han sabido, siendo ya viejos, hacerse niños, por caminos muy diversos. ¿No os parece lógico que os diga que no quiero cumplir más de siete años? (AGP, P01, 1972, p. 11).
139 Ibidem, p. 14.
140 Ibidem, p. 138.
141 Ibidem, p. 146.
142 Ibidem, p. 136.
143 Ibidem, p. 316.
144 José Luis Soria Saiz, RHF, T-07920, p. 26.
145 AGP, P01, 1972, p. 349.
146 Ibidem, p. 420.
147 Ibidem, p. 559.
148 Aparte el foco neumónico, la analítica practicada esos días en la Clínica Universitaria muestra cantidades anormales de urea en el organismo. Ese cuadro agudo va remitiendo y, el 28-IV-1972, "su evolución es satisfactoria". Diariamente hace algo de ejercicio (paseos) y su peso es de 67 kg. Cfr. Historia clínica de Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer: RHF, D-15111.
149 AGP, P01, 1972, p. 564.
150 Ibidem, p. 661.
151 AGP, P04, 1972, I, p. 81. Alonso Tostado de Madrigal, gran polígrafo, teólogo, filósofo y jurisperito, fue profesor de la Universidad de Salamanca. Murió siendo obispo de Ávila en 1455. Su fecundidad de pluma dio pie al dicho popular: "escribir más que el Tostado".
152 Ibidem, p. 81.
153 AGP, P01, 1972, p. 940.
154 AGP, P04, 1972, I, p. 170.
155 Cfr. Florencio Sánchez Bella, Sum. 7483.
156 Cfr. César Ortiz-Echagüe Rubio, Sum. 6860.
157 RHF, D-15111, fecha 22-XI-1972.
158 C 5113, 10-XII-1972.
159 Cfr. RHF, D-15111, fecha 28-XII-1972.
160 AGP, P04, 1972, I, p. 41.
161 Cfr. Discurso: 7-X-1972; publicado en Josemaría Escrivá de Balaguer y la Universidad, Pamplona 1993.
162 AGP, P04, 1972, I, p. 47.
163 Ibidem, p. 93.
164 Ibidem, p. 118.
165 Ibidem, p. 535.
166 Ibidem, p. 225.
167 Según testimonia Florencio Sánchez Bella: "Se dejaba llevar a donde le condujésemos. Subíamos al coche, rezaba, y antes de llegar me preguntaba: ¿a quién hablamos? Y empezaba lleno de entusiasmo" (Sum. 7483).
168 Sobre sus avisos en cuestiones de moda femenina: cfr. AGP, P04, 1972, I, p. 205.
169 C 5117, 14-XII-1972. Carta dirigida a la Priora del Carmelo de Coimbra.
170 Cfr. AGP, P01, 1975, p. 53. Otros santos a los que el Fundador llamaba "paisanos" eran san José de Calasanz y san Vicente Ferrer.
171 AGP, P04, 1972, I, p. 315.
172 Ibidem, p. 400.
173 Ibidem, p. 268.
174 Ibidem, p. 428.
175 Ibidem, p. 451. Cfr. Is. 65, 23.
176 AGP, P04, 1972, I, p. 450.
177 Ibidem, p. 837.
178 Ibidem, p. 827.
179 Ibidem, p. 837.
180 Ibidem, p. 841.
181 Ibidem, p. 604.
182 Ibidem, p. 605.
183 Ibidem, p. 606.