28ª semana del Tiempo Ordinario, miércoles

Años impares

Rm 2, 1-11: Cada cual habrá de responder por su obras. Dios juzga a todos, tanto a los judíos como a los paganos. San Gregorio Magno dice:

" Todo pecador debe reflexionar atentamente, a fin de que, quien ha sido enviado a levantar a los caídos, no caiga él mismo con ellos en la obra perversa y le hiera esta sentencia de San Pablo que dice: "en lo que condenas a otro te condenas a ti mismo" (Rm 2, 1) " (Homilía 1, 9, sobre Ezequiel).

Y San Agustín:

" Dos son los peligros: uno, el que oímos de boca del profeta y otro el que avisó el Apóstol. En efecto, contra quienes perecen por desesperación, cual si fueran gladiadores destinados a morir de espada, anhelando placeres y viviendo en la maldad y despreciando sus almas como ya condenadas sin remisión, repiten lo que ellos se dicen: "nuestras maldades pesan sobre nosotros y nos consumimos en nuestros pecados. ¿Cómo podremos vivir?" (Ez 33, 10). Pero otra cosa es lo que dice el Apóstol: "¿o es que despreciáis las riquezas de su bondad, misericordia y longanimidad?" (Rm 2, 4) " (Sermón 339, 3).

– Con el estribillo: " tú, Señor, pagas a cada uno según sus obras ", cantamos el Salmo 61: " Solo en Dios descansa mi alma, porque de Él viene la salvación; solo Él es mi Roca y mi salvación, mi alcázar, no vacilaré. Descansa solo en Dios, alma mía, porque Él es mi esperanza; solo Él es mi Roca y mi salvación, mi alcázar, no vacilaré. Pueblo suyo, confiad en Él, desahogad ante Él vuestro corazón, que Dios es nuestro refugio ". Magnífica revelación que, en su aparente simplicidad, sería capaz de renovar la vida del hombre y del mundo: que el Todo-poderoso es bueno, y que el Todo-bondad es poderoso. Por eso, hemos de tener confianza absoluta en Él.

Años pares

Ga 5, 18-25: Los que son de Cristo han crucificado las pasiones de su carne. Comenta San Agustín:

" Júzguese el hombre espontáneamente respecto a estas cosas [las que señala San Pablo en Ga 5, 19-21], mientras aún le es posible, y mejore sus costumbres, no sea que cuando ya no pueda hacerlo, sea juzgado por el Señor, aunque no quiera. Y aunque él mismo profiera contra sí la sustancia de una medicina durísima, pero medicina siempre, preséntese a los obispos, a los que administran las llaves de la Iglesia. Y como quien comienza ya a ser un buen hijo, guardando el orden de los miembros maternos, recibe la medida de la satisfacción de los ministros de los sacramentos. Así, ofreciendo con devoción y súplica el sacrificio de un corazón contrito, cumple lo que solo le servirá a él personalmente para recibir la salud, y que también servirá de ejemplo para los otros " (Sermón 351, 9).

– Con el Salmo 1 decimos: " Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores... Será como un árbol al borde de la acequia, da fruto en su sazón, y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. No así los impíos, no así, serán paja que arrebata el viento, porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal ".

Evangelio

Lc 11, 42-46: Condenaciones a los fariseos. Comenta San Ambrosio:

" Todo este pasaje resulta de una gran belleza y nos invita a buscar la sencillez, mientras condena las cosas superfluas y terrenas de los judíos, los cuales, precisamente por juzgar las cosas de la Ley según la letra, no sin razón son comparados a la copa de vidrio y del plato, modelo de fragilidad; ellos observan aquellas cosas que para nosotros no son de utilidad alguna y, sin embargo, descuidan aquellas otras en las que está puesto el fruto de nuestra esperanza; y por eso cometen un gran pecado por despreciar aquello que es más perfecto... Condena este pasaje en pocas palabras las numerosas deficiencias de aquellos que aplican todo su esmero en pagar los diezmos, aun de los frutos más insignificantes, y no tienen cuidado alguno con respecto al juicio futuro y carecen del más elemental amor a Dios " (Tratado sobre el Evangelio de San Lucas lib.VII,102).