2M 1, 1-2, 18 Las dos cartas tienen en común sus destinatarios, judíos residentes en Egipto, y su finalidad, recomendar la celebración de la fiesta de la Dedicación del templo de Jerusalén, de gran semejanza con la tradicional fiesta de las Tiendas del otoño. Consta que Onías IV, hijo de Onías III (4, 33ss), construyó un templo en Leontópolis, hacia el 150 a.C.
2M 2, 1-12 Posee un importante papel Jeremías, protector reconocido en el judaísmo (véase 2M 15, 13-15). El texto le atribuye la ocultación de la Tienda, el Arca y el Altar del incienso hasta los tiempos escatológicos (2M 2, 8). La intención del relato es afirmar la continuidad del culto legítimo, a pesar de la ausencia de la Tienda y del Arca, y enlazar la dedicación contemporánea del segundo templo con el primero –aludiendo al fuego del sacrificio (2Cro 7, 1)– y con la Tienda de Moisés, mencionando también el fuego venido del cielo (2M 2, 8-12; véase Lv 10, 16ss).
2M 3, 1-7, 42 Antes llegar al núcleo central de la obra, la guerra liberadora de Judas Macabeo, el autor dedica una primera parte a exponer el contexto y las causas de la rebelión; la dividimos en tres secciones: la corrupción moral de los sumos sacerdotes judíos (2M 3, 1-4, 50); la profanación del santuario y la persecución del judaísmo (2M 5, 1-6, 17); la resistencia martirial de los judíos fieles (2M 6, 18-7, 42).
2M 4 La progresiva corrupción moral de los sumos sacerdotes judíos se asocia a las actuaciones helenizadoras del nuevo rey Antíoco IV. Desde Onías III, que recurre al rey Seleuco (2M 4, 6), hasta Menelao, instigador del asesinato de Onías (2M 4, 34) y principal adversario de sus conciudadanos (2M 4, 50). Y, en medio de ellos, Jasón, que había helenizado su nombre de Josué, obtiene el pontificado mediante soborno, promueve la educación helenizadora (2M 4, 9-15), y llega a querer contribuir a un sacrificio pagano (2M 4, 18-20).
2M 5, 1-6, 17 La actuación de Antíoco IV profanando el templo y persiguiendo la causa judía es el factor principal que provoca la rebelión macabea. El autor introduce una manifestación celeste (2M 5, 2-4) y varias reflexiones de carácter moral y teológico (2M 5, 6. 9. 17-20). En este último texto nos da su clave de interpretación de los hechos como historia de salvación y, en un breve párrafo (2M 6, 12-17), trata de ayudar a que los lectores comprendan el sentido de esta despiadada y, a la vez, heroica historia.
2M 6, 1-17 El edicto real de helenización (8-11) obliga a abandonar las leyes judías y a participar en los banquetes sacrificiales gentiles, sancionando la desobediencia hasta con la muerte. Esta descripción es más amplia que 1M 1, 45-51.
2M 6, 18-7, 42 El autor destaca aquí el valor y el significado de algunos casos de experiencia martirial (véase 2M 6, 8-11). La presencia del rey Antíoco en el juicio de los siete hermanos cumple una función retórica, para significar mejor el enfrentamiento del pueblo creyente de Israel a su perseguidor. La cruel muerte de Eleazar y de los siete hermanos con su madre permite dar un paso adelante: que se detenga en mí y en mis hermanos la cólera del Todopoderoso justamente descargada sobre toda nuestra raza (2M 7, 38).
2M 8, 1-15, 36 Estas campañas de Macabeo se distribuyen en tres períodos distintos. El primero y el tercero terminan con una victoria festejada en el templo de Jerusalén; el judaísmo posterior las celebrará con diferente continuidad como fiesta de la Dedicación del templo y del Día de Nicanor, respectivamente. El segundo período da paso a un tiempo de tregua y a un cambio en la línea dinástica seléucida.
2M 9, 1-17 2 Macabeos presenta la muerte de Antíoco IV como previa a la liberación del templo (ambos hechos acaecieron a finales del año 164); esta última aparece así más como favor divino a Israel que como un logro de la victoria y de las gestiones humanas ante el poder seléucida (2M 10, 1, véase 1M 4, 34ss).
2M 10, 1-8 Es un momento culminante de la rebelión que se había iniciado como protesta contra la profanación del templo. En 1M 4, 36-61 se ofrece un relato más amplio. El nuestro presenta la novedad del fuego del pedernal y de las lámparas, que tienen relación con las luces de la fiesta de la Dedicación (2M 1, 18).
2M 10, 9-11, 38 Judas Macabeo prosigue sus campañas para lograr nuevas metas de libertad y de paz (2M 10, 9-13, 26). Como colaborador cercano al rey, Lisias es un personaje decisivo para la guerra y para la paz. Apunta en esta sección una novedad teológica, coherente con la fe en la resurrección de los muertos: la expiación solidaria con los difuntos.
2M 12-13 En el cap. 12, Judas lleva la iniciativa en las campañas de consolidación en la región costera y en Transjordania; uno de los fines de estas campañas es la liberación de los hermanos judíos dispersos, muchas veces maltratados por los conciudadanos gentiles.
2M 13 En el cap. 13, la iniciativa guerrera corresponde a Antíoco V y a Lisias, pero son derrotados por Judas. La conveniencia política del rey y los buenos oficios de Lisias (2M 13, 23-26) ponen fin a esta expedición real y dan paso a una tregua de tres años (2M 14, 1).
2M 14, 1-15, 36 Se mantiene aquí el protagonismo de Judas y el tratamiento histórico-religioso del enfrentamiento, con una manifestación celestial en forma de sueño (2M 15, 11-16). Novedades: estamos en el reinado de Demetrio I, que restaura la línea dinástica de Seleuco I (2M 14, 1ss); las intrigas de Alcimo motivan la desconfianza de Demetrio I hacia Judas (2M 14, 3-11); Nicanor, de la amistad con Judas pasa a la enemistad (2M 14, 26-36); el heroico suicidio del judío Razías (2M 14, 37-46) evoca a los mártires del comienzo de la resistencia y su testimonio de la futura resurrección (2M 6, 18-7, 39).
2M 15, 37-39 La victoria de Judas sobre Nicanor ha salvado el templo y la ciudad. La acrópolis o ciudadela, aún en poder de los sirios, no le interesa a nuestro autor tanto como al de 1Mac. Será Simón, el hermano de Judas, quien reconquiste la acrópolis (1M 13, 49-51).