Est 2, 1-20 En el texto hebreo es ahora cuando se presentan los personajes principales y comienza la acción. Cuanto precede sirve de introducción. Mardoqueo y Amán representan, respectivamente, a Israel y sus enemigos. Mardoqueo desciende de Quis, padre del rey Saúl (1S 9, 1-3); y Amán es descendiente de Agag, rey de Amalec, el enemigo más antiguo de Israel (véase Ex 17, 8-16). La huérfana desvalida, acogida por Mardoqueo, será la que salve al pueblo de Israel. No era infrecuente tener un nombre judío, Edisa (mirto), y otro pagano, Ester (estrella).
Est 3, 1-7 Empieza el conflicto de los judíos (Mardoqueo) con sus enemigos (Amán) y surge la tensión dramática del relato. En el v.2 no se da la razón de la negativa a postrarse. Siendo la postración o la inclinación ante el rey y los ministros un gesto normal en la corte persa y también entre los judíos, podría deberse a que se considere a Amán el prototipo del gentil enemigo de los judíos, representados por Mardoqueo.
Est 4, 1-17 La iniciativa corresponde a Mardoqueo, cuyo plan de actuación pasa por la intervención de Ester; por eso tiene que informarle, convencerla e incluso presionarla (v.13-14). Los gestos mencionados en el v.1 indican desgracia, dolor, duelo y penitencia; con frecuencia tienen una intención religiosa y van acompañados de la oración.
Est 5, 9-14 Este episodio contribuye a aumentar la tensión: Mardoqueo está a punto de perecer antes de que Ester haga su petición. Tiene un matiz irónico: el intento de destrucción de Mardoqueo dará lugar a la humillación de Amán (Est 6, 1-14), que construye la horca en que va a morir (Est 7, 9-10).
Est 6 Se anticipa aquí el giro drástico que dará la situación: Amán morirá en la horca que tenía preparada para Mardoqueo (Est 7, 10) y Mardoqueo se sentará en el puesto de Amán (Est 8, 2). La mayoría de las versiones atribuyen el insomnio del v.1 a la acción directa de Dios.
Est 7, 3-4 Por fin Ester descubre su deseo (véase Est 5, 3. 6) y su verdadera identidad (véase Est 2, 10), provocando así la caída de Amán.
Est 8, 3-8 La amenaza contra el pueblo judío continúa, pues el decreto que mandó publicar Amán es irrevocable y sigue su curso. Ester vuelve a interceder para que se contrarresten los efectos del primer edicto con un nuevo decreto irrevocable (Est 8, 8 y Est 1, 19).
Est 8, 9-17 Representa el mismo contenido y estructura que Est 3, 12-15 y Est 4, 3; pero ahora son los judíos los que pueden atacar a sus enemigos. La reacción tan violenta del v.11 se encuadra en el peligro –irrevocable– de ser exterminados; en el ojo por ojo y en el exterminio decretado para los amalecitas (1S 15, 3), ascendientes de Amán. Sin embargo los judíos no hacen uso de la prerrogativa de quedarse con sus bienes (véase Est 9, 10. 15. 16): luchan solo por sobrevivir.
Est 9, 11-15 Nueva petición de Ester, sin duda muy cruel. Pero el relato lo motiva la necesidad de explicar las diferentes fechas de celebración de los Purim. La discrepancia en la fecha de la fiesta (el 14 o 15 de marzo, en hebreo adar) se resuelve proclamando que deben celebrarse los dos días (véase Est 9, 27-28; Est 10, 3k). Esta decisión queda ratificada por medio de dos cartas: una de Mardoqueo (Est 9, 20), y otra de Mardoqueo y Ester (Est 9, 29).