ROMANOS

Rm 1, 16ss Se sintetiza la doctrina de Romanos: Dios ha ofrecido en Cristo la salvación definitiva, en la que se participa cuando se acoge con fe el anuncio del Evangelio. Aquí y en toda la carta, la justicia de Dios es fundamentalmente la acción salvífica de Dios que ha presidido toda la historia de la salvación y se ha revelado definitivamente en Cristo (véase Rm 3, 21).

Rm 1, 18-4, 25 Este conjunto constituye el primer desarrollo del tema anunciado en Rm 1, 16ss; antes que nada se describe ampliamente la impiedad e injusticia de los humanos, sobre quienes tendría que venir, no la salvación, sino la ira divina (Rm 1, 18-3, 20).

Rm 2, 28ss Parece evocar las promesas proféticas sobre la transformación del corazón y la efusión del espíritu (véase Jr 31, 33; Ez 36, 27). En la oposición espíritu-letra, presente también en otros textos paulinos (2Co 3, 6; Rm 7, 6), la letra es ante todo la ley mosaica, calificada así por su condición de código externo.

Rm 3, 19 En Rm 3, 20ss la argumentación juega con dos posibles significados de ley: conjunto de los preceptos de la Torá (Rm 3, 20a) y revelación de Dios (Rm 3, 20b). El juego de palabras se ampliará en Rm 3, 27, donde ley significa «principio», «norma».

Rm 5, 1-8, 39 En esta segunda sección de la parte doctrinal de Rm el presente y el futuro del cristiano se van contemplando en movimientos sucesivos y desde la justificación obtenida.

Rm 5, 12 Un por tanto de referencia indefinida introduce una unidad (Rm 5, 12-21) centrada en la comparación entre el hombre-uno Adán y el hombre-uno Cristo. El desarrollo de la comparación queda incompleto en Rm 5, 12, un versículo de gran importancia para la reflexión cristiana sobre el pecado original; en él se afirma la relación 1) entre el pecado y la muerte en general, 2) entre el primer hombre y la entrada del pecado y de la muerte en el mundo, y 3) entre el pecado del primer hombre y el pecado y la muerte de todos.

Rm 6, 1-14 Imitando a los maestros populares (diatriba), Pablo expone aquí (véase también Rm 4, 1; Rm 6, 14; Rm 7, 1.14) una objeción que podría plantearse desde lo afirmado en Rm 5, 21. Al responder a ella (Rm 6, 2-23), se invoca antes que nada el bautismo y sus exigencias: el creyente debe traducir en su comportamiento lo que ha acontecido para él en su bautismo; es decir, ha muerto al pecado y debe luchar continuamente contra él.

Rm 7, 7-25 La relación ley-pecado, afirmada una y otra vez desde Rm 1, 18, se explica ahora ampliamente en el sentido de que el pecado ha utilizado la ley como instrumento para lograr sus objetivos de muerte.

Rm 7, 21 Como en Rm 3, 27, Rm 7, 23 y Rm 8, 2, ley se usa aquí en un sentido menos propio y significa principio, norma e incluso impulso.

Rm 8 El v.1 marca el comienzo de un nuevo movimiento en el discurso, que alcanza hasta el v.30 y contempla la lucha actual del cristiano: el elemento determinante de la misma es la referencia al Espíritu, gran don de la Pascua de Cristo. Los primeros compases de la unidad (1-4) marcan una clara oposición a Rm 7, 7-25.

Rm 9-11 Tercera sección de la parte doctrinal de la carta, que se centra en lo que suele denominarse el problema de Israel.

Rm 9, 23 El impulso retórico deja incompleta la frase condicional iniciada en Rm 9, 22.

Rm 10, 4 Cristo, objeto de la fe que justifica, marca el final de la ley en cuanto medio de justificación y abre un camino de salvación para todos, no solo para los judíos.

Rm 11, 5ss La idea del resto, repetida aquí con insistencia, se reinterpreta desde el tema de la gracia y ofrece el punto de partida para la última respuesta de Pablo al problema de Israel: la fidelidad de Dios.

Rm 12, 1 El adjetivo griego que traducimos por espiritual significa de suyo «racional», «mental» e implica el asentimiento de la mente al Dios revelado en Cristo. El culto espiritual (3-8) se concreta antes que nada en las relaciones intracomunitarias; la importancia de las mismas explica que, al abordarlas, Pablo vuelva a invocar su condición de apóstol (véase Rm 1, 1.5).

Rm 12, 20 La expresión amontonar ascuas sobre su cabeza tiene un sentido positivo.

Rm 13, 1-7 Estos versículos reflejan la comprensión teórica más habitual acerca del origen divino de toda autoridad humana, junto a una visión muy positiva del ejercicio concreto de la misma.

Rm 14, 1-15, 13 Esta parte, la más amplia de la exhortación, permite suponer que Pablo conocía la comunidad de Roma más de lo que da a entender en Rm 1, 8-15.

Rm 15, 1-13 Nuevo movimiento del discurso, en el que Pablo se alinea con los fuertes para apoyar su llamada a adoptar una actitud de comprensión frente a los débiles. Favorecen estos versículos (ver 8-12) la opinión de que, cuando Pablo escribió Romanos, entre los cristianos de Roma eran mayoría los que procedían de la gentilidad.

Rm 15, 17 Que Pablo se atreva a «gloriarse» (véase lo contrario en Ga 6, 14) se comprende porque lo hace en Cristo (15, 17) y pensando en lo que Cristo ha hecho a través de él (Rm 15, 18).

Rm 16, 25-27 Dirigida toda ella a Dios Padre (como revelan 25a y 27), esta doxología se fundamenta en distintos aspectos de la actuación divina (25ss). El misterio mantenido en secreto (25) no es otro que la buena noticia de la salvación en Cristo para todos sin distinción, incluidos los gentiles.