Después de Habacuc, el libro de Sofonías viene en noveno lugar en la colección de Profetas Menores, tanto en la Biblia hebrea como en la cristiana. El Salmo final del libro de Habacuc, en el que se pide la intervención de Dios, tiene su respuesta en el tema del juicio de Dios que centra el libro de Sofonías. Pocas cosas sabemos del profeta aparte de lo que pueda deducirse del libro, pues no se menciona a Sofonías en ningún otro texto bíblico. Su nombre significa «el Señor esconde», «el Señor protege», aunque esta etimología no tiene ninguna relación especial con el mensaje del profeta. Con todo, el libro refleja adecuadamente las circunstancias históricas en que se produjo: el ministerio en Jerusalén, ciudad de la que se dan referencias precisas 1, en la época de Josías 2. Según lo que anota el libro de los Reyes 3, Josías reinó en Judá durante tres décadas (639-609 a.C.). Comenzó a reinar cuando tenía ocho años, tutelado por los príncipes del pueblo, y más tarde, el año decimoctavo de su reinado (año 622), impulsó la reforma deuteronomista. La predicación de Sofonías refleja muy bien este periodo anterior a la reforma religiosa del rey piadoso.
El escrito sigue el patrón general de los libros proféticos: a unos oráculos de juicio y amenaza 4, siguen otros de esperanza y salvación 5. Los oráculos forman un conjunto bien estructurado que muestra unidad de composición. En ellos se otea sobre todo el destino de Judá, pero mantienen en todo momento una mirada hacia el resto de las naciones, que participan de las bendiciones o las maldiciones de Judá.
Aunque se puede dividir en unidades más pequeñas, una estructura que hiciera justicia a la doble dimensión del texto –condena y salvación, Judá y las naciones–, podría ser ésta:
I. JUICIO CONTRA JUDÁ Y CONTRA TODA LA TIERRA (So 1, 2-So 2, 3). Severos oráculos de condena por los pecados de Judá: la idolatría 6 y las injusticias 7. Las faltas no son sino un anuncio del dies irae del Señor en el que juzgará a toda la tierra 8. Para librarse de la ira del Señor hay que convertirse, y buscar la justicia y la humildad 9.
II. ORÁCULOS CONTRA LAS NACIONES Y CONTRA JUDÁ (So 2, 4-So 3, 8). A unos oráculos contra las naciones vecinas que atacaron a Judá10 sigue un oráculo contra Jerusalén, que no ha sabido aprender la lección en el castigo de sus vecinos11. En este marco, se abre la esperanza: el Señor salvará a un «resto» de su pueblo y hará justicia.
III. PROMESAS DE SALVACIÓN (So 3, 9-20). El libro concluye con unos oráculos de salvación, en los que se prometen toda clase de bienes para un futuro. Se abren con una nota de universalidad12, y se terminan con menciones de las cualidades del «resto» que se salvará13 y con la vuelta de los desterrados14, en medio de un clima de júbilo por la acción del Señor15.
El contexto histórico del contenido es coherente con el encabezamiento, donde se afirma que Sofonías vivió en tiempos del rey Josías. Sin embargo, So 2, 8-11 parece más apropiado con la época que siguió al exilio de Babilonia. También se discute el trasfondo histórico de So 3, 14-20. El gozo de la restauración que cantan estos versículos es congruente con la época post–exílica, como tantos pasajes de la tercera parte del libro de Isaías. Por el contrario, las semejanzas de So 3, 14-17 con algunos salmos anteriores al exilio16 permiten asignarlo a los años del propio Sofonías.
Así pues, la mayor parte del texto puede atribuirse a Sofonías. En su tiempo, Asiria, que había sido el imperio dominante a lo largo de más de un siglo, entraba en decadencia ante la presión del imperio neobabilónico, que poco después tomó Nínive, capital de Asiria, y acabó definitivamente con ella (612 a.C.). Más en concreto, los oráculos de Sofonías parecen reflejar los comienzos del reinado de Josías, cuando este rey, aún un niño, no había iniciado la denominada reforma deuteronomista (año 622). En ese tiempo, todavía perdura la influencia de los reinados anteriores –Manasés (698-642) y Amón (641-640)– que habían introducido religiones extranjeras en Judá: los cultos cananeos de las ciudades de la costa, el culto al dios Malcam o Milcom de los amonitas, el culto al «ejército de los cielos», etc. Estamos, pues, en un ambiente de sincretismo religioso.
Literariamente, Sofonías presenta afinidades con profetas anteriores como Amós e Isaías y, a su vez, con posteriores como Joel, Ezequiel y Zacarías. El texto hebreo de Sofonías se conserva en su conjunto sin mayores dificultades, salvo algunos pasajes algo oscuros como So 1, 2.14; So 2, 1-2 y So 3, 17-19. La versión griega de los Setenta es muy cercana al texto hebreo, excepto algunas variantes, debidas a lecturas inciertas de los copistas, o a intentos de aclaración del texto donde resultaba oscuro. En Qumrán se han encontrado fragmentos del texto hebreo en los pesharîm17, que difieren poco del texto masorético. Lo mismo hay que decir de los fragmentos encontrados en Muraba’at18.
El mensaje profético de Sofonías tiene como núcleo el juicio divino en el «día del Señor», descrito en tonos épicos y escatológicos19. El juicio concierne a Judá y Jerusalén, de un lado, y, de otro, a las naciones que han oprimido al pueblo de Dios.
La causa del juicio condenatorio de Judá y Jerusalén es el pecado. Éste se ha manifestado en idolatría20, violencia y fraude21, e indiferencia religiosa22. El profeta recrimina a los príncipes que siguen costumbres extranjeras y son opresores del pueblo23, a los jueces injustos24, a los profetas embusteros y a los sacerdotes que han violado la Ley25. La raíz de los pecados está en el orgullo, el dolo y la actitud de rebeldía contra el Señor26. Las naciones serán castigadas por la opresión y los robos sobre los territorios de Israel y Judá27, y por su orgullo sin límites28.
Junto a las amenazas de condena, Sofonías abre la puerta de la esperanza con la purificación y conversión que aportará la presencia del Señor en Sión29. Es importante el tema del «resto» de Israel y Judá. El resto son los fieles que serán purificados y buscarán al Señor en justicia y humildad30, en pobreza y esperanza31. A este «resto» se le devolverá su tierra32 y sobre él reinará el Señor33. Purificación y conversión alcanzarán también a las naciones, en otro tiempo opresoras, que terminarán adorando al Señor34.
A lo largo del libro se percibe la tensión entre lo particular, que concierne al pueblo elegido, y lo universal, que concierne a las naciones, e incluso a la humanidad entera y a su hábitat terrestre35. En el fondo de esa tensión está la concepción de Dios como señor, gobernador y juez de todas las criaturas.
El legado de Sofonías en el judaísmo posterior y en el cristianismo ha sido escaso, a excepción de su oráculo sobre «el día del Señor»36. Las vivas imágenes, y lo tremendo de las expresiones del profeta acerca del juicio37 explican el eco de estos versículos, que se repitieron muchas veces en la predicación sobre los «novísimos» y se recogieron en un conocido himno de la liturgia de la Iglesia: el dies irae. Ésta ha sido probablemente la aportación más relevante del profeta en la historia de la Revelación y de la espiritualidad cristiana.
Sólo una expresión de Sofonías es citada casi textualmente en el Nuevo Testamento: «Ni se encontrará en su boca lengua dolosa»38. De todas formas, el clima de los oráculos de consolación de la última parte del libro39 está muy presente en el Evangelio de la infancia de San Lucas40: la descripción del resto «humilde y pobre»41 se ve reflejada en la vida de Santa María o en la de los padres del Bautista, y la alegría descrita por el profeta42 es muy semejante a la que le anuncia el ángel a la Virgen de Nazaret43.
Los comentarios a Sofonías que escribieron los Santos Padres y escritores eclesiásticos se incluyen dentro de los que realizaron al conjunto de los Profetas Menores. Como ya se ha hecho referencia en otros lugares, los más célebres son los comentarios de San Jerónimo, San Cirilo de Alejandría y Teodoreto de Ciro.
1 cfr So 1, 10-11.
2 So 1, 1.
3 cfr 2R 22, 1-2R 23, 30.
4 So 1, 2-So 3, 8.
5 So 3, 9-20.
6 So 1, 4-6.
7 So 1, 9-13.
8 So 1, 14-18.
9 So 2, 3.
10 So 2, 4-15.
11 So 3, 1-8.
12 So 3, 9-10.
13 So 3, 11-13.
14 So 3, 18-20.
15 So 3, 14-18.
16 Sal 47; Sal 95; Sal 96; Sal 97.
17 Comentarios: 1QpSoph 1, 18-2, 2; 4QpSoph 1, 12-13.
18 So 1, 1; So 1, 11; So 3, 8-20.
19 So 1, 7-18.
20 So 1, 4-6.
21 So 1, 9; So 3, 3.
22 So 1, 12.
23 So 1, 8; So 3, 3.
24 So 3, 3.
25 So 3, 4.
26 So 3, 1.11.13.
27 So 2, 8-13.
28 So 2, 15.
29 So 3, 5.
30 So 2, 3;So 3, 12.
31 So 3, 12-13.
32 So 2, 7-9.
33 So 3, 15.
34 So 3, 9-10.
35 So 1, 2-3; So 3, 8.
36 So 1, 7-18.
37 So 1, 14-18.
38 So 3, 13; cfr Ap 14, 5.
39 So 3, 9-20.
40 Lc 1, 5-Lc 2, 52.
41 So 3, 12.
42 So 3, 14-18.
43 Lc 1, 26-38.