Vamos a tratar aqu?de los preparativos inmediatos al bautismo.
Esta cuesti髇 plantea y exige respuesta a cuatro problemas:
緿ebe preceder al bautismo la instrucci髇 catequ閠ica?
Objeciones por las que parece que la instrucci髇 catequ閠ica no debe preceder al bautismo.
1. Con el bautismo los hombres son regenerados para la vida espiritual. Pero el hombre recibe antes la vida que la doctrina. Luego el hombre no debe ser catequizado, o sea, adoctrinado, antes de ser bautizado.
2. el bautismo se da no solamente a los adultos, sino tambi閚 a los ni駉s incapaces de recibir instrucci髇 por no tener uso de raz髇. Luego es rid韈ulo catequizarles.
3. en la instrucci髇 catequ閠ica, el catec鷐eno confiesa su fe. Pero el ni駉 no puede confesar su fe ni por s?mismo ni tampoco otro por 閘: ya porque nadie debe obfigar a otro a nada, ya porque nadie puede saber si el ni駉, al llegar a la adultez adecuada, asentir?a la fe. Luego la instrucci髇 catequ閠ica no debe preceder al bautismo.
Contra esto: dice R醔ano Mauro en De Institutione Clericorum : Antes del bautismo, quien desempe馻 el oficio de catequista debe instruir al catec鷐eno para que 閟te reciba primeramente los rudimentos de la fe.
Respondo: Como se ha dicho m醩 arriba (q.70 a.l), el bautismo es el sacramento de la fe, ya que es una profesi髇 de la fe cristiana. Ahora bien, para que uno reciba la fe se requiere una instrucci髇 sobre ella, conforme a lo que se dice en Rm 10, 14: 緾髆o creer醤 en aquel de quien no han o韉o hablar? ?Y c髆o oir醤 hablar de 閘 si nadie se lo anuncia? Por eso es conveniente que la instrucci髇 catequ閠ica preceda al bautismo. De ah?que el mismo Se駉r, al transmitir a los disc韕ulos el precepto de bautizar, puso la instrucci髇 antes que el bautismo al decir: Idy ense馻d a todas las gentes, bautiz醤dolas, etc. (Mt 28, 19).
1. La vida de la gracia, a la que el hombre es regenerado por el bautismo, presupone la vida de la naturaleza racional, que es la que le permite recibir la instrucci髇.
2. La madre Iglesia, como hemos visto ya (q.69 a.6 ad 3), no s髄o presta a los ni駉s que han de ser bautizados los pies de otros para que vengan, y el coraz髇 de otros para que crean, sino que tambi閚 les presta los o韉os de otros para que oigan, y la inteligencia de otros para ser instruidos. Por tanto, son catequizados por la misma raz髇 que son bautizados.
3. Quien responde creo por el ni駉 bautizado, no predice que el ni駉 creer?cuando llegue a la madurez adecuada. Si as?fuera, responder韆 creer? Lo que hace es profesar la fe de la Iglesia en nombre del ni駉, al que se comunica la fe, recibe el sacramento de esta fe, y queda obligado a ella a trav閟 de otro. De hecho, nada impide que uno quede obligado a trav閟 de otro en las cosas que son indispensables para la salvaci髇. De igual modo, el padrino que responde por el ni駉, promete que 閘 har?todo lo que pueda para que el ni駉 crea. Esto, sin embargo, no ser韆 suficiente en el caso de los adultos que tienen uso de raz髇.
緿ebe el exorcismo preceder al bautismo?
Objeciones por las que parece que el exorcismo no debe preceder al bautismo.
1. El exorcismo est?prescrito contra los energ鷐enos, o sea, contra los posesos. Pero no todos los bautizandos son eso. Luego el exorcismo no debe preceder al bautismo.
2. todo el tiempo que el hombre permanece en pecado, el diablo tiene poder sobre 閘, como se dice en Jn 8, 34: El que peca se hace esclavo del pecado. Pero el pecado se borra con el bautismo. Luego antes del bautismo no han de ser exorcizados los hombres.
3. el agua bendita fue introducida para frenar el poder de los demonios. Luego no era necesario aplicar para este fin otro remedio con los exorcismos.
Contra esto: dice el papa Celestino : Tanto los ni駉s como los y髒enes que vienen al sacramento de la regeneraci髇, no deben acercarse a la fuente de la vida antes que los exorcismos y las exudaciones de los cl閞igos hayan arrojado de ellos al esp韗itu inmundo.
Respondo: Todo el que se propone hacer sabiamente una cosa, quita primero los impedimentos de su acci髇, por lo que se dice en Jr 4, 3: Cultivad el barbecho, y no sembr閕s entre cardos. Ahora bien, el diablo es enemigo de la salvaci髇 que el hombre alcanza por el bautismo, y tiene un cierto poder sobre el hombre por el mismo hecho de que 閟te se encuentra bajo el pecado original y tambi閚 el personal. Por eso es conveniente que antes del bautismo se expulsen los demonios con el exorcismo, para que no impidan la salvaci髇 de los hombres. Esta expulsi髇 est?significada en la exufiaci髇. Y la bendici髇, que tiene lugar con la imposici髇 de manos, cierra al expulsado la v韆 de retorno. La sal que se le pone en la boca y la unci髇 con saliva en narices y o韉os significan: la recepci髇 de la doctrina de la fe para los o韉os, la aprobaci髇 para las narices, y la confesi髇 para la boca. La unci髇 con el 髄eo significa la capacitaci髇 del hombre para luchar contra el demonio.
1. Energ鷐enos equivale a interiormente activos, movidos por la influencia externa del diablo. Y aunque no todos los que se acercan al bautismo est閚 corporalmente atormentados por 閘, todos los no bautizados, sin embargo, est醤 sometidos a su poder, aunque no sea m醩 que como una consecuencia del pecado original.
2. La abluci髇 bautismal sustrae el poder que el demonio tiene sobre el hombre para impedirle alcanzar la gloria. Pero los exorcismos sustraen el poder que el demonio tiene para impedir que el hombre reciba el sacramento.
3. El agua bendita sirve contra los asaltos externos del demonio. Mientras que el exorcismo se destina contra los asaltos internos. De ah?que se denominen energ鷐enos, o sea, como interiormente activos, a los que son exorcizados.
Tambi閚 podr韆 decirse que, como el segundo remedio contra el pecado lo constituye la penitencia, ya que el bautismo no se puede repetir, as?el segundo remedio contra las asechanzas del demonio lo constituye el agua bendita, ya que los exorcismos bautismales tampoco se pueden repetir.
Los ritos del exorcismo, 縫roducen algo o solamente significan?
Objeciones por las que parece que los ritos del exorcismo no producen nada y solamente significan.
1. Si un ni駉 muere despu閟 del exorcismo y antes del bautismo, no se salva. Ahora bien, el efecto pretendido en los ritos sacramentales es que el hombre consiga la salvaci髇, por lo que en Me16, 16 se dice: El que creyere y se bautizare se salvar? Luego los ritos del exorcismo no producen nada, y solamente significan.
2. como ya se ha dicho m醩 arriba (q.62 a.l), para que una cosa se constituya en sacramento de la nueva ley solamente se requiere que sea signo y causa. Luego, si los ritos practicados en el exorcismo producen algo, cada uno de ellos ser?un sacramento.
3. como el exorcismo es una disposici髇 para el bautismo, as?un posible efecto del exorcismo dispondr?tambi閚 para el efecto del bautismo. Ahora bien, la disposici髇 precede necesariamente a la perfecci髇 de la forma, ya que la forma perfecta no se recibe m醩 que en la materia dispuesta. Pero esto quiere decir que nadie podr韆 conseguir el efecto del bautismo si previamente no ha recibido el exorcismo, lo que manifiestamente es falso. Luego los ritos del exorcismo no producen efecto alguno.
4. de la misma manera que los ritos del exorcismo son anteriores al bautismo, hay otros ritos que son posteriores a 閘, como la unci髇 que el sacerdote hace al bautizado en la coronilla. Ahora bien, estos ritos posbautismales no parece que tengan eficacia alguna, ya que, de ser as? el efecto del bautismo no ser韆 perfecto. Luego tampoco los ritos prebautismales del exorcismo.
Contra esto: dice San Agust韓 en su libro De Symbolo : Los ni駉s son exufladosy exorcizados para que el poder hostil del demonio, que enga耋 al hombre, sea arrojado fuera de ellos. Ahora bien, la Iglesia no hace cosas sin sentido. Luego estas exufiaciones contribuyen a arrojar el poder del demonio.
Respondo: Algunos han dicho que los ritos del exorcismo no producen nada y que son s髄o signos. Pero esto es manifiestamente falso, porque, en los exorcismos, la Iglesia emplea la forma imperativa del verbo para arrojar fuera la potestad del demonio, como cuando dice: Luego, maldito diablo, sal de 閘.
Por eso, tenemos que afirmar que producen alg鷑 efecto, aunque de diverso modo que el bautismo. Porque el bautismo otorga al hombre la gracia con la plena remisi髇 de las culpas. Mientras que los ritos del exorcismo eliminan los dos obst醕ulos que impiden recibir la gracia salv韋ica. El primero es un obst醕ulo extr韓seco, constituido por los intentos que hacen los demonios para impedir la salvaci髇 del hombre. Pues bien, este obst醕ulo se elimina por las exuflaciones, que, como consta en el texto citado de San Agust韓, reprimen el poder del demonio para que no impida recibir el sacramento. Permanece, no obstante, en el hombre el poder del demonio por la mancha del pecado y la deuda de la pena hasta que el pecado sea borrado en el bautismo. De acuerdo con esto, dice San Cipriano : Has de saber que la maldad del demonio puede resistir hasta el momento de recibir el agua salv韋ica, pero en el bautismo perder?todo poder de da馻r.
El otro, sin embargo, es un obst醕ulo intr韓seco, y consiste en que el hombre, debido a la enfermedad del pecado original, tiene los sentidos embotados para percibir los misterios de la salvaci髇. Por lo que R醔ano Mauro, en De Institutione Clericorum, dice que con la saliva simb髄ica y el tacto de los sacerdotes, la sabidur韆 y el poder divinos operan la salvaci髇 en los catec鷐enos, de tal manera que se abran sus narices para percibir el perfume del conocimiento de Dios, sus o韉os para o韗 los preceptos divinos y sus sentidos m醩 韓timos para responder.
1. Los ritos del exorcismo no borran la culpa por la que el hombre es castigado despu閟 de la muerte, sino que solamente apartan los impedimentos para recibir, mediante el sacramento, la remisi髇 de la culpa. Por eso, el exorcismo sin el bautismo no tiene valor despu閟 de la muerte.
Prepositino, no obstante, dice que los ni駉s exorcizados y muertos sin el bautismo padecer醤 unas tinieblas menores. Pero esto no parece que pueda ser verdad, porque las tinieblas a que hace alusi髇 son la carencia de la visi髇 divina, que no admite m醩 y menos.
2. Lo propio del sacramento es conferir el efecto principal, que es la gracia remisiva de la culpa o supletiva de alg鷑 defecto del hombre. Los ritos del exorcismo no producen este efecto, sino que solamente quitan los impedimentos para que se produzca. Luego no son sacramentos, sino sacramentales.
3. La disposici髇 suficiente para recibir la gracia bautismal es la fe y la intenci髇: propia, si el que se bautiza es un adulto; o de la Iglesia, si el que se bautiza es un ni駉. Pero los ritos del exorcismo se dirigen a remover los impedimentos. Luego sin ellos se puede conseguir el efecto del bautismo.
Sin embargo, no se deben omitir, si no es en caso de necesidad. Pero, una vez que ha pasado el peligro, se deben suplir para guardar la uniformidad en el bautismo. Y no se crea que esta suplencia es in鷗il, porque de la misma manera que se puede impedir el efecto del bautismo antes de recibirlo, tambi閚 se puede impedir despu閟 de haberlo recibido.
4. Hay ritos posbautismales realizados en el bautismo que no solamente significan, sino que tambi閚 producen. Es el caso, por ej., de la unci髇 en la coronilla, que produce la conservaci髇 de la gracia bautismal. Otros ritos, sin embargo, no producen nada y solamente significan, como, por ej., el vestido blanco dado al bautizado para significar la nueva vida.
縋ertenecen al sacerdote la instrucci髇 catequ閠icay el exorcizar?
Objeciones por las que parece que no pertenece al sacerdote la instrucci髇 catequ閠ica y el exorcizar.
1. A los ministros incumbe, como dice Dionisio en V De Eccl. Hier., ocuparse de los inmundos. Ahora bien, los catec鷐enos, que reciben instrucci髇 catequ閠ica, y los energ鷐enos, sometidos a la purificaci髇 del exorcismo, son considerados como inmundos, como el mismo Dionisio dice. Luego la instrucci髇 catequ閠ica y el exorcizar no es oficio de los sacerdotes, sino m醩 bien de los ministros.
2. a los catec鷐enos se les instruye en la fe a trav閟 de la Sagrada Escritura, que en la Iglesia la proclaman los ministros; as?como los lectores leen en la Iglesia el Antiguo Testamento, as?tambi閚 los di醕onos y subdi醕onos leen el Nuevo. Y as?se ve c髆o es propio de los ministros la instrucci髇 catequ閠ica. Y, de modo semejante, el exorcizar parece que es propio tambi閚 de los ministros. Porque dice en una Ep韘tola San Isidoro : El exorcista debe saber de memoria las f髍mulas de los exorcismos, y debe imponer las manos sobre los energ鷐enos y catec鷐enos en el momento del rito. Luego no es oficio del sacerdote la instrucci髇 catequ閠ica y el exorcizar.
3. instrucci髇 catequ閠ica es lo mismo que ense馻r, y ense馻r es lo mismo que perfeccionar. Pero esto 鷏timo, como dice Dionisio en V De Eccl. Hier., es oficio de los obispos. Luego no es oficio del sacerdote.
Contra esto: dice el papa Nicol醩 1 : Los sacerdotes de cada Iglesia pueden dar la instrucci髇 catequ閠ica a los bautizados. E, igualmente, San Gregorio en Super Ez. dice: 縌u?hacen los sacerdotes sino expulsar a los demonios cuando, en virtud del exorcismo, imponen la mano sobre los creyentes'?
Respondo: El ministro, como indica su mismo nombre, se compara al sacerdote como el agente secundario e instrumental al agente principal. Ahora bien, el agente secundario no act鷄 sin la actuaci髇 del principal. Y cuanto m醩 importante es la operaci髇, tanto m醩 importantes instrumentos necesita el agente principal. Pero la operaci髇 del sacerdote es m醩 importante en la confecci髇 del sacramento que en la preparaci髇 del mismo. Por eso los ministros supremos, llamados di醕onos, cooperan con el sacerdote en la administraci髇 de los sacramentos. Porque dice San Isidoro que al di醕ono pertenece asistir a los sacerdotes y servir en todo lo que se hace en los sacramentos de Cristo, como son el bautismo, la confirmaci髇, la patena y el c醠iz. En cambio, los ministros inferiores cooperan con el sacerdote en las cosas preparatorias para los sacramentos, como los lectores en la instrucci髇 catequ閠ica, y los exorcistas en el exorcismo.
1. Acerca de los inmundos los ministros tienen una ocupaci髇 ministerial y como instrumental, pero la del sacerdote es principal.
2. Los lectores y los exorcistas tienen el oficio de instruir y de exorcizar, no como agentes principales, sino como ministros de los sacerdotes en esas tareas.
3. La instrucci髇 tiene muchas etapas. Una, la instrucci髇 de conversi髇 a la fe. Dionisio, en II De Eccl. Hier., la atribuye al obispo, aunque la puede desempe馻r cualquier predicador o cualquier fiel. La segunda tiene por objeto los rudimentos de la fe y el modo de comportarse en la recepci髇 de los sacramentos. Esta incumbe secundariamente a los ministros, y principalmente a los sacerdotes. La tercera ense馻 a vivir cristianamente. Y 閟ta incumbe a los padrinos. La cuarta es una instrucci髇 acerca de los grandes misterios de la fe y de la perfecci髇 de la vida cristiana. Y 閟ta incumbe, en virtud de su oficio, a los obispos .
Suma Teol骻ica - IIIa (Tertia)
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