Entrada: " El Señor nos ha introducido en una tierra que mana leche y miel, para que tengáis en los labios la Ley del Señor. Aleluya (Ex 13, 5-9). O bien " El Señor ha resucitado de entre los muertos, como lo había dicho; alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para siempre. Aleluya "
Colecta (del Misal anterior y antes del Gelasiano y Gregoriano): " Señor Dios, que por medio del bautismo haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre nuevos hijos; concede a cuantos han renacido en la fuente bautismal, vivir siempre de acuerdo con la fe que profesaron ".
Ofertorio: " Recibe, Señor, en tu bondad, las ofrendas de tu pueblo, para que, renovados por la fe y el bautismo, consigamos la eterna bienaventuranza ".
Comunión: " Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Aleluya " (Rm 6, 9).
Postcomunión: " Te pedimos, Señor, que la gracia del misterio pascual llene totalmente nuestro espíritu, para que, quienes estamos en el camino de la salvación, seamos dignos de tus beneficios ".
– Hch 2, 14.22-32: Dios resucitó a este Jesús y todos nosotros somos testigos. Sigue Pedro anunciando a todos la resurrección de Jesucristo, en quien se cumplieron las profecías de la Escritura. Este es el tema central de la primera proclamación del mensaje cristiano: el Misterio de Cristo muerto y resucitado, según el plan de salvación de Dios. La celebración eucarística, al hacer presentes de nuevo los acontecimientos salvíficos, en-rola y compromete toda nuestra vida actual en el plan salvífico de Dios, que se manifestará en plenitud cuando experimentemos la liberación definitiva en la vida gloriosa. Dice San Juan Damasceno:
" El Señor recibió en herencia los despojos de los demonios, o sea, aquellos que desde antiguo habían muerto, y liberó a todos los que se hallaban bajo el yugo del pecado. Habiendo sido contado entre los malhechores, él fue quien implantó la justicia. La semilla de los incrédulos se abolió; el luto se cambió en fiestas y el llanto en himnos de gozo. En medio de las tinieblas brilló para nosotros la luz; de un sepulcro surgió la vida y del fondo de los infiernos brotaron la resurrección, la alegría, el gozo y la exultación " (Homilía sobre el Sábado Santo 27).
– La resurrección de Cristo es esperanza de incorrupción. Ella hace posible que las afirmaciones del autor del Salmo 15 tengan plenitud de sentido en los labios cristianos. Por Cristo el cristiano puede vivir su vida en esperanza de inmortalidad: " Protégeme, Dios mío, que me refugio en Ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en su mano. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena; porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha ".
– Mt 28, 8-15: Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán. Las santas mujeres se encuentran con Jesús resucitado, que les encarga que avisen a sus discípulos que vayan a Galilea. Entre tanto, los guardianes de la tumba reciben dinero para que defiendan la idea de que han robado el cuerpo de Jesús, mientras ellos dormían. Es una preparación para la manifestación a los Apóstoles, que serán los verdaderos testigos de la Resurrección. San Agustín dice atinadamente:
" Pusieron guardas para custodiar el sepulcro. Tembló la tierra y resucitó el Señor. Sucedieron tales milagros junto al sepulcro que aun los mismos soldados, que habían ido a custodiarlo, habrían servido de testigos, si hubieran querido decir la verdad. Mas aquella avaricia que se apoderó igualmente de los soldados los inutilizó. "Os damos este dinero, les dijeron, y decid que, estando vosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se lo llevaron". Verdaderamente se cansaron en vano discurriendo tales cavilaciones. ¿Qué es lo que has dicho, infeliz astucia? ¿Hasta ese extremo abandonas la luz de la verdadera prudencia y te sumerges en el abismo de la malicia que dices: "afirmad que estando nosotros dormidos, llegaron sus discípulos y se lo llevaron"? ¿Alegas testigos dormidos? Verdaderamente tú mismo dormías, cuando en tales cavilaciones caíste " (Comentario al Salmo 63).