21ª semana del Tiempo Ordinario, jueves

Años impares

1Ts 3, 7-13: Sobre todo amor. Goza San Pablo por las noticias que ha recibido de ellos. Quiere volver a verlos. De momento les exhorta a que crezcan en el amor, para ser santos e irreprochables, como el mismo Pablo ama a todos. San Juan Crisóstomo enseña:

" Amar a una persona y mostrar indiferencia a otras es característico del afecto puramente humano; pero San Pablo nos dice que nuestro amor no debe tener ninguna restricción... Ser irreprochables ante Dios. En esto consiste propiamente el mérito real de la virtud, y no simplemente en ser irreprochables delante de los hombres... Sí, lo repetiré: es la caridad, es el amor quien nos hace irreprochables " (Homilía sobre I Tes.).

– Con el Salmo 89 proclamamos: " Sácianos de tu misericordia y estaremos alegres, Señor... Baje a nosotros la bendición del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos ". El amor de Dios a los hombres es muy superior a lo que podemos figurarnos, incluso teniendo presente lo que dice San Juan en el Evangelio que "tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Unigénito" (Jn 3, 1). Oigamos a San Juan Crisóstomo:

" Hasta te serviré, porque vine a servir y no a ser servido. Yo soy amigo, y miembro, y Cabeza y hermano y hermana y madre; todo lo soy y solo quiero contigo intimidad. Yo, pobre por ti, mendigo por ti, crucificado por ti, sepultado por ti; en el cielo por ti ante Dios Padre; y en la tierra soy legado suyo ante ti, Todo lo eres para Mí, hermano y coheredero. ¿Qué más quieres? " (Homilía 76 sobre San Mateo).

Años pares

1Co 1, 1-9: Enriquecidos por Cristo. Agradece San Pablo las gracias inefables con que han sido enriquecidos los fieles de Corinto. San Juan Crisóstomo comenta:

" Un médico no trata del mismo modo al paciente al inicio de la enfermedad y cuando está convaleciente, un maestro no usa el mismo método con los niños y con los que requieren una enseñanza más elevada. Así actúa el Apóstol: escribe según las necesidades y según el tiempo " (Homilía sobre la Carta a los Romanos 5, 3).

Y sigue diciendo el mismo autor:

" La llama el Apóstol Iglesia de Dios para designar que la unidad es el carácter esencial y necesario. La Iglesia de Dios es una en los miembros y no forma más que una Iglesia con todas las comunidades extendidas en el universo, porque la palabra Iglesia no es la designación del cisma, sino de la unidad, de la armonía, de la concordia...

" No hay verdadera paz, como no hay verdadera gracia, sino las que vienen de Dios. Poned esta paz divina y no tendréis nada que temer, aunque fuerais amenazados por los mayores peligros, ya sea por los hombres, ya sea incluso por los mismos demonios. Al contrario, para el hombre que está en guerra con Dios por el pecado, mirad cómo todo le da miedo " (Homilía sobre I Cor 4, 2).

– Con el Salmo 144 proclamamos: " Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey... Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor y merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. Una generación pondera tus obras a la otra y le cuenta tus hazañas; alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas. Encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones; difunden la memoria de tu inmensa bondad y aclaman tus victorias ".

Todo cuanto digamos en su honor es poco, pues las gracias y dones que nos ha otorgado son innumerables y mucho más estimables que las otorgadas al pueblo de Israel, como lo manifiestan sin cesar los escritos de los Santos Padres y el Magisterio de la Iglesia.

Evangelio

Mt 24, 42-51: Estad preparados. Cristo exhorta con varias parábolas a la vigilancia y a la perseverancia en la fidelidad. San Juan Crisóstomo insiste mucho en ello al explicar este lugar en el Comentario del Evangelio de San Mateo:

" Insiste todavía más y repite por qué ha afirmado que ni los ángeles ni Él mismo conocen el día ni la hora del fin del mundo, sino sólo el Padre, porque no les convenía a los apóstoles saberlo. Introduce el ejemplo del padre de familia, es decir, de Él mismo, y de sus fieles servidores, los apóstoles, para exhortarles a la vigilancia, a fin de que, esperando la recompensa, distribuyan a sus compañeros, a su tiempo, el alimento de la doctrina... Esto mismo se lo enseña para que sepan que el Señor vendrá en el momento menos pensado y para exhortar a los administradores a la vigilancia y a la solicitud "...