23ª semana del Tiempo Ordinario, jueves

Años impares

Col 3, 12-17: Por encima de todo el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Todo un programa de vida cristiana. Hemos de vivir una moral que sea signo de la soberanía de Cristo sobre la humanidad. Santidad es en un aspecto separación, y en otro, consumación. Dios es el Todo Otro y al mismo tiempo se comunica a las almas. Esto en el Antiguo Testamento y más aún en el Nuevo con Cristo.

Las fuentes más inmediatas y autorizadas en las que pueden encontrarse esas palabras son los libros del Nuevo Testamento. San Juan Crisóstomo dice que esos escritos " son maestros que no dejarán de instruirnos... Abrid estos libros. ¡Qué tesoros de remedios tan eficaces!... Solo hace falta que pongáis vuestros ojos sobre el libro, lo recorráis y retengáis bien las sabias enseñanzas que os dan. La causa de todos nuestros males viven de la ignorancia que tenemos de los libros sagrados " (Homilía sobre la Carta a los Colosenses 3, 16).

– Alabamos a Dios, por los inmensos beneficios que nos ha otorgado, con el Salmo 150: " Alabamos al Señor en su templo, en su fuerte firmamento, por sus obras magníficas, por su inmensa grandeza, tocando trompetas, con arpas y cítaras, con tambores y danzas, con trompas y flautas, con platillos sonoros, con platillos vibrantes. Que todos los seres alaben al Señor ". Pero hemos de considerar que la melodía más agradable a Dios es la vida cristiana con toda su perfección posible, con el ejercicio de las virtudes, de modo especial con la virtud de la caridad, del amor para con Dios y para con todos los hombres, que son hermanos nuestros y formamos la gran familia de Dios. Si así se hiciera se terminaría en el mundo toda clase de violencia.

Años pares

1Co 8, 1-7. 11-13: Si pecamos contra los hermanos, turbando su conciencia, pecamos contra Cristo. Procedamos sin escandalizar a nadie. Comenta San Agustín:

" ¡Ojalá pudiesen pensar todos en un solo y único amor! Solo él vence todo y sin él nada vale todo lo demás, el que dondequiera que se halle atrae a todos hacia sí. Él es el que no envidia. ¿Buscas la causa? Fíjate en lo que sigue: "No se infla..." El primer vicio es la soberbia y luego la envidia... Crezca, pues, el amor en vosotros y el alma se hace sólida, porque no se infla. La ciencia, dice el Apóstol, infla... Amad, pues, la ciencia, pero anteponedle el amor. La ciencia, si está sola, infla; mas como el amor edifica, no permite que la ciencia infle " (Sermón 364, 6).

– Con el Salmo 138 decimos: " Guíame, Señor, por el camino eterno. El Señor nos sondea y nos conoce..., de lejos penetra nuestros pensamientos, distingue nuestro camino y nuestro descanso, todas nuestras sendas le son familiares... Es Él quien nos ha creado. Démosle gracias, porque nos ha escogido portentosamente y sus obras son admirables ". Pidámosle con fe que nos guíe por el camino eterno. En Dios vivimos, nos movemos y existimos (Hch 17, 28).

Evangelio

Lc 6, 27-38: Sed compasivos como lo es Dios, nuestro Padre. El amor que Cristo enseña es universal. De lo sagrado obtenemos mayor fuerza para amar con plena eficacia. San Clemente Romano exhorta:

" Seamos, pues, humildes, hermanos, deponiendo toda jactancia, ostentación, insensatez y arrebato de ira y cumplamos lo que está escrito. Dice, en efecto, el Espíritu Santo: "No se gloríe el sabio en su sabiduría, ni el fuerte en su fuerza..." (Jr 9, 23-24; 1Co 1, 31; 2Co 10, 7). ¿Y qué más, si tenemos presentes las palabras del Señor Jesús aquellas que habló enseñando la benignidad y la longanimidad? Dijo, en efecto, de esta manera: "compadeceos y seréis compadecidos, perdonad para que os perdonen a vosotros. De la misma manera que vosotros hiciereis, así se hará también con vosotros... Con la medida que midiereis, se os medirá a vosotros" (Lc 6, 31-38) " (Carta a los Corintios 13, 1-2).