JUAN

Jn 1, 1 El término griego Logos significa «Verbo» o «Palabra», que en el Prólogo es la Palabra creadora, reveladora y salvadora manifestada en el AT y revelada en el NT como una persona divina. Preferimos traducir Verbo, un término consagrado en las traducciones españolas durante diez siglos y presente así en las obras teológicas y de espiritualidad de habla española.

Jn 1, 14 El uso del término carne para expresar el misterio de la encarnación excluye cualquier forma de docetismo. Por otro lado, las imágenes que describen ulteriormente la encarnación están tomadas de las teofanías del Éxodo (véase Ex 29, 45 y, además, Ex 16, 7. 10) y la presentan como la suprema teofanía divina.

Jn 2, 4 Lejos de manifestar distancia frente a su madre, la respuesta de Jesús abre el relato a la futura presencia de María en el Calvario, es decir, la «hora» de su hijo. Entretanto, la intercesión de la madre adelanta la hora de la manifestación mesiánica.

Jn 2, 11 Signos son en este evangelio las acciones portentosas de Jesús que muestran su gloria, es decir, muestran que es el Mesías, Hijo de Dios.

Jn 3, 3 También puede significar «nacer de lo alto»; el texto juega con los dos sentidos. Por lo que respecta a la expresión «reino de Dios», muy frecuente en los sinópticos, Juan la utiliza sólo aquí, pues prefiere hablar de «vida eterna», que en él equivale a salvación, tiene una dimensión presente, concretada en el conocimiento y comunión con Dios (Jn 17, 3), y una dimensión futura, la resurrección (Jn 6, 40. 44. 54).

Jn 4, 10 El agua viva, tema central de esta sección del diálogo, es evidentemente un don espiritual, que puede ser la revelación de Dios, la gracia de Dios, el Espíritu de Dios.

Jn 4, 23 La venida de Cristo crea una nueva relación con Dios que, sin excluir el culto externo y público, implica una actitud de «hijos» infundida por el Espíritu que guía a la verdad (Jn 16, 13) y es posible en todo lugar.

Jn 5 Este capítulo es una gran unidad literaria, compuesta de un signo (1-18), un discurso donde se explica el significado del signo (19-30) y quiénes son los garantes del testimonio (31-47).

Jn 6 Jn 6 ocupa el centro de la primera parte del evangelio; se trata de una unidad literaria de signo (en este caso, dos) y de discurso, cuyo tema central es el pan de vida. El signo de la multiplicación de los panes (1-15) es el punto de partida para el discurso (25-58) en que Jesús es identificado como Pan de vida. Tras una referencia de lugar (59), la conclusión (60-71) indica las diversas reacciones ante el discurso.

Jn 7-8 En estos capítulos se suceden una serie de unidades literarias centradas en la fiesta de las Tiendas, en cuyo marco realiza Jesús siete grandes manifestaciones mesiánicas, señalándose las diversas reacciones de los judíos: fe (Jn 7, 31; Jn 8, 31), intento de apresarlo (Jn 7, 30; Jn 7, 32; Jn 7, 44-47; Jn 8, 20) y, finalmente, rechazo (Jn 8, 59).

Jn 7, 1-30 La fiesta de las Tiendas tenía connotaciones muy a propósito para la manifestación mesiánica: era fiesta del agua, de la luz y, finalmente, de esperanza de liberación.

Jn 7, 53-8, 11 Aunque aparezca en unos pocos manuscritos, este relato es canónico y por tanto inspirado. Presenta un episodio de controversia a la vez que un hecho de perdón, y se parece mucho al material sinóptico, pese a que no faltan en él elementos de sabor joánico (como Jn 8, 11; véase Jn 5, 14); es probable que haya sido incorporado aquí por su relación con la expresión de Jn 8, 15b.

Jn 8, 24 Usada en absoluto, la frase "Yo soy" parece evocar el nombre divino de Ex 3, 14: para salir del pecado es necesario creer en el Dios Redentor.

Jn 9 Este signo, que muestra a Jesús como luz del mundo, da lugar a una serie de discusiones entre el que ha sido curado y sus vecinos (8-12); el que ha sido curado y los fariseos (Jn 13-17); los fariseos y los padres del que había sido ciego (18-23); de nuevo, los fariseos y el que había sido ciego (24-34). Al final, en el templo, se produce el encuentro de Jesús con el que había sido curado (35-38); el conjunto lo cierran unas palabras de Jesús (40ss).

Jn 10, 30 La clave para entender esta frase está en Jn 1, 1. 14: Jesús no proclama solo una unidad moral o de representación, sino la unidad del ser divino de Padre e Hijo; evidentemente, la frase no quiere decir que sean una sola persona.

Jn 11, 1-44 La resurrección de Lázaro es el mayor de los signos realizados por Jesús, anticipo del gran signo de la vida, la resurrección del propio Cristo. El relato se divide en presentación y palabras de Jesús (1-19); diálogo con Marta (20-27); diálogo con María, oración y realización del milagro (28-44).

Jn 12 Concluye aquí la primera parte del evangelio y se abre paso la segunda: la unción en Betania y la entrada mesiánica en Jerusalén, con el discurso consiguiente (20-36), miran ya hacia la pasión y la glorificación; por su parte, la reflexión del evangelista sobre la incredulidad de los judíos y el último grito de Jesús en su ministerio público (37-50) cierran la primera parte.

Jn 13-20 Comienza la segunda parte del evangelio, que narra la Última Cena, la Pasión y la Resurrección. A la Última Cena se dedica Jn 13-17. Tras un breve prólogo, Jn 13 narra el lavatorio de los pies, el anuncio de la traición de Judas, el mandamiento nuevo y el anuncio de las negaciones de Pedro.

Jn 13, 23 La identificación tradicional de este discípulo con Juan el hijo de Zebedeo sigue siendo la que mejor explica la importancia de Juan junto a Pedro en la tradición sinóptica y en los Hechos de los Apóstoles. El silencio sobre su nombre puede deberse a una deliberada actitud del autor, tal vez porque la identidad del discípulo amado era conocida por los destinatarios.

Jn 14 Este capítulo representa la primera versión del discurso de despedida. Con un principio y un final bien definidos (14, 1. 27), consta de tres secciones: Cristo, camino único hacia el Padre (Jn 14, 1-11); serie de promesas que miran a la nueva alianza (Jn 14, 12-26) y la despedida (Jn 14, 27-31).

Jn 14, 6 Jesús es camino único hacia el Padre (14, 6b). Los términos verdad y vida determinan la calidad del camino, es decir, la divinidad de Cristo (la verdad) y la meta divina a la que conduce (la vida).

Jn 15-16 Ampliación del discurso de despedida en torno a tres centros: la alegoría de la vid y los sarmientos, en la que destaca la fructificación en el amor (Jn 15, 1-17); la función del Espíritu Santo (Jn 15, 18-16, 15), y la despedida (Jn 16, 16-33).

Jn 15, 1-17 La imagen de la vid, tomada del AT (Is 5, 1ss; Jr 2, 21; Sal 80, 12ss) es aplicada aquí en varias dimensiones: Cristo vid, la gracia (obra del Padre), unión de los creyentes en Cristo, fruto del amor. Su aplicación a Cristo constituye la séptima expresión "Yo soy" con predicado, cuyo primer desarrollo se ofrece en 1-4.

Jn 16, 8 La acción del Paráclito, orientada a «convencer» al mundo de un pecado, de una justicia y de un juicio, es fruto del sacrificio y glorificación de Cristo, en los que ha sido derrotado Satanás (véase Jn 12, 31ss).

Jn 17 La sublime plegaria recogida en este capítulo, llamada comúnmente «oración sacerdotal», es la culminación de los discursos de despedida, así como el prefacio de la pasión. Consta de tres grandes desarrollos: Jn 17, 1-5; Jn 17, 6-24 y Jn 17, 25ss.

Jn 18-19 El relato joánico de la pasión se estructura en cinco secciones: prendimiento (Jn 18, 1-11); comparecencia ante Anás y Caifás (Jn 18, 12-27); comparecencia ante Pilato (Jn 18, 28-19, 16a); escenas en el Calvario (Jn 19, 16b-37) y sepultura (Jn 19, 38-42). El relato, que ofrece una visión realista y transfigurada a la vez, pone de relieve la majestad de Jesús y concede gran importancia al tema de su realeza y al cumplimiento de las Escrituras.

Jn 18, 28-19, 16 Apoyándose en la presencia de Pilato fuera o dentro del pretorio, Juan ha distribuido la comparencia de Jesús ante la autoridad romana en siete escenas, que tienen su centro en la coronación y, como tema dominante, en la realeza de Jesús. Las escenas son las siguientes: 1) diálogo sobre la acusación fuera del pretorio (Jn 18, 28-32); 2) interrogatorio a Jesús sobre su condición de rey de los judíos, dentro (Jn 18, 33-38a); 3) proclamación de la inocencia de Jesús y episodio de Barrabás, fuera (Jn 18, 38b-40); 4) coronación (Jn 19, 1-3); 5) nueva proclamación de la inocencia de Jesús, presentado como «el hombre» (Ecce homo) y rechazado por los judíos, que piden su crucifixión, fuera (Jn 19, 4-8); 6) nuevo interrogatorio de Pilato a Jesús sobre su origen, dentro (Jn 19, 9-12); 7) Pilato, que ha salido y se ha sentado en el tribunal, presenta a Jesús con la frase: "He aquí a vuestro rey"; rechazo definitivo de los judíos (Jn 19, 13-16a).

Jn 20 Este capítulo se centra en tres episodios: 1) visita de Pedro y del discípulo amado al sepulcro (1-10); 2) aparición a María la Magdalena (11-18); 3) aparición a los discípulos, primero estando ausente Tomás (19-23) y después con él presente (24-29).

Jn 21 Es claramente un epílogo, salido probablemente de la pluma de algún miembro de la escuela joánica tras la muerte del discípulo amado. Se trata sin duda de un texto inspirado, cuya pertenencia a la edición definitiva del evangelio está asegurada, en cualquier caso, por la crítica textual.

Jn 21, 15-17 La triple confesión de amor de Pedro trae a la mente del lector el recuerdo de su triple negación. Por otra parte, el triple encargo que le encomienda Jesús indica el puesto de Pedro como Pastor universal en la Iglesia.