ABDÍAS

El brevísimo libro de Abdías –con sólo 21 versículos es el libro más corto del Antiguo Testamento– viene en la colección de los Profetas Menores después de Amós –quizá por la referencia a Edom que se encuentra al final de este libro y en el comienzo de Abdías– y antes de Jonás. Lo único que conocemos de la persona de Abdías es lo poco que se puede deducir del libro. Una tradición judaica, tardía, lo identifica con un Obadías o Abdías, mayordomo del palacio del rey Ajab de Israel 1; pero esta identificación carece de fundamento histórico. El nombre de «Abdías» –así según la vocalización tradicional latina– es en hebreo ‘Obad–yah, «siervo/adorador del Señor». Los estudiosos se preguntan si el escrito no pretende sino completar el número de profetas menores hasta doce. Nada cierto hay al respecto. Lo seguro es que el libro de Abdías entró en el canon judío entre los doce profetas menores, y que fue recibido sin dificultad en el canon cristiano.

1. ESTRUCTURA Y SÍNTESIS DEL CONTENIDO

Desde antiguo se hizo notar la dificultad de interpretar este libro 2. Se discuten tanto la unidad del escrito como los elementos literarios que lo integran. En el texto, tal como lo tenemos, pueden distinguirse tres partes:

I. ORÁCULO CONTRA EDOM (vv. 1-7). Consta del juicio divino sobre Edom 3 y del anuncio de su ruina 4.

II. PLIEGO DE CARGOS CONTRA EDOM (vv. 8-14). El pecado de los edomitas es haberse burlado de la desgracia de Judá y haberse aprovechado de ella. Por este pecado, serán arrasados.

III. EL DÍA DEL SEÑOR (vv. 15-21). Se anuncia el juicio del Señor a todas las naciones 5, el triunfo del pueblo elegido 6 y la restauración definitiva de Israel, anuncio del reino de Dios 7.

El contenido, en su brevedad, resulta también incompleto: su mensaje no debe ser contemplado al margen de los otros once profetas menores. Abdías enfoca tres puntos solamente: a) Edom, país emblemático entre las naciones enemigas del pueblo elegido, será castigado; b) el día del Señor será el tiempo del juicio divino, en que hará justicia al resto de Jacob perseguido inicuamente por las naciones; c) habrá una restauración escatológica del reino de Dios en Sión.

2. COMPOSICIÓN Y MARCO HISTÓRICO

Abdías no da referencias históricas precisas. Pero su profecía contra Edom parece que alude a una realidad histórica acaecida: la conducta alevosa de los edomitas con los hebreos, sus parientes, en los sucesos que acompañaron y siguieron a la destrucción de Jerusalén por Babilonia el 587. En efecto, tras la caída de Jerusalén, los edomitas, descendientes de Esaú, hermano gemelo de Jacob 8, se aprovecharon de la desgracia de «sus hermanos» para expoliarles, asaltarles y ocupar la zona sur y parte de la oriental de Judá. Esa situación se prolongó al menos hasta la primera parte de la época persa.

La fecha de composición de Abdías se complica por los problemas de la unidad del escrito. Es posible que a los oráculos sobre Edom se añadieran después algunos versículos en las partes segunda y tercera. Se puede concluir que el libro recoge un oráculo básico del tiempo de la vuelta del exilio de Babilonia, finales del siglo VI, que se retoca y amplía con otros elementos proféticos que podrían llegar hasta principios del siglo IV. De ahí que sea difícil explicar todos los extremos de su composición. Gran parte del texto tiene paralelos o equivalentes en otros libros proféticos (en especial Jr 49) y en los Salmos.

El texto hebreo de Abdías, salvo los tres versículos finales y el v. 15, parece estar bien conservado. Su confrontación con las versiones antiguas griegas y latinas no presenta variaciones relevantes.

3. ENSEÑANZA

Abdías reprocha duramente a Edom por su conducta en los momentos de desgracia de Judá. Edom simboliza las naciones opresoras del pueblo elegido. Éste debe esperar el juicio justo de Dios, que se realizará en el tiempo escatológico del «día del Señor». Entonces se producirá el castigo de los malvados y la restauración del reino de Dios, con perspectivas que están por encima de las circunstancias políticas y sociales de Judá y de las limitaciones de ser un pueblo sin independencia en los momentos de composición del escrito. Como el conjunto de los libros proféticos, Abdías exhorta a poner la esperanza en el poder y la justicia de Dios, y no en las fuerzas precarias de los hombres. Dada la brevedad de Abdías, no es de extrañar la ausencia en el libro de otros legados importantes de los profetas.

4. EL LIBRO DE ABDÍAS A LA LUZ DEL NUEVO TESTAMENTO

El único texto de Abdías que tiene eco en el Nuevo Testamento es la última frase del libro 9, que se refleja en el Apocalipsis de San Juan10: «Resonaron fuertes voces en el cielo: “El reinado en este mundo es ya de nuestro Señor y de su Cristo”». Por lo demás, Abdías ha sido poco empleado en la liturgia de la Iglesia de Occidente. Es comentado sólo por los Padres y escritores orientales y occidentales en el conjunto de la colección de los Profetas Menores: de un modo u otro, todos enfocan sus explicaciones a ver en Edom el símbolo de los enemigos del pueblo de Dios, y en las amenazas proféticas de Abdías, una expresión de la justa ira de Dios con el pecador empedernido. San Agustín lee a Abdías desde el espíritu abierto del Evangelio y va más allá: Esaú son los gentiles necesitados de la salvación; la predicación del Evangelio los convierte de enemigos en hermanos11. Éste es, sin duda, el espíritu con que los cristianos hemos de leer a Abdías, con apertura a todos los pueblos y religiones de la tierra.

1 1R 18, 3-16.
2 Ya San Jerónimo decía del libro: «El profeta es pequeño por el número de versos, no por las ideas. Por lo demás, lo mismo que sucede con los tres libros de Salomón, cuanto más breve es el Cantar de los Cantares, más difícil resulta» (Commentarii in Abdiam 1).
3 Ab 1, 1-4.
4 Ab 1, 5-7.
5 Ab 1, 15-16.
6 Ab 1, 17-18.
7 Ab 1, 19-21.
8 cfr Gn 32, 4.
9 Ab 1, 21.
10 Ap 11, 15.
11 cfr De civitate Dei 18, 31.