TOBÍAS

La historia de Tobías ha llegado hasta nosotros en tres redacciones distintas, según los manuscritos en los que se encuentra. Una es la representada por el códice Sinaítico (S) (siglos IVV d.C.). Es la forma más larga y coincide fundamentalmente con las versiones latinas. Otra forma es la contenida en los manuscritos Vaticano (B) y Alejandrino (A) (siglos IV y V d.C.). Es más breve que la anterior y presenta una redacción griega más elegante. Muchos estudiosos consideran esta forma una corrección de la anterior. Existe una tercera redacción intermedia en amplitud presente en algunos códices minúsculos griegos y en la versión siríaca, pero esta forma es considerada secundaria respecto a las anteriores. La traducción que presentamos está hecha sobre el texto griego del códice Sinaítico, incluyendo de los otros códices algunas frases o términos que dan mayor claridad al texto y han sido recogidos en la Neovulgata. Ésta sigue el texto de la Vetus latina según un códice del siglo X (Vercellensis XXII) que difiere ligeramente de los textos griegos e incluso a veces cambia la numeración de los versículos. En estos casos seguimos la numeración de la Neovulgata, indicando entre paréntesis la numeración habitual en las ediciones del texto griego y de muchas traducciones modernas. Finalmente, hemos introducido en las notas algunos pasajes de la Vulgata no recogidos en la Neovulgata.

Además del texto griego existen unos pequeños fragmentos en arameo hallados en Qumrán. Este hecho, junto al carácter semitizante del griego del códice Sinaítico, hace que se discuta entre los estudiosos si el libro se compuso originariamente en griego, en arameo o en hebreo. En cualquier caso, el texto griego es el que ha sido recibido como canónico por la Iglesia, sin que ésta opte por una forma u otra. Entre los judíos y protestantes el libro de Tobías no es considerado canónico.

1. ESTRUCTURA Y SÍNTESIS DEL CONTENIDO

El libro de Tobías puede dividirse de la siguiente forma:

I. DESGRACIA Y ORACIÓN DE TOBIT EN NÍNIVE, Y DE SARA EN MEDIA (Tb 1, 1-3, 17)

Tobit y su familia viven en Nínive (Asiria), y Sara y su familia en Ecbatana (Media). Son dos familias de judíos piadosos deportados de Israel 1, a los que golpea la desgracia a pesar de su fidelidad a Dios y a la Ley. Se describe con detenimiento el caso de Tobit que, a pesar de practicar las obras de misericordia, queda ciego y sumido en la pobreza. Además se encuentra con la incomprensión de su esposa. En esa situación eleva su oración a Dios pidiendo la muerte. En el caso de Sara la desgracia consiste en que los siete maridos a los que ha sido dada por esposa han muerto la noche de bodas porque los mata el demonio Asmodeo. Por eso encuentra el desprecio de la criada de su padre. También Sara ora al Señor pidiendo la muerte. Ambas oraciones, la de Tobit y la de Sara, llegan al mismo tiempo al Señor que decide socorrerles enviando al ángel Rafael.

II. VIAJE DE TOBÍAS A MEDIA ACOMPAÑADO DEL ARCÁNGEL RAFAEL (Tb 4, 1-10, 14)

A continuación se narra el viaje de Tobías, hijo de Tobit, a Media acompañado por el ángel Rafael para buscar un dinero que Tobit había dejado allí en depósito cuando la fortuna le era favorable. El ángel no es reconocido como tal, pues aparece bajo la forma de un joven a quien contratan como guía de Tobías. En la primera etapa del viaje capturan un pez que había atacado a Tobías en el río Tigris; y, por indicación del ángel, Tobías guarda la hiel, el corazón y el hígado del animal que servirán para alejar al demonio y para curar la ceguera. Al llegar cerca de Ecbatana, donde vive Sara, el ángel comunica a Tobías que según la Ley debe tomar a la joven como esposa por ser su pariente más próximo. A las objeciones de Tobías por el temor al demonio que había hecho morir a los siete maridos de Sara durante la noche de bodas, el ángel le indica cómo podrá ahuyentar a ese espíritu maligno. Y así sucede, en efecto. Llegan a casa de Sara, la piden a su padre en matrimonio y celebran con alegría la boda, sin que ocurra ningún mal. Tobías manda al ángel a recuperar el dinero y, pensando en sus padres, cuya situación en espera del hijo se describe en un inciso, Tobías, Rafael y Sara con su séquito vuelven a Nínive.

III. DE NUEVO EN NÍNIVE. CURACIÓN Y ÚLTIMOS DÍAS DE TOBIT (Tb 11, 1-14, 15)

La parte final de la obra narra lo sucedido en Nínive a la llegada de Tobías y sus acompañantes. Tobías cura a su padre de la ceguera con la hiel del pez; Tobit bendice a su nuera y el ángel Rafael manifiesta su verdadera identidad y desaparece. Entonces Tobit prorrumpe en un canto de alabanza a Dios y deja a su hijo su testamento espiritual. Después, tras la muerte de su madre, Tobías y Sara se trasladan a vivir a Media, tal como les había indicado Tobit, que conocía y creía las profecías sobre la destrucción de Nínive.

2. COMPOSICIÓN

Si, a primera vista, Tobías parece un libro histórico, propiamente no lo es: se trata más bien de una «novela ejemplar»; podría encuadrarse en el género «narrativa sapiencial». Aunque el autor sitúa la historia en tiempos de la cautividad de los israelitas en Asiria y Media (siglos VIII-VII a.C.), deja entrever que la escribe mucho tiempo después, ya que alude a la caída de Jerusalén y a la cautividad de Babilonia 2. En realidad presenta una historia familiar de judíos en la diáspora tal como podría darse en los siglos IV-II a.C. Es una narración compuesta con el fin de exhortar a aquellos judíos a confiar en Dios, a alabarle, a practicar las obras de misericordia entre ellos, y a mantener la identidad judía tomando como esposas a mujeres de su misma raza.

El argumento de la obra es atractivo, delicioso, y culmina con un desenlace feliz. Las situaciones de desgracia se describen con rapidez y sin planteamientos profundos acerca de la retribución de Dios a los justos. Más bien el autor de la obra quiere mostrar al lector la ayuda y la providencia divina y, por eso, desde el principio, cuando Dios envía al ángel Rafael, se prevé una solución feliz a todos los problemas. Por lo mismo el autor parece no estar tan interesado en el argumento como en el significado de lo que va ocurriendo, y salpica la narración con oraciones 3, con discursos 4, e incluso con diálogos un tanto graciosos para el lector que ya conoce la realidad 5.

Al comienzo del libro el autor se expresa en primera persona 6 como si hablase el mismo protagonista, Tobit. Sin duda se trata de un recurso del autor para dar realismo al relato.

En el libro de Tobías puede verse cierto parecido con una obra sapiencial llamada «Sabiduría de Ajicar», que aunque no tenía origen judío era muy popular entre los judíos de la diáspora. Esta obra recogía las instrucciones del sabio Ajicar a un sobrino suyo que luego le traiciona. El autor del libro de Tobías parece conocerla y presenta a Tobit como tío de Ajicar, señalando así la mayor autoridad de Tobit 7. El autor sagrado quiere dejar constancia de cuál es la verdadera sabiduría de un judío piadoso en la diáspora y cómo ha de comportarse ante Dios, cara a la Ley y en las relaciones familiares.

3. ENSEÑANZA

La idea que domina en el libro es que Dios protege a los justos y les salva de las desgracias que puedan sobrevenirles si recurren a Él con una oración sincera. La historia de Tobit y Sara es un ejemplo evidente. Pero, además, el libro enseña que Dios ejerce su protección por medio de sus ángeles. En este caso el ángel es Rafael, que significa «Dios ha curado», porque realiza curaciones: Tobit es curado de la ceguera y Sara de la presencia del demonio en torno a ella. El libro deja abierto el camino para comprender la intervención de Dios por medio de otros ángeles cuyos nombres indicarán asimismo su misión.

La forma de actuar de Dios no es a primera vista perceptible por el hombre. Incluso las desgracias, permitidas por Dios, tienen una finalidad que no se descubre al momento, sino al final de la historia: la ceguera de Tobit y la muerte de los maridos de Sara son providenciales para que llegue a realizarse el matrimonio de Tobías y Sara, y así se cumpla la Ley y sean todos felices. El libro de Tobías enseña que Dios actúa con providencia en la vida de cada familia y de cada individuo, no sólo en la vida del pueblo. En concreto, el camino –hacia Media y hacia el matrimonio– recorrido por Tobías junto al ángel es un modelo que muestra cómo Dios conduce al hombre por el camino de la vida, y cómo el hombre colabora con Dios en la medida en que pone los medios a su alcance para llevar a cabo sus proyectos nobles.

Al hombre no se le pide que entienda el sentido de su desgracia, sino que recurra a Dios y se ponga en sus manos, sin caer en la desesperación. La actitud del hombre ante Dios ha de ser siempre la alabanza, incluso en la oración de petición. Al mismo tiempo al buen judío se le pide que practique incluso heroicamente las obras de misericordia, especialmente las de dar limosna y enterrar a los muertos. Y de una manera especial se resalta la piedad filial hacia los padres en la ancianidad y en el momento de su muerte.

Por otra parte, en el libro de Tobías se acentúa la conciencia que debe tener el judío de su pertenencia al pueblo de Dios y su solidaridad con la suerte de todo el pueblo. De ahí que deba mantener su identidad judía cumpliendo las leyes sobre alimentos puros e impuros, y contraer matrimonio con una mujer de su entorno familiar. Y de ahí también que espere y pida la reunificación del pueblo en una Jerusalén reconstruida 8.

4. EL LIBRO DE TOBÍAS A LA LUZ DEL NUEVO TESTAMENTO

El lector cristiano encuentra en el libro de Tobías un ejemplo de cómo Dios escucha y atiende la oración de quien se dirige a Él desde la intimidad de su corazón, tal como enseña nuestro Señor Jesucristo 9. Pero además a la luz de las palabras del Evangelio se comprende mejor el sentido de los acontecimientos que marcan la vida de los protagonistas del libro de Tobías: todo concurre para el bien de los que aman al Señor10. La enseñanza de Jesús sobre la Providencia divina y la confianza que el hombre ha de depositar en ella no sólo confirma la doctrina al respecto del libro de Tobías, sino que la hace más radical, al decir que Dios sabe lo que necesitamos aun antes de pedírselo11, e invitar a buscar primero el Reino de Dios12.

Asimismo nuestro Señor ratifica las exhortaciones de Tobit a dar limosna y practicar las obras de misericordia, si bien no sólo con los propios correligionarios13 sino con cualquier necesitado14, insistiendo al mismo tiempo en la rectitud de intención15.

La enseñanza del libro de Tobías sobre la acción de Dios a través de su ángel, viene confirmada en el Nuevo Testamento, donde también aparecen los ángeles como emisarios de Dios con misiones determinadas16, e incluso se habla del ángel que protege a cada hombre17.

Señalemos finalmente que la petición de Tobit sobre la reconstrucción de Jerusalén se cumple con la venida de nuestro Señor Jesucristo, no en el sentido físico de una ciudad material, sino en cuanto que todos los hombres, judíos y gentiles, son congregados en la Iglesia, la nueva Jerusalén que aparecerá gloriosa al fin de los tiempos18.

1 cfr 1R 17, 5-6.
2 Tb 13, 9-12;Tb 14, 15.
3 Tb 3, 2-6.11-15; Tb 8, 5-7.15-17; etc.
4 Tb 4, 1-21; Tb 12, 6-15; etc.
5 Tb 5, 1-23.
6 Tb 1, 3-Tb 3, 6.
7 Tb 1, 21-22; Tb 14, 10-11.
8 Tb 13, 9-18; Tb 14, 3-7.
9 cfr Mt 6, 6; Mt 7, 7-11; etc.
10 cfr Rm 8, 28.
11 cfr Mt 6, 8.32.
12 cfr Mt 6, 33.
13 Tb 2, 2.
14 cfr Mt 25, 31-46; Lc 10, 29-37.
15 cfr Mt 6, 1-4.
16 cfr Lc 1, 26; Lc 22, 43.
17 cfr Mt 18, 10.
18 cfr Ap 21, 1-Ap 22, 5.