La Eucarist韆 es el sacramento que hace presente, en la celebraci髇 lit鷕gica de la Iglesia, la Persona de Jesucristo (todo Cristo: Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad) y su sacrificio redentor, en la plenitud del Misterio Pascual de su pasi髇, muerte y resurrecci髇. Esta presencia no es est醫ica o pasiva (como la de un objeto en un lugar) sino activa, porque el Se駉r se hace presente con el dinamismo de su amor salvador: en la Eucarist韆 蒷 nos invita a acoger la salvaci髇 que nos ofrece y a recibir el don de su Cuerpo y de su Sangre como alimento de vida eterna, permiti閚donos entrar en comuni髇 con 蒷 –con su Persona y su sacrificio– y en comuni髇 con todos los miembros de su Cuerpo M韘tico que es la Iglesia.
En efecto, como afirma el Concilio Vaticano II, 玁uestro Salvador, en la 趌tima Cena, la noche en que fue entregado, instituy?el sacrificio eucar韘tico de su Cuerpo y su Sangre, para perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y confiar as?a su Esposa amada, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrecci髇, sacramento de piedad, signo de unidad, v韓culo de amor, banquete pascual "en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura"?1.
La Eucarist韆 es denominada, tanto por la Sagrada Escritura como por la Tradici髇 de la Iglesia, con diversos nombres, que reflejan los m鷏tiples aspectos de este sacramento y expresan su inconmensurable riqueza, pero ninguno agota su sentido. Veamos los m醩 significativos:
a)爑nos nombres recuerdan el origen del rito: Eucarist韆 2, Fracci髇 del Pan, Memorial de la pasi髇, muerte y resurrecci髇 del Se駉r, Cena del Se駉r;
b)爋tros subrayan el car醕ter sacrificial de la Eucarist韆: Santo Sacrificio, Santo Sacrificio de la Misa, Sacramento del Altar, Hostia (= V韈tima inmolada);
c)爋tros intentan expresar la realidad de la presencia de Cristo bajo las especies consagradas: Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, Pan del Cielo (cfr. Jn 6, 32-35; Jn 6, 51-58), Sant韘imo Sacramento (porque contiene al Santo de los Santos, la misma santidad de Dios encarnado);
d)爋tros hacen referencia a los efectos causados por la Eucarist韆 en cada fiel y en toda la Iglesia: Pan de Vida, Pan de los hijos, C醠iz de salvaci髇, Vi醫ico (para que no desfallezcamos en el camino a Casa), Comuni髇. Este 鷏timo nombre indica que mediante la Eucarist韆 nos unimos a Cristo (comuni髇 personal con Jesucristo) y a todos los miembros de su Cuerpo M韘tico (comuni髇 eclesial, en Jesucristo);
e)爋tros designan toda la celebraci髇 eucar韘tica con el t閞mino que indica, en el rito latino, la despedida de los fieles despu閟 de la comuni髇: Misa, Santa Misa;
Entre todos estos nombres el t閞mino Eucarist韆 es el que ha ido prevaleciendo cada vez m醩 en la Iglesia de Occidente, hasta ser la expresi髇 com鷑 con la que se designa tanto la acci髇 lit鷕gica de la Iglesia, que celebra el memorial del Se駉r, como el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
En Oriente la celebraci髇 eucar韘tica, sobre todo a partir del siglo X, es designada habitualmente con la expresi髇 Santa y Divina Liturgia.
獷l amor de la Trinidad a los hombres hace que, de la presencia de Cristo en la Eucarist韆, nazcan para la Iglesia y para la humanidad todas las gracias?3. La Eucarist韆 es el sacramento m醩 excelso, porque en 閘 玸e contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y pan vivo, que por su carne vivificada y vivificante por el Esp韗itu Santo, da la vida a los hombres?4. Los otros sacramentos, si bien poseen una virtud santificadora que proviene de Cristo, no son como la Eucarist韆, que hace presente verdaderamente, realmente y sustancialmente la misma Persona de Cristo –el Hijo encarnado y glorificado del Padre Eterno–, con la potencia salv韋ica de su amor redentor, para que los hombres puedan entrar en comuni髇 con 蒷 y vivan por 蒷 y en 蒷 (cfr. Jn 6, 56-57).
Adem醩, la Eucarist韆 constituye la cumbre hacia la que convergen todos los dem醩 sacramentos en orden al crecimiento espiritual de cada uno de los creyentes y de toda la Iglesia. En este sentido el Concilio Vaticano II afirma que la Eucarist韆 es fuente y cima de la vida cristiana, el centro de toda la vida de la Iglesia 5. Todos los dem醩 sacramentos y todas las obras de la Iglesia se ordenan a la Eucarist韆 porque su fin es llevar a los fieles a la uni髇 con Cristo, presente en este sacramento (cfr. Catecismo, 1324).
No obstante contenga a Cristo, fuente a trav閟 de la cual la vida divina llega a la humanidad, y aun siendo el fin hacia el que todos los dem醩 sacramentos se ordenan, la Eucarist韆 no sustituye a ninguno de ellos (ni al bautismo, ni a la confirmaci髇, ni a la penitencia, ni a la unci髇 de los enfermos), y puede ser consagrada s髄o por un ministro v醠idamente ordenado. Cada sacramento tiene su papel en el conjunto sacramental y en la vida misma de la Iglesia. En este sentido la Eucarist韆 se considera el tercer sacramento de la iniciaci髇 cristiana. Desde los primeros siglos del cristianismo el bautismo y la confirmaci髇 han sido considerados como preparaci髇 a la participaci髇 en la Eucarist韆, como disposiciones para entrar en comuni髇 sacramental con el Cuerpo de Cristo y con su sacrificio, y para insertarse m醩 vitalmente en el misterio de Cristo y de su Iglesia.
El Se駉r anunci?la Eucarist韆 durante su vida p鷅lica, en la Sinagoga de Cafarna鷑, ante quienes le hab韆n seguido despu閟 de ser testigos del milagro de la multiplicaci髇 de los panes, con el que saci?a la multitud (cfr. Jn 6, 1-13). Jes鷖 aprovech?aqu閘 signo para revelar su identidad y su misi髇, y para prometer la Eucarist韆: 獷n verdad, en verdad os digo que Mois閟 no os dio el pan del cielo, sino que mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que ha bajado del cielo y da la vida al mundo. –Se駉r, danos siempre de este pan–, le dijeron ellos. Jes鷖 les respondi? –Yo soy el pan de vida?Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Si alguno come este pan vivir?eternamente; y el pan que yo dar?es mi carne para la vida del mundo?El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitar?en el 鷏timo d韆. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en m?y yo en 閘. Igual que el Padre que me envi?vive y yo vivo por el Padre, as? aquel que me come vivir?por m砘 (cfr. Jn 6, 32-35.51.54-57).
Jesucristo instituy?este sacramento en la 趌tima Cena. Los tres evangelios sin髉ticos (cfr. Mt 26, 17-30; Mc 14, 12-26; Lc 22, 7-20) y san Pablo (cfr. 1Co 11, 23-26) nos han transmitido el relato de la instituci髇. He aqu?la s韓tesis de la narraci髇 que ofrece el Catecismo: 獿leg?el d韆 de los Azimos, en el que se hab韆 de inmolar el cordero de Pascua; (Jes鷖) envi?a Pedro y a Juan, diciendo: "Id y preparadnos la Pascua para que la comamos"?fueron?y prepararon la Pascua. Llegada la hora, se puso a la mesa con los Ap髎toles; y les dijo: "Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comer?m醩 hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios"?Y tom?pan, dio gracias, lo parti?y se lo dio diciendo: "Esto es mi Cuerpo que va a ser entregado por vosotros. Haced esto en recuerdo m韔 [en conmemoraci髇 m韆; como memorial m韔]". De igual modo, despu閟 de cenar, el c醠iz, diciendo: "Este c醠iz es la Nueva Alianza en mi Sangre, que va a ser derramada por vosotros"?(Catecismo, 1339).
Jes鷖 celebr?pues la 趌tima Cena en el contexto de la Pascua jud韆, pero la Cena del Se駉r posee una novedad absoluta: en el centro no se encuentra el cordero de la Antigua Pascua, sino Cristo mismo, su Cuerpo entregado (ofrecido en sacrificio al Padre, en favor de los hombres)?y su Sangre derramada por muchos para remisi髇 de los pecados (cfr. Catecismo, 1339). Podemos pues decir que Jes鷖, m醩 que celebrar la Antigua Pascua, anunci?y realiz?–anticip醤dola sacramentalmente– la Nueva Pascua.
El precepto expl韈ito de Jes鷖: 獺aced esto en conmemoraci髇 m韆 [como memorial m韔]?(Lc 22, 19; 1Co 11, 24-25), evidencia el car醕ter propiamente institucional de la 趌tima Cena. Con dicho mandato nos pide que correspondamos a su don y que lo representemos sacramentalmente (que lo volvamos a realizar, que reiteremos su presencia: la presencia de su Cuerpo entregado y de su Sangre derramada, es decir, de su sacrificio en remisi髇 de nuestros pecados).
– 獺aced esto? De este modo design?quienes pueden celebrar la Eucarist韆 (los Ap髎toles y sus sucesores en el sacerdocio), les confi?la potestad de celebrarla y determin?los elementos fundamentales del rito: los mismos que 蒷 emple?(por tanto en la celebraci髇 de la Eucarist韆 es necesaria la presencia del pan y del vino, la plegar韆 de acci髇 de gracias y de bendici髇, la consagraci髇 de los dones en el Cuerpo y la Sangre del Se駉r, la distribuci髇 y la comuni髇 con este Sant韘imo Sacramento.
– 獷n conmemoraci髇 m韆 [como memorial m韔]? De este modo Cristo orden?a los Ap髎toles (y en ellos a sus sucesores en el sacerdocio), que celebraran un nuevo "memorial", que sustitu韆 al de la Antigua Pascua. Este rito memorial tiene una particular eficacia: no s髄o ayuda a "recordar" a la comunidad creyente el amor redentor de Cristo, sus palabras y gestos durante la 趌tima Cena, sino que, adem醩, como sacramento de la Nueva Ley, hace objetivamente presente la realidad significada: a Cristo, "nuestra Pascua" (1Co 5, 7), y a su sacrificio redentor.
La Iglesia, obediente al mandato del Se駉r, celebr?enseguida la Eucarist韆 en Jerusal閚 (cfr. Hch 2, 42-48), en Tr骯de (cfr. Hch 20, 7-11) en Corinto (cfr. 1Co 10, 14, 21; 1Co 11, 20-34), y en todos los lugares a donde llegaba el cristianismo. 獷ra sobre todo "el primer d韆 de la semana", es decir, el domingo, el d韆 de la resurrecci髇 de Jes鷖, cuando los cristianos se reun韆n para "partir el pan" (Hch 20, 7). Desde entonces hasta nuestros d韆s la celebraci髇 de la Eucarist韆 se ha perpetuado, de suerte que hoy la encontramos por todas partes en la Iglesia, con la misma estructura fundamental?(Catecismo, 1343).
Fiel al mandato de Jes鷖, la Iglesia, guiada por el "Esp韗itu de verdad" (Jn 16, 13), que es el Esp韗itu Santo, cuando celebra la Eucarist韆 no hace otra cosa que conformarse al rito eucar韘tico realizado por el Se駉r en la 趌tima Cena. Los elementos esenciales de las sucesivas celebraciones eucar韘ticas no pueden ser otros que aquellos de la Eucarist韆 originaria, es decir: a) La asamblea de los disc韕ulos de Cristo, por 蒷 convocada y reunida en torno a 蒷; y b) La actuaci髇 del nuevo rito memorial.
La asamblea eucar韘tica
Desde los comienzos de la vida de la Iglesia, la asamblea cristiana que celebra la Eucarist韆 se manifiesta jer醨quicamente estructurada: habitualmente est?constituida por el obispo o por un presb韙ero (que preside sacerdotalmente la celebraci髇 eucar韘tica y act鷄 in persona Christi Capitis Ecclesiae), por el di醕ono, por otros ministros y por los fieles, unidos por el v韓culo de la fe y del bautismo. Todos los miembros de esta asamblea est醤 llamados a participar conscientemente, devotamente y activamente en la liturgia eucar韘tica, cada uno seg鷑 su modo propio: el sacerdote celebrante, el di醕ono, los lectores, los que presentan las ofrendas, el ministro de la comuni髇 y el pueblo entero, cuyo "Am閚" manifiesta su real participaci髇 (cfr. Catecismo, 1348). Por tanto, cada uno deber?cumplir el propio ministerio, sin que haya confusi髇 entre el sacerdocio ministerial, el sacerdocio com鷑 de los fieles y el ministerio del di醕ono y de otros posibles ministros.
El papel del sacerdocio ministerial en la celebraci髇 de la Eucarist韆 es esencial. S髄o el sacerdote v醠idamente ordenado puede consagrar la Sant韘ima Eucarist韆, pronunciando in persona Christi (es decir, en la identificaci髇 espec韋ica sacramental con el Sumo y Eterno Sacerdote, Jesucristo), las palabras de la consagraci髇 (cfr. Catecismo, 1369). Por otra parte, ninguna comunidad cristiana est?capacitada para darse por s?sola el ministerio ordenado. ste es un don que se recibe a trav閟 de la sucesi髇 episcopal que se remonta a los Ap髎toles. Es el obispo quien establece un nuevo presb韙ero mediante el sacramento del Orden, otorg醤dole el poder de consagrar la Eucarist韆?6.
El desarrollo de la celebraci髇
La actuaci髇 del rito memorial se desarrolla, desde los or韌enes de la Iglesia, en dos grandes momentos, que forman un solo acto de culto: la "Liturgia de la Palabra" (que comprende la proclamaci髇 y la escucha-acogida de la Palabra de Dios), y la "Liturgia Eucar韘tica" (que comprende la presentaci髇 del pan y del vino, la an醘ora o plegaria eucar韘tica –con las palabras de la consagraci髇– y la comuni髇. Estas dos partes principales est醤 delimitadas por los ritos de introducci髇 y de conclusi髇 (cfr. Catecismo, 1349-1355). Nadie puede quitar o a馻dir a su antojo nada de lo que ha sido establecido por la Iglesia en la Liturgia de la Santa Misa 7.
La constituci髇 del signo sacramental
Los elementos esenciales y necesarios para constituir el signo sacramental de la Eucarist韆 son: por una parte, el pan de harina de trigo 8 y el vino de uvas 9; y, por otra, las palabras consagratorias, que el sacerdote celebrante pronuncia in persona Christi, en el contexto de la 玃legaria Eucar韘tica? Gracias a la virtud de las palabras del Se駉r y a la potencia del Esp韗itu Santo, el pan y el vino se convierten en signos eficaces, con plenitud ontol骻ica y no solo de significado, de la presencia del "Cuerpo entregado" y de la "Sangre derramada" de Cristo, es decir, de su Persona y de su sacrificio redentor (cfr. Catecismo, 1333 y 1375).
羘gel Garc韆 Ib狁ez
– Juan Pablo II, Enc. Ecclesia de Eucharistia, 17-IV-2003, 11-20; 47-52.
– Benedicto XVI, Ex. Ap. Sacramentum caritatis, 22-II-2007, 6-13; 16-29; 34-65.
– Congregaci髇 para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucci髇 Redemptionis Sacramentum, 25-III-2004, 48-79.
– San Josemar韆, Homil韆 La Eucarist韆, misterio de fe y de amor, en Es Cristo que pasa, 83-94.
– J. Ratzinger, La Eucarist韆 centro de la vida. Dios est?cerca de nosotros, Edicep, Valencia 2003, pp. 29-44; 61-80; 135-144.
– J. Echevarr韆, Eucarist韆 y vida cristiana, Rialp, Madrid 2005, pp. 17-48.
– J.R. Villar - F.M. Arocena - L. Touze, Eucarist韆, en C. Izquierdo (dir.), Diccionario de Teolog韆, Eunsa, Pamplona 2006, pp. 355-356; 362-366.