2ª semana del Tiempo Ordinario, martes

Años impares

Hb 6, 10-20: La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros un ancla segura y firme. Hemos de llevar una vida auténticamente cristiana, pues Dios es fiel a sus promesas y nuestra esperanza es como un ancla que nos aferra a él, Cristo Jesús, nuestro Sumo y Eterno Sacerdote. El ancla siempre ha sido desde los primeros siglos del cristianismo un signo de la firmeza y seguridad de la fe. Muchas veces aparece pintada en las catacumbas. Los cristianos somos hombres que esperamos la futura gloria que se revelará en nosotros. San Basilio dice:" Un único motivo te queda para gloriarte, oh hombre, y el único motivo de esperanza consiste en hacer morir todo lo tuyo y buscar la vida futura en Cristo " (Homilía 20, sobre la humildad).San Agustín afirma que toda la esperanza del hombre " estriba solo en la gran misericordia de Dios " (Confesiones 10). Y San Juan Crisóstomo: " No desesperéis nunca. Os lo diré en todos mis discursos, en todas mis conversaciones; y si me hacéis caso, sanaréis. Nuestra salvación tiene dos enemigos mortales: la presunción, cuando las cosas van bien, y la desesperación, después de la caída. Éste segundo enemigo es mucho más terrible " (Homilía sobre la penitencia). -Dios es siempre fiel a sus promesas salvadoras. Él se ha comprometido y no miente. Por eso, con gran ánimo y fortaleza, cantamos con el Salmo 110: " El Señor recuerda siempre su alianza. Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. El Señor ha hecho maravillas memorables, es piadoso y clemente; Él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza; su nombre es sagrado y temible; la alabanza del Señor dura por siempre ".

Años pares

1S 16, 1-13: David es ungido y la acción del Espíritu le invade. Dios muestra su benevolencia hacia David y su pueblo. Los planes de Dios no son los de los hombres (Is 55, 8), y así lo comprueba Samuel, que se ve obligado a rechazar uno a uno todos los hermanos mayores de David. El cumplimiento de la voluntad del Señor es siempre la guía más segura para el cristiano. Esta voluntad de Dios, que se va manifestando a lo largo de la vida, puede ser acogida con resignación, con generosidad o con pleno abandono en Él, que es lo más perfecto. " Cualquier cosa que te suceda recíbela como un bien, consciente de que nada pasa sin que Dios lo haya dispuesto " (Carta llamada de Bernabé 9). Y San Agustín: " El Señor conoce mejor que el hombre lo que le conviene en cada momento " (Carta 138).-Cantamos la elección y unción de David con el Salmo 88. En lo más pequeño se ha revelado el poder del Señor. Así se ve más claro que es Dios el que da la fuerza, el valor y la victoria a los que siguen plenamente su voluntad:" He ceñido la corona a un héroe, he levantado a un soldado sobre el pueblo. Encontré a David, mi siervo, y lo he ungido con óleo sagrado; para que mi mano esté siempre con él, y mi brazo lo haga valeroso. Él me invocará: "Tú eres mi Padre, mi Dios, mi Roca salvadora", y yo lo nombraré mi primogénito, excelso entre los reyes de la tierra ".Como es obvio, David es figura de Cristo, y lo que dice el Señor de aquél lo dice más plenamente de Cristo, Rey del universo. Él es el cumplidor exacto de la voluntad del Padre, como lo confesó varias veces: " mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra " (Jn 4, 34). El camino que Él nos señaló es el cumplimiento de la voluntad divina: oír la palabra de Dios y practicarla. Es ahí donde se demuestra realmente el amor a Dios, y donde se expresa de verdad nuestro grado de unión con El: " no el que dice: "Señor, Señor"..., sino el que hace la voluntad de mi Padre " (Mt 7, 21).

Evangelio

Mc 2, 23-28: El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. La salvación, tema central del mensaje de Jesús, no es cuestión de antiguas observancias legales, sino de relación personal con Dios, que sólo es posible por el camino del amor. Cristo, como Hijo de Dios, es " Señor del sábado ". A la nueva alianza entre Dios e Israel ha sucedido una alianza nueva entre Dios y la humanidad. Esta alianza, nueva, perfecta y definitiva, está fundada en Cristo Jesús. Comenta San Ambrosio:" No sólo por la ternura de sus palabras y por el ejemplo de su actos, el Señor Jesús comenzó a despojar al hombre de la observancia de la ley antigua y a revestirlo del nuevo vestido de la gracia. Así lo conduce ya en día de sábado por los sembrados, es decir, lo aplica a obras fructuosas. ¿Qué quiere decir sábado, mies, espigas? No se trata de un misterio sin importancia. El campo es todo el mundo presente; la mies del campo es, por la semilla del género humano, la cosecha abundante de los santos; las espigas del campo son los frutos de la Iglesia, que los apóstoles remueven por su actividad, nutriéndose y alimentándose de nuestros progresos." Se levantaba ya la mies, fecunda de virtudes, con muchas espigas, a las cuales son comparados los frutos de nuestros méritos; pues, como a ellas, el mal tiempo los deteriora, o los quema el sol, o los humedecen las lluvias, o los destrozan las tempestades, o bien los segadores los amontonan en los depósitos de los graneros dichosos." La tierra ha recibido ya la palabra de Dios, y sembrada con la semilla celestial, ha producido en el campo ubérrimo una mies abundante. Los discípulos tenían hambre de la salvación de los hombres, y [arrancando espigas] parecían extraer el alimento de las almas y atraer a la luz de la fe por los prodigios deslumbrantes que realizaban. Pero los judíos pensaban que "eso no estaba permitido en sábado". Cristo, sin embargo, por un nuevo beneficio de su gracia, subraya la ociosidad de la ley y la acción de la gracia " (Comentario al Evangelio de San Lucas 5, 28-29).