4ª semana del Tiempo Ordinario, lunes

Años impares

Hb 11, 32-40: Por medio de la fe subyugaron reinos. Dios tiene preparadas maravillas para nosotros. La historia de los jueces y profetas de Israel se propone como modelo para los cristianos, quienes han obtenido el cumplimiento de la promesa divina. De nuevo la Carta a los Hebreos encarece el valor de la fe. Es lo que enseña San Ambrosio:" Si el Señor se cuida de las aves, animales de escaso valor, y de los hombres malvados, haciendo que les nazca el sol y la tierra les sea fructífera; y si reparte con largueza el don de su misericordia a todos, en modo alguno se puede dudar que tiene en una consideración muy presente los méritos de sus fieles. Por eso admirablemente construyó su doctrina, poniendo como cúspide la fe, al mismo tiempo que la colocó como fundamento de las virtudes; porque así como la fe es estímulo de la virtud, así también la virtud constituye la firmeza de la fe " (Comentario a San Lucas VII,118).-La lectura anterior nos ha mostrado los frutos de la fe. Ha resaltado su grandeza, capaz de las más grandes conquistas y de los más extremados sacrificios. Y en el Antiguo Testamento, toda esa vivencia de fe apunta a Cristo. Pensando en Él cantamos el Salmo 30: " Los que esperáis en el Señor sed fuertes y valientes de corazón. Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles y concedes a los que a Ti se acogen a la vista de todos. En el asilo de tus presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras. Bendito el Señor que ha hecho por mí prodigios de misericordia en la ciudad amurallada... Amad al Señor, fieles suyos; el Señor guarda a su leales ".

Años pares

2S 15, 13-14.30; 2S 16, 5-13: Dejad que me maldiga. El brillante reinado de David se ensombrece con la insurrección. Pero David es fuerte en la humildad: " dejad a Semeí, que me maldiga, porque quizá se lo mandado el Señor "... San Jerónimo escribe:" Nada tengas por más excelente, nada por más amable que la humildad. Ella es la que principalmente conserva las virtudes, pues es una especie de guardiana de todas ellas. Nada hay que nos haga más gratos a los hombres y a Dios como ser grandes por el merecimiento de nuestra vida, y hacernos pequeños por la humildad " (Carta 148, 20).Y Orígenes:" El humilde, según el profeta, no obstante caminar en cosas grandes y maravillosas, que están por encima de él, como son los dogmas verdaderamente grandes y los maravillosos pensamientos, "se humilla bajo la poderosa mano de Dios" (1P 5, 6)... Y es tan grande esta doctrina de la humildad que por maestro de ella tenemos no a cualquiera, sino a nuestro Salvador mismo, que dijo: "aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt 11, 29) " (Contra Celso 6, 15).-Ante los insultos, David no se ha tomado la justicia por su cuenta. Con actitud humilde confía al Señor su defensa. Se mantiene humilde, confiando en Él. También nosotros, en medio de injurias y contrariedades, hemos de rezar con ese mismo espíritu el Salmo 3: " Levántate, Señor, sálvame, Señor. Cuántos son mis enemigos, cuántos se levantan contra mí, cuántos dicen de mí: "ya no lo protege Dios". Pero, Tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, Tú mantienes alta mi cabeza. Si grito invocando al Señor, Él me escucha desde su monte santo. Puedo acostarme y dormir y despertar: el Señor me sostiene. No temeré al pueblo innumerable que acampa a mi alrededor ".Tengamos en el Señor una confianza sin límites. San Juan Crisóstomo, que en medio de muchos sufrimientos y persecuciones mantuvo esa confianza, afirma:" Las oleadas son numerosas, y peligrosas las tempestades, pero no tememos el naufragio. Estamos consolidados sobre la Roca, y aunque el mar se enfurezca, no demolerá la Roca. Aunque las olas se agiten, no podrán hundir la barca de Jesús " (Homilía antes del exilio).

Evangelio

Mc 5, 1-20: Espíritu inmundo, sal de este hombre. La lepra, los demonios, todas las miserias que puedan oprimir a los hombres, todas son vencidas por Cristo Salvador con suprema facilidad. San Máximo el Confesor escribe:" La fuerza de los demonios disminuye cuando la práctica de los mandamientos debilita en nosotros las pasiones; y es eliminada cuando, por efecto de la libertad interior, estas pasiones desaparecen finalmente del alma; porque ellos no encuentran ya en ella las complicidades que sirven de base a sus ataques " (Centurias sobre la caridad 2, 22).Siempre estamos nosotros expuestos a las tentaciones del diablo. Por eso San León Magno nos exhorta:" Fundados, amadísimos, en esta esperanza [en el triunfo de Cristo], guardaos de todos los artificios del diablo, que no sólo busca sorprender por los placeres corporales, sino que también siembra la cizaña de la mentira en el buen trigo de la fe, e intenta profanar el campo de la verdad, para hacer caer por los errores malvados a los que no ha podido corromper por sus malas acciones... Nosotros, libertados de estos peligros por el Señor Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida, soportemos con una fe gozosa todas las pruebas y todos los combates de la vida presente " (Homilía 69, 5).