Durante el Triduo Pascual, se sustituye el rezo del Gloria por las siguientes oraciones:
Christus factus est pro nobis
Obœdiens usque ad mortem.
Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem,
Mortem autem crucis.
Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem, mortem autem crucis.
Propter quod et Deus exaltávit illum, et dedit illi nomen, quod est super omne nomen.
Cristo se hizo por nosotros obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz. Por eso Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre; cfr. Flp 2, 8-9.
También durante esos días y la Octava de Pascua cambian algunas antífonas:
Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem.
Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem, mortem autem crucis.
Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem, mortem autem crucis. Propter quod et Deus exaltávit illum, et dedit illi nomen, quod est super omne nomen.
Haec dies quam fecit Dóminus: exsultémus et laetémur in ea, alleluia.
Lectura del Evangelio según San Juan (Jn 14, 6)
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida: nadie llega al Padre si no es por Mí.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor, Jesús.
O bien:
Lectura del Evangelio según San Juan (Jn 15, 4)
Permaneced en Mí y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en Mí.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor, Jesús.
Otros Evangelios posibles: Jn 6, 54-55; Jn 14, 23; Jn 14, 27; Jn 15, 5.
Léctio Sancti Evangélii secúndum Ioannem (Jn 14, 6)
Dicit ei Iesus: “Ego sum via et véritas et vita. Nemo venit ad Patrem nisi per me”.
Verbum Dómini.
Laus tibi, Christe.
O bien:
Léctio Sancti Evangélii secúndum Ioannem (Jn 15, 4)
Manéte in me, et ego in vobis. Sicut palmes non potest ferre fructum a semetípso, nisi mánserit in vite, sic nec vos, nisi in me manséritis.
Verbum Dómini.
Laus tibi, Christe.
Otros Evangelios posibles: Jn 6, 54-55; Jn 14, 23; Jn 14, 27; Jn 15, 5.
Hermanos:
El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la Sangre de Cristo?; y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el Cuerpo de Cristo?
El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
-Yo soy el pan vivo que he bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que Yo daré es mi Carne, para la vida del mundo.
Disputaban entonces los judíos entre sí: -¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo: -Os aseguro que si no coméis la Carne del Hijo del Hombre y no bebéis su Sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Mi Carne es verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi Sangre, habita en Mí y Yo en él.
-El Padre que vive me ha enviado y Yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come, vivirá por Mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron: el que come este pan vivirá para siempre.
Queridos hermanos:
Todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Porque, ¿quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Jesucristo es el que se manifestó por medio del agua y de la sangre; Él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo.
Fratres:
Calix benedictiónis, cui benedícimus, nonne communicátio sánguinis Christi est? Et panis, quem frángimus, nonne communicátio córporis Christi est? Quóniam unus panis, unum corpus multi sumus, omnes enim de uno pane participámur.
In illo témpore, dixit Iesus Iudaeis:
"Ego sum panis vivus, qui de caelo descéndi. Si quis manducáverit ex hoc pane, vivet in aetérnum; panis autem, quem ego dabo, caro mea est pro mundi vita".
Litigábant ergo Iudaei ad ínvicem dicéntes: “Quómodo potest hic nobis carnem suam dare ad manducándum?”.
Dixit ergo eis Iesus: “Amen, amen dico vobis: Nisi manducavéritis carnem Fílii hóminis et bibéritis eius sánguinem, non habétis vitam in vobismetípsis. Qui mandúcat meam carnem et bibit meum sánguinem, habet vitam aetérnam; et ego resuscitábo eum in novíssimo die. Caro enim mea verus est cibus, et sanguis meus verus est potus. Qui mandúcat meam carnem et bibit meum sánguinem, in me manet, et ego in illo.
Sicut misit me vivens Pater, et ego vivo propter Patrem; et, qui mandúcat me, et ipse vivet propter me. Hic est panis, qui de caelo descéndit, non sicut manducavérunt patres et mórtui sunt; qui mandúcat hunc panem, vivet in aetérnum”.
Caríssimi:
Quóniam omne, quod natum est ex Deo, vincit mundum; et haec est victória, quae vicit mundum: fides nostra. Quis est qui vincit mundum, nisi qui credit quóniam Iesus est Filius Dei?
Hic est qui venit per aquam et sánguinem, Iesus Christus; non in aqua solum sed in aqua et in sánguine. Et Spíritus est, qui testificátur, quoniam Spíritus est véritas. Quia tres sunt qui testificántur: Spíritus et aqua et sanguis; et hi tres in unum sunt.
Canta, oh lengua, del glorioso
Cuerpo de Cristo el misterio,
y de la Sangre preciosa
que, en precio del mundo
vertió el Rey de las naciones,
fruto del más noble seno.
Veneremos, pues, postrados
tan augusto sacramento;
y el oscuro rito antiguo
ceda a la luz de este nuevo;
supliendo la fe sencilla
al débil sentido nuestro.
Al Padre y al Hijo,
gloria y vítores sin cuento;
salud, honor y poder,
bendición y gozo eterno:
y al que procede de ambos
demos igual alabanza. Amén.
Alabad al Señor todas las naciones,
alabadle todos los pueblos.
Porque su misericordia ha sido confirmada sobre nosotros;
y la verdad del Señor permanece para siempre.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Dios de amores, Santa Eucaristía,
mira al pueblo de tu Corazón.
Todo es tuyo, lo ha jurado un día,
todo es tuyo, salva el Ecuador.
Corazón de Jesús,
Arca de Vida,
Faro y Puerto,
Luz y Salvación.
Dios de amores...
Cantemos al amor de los amores,
cantemos al Señor.
Dios está aquí,
venid, adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
Gloria a Cristo Jesús;
cielos y tierra, bendecid al Señor;
honor y gloria a Ti, Rey de la gloria,
amor por siempre a Ti, Dios del amor.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar,
y la Virgen concebida sin pecado original (bis).
Oh buen Jesús, yo creo firmemente
que por mi bien estás en el altar,
que das tu Cuerpo y Sangre juntamente
al alma fiel en celestial manjar.
Indigno soy, confieso avergonzado
de recibir la Santa Comunión;
Jesús que ves mi nada y mi pecado,
prepara Tú mi pobre corazón.
Oh buen Jesús Pastor fino y amante
mi corazón se abrasa en santo ardor;
si te olvidé hoy juro que constante
he de vivir tan solo de tu amor.
Dulce maná de celestial comida,
gozo y salud de quien te come bien,
ven sin tardar, mi Dios mi luz, mi vida;
desciende a mí, hasta mi pecho ven.
Jesús amoroso, el más fino amante,
quiero en todo instante sólo en Ti pensar.
Tú eres mi tesoro, Tú eres mi alegría,
Tú eres vida mía yo te quiero amar.
Oh Corazón dulce de amor abrasado,
quiero yo a tu lado por siempre vivir
y en tus llagas santas viviendo escondido
de amores herido en ellas vivir.
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar;
tu grande eterno amor quiero gozar.
Llena mi pobre ser, limpia mi corazón;
hazme tu rostro ver en la aflicción.
Mi pobre corazón inquieto está,
por esta vida voy buscando paz.
Mas sólo Tú, Señor, la paz me puedes dar;
cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.
Pasos inciertos doy, el sol se va;
mas, si contigo estoy, no temo ya.
Himnos de gratitud alegre cantaré,
y fiel a Ti, Señor, siempre seré.
Día feliz veré creyendo en Ti,
en que yo habitaré cerca de Ti.
Mi voz alabará tu santo nombre allí,
y mi alma gozará cerca de Ti.
Bendito sea Dios.
Bendito su santo Nombre.
Bendito Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito el Nombre de Jesús.
Bendito su Sacratísimo Corazón.
Bendita su Preciosísima Sangre.
Bendito Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita su gloriosa Asunción.
Bendito el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito San José, su castísimo esposo.
Bendito Dios en sus ángeles y santos.
Dadnos, Señor, sacerdotes santos.
Dadnos, Señor, sacerdotes santos.
Dadnos, Señor, sacerdotes santos.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sagrado Corazón.
Bendita sea su Preciosa Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su Casto Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Amén.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea san José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
Amén.
V/. Alabado sea el santísimo Sacramento.
R/. Sea por siempre bendito y alabado.
Ecuador:
V/. Sea por siempre bendito y alabado.
R/. Mi dulcísimo Jesús por mi amor sacramentado.
V/. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento.
R/. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento.
V/. Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.
R/. Sea por siempre bendito y alabado.
Jesús mío, creo firmemente que estás en el santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo tenerte en mi alma. Ya que ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón. Como si ya hubieses venido, te abrazo y me uno a Ti: no permitas que me aparte de Ti.
Salmo 129
V/. Mi alma espera en el Señor.
R/. Mi alma espera en el Señor.
V/. Desde el hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi suplica.
R/. Mi alma espera en el Señor.
V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.
R/. Mi alma espera en el Señor.
V/. Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra, mi alma aguarda al Señor mucho más que a la aurora el centinela.
R/. Mi alma espera en el Señor.
V/. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Y Él redimirá a Israel de todos sus delitos.
R/. Mi alma espera en el Señor.
El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
Oremos: Presta oídos, Señor, a las oraciones con que, suplicantes, imploramos tu misericordia, para que el alma de tu siervo (a) N., que has hecho salir de este mundo, alcance de ti el lugar de la luz y de la paz, y viva para siempre en la compañía de los santos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Según las circunstancias, y siempre que el moribundo pudiera soportar una plegaria más larga, es aconsejable que los presentes recen por él recitando las letanías de los santos (o algunas de sus invocaciones) con la respuesta «ruega por él (ella)», haciendo especial mención del santo o de los santos patronos del moribundo o de la familia. Pueden también recitarse otras oraciones conocidas: Aceptación de la muerte o las oraciones finales del Via Crucis que son muy reconfortantes.
Aunque esté prevista en el Rito de la Unción y Viático, si la recomendación se hace fuera de este Rito, se puede volver a impartir en este momento la Indulgencia Plenaria.
Conviene que las oraciones sean recitadas por alguno de los presentes cuando parezca que se acerque el momento de la muerte. Según las disposiciones cristianas del moribundo, se dicen una o varias de estas oraciones. El sacerdote que esta haciendo la recomendación puede rezarlas también aunque el desenlace no sea inmediato.